Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Recien casados por Prudence 002

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos y chicas D: GOMEN GOMEN!, me he retrasado mucho lo se, pero como les dije!, se me daño mi pc y no puedo usar  esta mucho tiempo porque es compartida u.u, en fin aqui les traigo el 7mo capitulo espero que les guste :D

Benjamín dormía sobre el desnudo pecho de Tristán, quien lo abrazaba protectoramente, en solo unas horas se convertirían en compañeros para siempre, aunque oficialmente hablando, ya que ese trato se había cerrado años atrás.

9 años antes…

-          Tristán!! – gritó un pequeño de grises ojos y negro cabello que se encontraba de rodillas en una jardinera llena de hermosas flores – Mira lo que encontré Tristán!

-          Qué es pequeño?- preguntó el mayor corriendo a su lado y luego agachándose a la altura de Benjamín.

-          Mira! – dijo el niño mostrándole una pequeña y redonda piedra tornasol en su mano extendida.

-          Es hermosa pequeño – el menor le dio un besito en los labios a el apuesto muchacho castaño y le entrego la piedrecilla.

-          Ten, es para ti Tris – dijo el niño besándolo de nuevo.

-          Gracias hermoso – dijo Tristán tomando la piedrita en su mano, luego la guardo en su bolsillo y acarició la mejilla del niño que se sonrojo ante el tacto del mayor.

-          A que no me atrapas! – grito Benjamín y salió corriendo del alcance de Tristán, este se levantó y se fue corriendo detrás del niño que reía y saltaba tratando de escabullirse.

Las risas de ambos llenaban el aire, dándole alegría a esa casa, Benjamín corría saltando los arbustos y esquivando los guijarros, zigzagueaba y serpenteaba buscando la manera más complicada de huir de Tristán, quien por más que se esforzaba, no podía seguirle el paso al chiquillo, mucho menos alcanzarlo.

-          Buenos días hermosura – dijo Tristán cuando Benjamín empezó a abrir los ojos perezosamente.

-          Buenos días mi amor – dijo el menor bostezando y estirándose.

-          Hoy nos  vamos a casar pequeño, estás listo? – preguntó mientras le acariciaba la mejilla con su fría nariz.

-          Nací listo para casarme contigo Tristan Andretti.

-          Eso espero Benjamín Fabritzzio.

Benjamín volvió a acurrucarse en el costado de Tristán mientras le propinaba suaves y cortos besitos en sus costillas causándole un agradable cosquilleo.

-          Benja, sabes que… (carcajadas) – Tristan se retorcía debido a los besitos y las cosquillas mientras Benjamín muy sabedor de lo que hacía se empeñaba en causarle más risas – pequeño demonio – dijo Tristán antes de ponerse sobre el menor y atacarlo con cosquillas en la parte baja de su abdomen, el punto débil de Benjamín.

-          NO ahh!! – gritaba y reía el pelinegro retorciéndose bajo el pesado y musculoso cuerpo de su amante quien además había empezado a besarle el cuello causándole más cosquillas aun.

-          Me las pagaras pequeño – amenazaba Tristán mientras succionaba sensualmente la piel de su futuro esposo y le dejaba pequeñas y rojizas marcas de sus labios y dientes.

 

-          Te tengo ¡ - gritó triunfante Tristán levantando a su pequeño de grises ojos en el aire, y haciéndolo girar como avioncito, el niño se deshacía en grititos y risas de emoción.

 

-          Bájame Tris!, hiciste trampas – decía el pequeño retorciéndose en el aire.

 

-          Solo si prometes darme un beso – dijo el mayor haciéndole cosquillas debajo del vientre.

 

-          Bien! – gritó el pequeño entre carcajadas.

 

El mayor lo depositó en el suelo y se agachó a la altura de este para recibir su beso, el niño tomó el rostro de Tristan y lamió lentamente el labio inferior, luego el superior, para finalmente posar sus pequeños y suaves labios sobre los de su novio, este tomó al niño de las caderas e intentó profundizar el beso, pero el pequeño como siempre, huyó de él riendo y jugando, y casi burlándose, aunque, lo hacía para disimular su nerviosismo.

Tristán y Benjamín seguían jugando mientras fuera de su habitación la casa empezaba a despertar, el equipo de peinado y maquillaje de las damas de honor se estaba instalando en el salón principal, mientras que los decoradores daban los últimos detalles al altar en el jardín derecho, en el piso de las habitaciones se oía la algarabía del día de la boda, un silbato no cesaba mientras que, el “wedding planner” cantaba sin cesar y tocando las puertas.

