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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV


 


Aquella noche llegué tarde, menos mal que esta vez si tenía llaves de la casa. Cuando entré intentando hacer el menor ruido posible, no parecía haber nadie ¡Creo que Lyon ya se había marchado! Y di las gracias por eso. Pasé primero por el baño para intentar curarme la quemadura de mi brazo y después, me fui a mi habitación tirándome en el colchón a dormir.


El despertador sonando me mataba ¡no podía levantarme! Me dolía todo el cuerpo de la paliza de ayer, estaba agotado del trabajo nocturno y no había dormido apenas ni dos horas ¡pero tenía que ir a la Universidad! Tuve que hacer un gran esfuerzo para poder levantarme.


Me vestí con la ropa que Natsu me había prestado y salí corriendo para coger el metro para ir a la facultad. Ahora que lo pensaba… no recordaba donde tenía que bajar. Llamé a Natsu y esperaba que estuviera despierto ¡no me gustaría tener que despertarle! Enseguida le escuché al otro lado.


~ Hombre… el chico desaparecido ¿Dónde estabas? – me preguntó.


~ Haciendo un trabajo que nos han mandado en clase con un compañero – le mentí, sólo me faltaba que supiera donde trabajaba - ¿En qué parada tengo que bajar para la facultad?


~ ¿Desde tu casa en metro? – ahora parecía estar pensando o contando – la séptima – me dijo – por cierto Gray, recuerda que luego iré a tu casa, así que de la facultad a casa – me recordó.


~ Vale.


Mi mala suerte, es que hoy era viernes y por tanto… trabajaba ¿Cómo iba a evitar a Natsu si estaba en casa? Bajé en la séptima parada y me uní a Sting que me estaba esperando allí para ir juntos. Las clases fueron aburridas y en los tiempos libres, me dediqué a intentar evitar a Zancrow ¡no me apetecía que me quemasen más! Ya tenía bastante con intentar curarme la que me hizo en el brazo.


Por suerte, aunque vi a Zancrow en la cafetería, no intentó nada, supongo que porque Sting estaba sentado conmigo y no le había terminado de gustar que él pudiera detenerle, como sucedió en el baño. ¿Debería pedirle a Sting que me enseñase a defenderme? O quizá a Natsu, era policía, también podría ayudarme con eso.


~ ¿Qué te pasa hoy Gray? – me preguntó Sting tomando un sorbo de su café – estas serio.


~ Estoy preocupado – le dije – porque el novio de mi hermano viene a casa hoy para quedarse el fin de semana y mi hermano se va de viaje.


~ ¿Y no te gusta quedarte a solas con él? – me preguntó - ¿Qué pasa intenta propasarse contigo o qué? – me preguntó sonriendo.


~ Peor – le dije – creo que me estoy enamorando de él.


~ No me fastidies Gray ¿del novio de tu hermano? ¿Tan guapo es?


~ Sí – le dije – y no sólo que es guapo, es atento, se preocupa por mí, es muy dulce, es romántico – le seguí comentando – es que lo tiene todo.


~ Tienes un problema – me dijo Sting.


~ ¿Qué problema? – le pregunté.


~ Que si el intenta propasarse contigo, estás perdido, caerás – me dijo sonriendo y bebiendo otra vez de su café.


~ Le he besado esta mañana – le dije y casi me escupió el café que llevaba en la boca.


~ ¿Qué le has besado?


~ Bueno… en realidad él me besó a mí – le dije – y antes de que hables, sé que está muy mal y que soy un pésimo hermano, pero es que me gustó.


~ Entonces te recomiendo que si te quedas a solas con él, aproveches antes de que venga tú hermano.


~ ¿cómo voy a hacerle eso a mi hermano?


~ Eso es fácil, no pienses en él, piensa en con quien estás – me dijo como si fuera tan fácil.


En realidad le decía enseguida que no a Sting, pero realmente, el beso con Natsu me había impactado, me gustaba ¡no podía negarlo! Quedarme un fin de semana entero con él, me llamaba la atención, el problema era como esconderle todo lo que estaba pasando en casa, porque como lo descubriese, si que estaba perdido, mi hermano pasaría de pasar de mí, a hacerme la vida imposible al extremo. Pero por otro lado, no podía evitar sonreír, eran tres días enteros a solas con Natsu, comiendo con él, durmiendo en la misma casa, duchándome sabiendo que estaría por allí. Era como vivir con él, aunque solo fueran tres días.


~ Aprovecha – escuché a Sting – tu hermano no está, deja de pensar en él  y aprovecha la situación – me repitió guiñándome un ojo.


~ No sé si el querría algo conmigo – le dije a Sting susurrando.


