Seúl, Viernes 19:30
P.O.V Narradora:
-¿Entonces como dices que era?-baekhyun como no había logrado convenser a Dona de acompañarlo a yoga, otra vez, se decidió por ir con Lay, el chino no tenía nada que hacer por la tarde asique sedio. Ahora se encontraban en medio de la posición del saludo al sol cuando el de ojos delineados volvió a preguntar por el supuesto príncipe que el chino había visto hace unos días en la cafetería donde trabajaba medio tiempo, los gastos de la secundaría eran muchos y el dinero que sus padres le enviaban de China apenas si alcanzaban para la escuela, la comida y la ropa del chino.
-Era simplemente perfecto, -el chino suspiro mientras tronaba los huesos de su espalda-cabello rubio como los rayos del sol, la piel tan blanca como la porcelana y sus ojos… Ay, dios. Juro que eran de un intenso azul pardo oscuro, casi negro por completo.
-Seguro eran lentes de contacto Lay.-el castaño veía a su amigo con un gesto divertido, Lay se dejaba impresionar muy fácilmente.
-No lo eran Baek, juro que no.-el castaño de menor altura suspiro,-Además creo haberlo visto antes pero no se en donde…
-¿Estas seguro? Para mi que es amor a primera vista.-el chino se sonrojó haciendo reír fuerte al coreano, ambos se llevaron un regaño por parte de la profesora de yoga, una vieja amiga de la madre de Baek. -¿Aún tienes su celular?
-¡Si! –al chino le brillaron los ojos-Aun estoy esperando a que venga al café a recuperarlo.
-¿Cómo iba vestido?-la cara del mayor hizo suspirar a Baekhyun, el mayor solía ser algo distraído-¿Iba vestido como si tuviera mucho dinero?-el mayor asintió-No volverá por su celular.
-¿Por qué dices eso? –su carita pequeña y tierna mostraba un puchero de enojo. –Creí que me querías.
-Te quiero Lay pero créeme, si el sujeto aparentaba tener mucho dinero no volverá por su celular.-la clase se termino y ambos fueron por sus cosas para luego salir del edificio de 2 pisos donde Baek y mujeres jóvenes y otras no tanto hacían yoga, -Hola Yeolli, ¿Esperas desde hace mucho? –frente a ellos apoyado en un poste de luz se encontraba su amigo, el poste con patas.
-No mucho, me pase por casa de Dona para pedirle si me devolvía algo que le preste y me abrió un chico rubio obeso que me dijo que ella ya no vivía ahí…-sus 2 amigos lo miraron sorprendidos-Dijo que ahora se mudo cerca de la zona norte.
-Oh, ¿Por qué no nos lo dijo?-todos se encogieron de hombros, el más bajo de altura, Baekhyun, miro su reloj y abrió los ojos como platos-¡¡Son las 20:00!! ¡¡MIERDA!!
-¡¿Las 20:00?! –el gigante también se asusto, el toque de queda de Baek estaba por terminar y ellos seguían ahí como si nada-¡¡Mierda Bacon!! ¡¡¿¿Porque no dijiste nada??!! ¡Adiós Lay!
Ambos chicos salieron corriendo hacía las escaleras del metro, tenían unos escasos 15 minutos para llegar a casa del castaño.
Por su lado Lay se quedo ahí, solo, parado en la desolada acera. Vivir en Corea había sido un paso muy importante en su vida, incluso el recuerda que fue como por arte de magia que su madre apareciera con una beca para la escuela “Mun Mich Seuta”, había sido tambien sumamente extraño que la institución se hubiera tomado tantos problemas como comprarle un departamento con todo instalado. Más extraño aun siendo que nunca tuvo notas sobresalientes, incluso ahora que llevaba 1 año en esta escuela sus notas no pasan el 7 y los profesores ni el director lo regañaban por eso, es como si pasaran de su existencia…
P.O.V Lay:
Empecé a caminar cuando note que los locales cercanos empezaban a cerrar, nunca me había gustado la oscuridad. Me hacía pensar en cosas malas.