-          A levantarse todos! – decía con su voz amanerada.

 

-          Ya!! -  se escuchó fastidiada la voz de Dylan.

 

-          Estamos despiertas – dijeron bostezando Cristiana y Bella.

 

-          Estás muy guapo hoy Michelle – dijo coqueto Leandro, quien de seguro se ganaría un golpe por parte de su celoso Isaac.

 

-          Haber la feliz pareja! – canturreó Michelle al llegar al cuarto donde Benjamín y Tristán se encontraban, sin más abrió la puerta y comenzó a hacer ruido con su insoportable silbato.

 

-          Michelle querido, ya entendimos – dijo Benjamín tapándose los oídos con su almohada.

 

-          Bien, pero debes levantarte, y desayunar, luego ir a peinado y maquillaje.

 

-          Pero yo no me voy a maquillar – dijo Benjamín algo confundido.

 

-          Lo se cariño, pero te van a peinar y a probar el traje por última vez, dicen que las novias suelen subir o bajar unas libras el día de su boda, y queremos que todo sea perfecto así que “ale ale chéri”, dijo gesticulando para que ambos se levantaran.

 

-          Yo, solo debo ponerme mi traje y no olvidar los votos mon amour, así que seguiré durmiendo – dijo Tristán acurrucándose nuevamente.

 

-          NO! – grito Benjamín sacándole la manta de encima – tú te levantas conmigo – dijo haciendo un puchero y golpeando a Tristán con la almohada.

 

Un hermoso muchachillo de cabello negro y largo hasta los hombros dormía sobre el pecho de un muchacho mayor que él, ambos respiraban tranquilamente y sus expresiones se encontraban relajadas.

-          Benjamín, querido, ya es hora de levantarse para ir al colegio – dijo Sarah entrando a la habitación donde su hijo y su futuro yerno dormían.

-          Mmm – fue la respuesta que consiguió del adolescente

-          Vamos Benja, estas en exámenes – la madre avanzó hasta la cama y destapó a su hijo para que el frío lo hiciera espabilarse.

-          Mamá! – chilló ante el ataque.

-          Levanta Benja! – que tienes colegio – dijo el joven castaño que dormía a su lado.

-          Y tú por qué no te levantas? – se quejó el menor.

-          Yo tengo vacaciones mon petit – dijo socarronamente mientras se envolvía de nuevo en las sábanas de seda.

-          AHHHHHHHHHHH!! – gritó el menor en el oído de Tristán.

-          Te volviste loco!? – le gritó de vuelta lanzándole una almohada.

-          Te levantas conmigo, o no me levanto! – dijo tapándose hasta la cabeza.

 

Benjamín, Tristán y todos los demás miembros de la boda se encontraban en el salón principal, que se había convertido en un salón de belleza y casi tienda de ropa.

-          Martín te queda bien tu traje, porque el mío esta algo suelto – dijo Antón a su gemelo, que era algo más fornido que el.

-          Creo que si enano, yo tengo el tuyo – dijo Martín al notar como le quedaba el traje que se había puesto.

Benjamín se encontraba sentado frente a un tocador mientras Cecilia le planchaba el cabello y Raquel le arreglaba las uñas.

-          Tristán, querido, te vas a retocar los reflejos? – dijo Martín imitando la voz afectada de Michelle.

-          Si, muchas gracias cariño, me lo vas a hacer tu? – le respondió                 burlón a lo que su hermano le sacó la lengua.

-          Bueno, te retoco los reflejos o no – dijo Bastian, uno de los peluqueros.

-          Que si! – dijo acomodándose, el peluquero empezó con el trabajo.

Alrededor de las 16h00 llegaron Laura y Clara ya vestidas y listas para sus roles como damas de honor.

-          Benjamín mi amor!, te ves espectacular! – chilló Laura halagando exageradamente el atuendo y peinados de Benjamín.

-          Gracias guapa, tú te ves tan sexy como siempre – dijo este a su amiga instándola para que dé una vuelta, la muchacha lo hizo y modeló un poco su vestido.

Finalmente llegó la hora, eran las 19h00 cuando empezó la ceremonia, en el hermoso jardín iluminado por cientos de foquitos blancos, en la parte superior se encontraba un hermosa glorieta, decorada con flores blancas y bellas luces que le hacían parecer un pedacito de cielo, donde se encontraban el ministro y Tristán, con su impecable esmoquin negro, listo para convertirse en el hombre más feliz del mundo.

