— Minseok, cariño, ya es hora de levantarte o llegarás tarde el primer día de clases. — Oí la voz de mi madre del otro lado de la puerta de mi habitación.
— ¡Ya estoy despierto mamá, enseguida bajo!
— De acuerdo, tú desayuno te estará esperando.
— De acuerdo. — Respondí con una sonrisa, sentándome en la cama.
— Irás con tu hermano, así que no te tardes, sabes que no le gusta esperar. — Y mi sonrisa se borró.
— De acuerdo. — Suspiré. Me levanté de la cama y corrí hacia el espejo de cuerpo entero que había en mi habitación. Me miré en él. Suspiré aliviado. — Que bueno. Malditos traumas. — Me puse de lado y miré mi abdomen. — Totalmente plano — Lo palmeé dos veces. — ¿Justo el primer día tenía que soñar eso? —. Odio recordar lo gordo que era cuando niño, pero lamentablemente tenía a alguien que siempre me lo recordaba.
— Buenos días. — Saludé sentándome en mi lugar en la mesa, justo al lado de Chen.
— Buenos días y adiós.
— ¿Ya te vas? — Pregunté sorprendido al padre de Chen, y mío también.
— Sí, también es mi primer día, desde que me ascendieron — Me guiñó un ojo, para luego darle una mordida a la tostada que se llevaba para el camino. — Deséenme suerte.
— ¡Suerte! — Animamos los tres, y mi madre acomodó el nudo de su corbata para luego darle un tierno y casto beso en los labios. Sonreí enternecido.
— Chen, cuida a tu hermano, ¿entendido?
— ¡Roger! — Llevó la mano derecha a su frente, imitando el saludo militar. Recibió unos coscorrones por parte de nuestro padre, y el otro sonrió divertido. — Sí, voy a cuidar a mi hermanito, no te preocupes. Tampoco va al matadero, sólo es el segundo año de preparatoria.
— Pórtense bien, ¿de acuerdo? — Nos abrazó a ambos por la espalda.
— Papá, me ahorcas... — Decía con dificultad Jongdae.
— Mucha suerte en tu primer día de clases, hijo — Le sonreí en respuesta. — A ambos. — Finalmente nos soltó, sacudiendo los cabellos de Chen. — Adiós.
— Adiós — Respondimos nuevamente los tres. Cuando nuestro padre ya se había marchado, quedamos los tres sentados alrededor de la mesa.
— Chen, cariño, le dije a Xiumin que iría contigo a la escuela. No te molesta acompañarlo hasta su clase, ¿cierto? — Mi mamá puso en frente de mí un plato con dos tostadas untadas con queso fundido. Agarré una y me la llevé a la boca.
— Claro que no me molesta, ¡estaría encantado! La pregunta es si Minseokkie quiere que lo acompañe — Rodeó con brusquedad mis hombros con su brazo, haciendo que me estampara la tostada en la nariz.
— En realidad...no... No hace falta. — Me limpié con una servilleta de papel el queso en mi nariz.
— Vamos Minseokkie, será divertido. Además, tu aula está al lado de la mía.
— E...está bien. — ¡Esta mal! ¡Muy mal!
— Chen me contó que sus profesores están muy ansiosos de tenerte en su clase.
— ¿Eh?
— Sí... ¿no lo sabías, Min? — Terminó de tragar un pedazo de su tostada. — Eres muy famoso en la escuela por tus notas. Minseok es unos de los mejores promedios después del mío. — Se dirigió a mi madre. — Realmente se esfuerza y además es muy amable con todos. Todo el mundo lo quiere, ¿y cómo no hacerlo? Si es totalmente adorable. — Me pellizcó levemente la mejilla. Quité su mano de inmediato y él sonrió satisfecho. Nada de lo que decía era cierto, si bien era uno de los mejores promedios, me costaba muchísimo mantenerlo, y vaya a saber lo que le había dicho a sus profesores sobre mí. Con respecto a lo demás, en realidad era uno de los chicos menos populares de la escuela, excesivamente tímido y vergonzoso como para acercarme a alguien, y nadie se me acercaba por culpa de ciertas personas que no quiero ni nombrar, que me hacían los días imposibles en la escuela.
— Toma, come. — Puso en frente de mi boca la tostada que aún no había tocado. Lo miré, adivinando sus intenciones, tan claras para mí. — Vamos, estás muy flaco, no quiero que te enfermes. — Miré a mi mamá, que sonreía como si Chen realmente estuviese cuidando de mí.