Al llegar a la avenida más importante de mi zona note cosas aun más extrañas, los locales que normalmente se mantenían abiertos las 24Hs estaban cerrados, la calle se encontraba casi en completa penumbra exceptuando por un poste de luz muy a lo lejos.
Decidí que no era un buen momento para recordar películas de terror, me recrimine a mi mismo que cuando necesito recordar algo no puedo, y cuando no quiero los recuerdos vienen solos.
Quise dejar los miedos de lado y seguí caminando hacía el poste de luz, mi dep. quedaba en esa dirección. Una sensación extraña me recorrió al ver como la sombra de una persona se hacía presente a la luz del poste, era una mujer de cabello naranja y bastante bella pero su presencia era horrenda, se sentía como si la hubiera visto antes; ella avanzó un paso en mi dirección y mi pie izquierdo por inercia fue hacía atrás.
-No tengas miedo pequeño unicornio… Todo sera muy rápido.-avanzó otro paso y mi cuerpo fue 2 hacía atrás, algo muy en el fondo de mi ser me decía que aquella mujer con la voz chillona era peligrosa. -¿Me tienes miedo Yixing?
¿Cómo mierda sabía mi nombre?
No me dio tiempo de responder que empezó a caminar muy rápido, casi corría hacía mi. Giré rápido mi cuerpo y comencé a correr en dirección contraría, hacía la oscuridad.
Las sombras se arremolinaban a mi alrededor, es casi como si ya hubiera estado en una situación así.
No puedo respirar, mis piernas se mueven por pura inercia pero que no quiero saber que es lo que me pasara si la mujer de cabello naranja y voz endemoniada me atrapa.
Las lagrimas de desesperación no hacen esperar y caen de mis ojos miel, siempre fue un color extraño para el resto de mi familia y conocidos, al girar y entrar en un callejón comenzó una carrera a siegas.
Era algo patético de mi parte estas huyendo de una mujer que no alcanza mi estatura pero su presencia…
Su presencia era tal que podría hasta domar un maldito león si se lo proponía.
Giré para ver si la loca me seguía y así era, casi volaba podría decirse, volví mi vista al frente encontrandome con una pared. Pero para mi suerte había un bote de basura junto a esta, pegué un salto y use el bote de basura como impulso para poder pasar sobre la pared de ladrillos que no era tan alta.
Caí de rodillas pero no me quedé allí, por más que la mujer que me seguía era pequeña y muy poco atlética podía sentir como aún venía tras de mi con un risa malévola.
“Dicen que hace mucho tiempo…”
Paré en seco, me encontraba en una Avenida bastante concurrida, la gente pasa sin mirarme, exceptuando a un grupo de Ajummas que me miraban muy preocupadas.
La sensación en mi interior se intensifico, sentía que ella estaba detrás de mi, pero mis pies no querían moverse.
“En una aldea de la vieja Corea…”
Todo comenzó a dar vueltas, quería vomitar, quería llorar, quería gritar. Todo en los mismos segundos.
“Hubo una importante familia que después de mucho intentar logró tener un niño, un Príncipe…”
Voces, voces, y más voces. Mi cabeza era un carrusel de voces, pero la que más hacía eco en ella era mi propia voz, contandome una historia que mi difunta abuela solía contarme de niño.
“Dicen que una bruja se había enamorado del joven príncipe de los Kim.
Pero para mala suerte de la bruja el corazón del príncipe ya había sido robado, por nada más y nada menos que uno de sus sirvientes…”
Caí al suelo, traspiraba, no podía respirar. Con mis ojos casi cerrado pude ver como las Ajummas se acercaban a socorrerme, intente hablar pero palabras no salían de mi boca, aun asi rezonaron en mi mente.
“¿Quién eres?
Soy tu.
¿Qué quieres?
Ayudarte.
¿Por qué me haces esto?
Quiero que veas la verdad.
¿Quién es la mujer que me persigue?
Aún no debes saberlo.
¿Cuál era el nombre de ese príncipe?
…
Por favor dime…
JoonMyun, ese era su nombre.
¿Y el del sirviente?
…
Dilo, por favor…
Yixing.”