El olor a cerrado incrustado en el aire afirmaban lo que la señora Byun había estado temiendo a lo largo de la semana.
La ropa amontonada en la silla y la cama sin hacer mostraban que estaba en lo cierto.
Se dirigió al segundo dormitorio de casa, pero no pudo abrir la puerta.
Dentro de este, Baekhyun miraba desde el cristal enorme con vistas a todo Seúl. Chanyeol no había ido hoy. Ayer tampoco fue. No lo entendía, no estaba tomando la medicación, lo estaba haciendo todo bien para que Chanyeol apareciese. Chanyeol tendría que estar allí con él.
Habían planeado una cita en casa. Obviamente no saldrían fuera. No le apetecía que la gente se le quedara mirando raro.
Juzgándole
A Baekhyun poco le importaba lo que pensara la gente. Estaba loco después de todo ¿no?
¿Acaso no es de locos tener un novio inexistente al que solo ves tú ya que es producto de tu imaginación?
Pero Baekhyun se debatía internamente su estado mental. “–¿Estoy realmente loco aunque sabiendo que Chanyeol no es real?–“ Y también se contestaba automáticamente.
–Hoy lo sabes, pero tal vez mañana no –
Hiriente verdad.
Baekhyun hoy estaba bien, lúcido, pero tal vez mañana despertara su otro “yo”. El “yo” que negaba la muerte de su mejor amigo, el que no conocía a Chanyeol.
Su “yo” que tanto odiaba.
Suaves golpes procedentes de la puerta le traen de vuelta.
–Cariño ¿Estás ahí? –Su madre habla con voz suave intentado no asustarlo.
Baekhyun decide que ignorarla es buena idea, por lo que sigue mirando por la ventana perdiéndose en sus pensamientos. No tiene ganas de ver a nadie. Nadie que no fuera Chanyeol.
–¿Por qué no sales? –Le aconseja su madre –Podrás contarme que te sucede –Prosigue.
Baekhyun rueda los ojos y piensa que no hay madre más entrometida que la suya. Es fácil averiguar sus intenciones. ¿Quería que le contase sus problemas para ayudarle?
No.
Eso quiere hacer creer, pero él ya se sabe ese cuento. Probablemente si acababa contándole, terminaría riéndose de él, le comentaría lo patético que es y luego llamaría al doctor y haría de madre buena y preocupada.
Que equivocado está Baekhyun al pensar de esa manera. Si en esta historia hubiera un ranking para medir las personas que se preocupan por él, sin dudarlo su madre estaría en el primer puesto. Su padre hace tiempo que se había rendido, pero ella todavía tiene la esperanza de poder ver a su hijo recuperado.
Para la señora Byun, momentos como estos eran agonizantes. La incertidumbre le arropa y hace crecer su ansiedad. ¿No puede tirar la puerta abajo y acabar de una vez?
No, no puede hacer eso.
Eso causaría que Baekhyun se encerrase más en sí mismo.
Los golpes no cesan, tampoco la determinación de su madre. No se iría hasta saber que su hijo estaba bien.
– Baekhyun por favor – Suplica su madre.
Baekhyun suspira y desliza la silla de rueda hasta la puerta.
Al abrir la puerta puede ver el rostro de su madre mojado por las lágrimas. Dentro de Baekhyun algo se mueve y quiere consolarla. Las lágrimas se acumulan en los ojos de Baekhyun, pero él no quiere soltarlas.
La señora Byun al ver eso sabe que todavía queda algo del Baekhyun anterior.
La esperanza ha vuelto.
–¿Cómo has estado? –Le pregunta ya que llevan un par de semanas sin verse.
La señora Byun repara en el estado de la habitación.
Sobre las paredes hay palabras mal sonantes y crueles. Sobre el suelo plumas y restos de almohadas. Sobre la mesita situada al lado de la cama, fotos de Baekhyun sonriendo.