— Gracias — Hice por tomar la tostada y comerla por mí mismo, pero él la apartó de mí, negando con la cabeza y volviendo a acercar el pan a mi boca. Apreté los puños por debajo de la mesa. Lo estaba haciendo a propósito, porque le encanta torturarme, y para que acabara con aquello sólo me quedó hacer lo que él quería que hiciera. Mordí la tostada en su mano, haciéndola crujir.
— ¿Ves? No era tan difícil — Dirigió su pulgar a la esquina de mi boca, y yo retrocedí antes de que pudiera tocarme, sin entender lo que pretendía hacer. El sonrió de lado, acercando más su dedo y limpiando la comisura de mis labios con delicadeza. — Tenías un poco de queso.
— Min, Chen es muy amable contigo y se esfuerza por ser un buen hermano y demostrarte su cariño, ¿por qué no eres más receptivo con él? —. Bajé la cabeza.
— Esta bien, no hay problema. Se ve que todavía no me perdonó lo de hace once años. Era un niño, y no sabía lo que decía, además estaba muy nervioso con la idea de una nueva familia, pero...tendré que esforzarme más. — Fingió, remarco, fingió una sonrisa melancólica. Ya que estábamos actuando...
— Perdón... Lo intentaré.
En cuanto salimos de casa, todo volvió a la normalidad.
— ¡Dios, por fin! Nunca estuve tan contento de comenzar las clases, estas vacaciones fueron realmente largas. — Estiraba sus brazos por sobre su cabeza. — ¿Qué fue eso de "perdón, lo intentaré"? Ni se te ocurra. — Suspiré. — Y ve por el camino más largo, caminas muy lento y detestaría tener que llegar tarde por tu culpa, sin mencionar de tener que llegar contigo.
— Puedo caminar unos metros más atrás de ti.
— ¡Ash, Dios! Deja de ser tan miserable. ¡Como lo detesto! Ve por el camino largo, a ver si adelgazas un poco. — Comenzó a caminar. — Y no te atrevas a decir que somos hermanastros, ¿entendido, cara de bollo? — Lo vi marcharse. Suspiré nuevamente, este año no sería diferente de los anteriores. Parecería masoquista, pero realmente prefería que Chen fuera así conmigo antes que fingir ser un buen hermano mayor. Comencé a caminar, dirigiéndome por el lado contrario por donde se había marchado Jongdae.
Suspiré pesadamente a la vez que apoyaba mi cabeza sobre la mesa. Por suerte, había llegado a tiempo y con unos minutos de anticipación, pero eso sí, estaba muy cansado a pesar de no ser una distancia muy larga entre mi casa y la escuela.
— Minseok, ¡te ves terrible!, y es el primer día... ¿Otra vez tu herman...? — Tapé la boca de Chanyeol con mis manos, mirando hacia ambos lados con preocupación.
— ¡Shhh! — Quitó mis manos.
— Tranquilo, no va a aparecer. Además, ni siquiera iba a decir su nombre. — Suspiré un poco más tranquilo.
— Lo siento, es que hoy no tuve una buena mañana. Otra vez empezó con sus juegos.
— Te compadezco, tener que aguantarlo once años. — Baekhyun se sentó sobre la mesa de al lado, el cual es su lugar, cruzando las piernas. — En tu casa, en la escuela. La verdad, yo ya lo hubiera mandado al frente hace mucho, o más bien, lo torturaría haciendo de un lindo hermano menor.
— Me mataría. Lo odia, ni siquiera puedo pronunciar esa palabra en frente de él. Hasta creo que me golpearía.
— Es muy raro, quitando su papel de matón con ustedes en la escuela, es un gran chico, buen amigo y un excelente estudiante.
— ¡Sehun! — Pronunciamos al unísono los tres, sorprendidos por la repentina aparición del menor, quien reía divertido, tranquilamente sentado frente al asiento de Baekhyun.
— ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases? —. Pregunté levantando ambas cejas.
— Tu hermano te debe estar buscando por todos lados. — Agregó Baekhyun.
— Se debe estar volviendo loco. — Rió complacido con la idea.
— ¡Sehun! — La voz de Lay se escuchó desde la puerta del salón, donde él se encontraba apoyando su mano en el marco. Se veía algo rojo y sudado, al parecer había llegado corriendo.
— ¿Ven? Se los dije. — Sehun sonrió traviesamente. Suspiramos negando los tres con la cabeza.
— Sehun, ve ahora mismo a tu salón. Ya tienes que dejar esa costumbre de venir y ocupar mi lugar. — Lay se acercó a nosotros.
— No vengo por tu lugar, vengo por él. — Jaló de la mano a Luhan, que se encontraba detrás de Lay, llevando como de costumbre unas gafas de marco grueso y negro, poniéndose de pié. — Hola, hyung. — Y como siempre, Sehun se veía como un cachorro inofensivo y obediente al lado de su novio. Todo lo contrario a lo que era con su hermano mayor.
