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"El diario de la Luna" (EXO) por Sai Choi

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Notas del capitulo:

Wow, como prometí xD

Un Only ChenMin

Seúl, Lunes 23:40

 

P.O.V Chen:

 

Había pasado todo el día rodeado de papeles, que si la señora Huang había viajado a Amsterdam, o si había viajado a Canadá, e incluso un mal informante llegó a decirme que la señora Huang se había escapado a Venezuela.

 

-No son más que un montón de payasos… -me dije a mi mismo, solía hablar solo, una costumbre que alguien me pegó hace mucho tiempo.

 

Era muy tarde, y yo me encontraba solo en la terraza de mi casa. MinSeok había insistido 500 veces con que quería abandonar el hotel con estilo chino, decía que le incomodaba estar rodeado de tanta gente, y que el ruido de la calle le molestaba.

Accedí a traerlo a una de mis  tantas viviendas, era de estilo un poco ingles y esta se encontraba bastante alejada de las calles principales, a unas cuantas cuadras del cementerio. Más exactamente dicho mi “casa” no era más que una vieja iglesia Cristiana reformada.

Era de un color blanco realmente sucio, puesto que la última vez que viví en Corea había sido hace unos 40 años, y no había dejado a nadie para que se hiciera cargo de la casa en mi ausencia.

Con grandes ventanales, contaba con 2 pisos, era mejor dicho una pequeña mansión. JoonMyun suele quejarse de que me gusta mucho llamar la atención, pero esta casa era completamente común.

Suspiré y dejé los papeles de lado, recostándome de manera incomoda en el pequeño sofá, desde este punto podía ver todas las luces de Seúl brillar.

 

-Lindo lugar… -murmuró una voz detrás de mi, no hizo falta que me girara para saber que se trataba de MinSeok. -¿Te vas a quedar aquí hasta que amanezca?

 

-A veces me sorprende que te vuelvas más comunicativo entrando la noche Hyung. –dije dejándole espacio en el pequeño sofá, el pareció dudar, pero después de unos segundos tomó asiento a mi lado.

 

-Pensándolo bien. –dijo mirándome con gesto de fastidio. –Quédate hasta que amanezca, y ojala te quemes vivo.

 

-Que cruel eres Hyung. –dije con una sonrisa nerviosa, el era el chico más frío que conocerías algún día. En el sentido literal, MinSeok congelaba las cosas. -¿Por qué subiste?

 

-Me despertaron las ratas que jugaban con mis zapatos. –dijo con clara irritación, yo lancé una risotada, pero a el no le había hecho ninguna gracia. –Mañana llama a un exterminador o algo.

 

-¿Para que? –puse mi mejor sonrisa inocente, se me había ocurrido una maldad. –Escuché por ahí que a los lobitos les gusta jugar a atrapar, juega con ella Hyung.

 

-Vete a la mierda JongDae. –dijo molesto, pero no pudo ocultarlo, le había dado gracia lo que dije.

 

-No me llames JongDae. –el me miro, esperando a que dijera el porque. –No me gusta que me llamen así, mejor dime Chen.

 

-¿Y si mejor te llamo “Dinosaurio”? –dijo sarcástico, más yo reí, el lo hizo conmigo.

 

-Oye. –me miro aún sonriendo. –Es la primera vez que me hablas más de 2 minutos, y más aún, es la primera vez que me sonríes.

 

-Bueno… -su expresión decayó en ese momento, sabía que todo iba demasiado bien. –Serás a la última persona que este conmigo cuando esto acabe, mejor tener un buen momento, ¿Verdad?

 

-¿Te refieres a mi promesa de matarte? –asintió con la vista perdida en las luces de la ciudad. –Aún no me haz dejado preguntarte porque quieres morir.

 

-Sabes… -subió sus pies el pequeño sofá, acercando sus rodillas a su pecho, luego las abrazo. –No hay un motivo profundo y desgarrador del porque quiero morir en realidad… Aún que creo que le sacaría un gran peso de encima a mis padres.

 

-¿Te sientes una carga? –conocía a la perfección ese sentimiento. –Suele pasar.

 

-Es más que eso, suelo soñar en como sería el mundo sin mi y creo que todos serían más felices. –explicó mirándome por una fracción de segundo, luego desvió la mirada inmediatamente. –Incluso para ti debo de ser una carga, como me peleé con Luhan antes de llegar a Seúl tu te convertiste en el encargado de cuidarme.

 

-Ser tu niñera no me pareció divertido al principio. –dije sin ningún reparo, y ví como el se abrazaba más fuerte sus rodillas. –Pero no es tan malo si me acostumbro a tus faltas de respeto… Es bueno hablar con alguien que no sea yo mismo.