–Umm ¿Y tú? –Respondió Baekhyun.
La señora Byun coge el taco de fotos y mira la fecha en la parte inferior.
Son recientes.
¿Por qué sonreía Baekhyun? Se ve tan feliz. Por inercia la madre de Baekhyun también sonríe.
–¿Mamá? –
–Oh bien hijo, yo bien –Contesta dejando las fotografías en la mesilla.
–¿Qué ha pasado aquí? –No lo dice con tono enfadado.
Baekhyun se encoge de hombros.
–No sé –Responde.
Y es verdad
Hace apenas una hora sabía perfectamente que lo había hecho él mismo. Había destruido la habitación en un arrebato de rabia, sin embargo, ahora no puede recordar con claridad que hace allí.
Se transporta lentamente por la habitación ¿Él ha hecho eso?
–Tal vez entraron a robar –Razona en voz alta.
Se siente extraño. Siente su cuerpo como suyo, pero a la vez no sabe si lo es.
Siente todo real, demasiado vivo, pero a la vez siente que está una de sus peores pesadillas.
La señora Byun sonríe tristemente.
–No creo que hayan sido ladrones –Le dice.
–Oh –Baekhyun suspira. –Entonces he sido yo –Le dice.
La señora Byun sigue viendo detalladamente la habitación. En las paredes blancas posteriores a la puerta se pueden apreciar garabatos y nombres lejanos. No nombrados desde el fatídico día.
–Cariño ¿Quién es Chanyeol? –Le pregunta, pero ella sabe perfectamente quien es.
Debajo de su nombre sobresalen más fuertemente dibujadas las líneas de palabras como “mentiras” “¿Real o no?” “dolor” entre otras.
Para Baekhyun Chanyeol no es nadie en este momento. No recuerda a ningún Chanyeol.
–Chanyeol –Susurra.
Aun que no lo recuerda, pronunciar su nombre le hace sentir familiar. Siente frustración por no poder recordar por qué le suena tanto.
Un punzante dolor le atraviesa la cabeza. Baekhyun se lleva las manos a la zona lateral como acto reflejo.
–Shh, estoy aquí. Espero que no me dejes ir otra vez. Le dijo Chanyeol.
Desde luego no sería tan tonto la próxima vez.
Pequeños flashes atraviesan su cabeza dejando un profundo pinchazo.
–¡Ahh! –Jadea por el dolor. Si recordar es doloroso, prefiere no hacerlo.
–¡Hijo! –Grita su madre al darse cuenta.
La señora Byun corre hacia él y sujeta sus manos mientras le dedica palabras de aliento.
Poco a poco el dolor se disipa, dejando a Baekhyun más confundido.
La señora Byun, al verlo más calmado decide sacarlo de aquella habitación. Le traslada al salón, donde pueden hablar los dos sentados en el sofá. Aunque a Baekhyun no le hace falta.
Un Baekhyun más calmado habla amenamente con su madre sobre temas casuales. Baekhyun parece estar más animado e incluso no se aparta cuando su madre le coge la mano o se muestra afectuosa con él.
–Parece que el conserje no ha venido desde hace días –Comenta su madre.
–Mi padre es el conserje, hoy no ha podido venir, así que vengo a hacer su trabajo –
Otro pinchazo atraviesa su cabeza.
Baekhyun mira frenéticamente hacia los lados, buscando al dueño de sus recuerdos.
–Cariño ¿Qué haces? –Pregunta su madre.
Esta es ignorada olímpicamente. Baekhyun recuerda a Chanyeol.
–¡Chanyeol!–Gritá.
Intenta levantarse de la silla, olvidando por completo su discapacidad. Baekhyun cae al suelo, pero no le importa, tiene que buscarle, no dejara que se vaya de nuevo.
Baekhyun intenta arrastrarse por el suelo, sin éxito. Sus nervios le impiden hacer algo.
