Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Complejo de hermano por ShineePlanet

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Gracias por leer ^^/ Espero lo disfruten.
Prácticamente lancé mis libros dentro del casillero, con la misma fuerza cerré la pequeña puerta y golpeé mi cabeza contra ella, sin importarme si llamaba la atención de todos los estudiantes que pasaban por el pasillo, inclusive al grupo de Chen y sus amigos que se encontraban unos casilleros más adelante.

— Wow, Minseok, ¿qué sucede? — Me di vuelta para mirar a Chanyeol. — ¡Dios! ¡¿Qué le hiciste a mi amigo?! ¡Devuélveme a Minseokkie, maldita bestia! — Comenzó a sacudirme por los hombros. Quité sus manos.
— ¿Por qué te ves tan terrible, Seokkie?
— No sé, esta mañana no me vi en el espejo, Baek.
— Grave error, cariño. — Baekhyun sacó un espejo con mango de su mochila y lo puso en frente de mí. Abrí mis ojos enormes, tenía unas ojeras que por poco y llegaban al suelo, tomé el espejo y lo puse dentro del casillero conjunto, es decir, el de Lay, y lo cerré. — ¡Hey! ¡Mi espejo! — Se tomó sus mejillas casi aterrado. — Mi hermano va a matarme...
— Oye, estaba sacando mis libros. — Se quejó, abriendo nuevamente su casillero. — Además, el espejo de Baek no tiene la culpa de lo terrible que te ves. — Todos miramos a Lay. …l suspiró. — Lo siento, es que yo tampoco he podido dormir bien. Chen se quedó en mi casa todo el fin de semana con Sehun, escuchando música a todo volumen, pero fui yo el único que la escuchaba al estar mi habitación debajo de la suya. Sabía que no debía acceder a que él se quedara con la habitación del segundo piso. — Suspiró, parecía cansado. — Como sea, ¿qué fue lo que pasó entre ustedes como para que se quedara tres días y tres noches en mi casa? — Los ojos se me llenaron de lágrimas al recordarlo, e hice un exagerado mohín con mi labio inferior, como cuando era niño, tal vez por eso Chen odiaba verme llorar. Los mocos ya se estaban por salir, los sorbí con fuerza con mi nariz, recordando eso. — ¿Qué...qué dije?
— Oww, ¿qué le hiciste al pobre de Minseokkie? Lay malo.
— Luhan hyung. — Fui a los brazos de Luhan, y él me abrazó. Sabía que estaba siendo dramático, pero me gusta sentirme mimado.
— Pero, ¿qué hice? ¿Y por qué me siento culpable?
— No es tu culpa Lay. — Me aparté un poco de Luhan. — Es que..."él" y yo... ¿discutimos?
— No lo sé, tú dínoslo. — Les conté todo con tanto detalle cómo pude, el tema me ponía muy mal para sorpresa de todos, incluso mía. — No...puede...ser. ¡¿Cómo no me di cuenta antes?!
— ¡Shhh, Chanyeol!
— Baek, es tan simple. ¡El maldito es un pervertido incesmmmhh! — Baekhyun tapó la boca de Yeol. Yo los miré confundido.
— No, eso es imposible, porque ellos dos no son... — Baek dejó sin terminar su oración.
— ¿Qué les pasa a ustedes dos? — Pregunté sin entender sus comportamientos.
— No importa, lo que importa aquí es que Minseokkie fue rechazado. — Abracé más a Luhan, y asentí como un niño pequeño. — ¿…l hirió tus sentimientos? — Volví a asentir.
