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The game of the deadly sins por NamuHee

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IRA


{SungjongxSunggyu}


Apretó la mandíbula e hizo sus manos puños, nuevamente sentía el calor recorrerle las venas haciéndolas hervir, y no sabía por qué. Gruñó intolerante y se encaminó a la institución. Ese día, definitivamente, no estaba de buen humor. Ni una pisca de simpatía le envolvía. Nada. Tenía la certeza de que golpearía a cualquiera que quisiera hablarle. Volvió a gruñir y caminó por el pasillo con paso firme e imponente. Debía hacerles saber a los demás de su humor para que no les pasara por la cabeza el acercarse y así terminar cometiendo un asesinato.


Azotó la puerta y entró al salón paseando la mirada por todo el lugar. Vacío, estaba prácticamente vacío. Sólo había una persona durmiendo sobre la mesa del banco a quien reconoció como Sunggyu. Por algún motivo algunas de las clases se cambiaron por lo cual el mayor y algunos otros terminaron por compartir la clase de cálculo con Sungjong. El pelinegro alzó los hombros restándole importancia al otro y se encaminó hacia su sitio.


Con un ronquido despertó de su sueño, desorientado miró a su alrededor. Acaso ¿había llegado muy temprano? Soltó un quejido, tal vez se había cambiado la clase para más tarde y nadie le dijo. Frunció el entrecejo y se estiró bostezando. Se acomodó nuevamente en la mesa dispuesto a dormir cuando el sonido de cuadernos cayendo llamó su atención. Entreabrió los ojos llevando su mirada hacia unos lugares atrás encontrándose con Sungjong. Parpadeó y alzó las cejas.


– ¿La clase será más tarde? –preguntó al aire.


– ¿Hm? –murmuró el pelinegro irritado mientras recogía las cosas que se cayeron. Miró al mayor alzando una ceja.   


– ¿Será más tarde? –le miró y notó la confusión en el rostro del otro. –La clase –


–Yo qué sé, nadie me dijo nada –pronunció dando por terminada la conversación. Regresó la mirada a su cuaderno y comenzó a transcribir. Llevaba al menos media página escrita cuando sintió la mirada del otro. Apretó la pluma y suspiró. – ¿Qué? –alzó la cabeza hacia el otro mirándole fastidiado. Sunggyu frunció el entrecejo.  


– Yah, respeta a tu hyung –dijo indignado. – ¿Qué haces? –hizo el intento por comenzar una conversación con el menor.


Sungjong entrecerró los ojos y regresó la vista al cuaderno ignorando por completo la pregunta hecha por el mayor.


–Hey, atiende a lo que te digo –El pelinegro miró hacia su dirección con una mirada pesada, haciendo que Sunggyu se estremeciera.


–Sunggyu hyung, a ti no te interesa lo que sea que estoy haciendo– murmuró secamente regresando a su asunto. 


El peli-naranja bufó y rodó los ojos inconforme. Qué insolente muchachito. Se levantó de su lugar y caminó hasta llegar donde Sungjong. Cruzó los brazos.


–Hyung, ¿podrías dejar de molestar? –susurró entre dientes. Apretando más la pluma.  


–No, porque no estoy molestando –


–Lo estás haciendo –


–Claro que no –


–Claro que sí – cerró los ojos y tomó aire. –Se me acaba la paciencia. –murmuró con molestia. Estaba siendo tolerante, demasiado, una palabra más y ya no reaccionaba.


–Por supuesto que– justo antes de continuar, el pelinegro dio un golpe a la mesa haciendo un sonido seco. Sunggyu se sobresaltó por la repentina acción. Sungjong le miró con cara de pocos amigos.  


–No. –dijo con voz grave de ultratumba provocando que la piel del mayor se erizara. Estiró la mano y haló la camisa de Sunggyu haciendo que éste se agachara para quedar a su altura. El mayor parpadeó ligeramente asustado por la penetrante mirada del pelinegro. Sungjong entrecerró los ojos analizándole. Se acercó al cuerpo del contrario invadiendo su espacio personal, ladeó ligeramente la cabeza y con un ligero roce acortó la inexistente distancia que había. Un hipido de impresión salió de entre los labios del mayor al sentir el delicado roce, se tensó ligeramente y observó con los ojos desmesuradamente abiertos al pelinegro. Hicieron contacto visual provocando que un choque de corriente eléctrica recorriera la columna del mayor. El rostro de Sunggyu se ruborizó irremediablemente. Con la tensión del mayor, Sungjong aprovechó para hacer un sutil movimiento. Mordió suavemente el labio inferior del peli-naranja haciendo que soltase un gemido quedo. Con la mirada seria no se resistió y atinó a morder un poco más fuerte hiriendo el labio del otro provocando que éste soltara un quejido. Se separó ligeramente y miró el labio rojizo, casi sangrante, del mayor. Sunggyu le miró mal. Se disculpó con la mirada y pasó a lamer la herida.  


–Sunggyu ~ perdona que no te avisara que… –la pintoresca voz del castaño animoso se hizo presente cortándose a mitad de la frase por la imagen que tuvo que presenciar. –Kim Sunggyu. –la mirada seria se posó en el susodicho.  


–¡W-Woohyun! –se separó bruscamente del menor  mirando con temor al castaño, cuya aura se tornaba negra. Pasó saliva con dificultad y se cubrió la boca con una mano.  


Sungjong sonrió al castaño. Sorprendentemente, ahora todo el enfado e ira estaba en Woohyun, por diferentes motivos, claro. Qué repentino cambio de humor.


{Ira: puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enfado.}


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