La recepción de la boda estaba resultando exquisita, el salón estaba decorado hermosamente y los bocaditos y bebidas eran simplemente deliciosos, Habían tres largas mesas rectangulares que enmarcaban una pista de baile de hermosa cerámica cuadriculada en la que se movían las parejas al ritmo del jazz que tocaba la banda de Martín, entre esas parejas estaban Tristán y Benjamín.
Estaban bailando abrazados, perdidos en su pequeña esfera de cristal, mirándose a los ojos tan enamorados que la gente no podía creerlo, avanzaban despacio y cadenciosamente, mientras las manos del mayor recorrían la delgada espalda de su marido, se fundieron en un hermoso beso que hizo que se detuviera la música y el baile, y que la gente los mirara encantados, como si no existiera cosa más hermosas que esa, y en realidad, algo tan hermoso era muy difícil de superar.
- La cena está a punto de servirse - dijo el maestro de ceremonias que habían contratado enseguida entraron los camareros que llevaban carritos dorados con deliciosos manjares que olían realmente divino, y otros llevando charolas con largas copas de delicioso champagne que repartían a los invitados para el brindis.
Pronto los invitados se fueron sentando en sus lugares asignados dejando las sillas del centro de la mesa para Tristán y Benjamín, El MC tomó un micrófono y anunció que era hora del brindis y discurso del padrino de bodas, osea Isaac.
- Bien – empezó Isaac Santiago hermoso como siempre mirando todo con sus profundos ojos celestes – conozco a Tristán y Benjamín prácticamente de toda la vida, Tristán es mi mejor amigo desde el jardín de niños y bueno, yo asistí al bautizo de Benja, así que se imaginarán – la gente rió discretamente – recuerdo cuando Tristán me dijo que se había enamorado de Benjamín, y que empezaba a verlo como algo más que su pequeño prometido de 9 años, yo por supuesto me horroricé al principio, pero luego llegue a comprenderlo, Benjamín era un niño de verdad hermoso y sabía que a lo que Tristán se refería, ya no lo veía como una obligación para con su familia, Tristán amaba a Benjamín hasta el punto de hacerlo su prioridad muchas veces, y por sé, que la tierra nuca verá un amor tan grande como el de ellos, que se aman desde el comienzo de sus vidas, y estoy seguro de que lo harán hasta el último día.
Los invitados aplaudieron encantados por el discurso de Isaac y la velada continuó normal hasta que llegó el momento de que los novios digan “hasta luego” y vallan a su luna de miel, que en este caso sería grupal, así que la mayoría de la corte diría “hasta luego”
- Chicos! - dijo Nynpha llamando a la puerta de la habitación de Benjamín – apresúrense!
- Ya vamos, estamos… ngh!... estamos preparando las maletas – dijo dificultosamente Benjamín quien además de preparar su maleta estaba recibiendo algo de atención en sus partes privadas.
- Ya dejen de hacer cochinadas y muévanse que los camiones ya están aquí! – dijo Leo aporreando la puerta más fuertemente.
- Ya ya! – dijo fastidiado Tristán que salió con un par de maletas lamiéndose la comisura de los labios.
Los exploradores se encontraban en el portón de la casa listos para abordar los camiones.
- *Bueno? – dijo Leo atendiendo su teléfono mientras Isaac le arrebataba su mochila para subirla al camión.
- Señor Montiel? – dijo una voz femenina del otro lado de la línea.
- Soy yo, ¿Quién es usted? – dijo extrañado, Isaac se acercó a él y le colocó una mano en el hombro sintiendo claramente que el cuerpo de Leandro se tensaba.
- Le llamo del hospital, ¿es usted familiar de Arthur Donovan? – Leo se preocupó, preocupando a Isaac que lo miraba curioso.
- s… si- dijo cauteloso.
- Le recomiendo que venga para acá Señor, su familiar se encuentra algo mal…
- Si *– dijo colgando el teléfono.
Isaac lo giró hacia él y le acarició el rostro, había escuchado claramente la conversación y ahora lo miraba con cariño y ternura.
- Chicos – dijo el mayor dirigiéndose a sus amigos – no vamos a poder ir con ustedes al viaje, el primo de Leandro está mal y necesita ayuda con su hermanito.
- Arthur? – preguntó Tristán - ¿qué tiene? – lo conocía y habían sido amigos.
- Él está muy afectado por lo de Seth, y últimamente no se encuentra bien.
- Ok, chicos, no se preocupen - dijo Benjamín acariciando la mejilla de su mejor amigo – Anda, tu familia te necesita, y si ustedes necesitan algo no duden en llamar – Benjamín abrazó a Leo que recibió el cariñoso abrazo escondiéndose entre el cuello y el hombro de Benjamín, como cuando eran niños Tristán e Isaac los cubrieron y tuvieron uno de sus abrazos grupales que evidenciaban la profunda amistad y el cariño que se tenían.
Isaac y Leandro se despidieron del camión en el que iban sus amigos y se dispusieron a entrar a la gran casa, partirían temprano por la mañana hacia el distrito del oeste.