— ¿Cómo pudo ser tan directo? No tuvo ni un poco de tacto. — Lay negaba con la cabeza a la vez que apoyaba su espalda en su casillero.
— Sin embargo, se disculpó. — Baek me miró.
— Es verdad. — Yeol también me quedó mirando.
— ¿Qué? — Pregunté aún sin soltar a Luhan.
— Nada. — Dijeron al unísono, retrocediendo un paso.
— Ahí vienen. — Dijo Lay, refiriéndose al grupo de Chen, Sehun, Kai, Tao y Kris. Sin duda, Kris era el que daba más miedo, junto con Tao, (su hermano menor), a pesar de ser éste último el más joven. Pero Kris era el más tranquilo y sumiso de todos, casi nunca hablaba, y Tao era lo opuesto, sobre todo cuando alguien se metía con su hermano mayor, cosa que nadie hacía porque, primero, Kris en sí ya intimidaba con su apariencia, y segundo, el hermanito menor es cinturón negro en karate. ¿Quién sería tan valiente y estúpido a la vez de meterse con los hermanos que venían de China? Nadie. Pero Chen se llevaba excelentemente con ambos, muchas veces los veía reír a carcajadas como ahora, y Tao sentía la misma devoción que mostraba por su hermano hacia Chen. Inesperadamente crucé miradas con éste último. Parecía estar apuñalándome con los ojos.
— ¿Qué miras?
— ¿Eh? — Me tensé.
— Shhh... — Luhan se apartó un poco de mí.
— Baek, ya no lo mires más. — Dijo Lay entre dientes. Entonces entendí que Chen hablaba con Baekhyun y no conmigo. Suspiré de alivio. Miré a Baekhyun que lo miraba como si le estuviese advirtiendo algo. Señaló sus propios ojos con sus dedos índice y anular, para luego señalar a Chen con los mismos dedos, como si estuviera diciéndole que lo estaría observando. Casi se me cae la mandíbula por abrir tanto la boca. Agarré del brazo a Baekhyun y le tapé la boca por miedo a que vaya a decir algo que nos trajera más problemas. Chanyeol me ayudó a sostenerlo, porque él se retorcía en mis brazos señalando y gruñendo a Chen.
— Lo siento. — Me disculpé con él. Baekhyun pegó un gritito agudo en queja. Lo miré tan duramente como pude con los nervios, haciéndole entender que era su culpa que yo tuviera que disculparme con Chen. Baekhyun bufó en lo que pudo, y rodó los ojos.
— Ten controlado a tu amigo, Luhan.
— ¿Eh? — Arrugué el entrecejo sin entender. ¿Por qué de repente Chen reprendía a Luhan? — Sí, no te preocupes. — Luhan tomó la responsabilidad a pesar de todo, y se inclinó para despedir a Chen. Por fin se fueron, y nosotros suspiramos aliviados.
— Gracias, Luhan hyung. — Nuevamente agradecimos al unísono.
— ¿Eh? — …l parecía pensativo. — No hay problema...
— ¿Qué sucede? — Solté a Baekhyun, que comenzó a ser reprendido por Lay y Chanyeol.
— Nada, es sólo que me pareció que Chen... — Señaló por donde se había ido. — La forma en que me miró...fue como si... — Me señaló. Incliné la cabeza a un lado, dando a entender que no lo entendía. …l sonrió. — No, no es nada, ya lo descubrirás tú solo. — Arrugué el entrecejo entendiendo cada vez menos. — Nada, Minseokkie, no me hagas caso. — Asentí no muy conforme.



