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"El diario de la Luna" (EXO) por Sai Choi

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Notas del capitulo:

Bueno xD

Aquí estoy

Seúl, Miércoles 10:00 a.m

 

P.O.V Lay:

 

Mis ojos se abrieron de repente y la luz del sol me cegó.

Había llegado más temprano de lo normal a la escuela, pero al recostarme bajo uno de los árboles del campus caí completamente dormido, soñando cosas realmente extrañas.

 

“No fue un sueño… Y faltaste a clases”

 

Con uno de mis puños, aún vendados, refregué mis ojos, quitándome así las lagañas.

El sueño que había tenido trataba de mi mismo, o bueno, un Yixing anterior a mi, el quién se suicido cuando “su príncipe” le rechazó.

 

-¿Por qué lo hizo? –pregunté en un susurro, mi pregunta claramente iba dirigida al Yixing de mi cabeza. Puesto que el campus estaba vacío, todos había entrado a clases y yo tendría que esperar a la siguiente hora.

 

“¿Te refieres a los recuerdos?”

 

-¿Eran recuerdos? –volví a preguntar mirando a la nada, el cielo.

 

“Pues si… Recuerdos de un Yixing anterior a ti, pero posterior a mi”

 

-Ya veo… Pero, ¿Por qué JoonMyun le dijo esas palabras tan horribles? –flexioné mis rodillas, abrazándolas a mi pecho, esos “recuerdos” habían sido extremadamente tristes, y mi corazón dolía al recordar retazos de el, casi como si yo lo hubiera vivido.

 

“El… El creyó que si te alejaba y lo odiabas sobrevivirías… Cometió ese error varias vidas”

 

-¿Vidas? –no escuché respuestas alguna, y suspiré. -¿Qué se supone que soy... Somos?

 

“Somos humanos… Somos reencarnaciones, un alma que renace en otro cuerpo, solo que con nosotros es diferente, ya que todos siempre tenemos el mismo aspecto”.

 

-Es difícil de entender, ¿Por qué yo? ¿Por qué nosotros? ¿Qué es JoonMyun? ¿Por qué siempre es el? –pregunté desesperado, más el silencio prolongado solo me asustaba más. –Dímelo.

 

“No se todas las respuestas… Eso solo lo sabe el primer Yixing, pero el esta encerrado al final del laberinto y ninguno de nosotros ha logrado encontrarlo”.

 

-¿Cuántos Yixing’s existen? –pregunté levantándome del césped y comenzando a caminar, no iría a clases, tenía muchas cosas en la cabeza como para poder prestar atención en clases de Algebra. Además, esa chica, Krystal, estaba en mi clase, ella hizo algo puesto que todo el mundo cree que ella siempre ha estado ahí desde le principio del año, ella los hechizo. -

 

“¿Ahora? Solo tu, no pueden haber 2 Yixing en la misma línea de tiempo… Normalmente nacemos… Y 18 años después nace otro, cuando el ciclo del primero terminó”.

 

-18 años… Estamos a finales de septiembre… Cumpliré 18 en octubre 7… ¿Moriré? –solo se oían las bocinas de los coches, y el ruido de la calle, EL se había quedado en silencio. -¿No lo sabes?

 

“N-no es lo mismo con todos. Yo morí antes de cumplir años, tenía 17 y era principio de año”.

 

-Entonces… ¿Podría morir de aquí a cumplir 18? –otra vez silencio, me sentía ahogado, perdido (más de lo normal), confundido, y mi instinto me decía que corriera, ¿Pero correr de que?

 

“E-eres d-iferente Y-ixing”

**¿Qué te ocurre?**

“C-corre”

**¡¿De que?!**

“¡¡CORRE LAY!!”

 

Sin mirar en que dirección cruce corriendo la concurrida avenida, esquivando autobuses, coches y motos que me intentaban atropellar. Dejé caer mi mochila en mi camino al chocarme con un chico, al quien ni siquiera le pude ver la cara debido a mi prisa, sería más fácil si me dijeran de que mierda estoy huyendo.

Pero más que preocuparme por correr me preocupada el Yixing de mi cabeza, la voz, mierda, aún no se como llamarle. En fin, mi preocupación se debía a que la voz que me dijo que corriendo, mejor dicho que me grito, no era de el, no era esa voz, no era mía. Había sonado como la voz de una chica, y para nada se trataba de Krystal.

 

-¡¡MIRA POR DONDE VAS!! –me gritó un ahjussi cuando al pasar corriendo por su tienda tiré una gran caja de mangos, iba a frenar a recogerlos, cuando de reojo miré a lo que me estaba persiguiendo. Inmediatamente volví a correr. -¡ME LAS PAGARAS!

 

Era negro, enorme, parecía un gran perro negro.

Pero era incluso más grande que un oso, y además de ser negro desprendía un extraña estela púrpura al correr, o bueno, fue lo que llegué a distinguir en los 5 segundos que pare a verlo. Y también note que yo era el único que veía a esa bestia, ya que ni el ahjussi de la verdulería que casi destroce lo había visto.

 

¿Acaso era literal y moriría antes de cumplir siquiera los 18?