— Hola, Luhan hyung. — Saludamos sonriendo todos al mayor de la clase, y él nos devolvió el saludo y la sonrisa a la vez que acariciaba la cabeza del gigante pero pequeño Sehun.
— Sehunnie, vuelve a tu clase, ¿sí? —. Él asintió con una sonrisa en los labios, para luego marcharse feliz por haber visto a su hyung. Lay y Luhan ocuparon cada uno su lugar. El primero suspiró agotado.
— No sé cómo puedes manejarlo, si no fuera por ti, hasta temería que se transforme en un delincuente, si no lo es ya siendo amigo de la pandilla de matones de la escuela.
— Sehun es un buen chico, sólo quiere llamar tu atención. — Sonrió tranquilo como de costumbre Luhan.
— Eso pensaba cuando éramos niños. Ya tiene dieciséis años, y me obedece tanto como Baek a Chanyeol. — Reí por ese comentario. — ¡Hasta es mucho más alto que yo! ¿Qué se les dio a los hermanos menores por ser más altos que los mayores?
— ¡Indirecta para Chanyeol! —. Decía Baekhyun a la vez que fingía toser con exageración. Nos hizo reír a todos.
— ¿Qué tienes hoy conmigo, Lay?
— No, nada, lo siento, es Sehun que me pone mal. De verdad, no tengo nada en contra de ti. — Chanyeol comenzó a reírse a carcajadas.
— Sólo bromeaba Yixing, no tienes que sentirte mal.
— Lo que pasa es que Lay es muy ingenuo. — Comentó entre risas Baekhyun.
— Pero tienes que admitir Yeol, la diferencia de altura entre tú y Kyungsoo sunbae es bastante considerada.
— Luhan hyung siempre siendo tan amable. Lo que quiso decir es que eres como un poste de luz, mientras Kyungsoo sunbae una escoba, o tú un rascacielos y sunbae un edificio de dos pisos, o tú un galgo y él un caniche miniatura, o tú...
— Ok, ok, Baek, ya entendí. Soy demasiado alto y más aún a comparación de mi hermano.
— Exacto. — Reímos animadamente.
— Como me encantaría tener un hermano como el tuyo, Chanyeol. — Suspiré. — Kyungsoo sunbae es tan bueno y amable, además de muy inteligente. Debes estar orgulloso de que tu hermano mayor sea el primer lugar de los mejores promedios.
— Sí, bueno, Kyungsoo hyung es un gran hermano. No tengo absolutamente nada de qué quejarme, siempre me ayuda en todo lo que puede, pero ser presidente del consejo estudiantil le quita mucho tiempo, así que no pasamos tanto tiempo juntos como antes. — Asentí comprendiendo, a la vez que el profesor entraba al aula. Todos se dirigieron a sus asientos, saludando ante la señal del presidente de la clase, el mismo del año pasado que esperaba ser reelegido la próxima semana, Joonmyeon hyung, mejor conocido como Suho, el segundo mejor promedio de toda la escuela.
Luego de volver a tomar asiento, entre Chanyeol y Baekhyun daban leves empujoncitos a Lay, mientras éste se ponía cada vez más rojo, ya que se sentaba justo al lado de la fila de Suho, una fila más atrás. Todos sabíamos que a Lay le gustaba Suho, y a Chanyeol y Baekhyun les encantaba mofarse de eso, claramente no por maldad, sólo bromeaban. Siempre han sido así, los tres desde que los conozco. Es bueno seguir teniendo a mis amigos de infancia, si no fuera por ellos estaría completamente solo, con excepción de Luhan que es la persona más amable del mundo y no le importa que mi hermanastro y su pandilla, (Sehun siendo un tema aparte), me molesten todo el tiempo haciendo que nadie se atreva a acercárseme.
La hora del almuerzo llegó más rápido de lo esperado, y para mi muy mala suerte al entrar a la cafetería de la escuela me choqué con quien prefería evitar toda mi vida si era posible.
— Lo...lo siento, no... No vi por donde iba.
— ¿Demasiado distraído hablando con tus amiguitos? —. Sonrió de lado, y yo atiné a tragar saliva. Odiaba la forma en que Kai me miraba, me ponía nervioso, me asustaba, me hacía sentir desnudo y en peligro, sin embargo no podía moverme de mi lugar o siquiera pronunciar palabra alguna.
— Ya deja de verlo con esa mirada tan libidinosa Kai. — Baek se puso en frente de mí.
