Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

DESPUÉS DE LA TORMENTA... SIEMPRE SALE EL SOL por Sparkle Nao

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno, bueno... ¡nos volvemos a leer! Aquí os cuelgo el capítulo para que lo disfrutéis, notaréis que va un poco lento, pero no os preocupéis ya que en los siguientes capítulos vienen por supuesto más mal tiempo, lluvia a borbotones, malentendidos, drama y por supuesto ¡confort! bueno, si correr como un loco es acción, también habrá acción. Yep, el siguiente capítulo también está listo, no es preocupéis que a lo largo de esta semana y si mi editora en jefe le da el visto bueno, lo tendreis colgado para que lo disfrutéis. 

 

Os alegrará saber que está vez mi ausencia es justificada ya que me he estado exprimiendo el coco a más no poder para crear lindas historias para que os escapéis un ratito de la realidad. Desde el mes de setiembre he estado trabajando en otros proyectos que seguramente os gustaran. Algunos y algunas de ustedes me han preguntado que es el "baile nocturno" bueno, muy pronto lo sabréis, sólo os digo que habrá humor, un cierto conejo creativo, una fiesta y nuestro lindo uke Misaki. También diré que Hiroki hará acto de presencia en otro proyecto, como siempre, hará de las suyas y pronto vereis algo bastante interesante...

 

Que más... ¡ah! para los amantes de khr! (Katekyo Hitman Reborn!) estoy trabajando también en el crossover de Harry es Skull, éste tardará un poquillo más en salir pero tenedme paciencia, os va a gustar. Creo que este es un proyecto a lanzar para 2018, así que puedo decir khr! coming soon!

Nota a mi querida fan Ritchad aka Krissciel, espero que disfrutes el fic, de nuevo ¡gracias por esperar!

 

Os recuerdo que los personajes de esta historia no me pertenecen, son creación de Shungiku Nakamura. 

 

Ahora sí... ¡a leer!

 

 

XII

Takano-san alzó la cabeza como resorte a la vez que fruncía levemente el ceño nada más escuchar pasos un tanto lentos y pesados provenientes de su cuarto. Sin esperar a que el castaño saliera del cuarto, se levantó y se dirigió a su habitación para ver que rayos hacía su niño levantado a estas horas cuando debería estar descansando para recuperarse de esa molestosa enfermedad. Nada más abrir la puerta se topó cara a cara con un sorprendido Onodera.  Ritsu parecía encontrarse mucho mejor, sus ojos no estaban tan apagados y había un tantito más de color en su rostro dándole un aspecto un poco más saludable, aunque un ligero tinte en sus mejillas delataban los persistentes cuadros de fiebre que había mencionado Kusama. Takano-san sin pensarlo dos veces más se acercó a Ritsu con determinación y lo abrazó con delicadeza.

 

- ¡Takano-san! - exclamó el menor sorprendido por la inesperada muestra de afecto- ¡Takano-san! oye, respóndeme cuando te llamo, ¿Qué crees que estás haciendo jefe molestoso?

-Estoy demostrándote cuánto me alegro que te encuentres lo suficientemente mejor como para levantarte y poder responderme de esa manera- dijo Masamune - Realmente me alegra que te sientas mejor, Ritsu.

 

Onodera podía sentir como se sonrojaba con rapidez nada más escuchar esas palabras sinceras. Inconscientemente sus brazos se empezaron a mover con timidez hasta el punto de abrazar a la persona que lo tenía aprisionado contra su pecho, el moreno al sentir los bracitos de su ángel abrazarle de vuelta, sonrió con ternura y felicidad mientras lo apretujaba un poquito más.

Onodera dejándose llevar por el ambiente, no se le ocurrió otra cosa que ponerse de puntillas, mirar a Takano-san un momento en los ojos, y como todo flash, darle un besito en la mejilla para luego esconder su cabecita en el hombro del mayor lo más rápido que pudo.

 

Takano-san dejó salir una risa sonora, complacido por ese acto, sin hacerle pasar más vergüenza, el moreno cogió en brazos al menor y lo sentó en el sofá, lo arropó con una manta para después sentarse él con la intención de acabar lo que estaba haciendo. Onodera, sintiéndose más atrevido que de costumbre, apoyó su cabeza en el hombro del mayor. Éste paró un momento, y como si no hubiera pasado nada, siguió con su labor. Ritsu no pudo evitar sonreír ante ello.