 

 

 

Seúl, Miércoles 10:10 a.m

 

(El tan esperado)

P.O.V Kris:

 

Era una mañana asquerosa para un día de negocios, el cielo se encontraba azul lo que hacía que el dorado de mi cabello brillara intensamente, ganándome varias miradas nada bien intencionadas de la damas que pasaban cerca de mi. Estas al ganarse una de mis miradas color oro se derretían. Muchos deciden ocultar con lentes de contacto oscuros el verdadero color de sus ojos, pero a mí eso solo me parecía una estupidez de grandes proporciones, los ojos dorados eran un gran imán para mujeres solteras y adineradas… Incluso a veces ni siquiera eran solteras.

 

-¿Puedes dejar de alabarte a ti mismo viendo tu reflejo en la ventana Kris? –preguntó la voz a mis espaldas, con gesto de fastidio gire y me encontré a Chen, traía un gesto bastante molesto, sonreí de lado y me senté en mi silla frente a mi escritorio. –Bueno, si el príncipito ha terminado de ser un narcisista…

 

-Siéntate y dame lo que haz traído. –dije serio y con altivez, el suspiró y lanzó un folio de papeles sobre mi escritorio para luego recostarse hacía atrás, poniéndose cómodo en la silla. Junto a el “Xiumin” permanecía en silencio, observándome con sus ojos fríos. –Bien, eres más eficiente de lo que mi padre decía.

 

-Cuida tu lenguaje conmigo Kris, recuerda que soy mayor que tu. –decía en broma, el era uno de los socios más antiguos de mi padre, uno de los más importantes también. –Ya tienes lo que querías, ¿Verdad? Huang ZiTao si esta en Corea, ahora tengo una pregunta que hacerte.

 

-Pregunta entonces… -dije sin prestar mucha atención a su voz, me encontraba leyendo los papeles en mis manos, salidas y entradas al país. Efectivamente el estaba siendo escondido de mi, alguien con bastante influencia estaba refugiando a Tao.

 

-¿Para que quieres al niño? Digo, no es como si te importara. –enarqué mi ceja extrañado, eso no sonaba a Chen. –No me mires así, es una pregunta de Xiumin, solo responde.

 

-Oh, entonces… -gire un poco mi silla para quedar mirando fijamente a MinSeok-Xiumin, el seguía con su expresión seria. –Verás, el es propiedad de mi familia, y como tal debe volver a China.

 

-¿Cómo puedes decir que una persona te pertenece, con tanta naturalidad? –por primera vez desde que lo conocí había dicho, y sorprendentemente había cambiado su expresión, ahora se lo veía molesto.

 

-Es así desde que tengo memoria, después de la guerra su familia paso a estar muy por debajo de la mía. Y además Tao a vivido con nosotros en el palacio desde entonces. –expliqué con normalidad. –Siempre ha sido así, y se supone que las cosas deben de seguir así.

 

-No es justo elegir el futuro de alguien. –dijo y pude notar como el vaso de agua sobre mi escritorio comenzaba a cristalizarse, el ambiente también se volvía frío.

 

-Sus padres no debieron de haber aceptado que Tao fuera mi prometido. –el se molestaba cada vez más, mientras que Chen y yo le mirábamos expectantes. Entrelace mis dedos y apoyé mi mentón en mis manos, típica pose del señor Burns.

 

-¿Por qué no rompes el compromiso? –leves gruñidos salían al final de sus oraciones, y sus extraños ojos tenían un pequeño atisbo de color blanco en su iris, el tampoco estaba usando lentes de contacto hoy.

 

-Porque si lo rompo debería de casarme con su madre, o en su defecto con su hermana menor de 10 años, y conviene decir que eso es pedofilia. –dije con un tono de voz monótono, era un ensayo que me había aprendido desde hacía años atrás.

 

-…Quiero irme. –dijo mirando a Chen, este se levantó al instante y luego de estrechar mi mano desapareció de la oficina seguido de ese “Pequeño lobo rojo”.

 

Me quedé sentado en mi silla giratoria, dándole la espalda a la puerta, mirando a los grandes ventanales de la empresa Wu, ya que teníamos varias sucursales en el mundo.

Suspiré cuando me levanté para ir al ascensor, tendría una importante cena de negocios en unos minutos, con un inversor francés, esta cena decidiría si poníamos una pista de carreras en París. Cuando salí a la calle fruncí el ceño molesto, había un extraño olor a putrefacción en el aire.

 

-¡Señor Wu, cuidado! –gritó mi chofer, pero cuando gire un chico de cabello castaño me empujó haciendo que mi espalda se chocara con la limusina, también dejando caer su mochila el siguió corriendo. -¿Esta bien señor? –asentí a mi chofer y tomé la mochila del suelo, esta tenía un olor conocido, y lo identifiqué de inmediato, era el olor del chico chino que había conocido en la calle unas semanas atrás, Lay. -¿Nos vamos señor?

 

-Claro esp---- -antes de terminar la frase una bestia negra paso corriendo frente a mi, más grande que un oso, y dejaba una estela púrpura al pasar, era un Demonio. Y este corría en la dirección por donde acababa de irse Lay. –Cancela mi reunión.

 

-¿Señor? –me quité mi carísimo saco de Armani y se lo tendí al viejo chofer, este dudoso lo tomó. Con la mochila firmemente tomada en mi mano derecha con la izquierda aflojé mi corbata, luego sin avisarle si quiera al viejo señor Ma, comencé a correr detrás de la bestia. Si esta alcanzaba al chico lo destrozaría. -¡¡¿SEÑOR?!!

 

 

“Mala idea amigo, mal estuviste cuando decidiste jugarle una carrera a Kris Wu”

Notas finales:

BESOS GHEIS


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