A mitad de la segunda clase decidí pedir permiso para ir al baño; no daba más del sueño y aún faltaban dos horas para que las clases terminaran por hoy.
En cuanto entré, enseguida me encontré con Chen, que estaba mojando su cara. Nos miramos, me ignoró volviendo a mojarse el rostro. Me mordí el labio inferior y caminé hasta unos tres grifos apartados de dónde él estaba, imitando su acción, comencé a mojarme el rostro. Escuché sus pasos, lo vi a través del espejo enfrente de mí, como pasaba por mi espalda sin siquiera mirarme hasta las toallas de papel en la pared junto a mí, tomó unas cuantas y se secó las manos y el rostro. Me di vuelta para yo también tomar algunas, pero Chen había usado las últimas, sobrándole dos, miré las que tenía en las manos sin atreverme a pedírselas.
— Ten. — Me las extendió. Sonreí.
— Gracias. — Las tomé y sequé mi piel mojada. Chen ya se estaba yendo, así que tiré el papel arrugado y húmedo en el basurero. — Espera. — Me apresuré a decir. …l se detuvo sin mirarme. — ¿Te...sientes mejor? — Lo vi asentir después de un momento en el que estuvo inmóvil. Sonreí en un suspiro, aliviado. — Seguramente aún tienes sueño. Yo tampoco pude dormir éste fin de semana. Estaba preocupado, no sabía dónde estabas y si estabas bien. Suerte que Lay me llamó diciéndome que estabas en su casa. Aún...te ves cansado. ¿Por eso viniste al baño a mojarte la cara para despertarte? Yo también...
— Vine a escapar de las preguntas y el ruido que hacen Sehun y los demás, pero veo que no puedo estar tranquilo ni siquiera en el baño. — Me interrumpió. Bajé la mirada.
— Lo siento, sé que soy molesto. — Se dio la vuelta para mirarme enojado.
— No te atrevas a llorar ahora. — Lo miré, mordiendo mi labio inferior para no hacer un mohín. — ¡Minseok! — Caminó unos pasos hacia mí, pero se detuvo al escuchar unas voces que se dirigían precisamente al baño.
— Son tus amigos.
— ¡Shhh! — Caminó los últimos pasos que lo separaban de mí, tapando mi boca con su mano. Lo miré sorprendido. — Maldición, si me ven aquí contigo pensarán que me escapé de la clase para... — Me miró y se detuvo. Arrugué el entrecejo sin entender. ¿Para qué? — Ven conmigo y no hagas ruido. — Me jaló del brazo, metiéndonos en uno de los cubículos del baño.
— Van a ver nuestros pies. — Miró hacia abajo.
— Es verdad. — Me miró como con duda, pero finalmente se decidió a bajar la tapa del retrete y sentarse sobre ella, sentándome a mí en sus piernas. Abrí los ojos como platos. — N-no hagas ruido. — Desvió la mirada, mirando fijamente la puerta. ¿Acaso Chen acaba de tartamudear? Lo vi mirar nuevamente nuestros pies. — Aún se pueden ver. — Con una mano tomó mis piernas jalándolas más hacia él, con esa acción casi caigo al suelo, así que por inercia me sostuve con un brazo de su cuello, acercando más nuestros rostros, y con la otra mano me sostuve de su camisa, más precisamente de su pecho. Enseguida quitó mi mano de ahí, colocándola en su hombro. Por suerte él no me estaba mirando, porque mi rostro quemaba y estaba seguro que me veía ridículamente rojo, además de que respiraba con irregularidad contra su mejilla, al estar tan cerca, incluso sentía su cabello rozar con mi frente, y también mi corazón latía a mil por segundo. Llevé mi mano al pecho, asustado por eso, atrayendo la atención de Chen, que miró mi mano y luego a mí. Maldito sea el momento en el que me miró, o bendito, no lo sé, sólo sé que nos quedamos mirándonos a los ojos por un buen tiempo, ni siquiera los apartamos cuando escuchamos la voz de Kai, Sehun y los demás entrando al baño. ¿Por qué no podía apartar mis ojos de los suyos? ¿Por qué nunca me había dado cuenta de lo hermosos que eran? Sus largas pestañas arqueadas, su color, su forma, la forma en la brillaban. Me mordí el labio inferior. Dios, ¿qué me está pasando?
De repente escuché el silencio. …l tragó saliva al mirar mis labios.
— Chen.
— ¿Hm? — Musitó si apartar sus ojos de mi boca.
— Creo que ya se fueron.
— ¿Eh? — Esta vez miró mis ojos, nervioso. — Sí, es verdad. — Amagó a levantarse por lo que casi vuelvo a caer, pero él me sostuvo. Otra vez estábamos tan cerca y cruzando nuestros ojos. Aclaró su garganta, incómodo. — Ya, levántate o te tiro.
— S-sí. — Obedecí. Nos costó salir porque nos chocábamos entre nosotros, por acciones no muy bien calculadas, que nos hacía enfrentarnos una y otra vez. Por fin logramos salir.
— Dios, creo que voy a morir. — Suspiró aliviado, apoyando sus manos en sus rodillas. — No fue una buena idea.
— Lo...siento. Peso mucho, ¿no? — Me sentí avergonzado.
— No pesas nada. No lo dije por eso. — Lo miré sorprendido. Estoy seguro que unas semanas antes se hubiese burlado de mí. Pareció darse cuenta, y tosió una vez por la incomodidad. — Como sea, ya me voy.
— Chen.
— ¿Qué?
— Yo quería... — Bufó con frustración.
— ¡Ya basta! — Gruñó, saliendo del baño a sancadas. Suspiré con los ojos cerrados, para luego abrirlos y llevar una mano a mi pecho.
— ¿Qué fue...eso?