 

-…Gracias, pero por favor, cumple tu promesa. –sonreí para mis adentros, no era del tipo de personas que oían esas palabras seguido, y viniendo de el realmente me hacían sentir mejor. –Ne… ¿Necesitas ayuda?

 

-Te mataré, si es lo que realmente quieres, tu solo debes decirme cuando.–dije serio, pero después suspiré y mire la montaña de papeles que me rodeaban, junto a estos también había una gran pila de libros, cuyas tapas se levantaban y las hojas se pasaban cuando el viento las golpeaba. Mentiría si le dijera que no necesitaba su ayuda. –Hazme el favor de marcar todos los vuelos tomados desde Japón a Corea, en la última semana. –dije tendiéndole una gran pila de papeles, junto con un marcador amarillo fosforescente. -¿Puedes?

 

-Seguro. –murmuró mientras se bajaba del sofá y tomaba asiento en el piso, este por suerte lo había barrido yo temprano, la terraza era la parte más limpia de la casa. –Tienes suerte de que se me haya ido el sueño.

 

-Te lo pagaré con lo que quieras luego, ¿Esta bien? –lo ví asentir, pero el ya no me estaba prestando atención a mi, sino a los papeles en sus manos.

 

-Llévame a un parque de diversiones. –dijo, y cuando levanté mi vista de mis papeles me cruce son sus ojos, eran de un extraño marrón claro, estos me miraban con un brillo inocente. –Mis padres nunca me llevaron a uno.

 

-Hablas con un experto en parques de diversiones. –dije subiendo a mi nube de ego. –Yo he estado en todos y cada uno de los parques del mundo.

 

-Esta bien. –dijo con su sonrisa tan peculiar. –Lo eliges tu y me llevas, pero como tu invitas tu pagas.

 

-Me lo esperaba. –dije volviendo a mis papeles. Poder hablar con MinSeok era tranquilizante, a veces llegaba a creer que sus gruñidos constantes me sacarían de quicio.

 

Pasaron unos casi exactos 20 minutos cuando sentí que dejaba la pila de papeles a mi lado, los mire de reojo y estos ya estaban completamente terminados. Bien era rápido, alcé mi vista para ver a MinSeok y este se encontraba organizando mis libros tirados.

Le dije que no era necesario, que podía irse a dormir si es que tenía sueño, pero el insistió en que tenía que hacerlo, ya que el lugar era un desastre. Ese “cumplido” me llegó.

 

-Oh. –lo escuché sorprenderse por algo, y otra vez quité los papeles de en medio. –Mira lo que encontré.

 

-A ver… -extendí mi mano y el puso un objeto pequeño en la palma de esta, lo acerqué a mi rostro y se trataba de un pequeño, algo sucio, anillo de mujer. –Oh… Es mío.

 

-¿Cómo puede ser tuyo si es un anillo de mujer? – dijo apuntando a lo obvio.

 

-Mira. –dije abriendo el primer botón de mi camisa, metí la mano y extraje mi collar, donde estaba la piedra que representaba mi poder. Tenía forma geométrica y era una amatista. Me lo quité de un tirón, puse el anillo y mi collar frente a su rostro. -¿Ves? Son a juego.

 

-Bien… ¿Por qué tienes tu collar y ese anillo a juego? –suspiré y volví a ponerme mi collar.

 

-Era de mi esposa. –expliqué sin interés.

 

-¡¿ESTUVISTE CASADO?! –tuve que tapar mis oídos para no quedar sordo, aún que eso no fuera posible, el grito poco femenino afecto a mis pobres oídos.

 

-Auch. –le dije con una expresión de “Joder, dolió”, pero el no quitaba su rostro de desconcierto. -¿Es tan raro el creer que estuve casado?

 

-Suelo creer que los vampiros no tienen corazón. –explicó. –Y tu no luces del tipo que se casan.

 

-Gracias, me halagas. –dije con sarcasmo. –Los vampiros solemos guardan nuestros corazones, y solo los entregamos cuando nos casamos, yo me casé hace unos… 30 años.

 

-Wooow… -pudo haber sido mi imaginación, pero parecía como si realmente MinSeok no supiera nada de los vampiros. -¿Entonces te divorciaste? ¿Recuperaste tu corazón?

 

-Nos peleamos hace mucho. –comenté mirando el cielo, recordando a mi esposa. –Ella escondió mi corazón y se negó a devolvérmelo.

 

-¿No puedes ir a recuperarlo? –preguntó casi inocentemente.

 

-No puedo, ella murió.

 

 

Notas finales:

Antes, para que se hagan una idea.

 

Este es el collar de Chen, recuerden que les dije que según el poder es el color, y bueno, todas sabemos cual es su poder.

colgante-amatista.jpg (247×374)

Y este es el anillo de su difunta esposa

Forever-Burning-Valcano-Natural-Amethyst-Silver-White-Gold-Plated-Ring-50319-1.jpg (300×415)


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