 

***

 

Después de esos pequeños contactos, todo fue como la seda. Tanto Takano como Onodera iban tanteando terreno, testando límites, hasta donde podían llegar de momento. Caricias parecidas a besitos de mariposa, ligeros roces “inconscientes”, tímidos abrazos, manos afectuosas… así fue cómo Onodera Ritsu acabó durmiéndose esa noche. Después de que Takano-san acabara el tanto de faena que le quedaba, cenaron en tranquilidad, el castaño tomó sus medicinas y se retiraron al cuarto donde “exploraron” en que página verdaderamente estaban. Obviamente esa noche no hicieron nada excepcional ya que todavía Onodera estaba enfermo, pero sí fue bastante renovador como el moreno marcaba cada parte de su piel con sus labios, como lo devoraba con esa mirada tan intensa y penetrante, como susurraba su nombre mientras paseaba sus dedos por su vientre desnudo. No se sentía decepcionado, puede que no hubiese besos en sus labios, pero si fueron repartidos justamente por otras partes, especialmente su frente y sus mejillas. Se podría decir que era una forma distinta de hacer el amor. Y sin pena ni gloria, el castaño podía decir que le encantaba.

 

POV Takano

 

Miro como mi ángel duerme pacíficamente. Creo que llevó así una hora, pero es inevitable, no me canso de memorizar los rasgos de la persona que tengo aprisionada entre mis brazos. Sus rasgos relajados, su boca ligeramente abierta… Memorias de lo ocurrido nadaron por mi cabeza, cuando desperté, pensé que había sido producto de mi imaginación otra vez, pero cuando noté una fuente de calor a mi lado y vi que realmente Ritsu estaba ahí, durmiendo, acostado a mi lado, no pude evitar sonreír. Ayer fue como un sueño, todavía puedo sentir fantasmas de su entrecortada respiración rozando mi piel, aún puedo escuchar su voz llamándome, sus dedos paseándose por mis cabellos. Fue algo increíble, incluso me atrevería decir mágico. Juro que nunca, nunca, nunca pienso dejar ir a Ritsu, lo protegeré con todo lo que tenga a mi disposición.

 

Me levanto y hago mi rutina diaria, dejo preparado el trabajo para hoy y atiendo a las necesidades de Ritsu. Le doy su medicina y lo hago acostar en el sofá para que descanse. Así pasamos la mayoría del día, yo trabajando y él acostado en el sofá leyendo o descansando. Ya entrada la tarde, noté como Ritsu empezaba a sentirse un poco fastidiado, no pudo acabarse toda la cena y esta vez sin rechistar permitió que lo cargara al cuarto. Por lo que se ve se sentía más cansado de lo que yo esperaba. Muy a mi pesar, y aun tomando sus medicinas, mi niño no pudo evitar tener otro cuadro de fiebre, esta vez no tan severo como los anteriores. Ahora mismo me encuentro sentado a la cabecera de mi cama, como lo he estado haciendo estos últimos días, refrescando la frente afiebrada de mi amor. Le pongo el trapito en la frente después de retirar algunos mechones rebeldes. Miro con fascinación y a la vez preocupación como esos orbes tan hermosos se abren y me miran con confusión.

 

- ¿Takano-san…? - me pregunta con un hilillo de voz.

-Tranquilo, Ritsu- le digo mientras le cojo un de sus manos y la entrelazo entre las mías- estás en mi cuarto, tienes fiebre otra vez. Descansa, yo estaré a tu lado.

 

Veo como sus ojos se cierran y deja salir un suspiro cansado. Verdaderamente me siento preocupado, espero que esta enfermedad pase pronto, no me gusta nada ver a mi ángel así. Resguardo su mano bajo la colcha y sigo trabajando en mi laptop, de vez en cuando remojando el trapito y chequeando si su temperatura ha variado o no. En situaciones como esta el termómetro era mi mejor aliado.

 

Un mensaje llegó a mi bandeja de entrada, era el análisis completo que le había hecho Kusama a Ritsu. Por lo que se ve todo había salido relativamente bien, tenía alterada alguna que otra cosa, pero Nowaki en su mensaje me explicaba que era normal con la enfermedad que Ritsu estaba pasando. A parte de eso me aconsejó algunos alimentos para ayudar a Onodera a fortalecer sus defensas entre más. También me decía que nos esperaba pasado mañana para retirarle los puntos a mi amor. Cerrando el mensaje, hice una nota mental para agradecer a Nowaki luego.