— ¿Celoso? Discúlpame, pero me gustan los chicos lindos, y tú eres del tipo que se encuentra fácilmente en un prostíbulo.
— Vaya, así que el semental Kai tiene que ir a un prostíbulo para conseguirse chicos. — Kai se acercó amenazante a Baekhyun, pero Chanyeol se paró justo a su lado.
— Le tocas un solo pelo y te juro que te arrepentirás. — Ambos se miraron desafiantes.
— Vamos, chicos, si nos ve algún profesor terminaremos castigados todos. Por favor Kai, ve con tu grupo, no buscamos problemas. — Luhan trató de amenizar el ambiente. El otro chasqueó la lengua y se marchó a regañadientes hasta la mesa que ocupaba su grupo de amigos. Todos suspiramos aliviados.
— Gracias, hyung. — Agradecimos los cuatro al unísono.
— De nada, yo también estaba muy nervioso —. Se acomodó sus anteojos. — No sabía si me obedecería. — Comenzamos a caminar hacia nuestro lugar. — Kai es un poco más rebelde que los demás, muchas veces ha desobedecido al mismo Chen.
— Sólo es un niño con las hormonas alteradas. — Le quitó importancia Baekhyun, mientras ocupaba su lugar en la mesa.
— Estás loco, ¿cierto? ¿Qué tal si te hubiese hecho algo? Pero no, claro, tú tenías, TENÍAS que provocarlo. — Chanyeol comenzó a regañarlo, y yo los miraba discutir con una sonrisa dibujada en mis labios. Si bien Chanyeol y Baekhyun no eran nada más que amigos, (según ellos), nosotros sabíamos que se gustaban, sobre todo por el constante histeriqueo mutuo, más de Baek que de Yeol, éste sólo lo seguía donde sea, pero la verdad es que siempre cuidaban y se preocupaban por el otro.
Las semanas pasaron volando, y todo seguía igual. Chen y sus amigos siempre aprovechaban cualquier oportunidad para burlarse de nosotros, más de mí en particular, pero la mayoría de las veces éramos salvados por Luhan o Sehun, que siempre convencían a los demás que nos dejaran en paz. Chen continuaba jugando al buen hermano mayor en frente de nuestros padres, y mi madre continuaba con la idea de que debía darle una oportunidad.
Finalizó el primer mes de clases, era abril, plena primavera y el calor no se aguantaba. Volvíamos de la clase de gimnasia, no habíamos hecho más que jugar al básquet, así que nos dirigíamos a las duchas. Me planté en la puerta.
— ¿Qué sucede, Min, no entras? —. Me preguntó preocupado Luhan.
— No, yo...voy a esperar que se duchen todos. No me siento cómodo.
— De acuerdo, entonces cuando salgas te estaremos esperando en la salida, ¿bien?
— Gracias Baek, pero hoy se supone que tengo que volver con Chen, así que...
— Entiendo, entonces, nos vemos mañana. — Sonreí asintiendo ante las palabras de Lay.
— Min, cualquier cosa, no dudes en llamarme, vendré corriendo.
— No te preocupes Yeol, no hará falta.
— Pero por las dudas. Sabes que Yeollie vendrá en tres pasos, sus piernas son muy largas. — Sonreí divertido hacia Baekhyun, nuevamente asintiendo, mientras Chanyeol lo abrazaba por los hombros mordiendo su nuca. — ¡No, espera! —. Lo apartó. — Sabes que me molesta tenerte cerca de mi cuello.
— Por eso mismo lo hago. — Le sacó la lengua. — Adiós, Minseokkie. — Entraron a las duchas, y yo los saludé agitando la mano.
Suspiré secando mi cabello con una pequeña toalla, ya me había bañado y me sentía fresco. Era muchísimo mejor bañarse solo que estar rodeado de un montón de chicos mostrando con seguridad su cuerpo, cosa que yo no podía ni quería hacer, sobre todo teniendo cerca a Kai, ya que compartimos las clases de gimnasia con los de los cursos un año inferior y un año superior, eso significaba que hoy había tenido que soportar las burlas de Chen y los demás en toda la clase, y los toqueteos y franeleos intencionales de Kai sobre mi persona en todo el juego.
— Esperar a que todos se vayan fue la mejor decisión.
— Definitivamente. — Me asusté al escuchar aquella voz. Me di vuelta reconociendo de inmediato a la persona que se encontraba apoyado de brazos cruzados en los casilleros, mirándome de arriba a abajo.
— ¿Qué...qué haces aquí?
— ¿Siempre tartamudeas? Eso es lindo. — Se relamió el labio superior, entonces supe que no era seguro permanecer ahí y debía escapar.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español