-¿Sabes qué le pasa?- Le preguntó con tono muy preocupado Jaehwan a Wonsik.
-No tengo ni la más mínima idea, está así desde que llegué- Le contestó cortante y desinteresado.
Jaehwan decidió acercarse al chico y enterarse personalmente de lo que le ocurría, pues apenas llegó a la celda cayó en cuenta de que el pequeño Sanghyuk estaba llorando demasiado desconsoladamente, estaba llorando como si la vida se le fuese en ello, era bastante normal verlo llorar seguido, pero la forma en la que estaba llorando ahora no se comparaba con todas las veces, esta vez lloraba como si estuviese muriendo de dolor, pero también entremedio de su llanto desconsolado, de vez en cuando tomaba pausas para reír fuertemente, Jaehwan nunca en estos ocho meses que llevaban compartiendo celda había oído al chico reír ni una sola vez, pero esta vez sinceramente le estaba empezando dando miedo, ya que, enterándose de sus antecedentes, aunque estos sean reales o falsos, es para tenerle miedo a un pequeño Sanghyuk de dieciocho años.
El pequeño Sanghyuk seguía llorando, llorando y riendo, hasta que Jaehwan se le acercó para enterarse de si le sucedía algo realmente malo o si era solamente un episodio depresivo nuevo, de otro tipo que no había visto.
-Hyuk ¿Estás bien?- Le preguntó Jaehwan acercándose al chico, el cual se encontraba de espaldas a el, hecho una bola en una esquina de la celda, pegado de frente a la pared, mientras que su pequeña y esbelta espalda tiritaba y se torcía hacia adelante producto de su llanto imparable.
-Hyuk- Le repitió Jaehwan al chico ya que este no le contestaba.
Mientras todo esto pasaba, Wonsik se encontraba en una de las "camas" de la celda tratando de descansar, hace poco había llegado de hacer trabajos y lo único que quería era estar tranquilo un rato, pero para su sorpresa, Sanghyuk no lo dejó hacer ni siquiera eso ya que desde que llegó se encontraba en ese estado lamentable, gimiendo y hasta gritando incoherencias lamentables mientras lloraba y reía hace ya casi dos horas.
-Hyuk, vamos, háblame- Le pidió preocupadamente Jaehwan cuando estuvo lo suficientemente cerca de el como para hacerle cariño en sus enredados y descuidados cabellos teñidos de rubio.
-Me llamo Sanghyuk- Le gritó Hyuk a Jaehwan mientras se encogía aún más en si mismo, mientras se apegaba a la pared, como si esta pudiese darle algún tipo de consuelo.
-Oye, ¿Estás bien?- Le pregunto Jaehwan arrodillándose para quedar a la misma altura que el menor.
-Que pregunta más estúpida- Murmuró Wonsik, a lo que Jaehwan le gruñó débilmente queriendo lanzarle cualquier cosa que encontrara, pero al no encontrar nada cercano, volvió su atención al pequeño.
-Sanghyuk, por favor dime algo- prácticamente le rogó Jaehwan al pequeño que no paraba de llorar con su cara entre sus manos.
-Vete- Fue lo único que Jaehwan pudo escuchar salir de los labios del pequeño entre gemidos y tartamudeos lastimosos.
Jaehwan iba a darse por vencido, de hecho ya estaba caminando de vuelta al otro lado de la celda, pero antes de poder hacerlo, notó que desde donde se encontraba ahora, osea un poco más lejos de Sanghyuk, se podía ver claramente una poza considerable de algún líquido oscuro y espeso deslizarse lentamente junto a Hyuk, como si fuese un delgado río fluyendo tranquilamente y sin apuro alguno.
Decir que la cara de Jaehwan fue de sorpresa cuando cayó en cuenta de que el líquido era nada más ni nada menos que de sangre era poco, casi se desmaya por la impresión, pero ¿qué era exactamente? ¿una herida? ¿un corte? ¿un disparo? ¿qué era?.
Jaehwan no sabía qué hacer, ya que, sin importar por qué fuese, había sangre fluyendo desde el cuerpo de Hyuk al exterior, sangre que supuestamente debía seguir su ciclo continuo dentro del cuerpo del chico estaba en este mismo momento saliendo de este en una cantidad considerable. Tal vez Jaehwan no atinaba a mover ni un solo músculo por miedo, miedo a que lo culparan por algo, o tal vez miedo a que el problema fuese uno vital, pero de todas formas estaba seguro de que tenía que darle aviso a alguien, después de todo, los guardias y encargados ya sabían perfectamente sobre el problema de Sanghyuk, como también sabían perfectamente que hacer en casos como estos, porque sinceramente Jaehwan no tenía ni la más mínima idea de qué hacer. Avanzó lentamente hacia atrás hasta chocar con Wonsik, quién se quejó, pero antes de que pudiese decir algo, Jaehwan lo cayó con la mano.