La señora Byun mira la escena horrorizada. Cuando al fin sale del asombro, se levanta rápidamente e intenta ayudar a su hijo, pero este no es fácil de tratar.
–¡Suéltame! –Grita desesperadamente.
La señora Byun llora. No entiende que está pasando, hace apenas unos segundos su hijo estaba bien.
–Baekie por favor –Le suplica.
–¡Cállate no me llames así tú no eres Chanyeol! –Sigue gritando.
Baekhyun desde el suelo busca desesperadamente en cada rincón de la habitación a su Chanyeol.
No está. Lo ha perdido, otra vez.
La señora Byun marca como puede el número que tanto se sabe de memoria.
El médico de Baekhyun.
Han pasado diez minutos, pero Baekhyun sigue sin calmarse. Su madre le sujeta los brazos para que deje golpearla, mientras llora a lágrima viva.
Cuando el timbre suena, la señora Byun no sabe qué hacer. No quiere dejar a Baekhyun solo, pero tiene que abrir.
Decide que solo serán dos segundos, así que va hacia la puerta desesperadamente.
–Buenos días doctor –Saluda.
El sonido de vidrios rompiéndose le resta importancia a las formalidades. Los dos se dirigen hacia el salón y se escandalizan al ver a Baekhyun arrastrarse por el suelo, sin importarle que los cristales de lo que parece ser un vaso, se le estén clavando en los brazos.
–Chanyeol no me dejes –Grita.
–¿Dónde estás? – Llora desesperadamente.
El doctor rápidamente consigue tumbarle en el sillón y curarle las heridas, no sin antes haberle dado un calmante que tumbaría a un caballo.
Ahora que Baekhyun está calmado.
Drogado hasta la médula.
El doctor y la señora Byun hablan sobre la situación.
–Se lo diré sin rodeos señora Byun – Dice el doctor.
–Baekhyun no está en condiciones de vivir solo, no puede cuidarse en ese estado, no quiero imaginar que puede pasar el día que se levante con mal pie. Hoy ha estado aquí para llamarme, pero tal vez otro día no esté –Termina.
–¿Me está pidiendo que lo lleve a mi casa? –Pregunta. Para la señora Byun eso no es problema, de hecho sería lo mejor.
–No, le estoy pidiendo que lo lleve a la clínica. –Dice el doctor.
La señora Byun se queda callada durante unos segundos. Sabe que a Baekhyun no le va a gustar eso. No sabe si eso sería lo mejor para que su hijo se curase.
–No creo que Baekhyun pueda curarse entonces. Tendrá miedo y se encerrará más. –Contesta.
–Señora Byun, no hago esto buscando una cura mental, lo hago pensando en su salud física. ¿Tiene presente que lo más probable es que su hijo no pueda curarse verdad? . –Dice el doctor.
La señora Byun no es capaz de emitir sonido alguno, por lo que asiente con la cabeza.
Baekhyun abre poco a poco sus ojos. Los siente pesados, pero aún así hace el esfuerzo. Enfoca bien la vista y repara en las paredes blancas de la habitación.
Otra vez no
La última vez que estuvo ahí, todavía pensaba que Chanyeol era real.
Se mira el brazo y ve todas las agujas y tubos conectados suministrándole lo que fuera que necesitaba.
La puerta se abre y se adentra su madre. Baekhyun sabe que algo está mal, la mueca que su madre tiene puesta en la cara es señal de ello.
–Cariño hay algo que necesitas saber –Dice.
Pero antes de poder continuar, la puerta vuelve a abrirse, dejando pasar al médico que revisa a Baekhyun.
Cuando Baekhyun lo mira sus ojos se abren por la sorpresa. Está seguro de que no es su imaginación.
No esta vez.
–Veo que ya estás despierto –Le sonríe el médico.
Baekhyun asiente despacio y observa con cuidado a su madre que no para de agradecerle al médico.
–Soy Park Chanyeol y seré tu nuevo doctor –