Tan metido estaba en mis pensamientos que no escuché en absoluto la llamada entrante las primeras dos veces, a la tercera respondí el dichoso teléfono, mirando el ID, vi que era Yokozawa.

 

- ¿Por qué leches tardaste tanto en responder el dichoso teléfono? - dijo gruñonamente como siempre suele hacer cuando está un tanto preocupado.

-No escuché el móvil- respondí mientras me retiraba a la sala para no molestar el sueño de Ritsu- ¿Qué quieres?

-Voy camino a tu casa, si todavía te sientes mal, regresa a tu cuarto y acuéstate. Llegaré en unos quince minutos, voy primero a la tienda a buscarte algo. ¿Has comido ya? - sin poderlo evitar parpadeé varias veces intentando comprender que era lo que me estaba diciendo Yokozawa- ¿Masamune? ¿Sigues ahí? - preguntó.

- Sí, te estoy escuchando, pero creo que te…- intenté decir.

-Bien, pues, respóndeme- interrumpió- ¿Has comido ya, o no?

-Sí, ya comí, pero Takafumi te estás…- fui interrumpido de nuevo.

-Bien, por lo menos esta vez me has hecho caso y no te estás matando de hambre- suspiró aliviado- ¿Te ha dado fiebre?

-No, no, Takafumi, escúchame, yo no estoy…

-Sí, sí, ya sé que dirás que no estás enfermo, ya me sé ese cuento, Masamune. Igual voy para tu casa- habló firme, yo solo me limité a escuchar, cuando se pone así no hay quién lo pare- Me alivia saber que no te ha dado fiebre, pero igual, no te confíes, vuelve a la cama. Nos vemos.

 

Con eso dicho, me colgó. Yo solo me limité a suspirar y no hacer mucho caso de ello, bueno, por lo menos lo que traiga de la tienda le servirá a Onodera ya que el enfermo es él no yo. Dispuesto a esperarlo, fui en busca de los últimos reportes que Hatori me envió por fax esta mañana y me senté de largo a largo en el sofá para revisarlos. Sintiendo frío me arropé con la manta que usó Ritsu esta mañana, olía ligeramente a él. No pude evitar sonrojarme un poco cuando me di cuenta de lo que acababa de pensar, parecía una colegiala, ¡por Dios!

Apoyé mi cabeza en el hombro del mueble y seguí con mi labor.

 

***

 

POV NORMAL

 

-Creí haber dicho que te fueras a la cama- dijo una voz que Takano conocía muy bien- Además ¿qué haces con la calefacción apagada? no me extraña que te resfríes si te descuidas de esta manera.

Takano-san enarcó una ceja ante lo dicho a la vez que veía como Yokozawa dejaba lo que había comprado en el supermercado encima de la mesa y se acercó a él. Hizo el ademán de quitarse la manta y levantarse, pero el de ojos claros se adelantó poniéndole una mano en el hombro y manteniéndolo sentado en el sofá. Sentándose a su lado miró fijamente al editor, su mano grande y gentil se posó en su frente como otras tantas veces había hecho en el pasado, retirándose al cabo de un momento al no encontrar ningún rastro de fiebre. El editor pacientemente dejó que su mejor amigo hiciera a sus anchas, observándolo mientras hacía todo eso.

 

-No tienes fiebre- dijo después de un rato.

-Lo sé- respondió el de ojos avellana.

- ¿Te duele la cabeza? - Takano meneó su cabeza en signo de negación- ¿la garganta? - el moreno volvió a hacer lo mismo- ¿la barriga? - la misma respuesta- ¿Entonces?

-Aquí el enfermo no soy yo, Takafumi- habló el menor de los dos- intenté decírtelo por teléfono, pero no dejaste de interrumpirme. Bobo- sonrió al final.

 

Yokozawa se sintió un tanto estúpido por momentos. Luego como si hubiera sido una mera chispa, la preocupación que tenía se transformó en enfado.

 

- ¡Masamune, pedazo de burro! - rugió cuando se dio cuenta verdaderamente de lo que acababa de pasar- Y yo preocupándome aquí por ti, para luego que me digas que el enfermo no eres tú. ¡Será posible! ¿En qué carajos estabas pensando cuando decidiste tomarte todo este tiempo libre y no avisarme! ¿¡Sabes qué tan preocupado estuve ayer por tu culpa!?