-¿Notaste que está sangrando?- Le susurró furiosamente Jaehwan a Wonsik, sinceramente, este había estado con Hyuk casi dos horas, y no, ni siquiera se molestó en mirarlo, por lo que no se dio cuenta de que sangraba, y sinceramente tampoco le hubiese importado si lo hubiera notado.
-No lo había notado- Contestó sin interés alguno Wonsik, cosa que hizo que Jaehwan se enfureciera aún más.
-¿Entones vas a ir a llamar a alguien?- Le preguntó Jaehwan susurrando, aunque, el pequeño no lo escucharía de todas formas, ya que se encontraba llorando muy fuerte como para escuchar incluso sus propios pensamientos.
-¿Para qué? ¿Para que crean que yo le hice algo otra vez? No gracias- Le dijo Wonsik sin darle importancia alguna, a lo que Jaehwan lo tomó por el cuello de la camisa y lo encaró.
-Déjame ponerlo de esta forma... O vas a buscar a alguien para que venga a verlo, o yo me encargo de decirle a todos los guardias que lo golpeaste hasta dejarlo sangrando, es tu elección- Wonsik quitó bruscamente las manos de Jaehwan de su camisa.
-Bien, iré- Le dijo muy cerca de su cara, retándolo.
-Pero déjame decirte antes, que no te conviene en lo absoluto chantajearme Lee- Le dijo furiosamente Wonsik antes de caminar a la "entrada" de la celda y sacar la mayor parte de su cara por ahí.
-¿Hay algún guardia por ahí?- Gritó fuertemente, tanto que logró escuchar pasos acercándose casi inmediatamente a su celda, luego de aproximadamente un minuto, por fin un guardia se paró en su linea de mirada.
-¿Qué problema tiene?- Le preguntó antipáticamente el guardia a Wonsik.
-El problema es que mi compañero de celda, el cual le recuerdo que tiene problemas mentales severos está sangrando en este momento, y no sabemos por qué ¿Sería usted tan amable de entrar y llevarlo a algún lugar para que lo vean bien? por favor- Le dijo Wonsik sonando lo más sarcásticamente cortés posible. El guardia lo miró sin ninguna expresión en su cara y sacó un gran manojo de llaves de su bolsillo, a lo que Wonsik se sintió un poco más aliviado sabiendo que el guardia le hizo caso. Después de unos interminables segundos, el guardia finalmente pudo encontrar las llaves de la celda, las cuales usó para abrir la puerta de esta, pero no sin antes estar seguro de que Wonsik no intentaría escapar o algo así.
Una vez dentro, Jaehwan lo miró y le apuntó al muchacho en el piso junto a su poza de sangre cada vez más grande en silencio.
El hombre atinó a caminar rápidamente hasta el pequeño, levantándolo ligeramente y con mucho cuidado desde la espalda, extrañamente el pequeño no se resistió y solo se levantó cuidadosa y pausadamente, se volteó hacia el guardia, Wonsik y Jaehwan, y la vista que les dió fue simplemente espantosa.
Cabello claro manchado con sangre en el flequillo, su pequeña cara con marcas rojas claras de sus manos, sus ojos cansados, pero aun botando agua por ellos, con unas espantosas ojeras y arrugas bajo estos, sus ojos llegaban a estar morados, y todo seguramente debido al insomnio, bajando un poco más, (y llegando a la parte horrorosa) su traje carcelario estaba desabotonado hasta su ombligo, mostrando su pecho y abdomen pálidos y planos, pero que contenían dos sílabas gigantes, dos sílabas grabadas profundamente en su torso con letras rojas casi inentendibles, las cuales pudieron entender por el simple hecho de que ese nombre era escuchado frecuentemente en la boca del chico cuando este tenía sus episodios.
Las letras goteando líquido rojo, mientras que en sus brazos llenos de parches se veían garabatos rojos enrevesados, goteando también, para llegar a sus manos completamente rojas, las cuales sostenían un cuchillo pequeño de cocina, el cual ni el mismo sabe de donde sacó.
Hyuk le dio una débil mirada a todo a su alrededor y lanzó lejos el cuchillo, mirando sus manos, y empezando a desesperarse poco a poco, obviamente señales de que su personalidad acaba de cambiar nuevamente, quizás a una frágil e influenciable, al cual le sorprendió lo que acababa de hacer. Su respiración se volvía más rápida, su pecho se ensanchaba y se reducía a gran velocidad, y ninguna de las tres personas que estaban ahí mirándolo pudo atinar a hacer algo hasta que el pequeño se lanzó por su propia cuenta de bruces al suelo.
-Lo siento tanto- Le grito a las personas que se encontraban en la celda, pero, todos sabían que no les hablaba a ellos, rompió en llanto nuevamente y solo después de unos extensos minutos en los cuales nadie hizo absolutamente nada se desplomó hacia atrás, tal vez solo se lanzó el mismo, tal vez se desmayó, tal vez murió.
Solo entonces el guardia lo levantó ágilmente y lo llevó fuera del lugar, sin decirle ni una palabra a los dos chicos, y, obviamente, cerrando la puerta tras de si.