Cuando volví a clase, mis amigos me preguntaron por qué había tardado tanto. Yo les dije que no me sentía muy bien y por eso había salido a tomar un poco de aire, por lo que se me pasó el tiempo, pero ahora ya me encontraba bien. No sé por qué no les conté lo que había pasado con Chen en el baño. Tal vez, porque ni yo mismo sabía que fue lo que pasó, además de que el sólo pensarlo hacían que mejillas quemaran.



Una semana más transcurrió, y Chen pasó de "prácticamente no hablarme" a sólo "no hablarme". Hasta prefería que me molestara. Mi madre me preguntó qué pasaba con nosotros, y yo sólo le dije que habíamos tenido unas pequeñas diferencias, no le dije cuales, porque ni yo las sabía, pero le dije que muy pronto pasaría. Eso era lo que más deseaba.



Era viernes por la noche y yo me encontraba recostado boca-abajo en mi cama, mientras mi familia cenaba en el comedor. Escuché unos leves golpecitos en la puerta, para luego ser abierta. Era mi madre, preguntándome si quería cenar. Le respondí que por el momento no tenía hambre, y aunque no muy convencida aceptó mi respuesta y se marchó. Lo mismo pasó unos minutos después, esta vez con mi padre, obteniendo el mismo resultado que mi madre. Varios minutos después, fue el turno de Chen, quien seguramente fue obligado por nuestro padre, y extorsionado por la sonrisa de nuestra madre. …l entró sin golpear.
— Oye, bollo, baja a comer.
— Largo. — Le di la espalda.
— ¿Qué? — No pareció gustarle mi respuesta.
— Vete.
— ¿Escuché bien? ¿Me estás echando?
— ¿Qué? ¿No soy lo suficientemente claro? — Me senté en la cama, mirándolo enojado. Ya estaba cansado de que me ignorara, así que utilizaría otro método para captar su atención. — Largo, vete, fuera, que te vayas. ¡No quiero verte en mi cuarto! — Me puse de pié comenzando a empujarlo hasta la puerta.
— Oye, ¿quién te crees para echarme? — Apartó mis manos de su pecho con brusquedad.
— …sta es MI habitación, y yo hago lo que YO quiera en ella, y no quiero que TÚ estés aquí. ¡Así que largo! ¡Ya vete! — Le grité, mirándolo furioso, sin importar que nuestros padres nos escucharan discutir, seguramente nos dejarían ser con tal de que arregláramos nuestras diferencias.
— Como quieras. — Amagó a irse.
— ¿Eh? — Eso no era lo que me esperaba. — No, Chen. — Cambié mi mirada de enojo por una sumamente triste.
— No me llames por mi nombre. — Susurró, ocultando sus ojos detrás de su flequillo.
— ¿Ahora no puedo llamarte por tu nombre? No te entiendo. Sin importar lo que haga, no consigo gustarte. Sin importar cuánto me esfuerce, me rechazas. ¿Qué tengo que hacer para que aceptes ser mi hermano? — Comencé a llorar, tapando mi rostro con ambas manos.
— No llores...
— ¡Voy a llorar cuanto se me dé la gana! ¡Esta es mi habitación! — ¿Qué fue eso? — Como sea, voy a hacer lo que quiera. — Cerró la puerta y caminó hacia mí, sin acercarse demasiado.
— ¡Te dije que no llores! — Susurró con fuerza.
— ¿Por qué me sigues ignorando? Me molesta, no me gusta que ya ni siquiera me hables. Lo odio. Me duele. — Sequé mis lágrimas con la palma derecha, mientras que con la otra mano sostenía mi pecho, como si estuviese sosteniendo mi corazón.
— Por favor, ya para. Detente... — Escuché la voz de Chen quebrarse.
— Te extraño. — Confesé en un quejido. Chen comenzó a llorar de una forma que nunca antes había visto, sólo cuando éramos niños, cuando nos conocimos.
— ¿Por qué me haces esto, Minseok? ¿Por qué no me escuchas? Si tanto quieres ser mi hermano, ¿por qué no me obedeces? Te estoy diciendo que te detengas. — Chen cerraba con fuerza sus ojos y mostraba sus dientes apretados por el llanto.
— Chen... — Unas lágrimas escaparon de mis ojos, compadecido por la angustia con la que él lloraba.
— ¿No sabes que me lastimas? ¿No te das cuenta de que me duele cuando dices que quieres que nos tratemos como hermanos? Yo no lo soportaría, no podría soportarlo. Ya duele demasiado escuchar esa estúpida palabra. ¿Por qué tuvo que tocarnos justo a los dos vivir esta mierda? Si continúas insistiendo, ya no creo poder soportar más. Por favor, para...detente...te suplico. — Se arrodilló en el suelo, sosteniéndose con una mano, y la otra golpeándose sin fuerza el pecho. — Duele... Dios, ¿por qué duele tanto?
— Chen... — ¿No podía hacer otra cosa más que pronunciar su nombre? Algo como ir y abrazarlo. …l me miró, se levantó secando sus lágrimas que no querían detenerse, y se acercó a mí. — ¿Tanto así me odias? — Suspiró frustrado.
— ¿Qué no lo entiendes? Nunca fue eso, Minseok. Jamás fue a ti a quien odiaba. Todo lo contrario. — Me miró a los ojos, preocupado, nervioso, dubitativo. — Tú...me gustas Xiumin. Me gustas…y mucho. — Lo siguiente fue que Chen posó sus labios sobre los míos, y yo me quedé completamente helado.
Notas finales: Me disculpo ante cualquier error. [Reverencia] Muchas gracias a todos por leer. ¡Hasta la próxima! ^^ [Reverencia de noventa grados]

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).