 

Takano-san como siempre, dejó que se desfogara mientras una ligera sonrisa hacía acto de presencia. Sinceramente estaba agradecido por tener un amigo como Takafumi, ya que él había sido un pilar importante durante una parte de su existencia, se sentía bien cuando se preocupaba por su bienestar, por esa misma razón le dejaba bastante cuerda cuando se trataba de este tipo de cosas. También se alegraba y le aliviaba saber que las cosas entre ellos no habían cambiado mucho después de haberle parado los pies ese día cuando empezó a entrometerse en su relación amorosa con Onodera. El moreno sabía que lo estaba haciendo por su bienestar, pero no podía permitir que siguiera hiriendo a la persona que amaba de esa manera.

 

Estuvieron algunos meses sin hablar, sin saber de la vida del otro, sin quedar después del trabajo como solían hacer antes. Las primeras semanas se sintió verdaderamente culpable al ver como Takafumi llegaba cada día al trabajo con los ojos ligeramente hinchados, rojizos y con ojeras cada vez más pronunciadas. Decidió no acercarse y no decir nada ya que sabía que le acabaría haciendo más daño si mostraba preocupación como si en verdad no hubiera pasado nada entre ellos.

Las pocas veces que Yokozawa coincidía con Takano en el ascensor solo respondía en monosilábicos si le preguntaba algo relacionado al trabajo, y cuando tenían junta hablaba con dureza, otras ocasiones sin mucho entusiasmo, siempre sin mirarle a los ojos.  El de ojos avellana sabía que había herido a su amigo y durante una buena temporada temió que años de relación habían acabado como si nada.

 

Ahora Takafumi estaba más tranquilo, se le veía más contento y según los rumores era más paciente con los que estaban bajo su mando. Takano-san sospechaba que tenía mucho que ver con la repentina relación que estableció Kirishima con su amigo. Por lo que se ve, el tiempo es capaz de sanar todo y traer sorpresas gratas cuando uno menos se lo espera.

 

-Masamune, oye, ¿me estás escuchando? - preguntó un tanto irritado el administrador de ventas.

- La verdad es que no, estaba pensando en otra cosa- dijo sincero mientras lo miraba a los ojos. Yokozawa se lo quedó mirando con una ceja enarcada- estaba pensando en que soy muy afortunado en seguir teniéndote como amigo, Takafumi. Sé que ya hablamos de ello hace algún tiempo atrás en la sala de descanso de la editorial, pero me dio la sensación de que faltaba algo por decir.

Solo quiero que sepas que agradezco todo lo que has estado haciendo por mí y que eres el mejor amigo que puedo pedir. Gracias.

 

Yokozawa se lo quedó mirando entre sorprendido y confundido por lo que había dicho Masamune, ¿a qué venía esa repentina gratitud? Cuando cada una de las palabras acabaron de asentarse en el cerebro del más alto, no pudo evitar sonrojarse por la confesión tan embarazosa que acababa de hacer el de ojos avellana.

 

- ¿Qué diantres estás diciendo ahora, Masamune? - dijo exasperado el mayor mientras se tapaba la mitad de la cara con su mano- ¿¡a qué viene eso ahora, burro!? No digas cosas embarazosas así por las puras de San Pedro, eso quedó en el pasado y ya está. Yo superé esa fase y la dejé como otra memoria más. No es necesario que me agradezcas nada, hemos sido amigos desde que empezamos la universidad, tú también me has soportado y puedo decir que te lo agradezco ya que confieso que no soy muy fácil de lidiar…- dijo serio- bueno, dejémonos de palabrería pastelosa, seguimos siendo amigos y ya, eso es lo que cuenta.

-Tienes razón- rio Takano entre dientes al ver a su amigo todavía un poquito ruborizado por ese pequeño sentimentalismo mostrado- tienes toda la razón, estimado Takafumi.

-Y por lo que puedes observar- dijo un tanto sarcástico Yokozawa- estimado Masamune, me has hecho gastar el dinero insulsamente, ya que no estás enfermo. ¿Qué voy a hacer ahora con todo esto?

-Puede que yo no esté enfermo- inició Takano mientras se levantaba del sofá para chafardear que es lo que había en las fundas- pero Onodera sí lo está. Ahora mismo está descansando en la cama de mi cuarto.

 

Notas finales:

¿Y bien? ¿Os ha gustado? espero que sí. ¡Comentad sin miedo! Quiero saber vuestra opinión. Muchas gracias por esperar y si mi editoria dicta ¡nos leemos mañana! 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).