En la parte derecha se encontraba un escenario donde estaba acomodada la orquesta sinfónica de Isaac listos para empezar en cualquier momento, casi la mitad del jardín estaba ocupada con sillas de color plata, formadas en dos cuadros donde se encontraban los invitados,  y en medio de ambos cuadros de sillas había una alfombra de color azul marino, por donde ingresaría Benjamín en 3 minutos.

la orquesta de Isaac empezó a tocar Salut d´Amour de Edwar Elgar y comenzó a entrar la corte, la primera dama en entrar fue Cristiana, que iba con Leo, luego Bella, Agustina, y siguieron hasta que terminaron con Laura, luego dos hermosas gemelas rubias, de unos 6 años cada una, entraron regando pétalos de flores de colores pastel y por último… entró Benjamín.

Estaba vestido con un hermoso esmoquin blanco, su cabello largo recogido en una elegante trenza francesa y su flequillo que habían recortado a la altura de su sonrosada mejilla, Benjamín era hermoso, incluso más hermoso que cualquiera de las mujeres allí presente, parecía un ángel con aquel traje  y su bellísimo ramo de peonias rosadas; avanzó al compás de la música hasta que llegó a lado de su amante, que lo esperaba con la mano extendida y una sonrisa de pura felicidad, la música cesó y dio paso a las palabras del ministro.

-          Queridos invitados, estamos aquí reunidos para unir las vidas de nuestros amigos Tristán y Benjamín, que como todos nosotros tienen el derecho de ser felices, y de gozar de su amor en plenitud.

 Benjamín miró a Tristán, quien nunca había tenido una sonrisa tan sincera, pura, y feliz en su rostro, fue tanta la alegría que sintió en ese momento, que sus ojos empezaron a picarle y tibias lágrimas de la más inmensa felicidad salieron de ellos, el mayor al notarlo presionó más fuerte la mano de su amante y le susurro un “te amo” para reconfortarlo.

-          Tengo entendido que han escrito sus propios votos, vamos a empezar, Tristán – dijo el ministro dándole la palabra.

-          Bien – dijo  Tristán algo nervioso – Benjamín Fabritzzio, te he amado desde el día en que te vi, te he visto, dar tus primeros pasos, decir tus primeras palabras, te enseñe a andar en bici, te he visto llorar, reír, saltar, jugar, desarrollarte y convertirte en la maravillosa persona que eres hoy, me enamoré de tus sonrisas, de tu inocencia, de tu valor, de la manera en la que juegas con tu cabello cuando estas nervioso, y  la cara que pones cuando algo te emociona, te amo, eres y estoy seguro de que siempre serás el gran amor de mi vida.

Tristán le colocó la dorada alianza y le deposito un tierno beso en la frente, le  acarició la sonrosada mejilla robándose las tibias lágrimas de su niño.

-          Te amo! – gritó emocionado Benjamín lanzándose a los brazos de Tristán y besándolo en los labios como si fueran la fuente misma de la vida, comenzó a llorar ruidosamente manchando el negro traje de Tristán con sus lágrimas y pegajosos fluidos nasales – nunca quiero separarme de ti, eres mi vida Tristán – dijo sollozando mientras escondía más la cara en el fuerte pecho de su hombre.

-  Amor, esta bien, tranquilízate si… - le dijo el mayor acariciándole la espalda, Benjamín se recuperó un poco y le colocó el anillo, nunca se lo había visto de esa manera, él normalmente sabía desenvolverse en público muy bien, luego de colocarle el anillo a su marido se abrazó de nuevo a él, como si alguien fuera a arrebatárselo.

Los invitados estaban atónitos al principio, luego algo apenados, pero al final, enternecidos por las actitudes del menor.

-          Bien, por el poder que me confiere el distrito sur yo los declaro marido y hombre, pueden besarse – dijo el reverendo uniendo las manos de Tristán y Benjamín.

El mayor tomó el rostro de su niño en sus manos y lo levantó para que lo mirara, lentamente se acercó hasta posar sus labios delicadamente en los contrarios para así dar inicio al primer beso que se daban como esposos.

Los invitados empezaron a aplaudir, pero para los dos, solo existían ellos en su pedacito de cielo…

 

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado, dejen reviews :3 y cuentenme si quieren leer sobre la noche de bodas o... me paso al viaje xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).