~ Por favor, ¿Tengo que explicarte como se liga? – me preguntó sonriendo – siéntate en el sofá con él, acóplate y mírale.


~ ¿Sólo tengo que mirarle? – me sorprendí.


~ Tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida, créeme, sólo necesitas mirarle para que ese chico caigo rendido ante ti. Si eso no te funciona, bésale.


Cuando acabamos de almorzar, Sting fue al baño dejándome terminar mi vaso de zumo ¡a mí no me gustaba el café! Fue el momento en que aprovechó Zancrow para venir hasta donde yo estaba y mientras pasaba por detrás de mí, susurrarme al oído.


~ Ya te pillaré sólo encanto – me dijo – lo pasaremos bien tu y yo.


No me gustó como lo dijo, en parte me recordaba a la primera vez que Lyon intentó abusar de mí, justo en la primera noche. Por suerte, Sting vino pronto y me preguntó si había terminado. Le afirmé y ambos nos levantamos para volver a clases. Cuando salí de aquella aula de japonés ¡Porque de medicina yo entendía poco! Sting me esperaba fuera en el pasillo.


Salimos del edificio y lo que me sorprendió fue ver a Natsu patrullando con su uniforme de policía por allí con su compañero del primer día.


~ Oh joder – le dije a Sting escondiéndome.


~ ¿Qué pasa? – me preguntó mirando a todos lados


~ Larguémonos rápido – le comenté – tengo que fugarme para ir a trabajar y si me ve no me dejará irme.


~ ¿hablamos del policía? – me preguntó – están buenos – se reía ahora Sting - ¿De cual de los dos estás huyendo?


~ Pelo rosa, sonrisa de escándalo – le dije.


~ Pues sí está bueno, sí – me dijo ahora - ¿enserio le besaste?


Le miré mal aunque él sonreía como si de un niño pequeño se tratase. Desde luego Sting se lo estaba pasando en grande metiéndose conmigo.


~ Te recuerdo que él me besó a mí – le dije.


~ Ya pero a ti te gustó – sonrió - ¿por qué no te lo llevas a la cama? Yo lo haría estando en tu situación.


Le golpeé el hombro a Sting ¿Qué no había entendido que era el novio de mi hermano? No podía hacer eso, encima yo nunca había tenido sexo. Creo que ahora estaba completamente rojo hablando de esto con Sting, pero él sólo sonreía y bromeaba más a cuanto más rojo me ponía yo.


~ Oh… no me fastidies que eres virgen… - dijo ahora sorprendido – por favor, enseñarte a ligar con él es una cosa, enseñarte el sexo es otra muy distinta, ahí estás solo amigo – me dijo – tendrás que confiar en él.


~ ¿me ayudas a evitarle o no?


~ Vale… yo les entretengo y tú te largas – me dijo al final saliendo corriendo hacia ellos y prácticamente chocando contra ambos dejando caer los libros al suelo para que le ayudasen.


Le escuché disculparse un par de veces y mientras él los retenía, yo salí corriendo en dirección contraria. ¡Tenía que ir a trabajar! Y lo sentía por Natsu, porque no se merecía que le hiciera esto, pero necesitaba ese trabajo, tenía que pagar la matrícula de la universidad y no era precisamente barata. Mi hermano no me iba a ayudar, así que era completamente necesario hacerle esto.


Trabajé prácticamente toda la noche, de mesa en mesa repartiendo las bebidas en ese club. Alguna vez los clientes llegaban a propasarse un poco, pero claro… no podía quejarme si quería mantener mi trabajo, precisamente por ese motivo, era por lo que se lo ocultaba a Natsu. No quería que viera donde trabajaba o cómo algún que otro cliente acababa tocándome el trasero cuando dejaba su bebida en la mesa, no era algo agradable y sé que no le gustaría nada a Natsu ¡pero es que tenía que pagar la matrícula! Si no fuera por eso, ni yo mismo estaría aquí haciendo esto.


Durante toda mi jornada, no pude dejar de pensar en Natsu. ¿Me estaría esperando en casa? ¿Estaría preocupado? ¿Estaría dormido? ¿Me estaría esperando para reñirme cuando llegase como si fuera un niño pequeño?


Salí del club a las cinco de la madrugada y caminé hasta casa ¡A estas alturas ya me sabía el camino de regreso a casa de memoria! Pero aún así, caminar solo por estas calles a estas horas de la madrugada, me daba miedo. Aceleré el paso y lo aceleraba cada vez más cuando veía alguna sombra o cruzaba algún callejón oscuro.


Cuando conseguí ver la casa, el corazón dejó de estar en un puño por el miedo acumulado durante todo el trayecto. Metí la llave en la cerradura y abrí despacio intentando no hacer ruido. La luz estaba apagada y me llevé el susto de mi vida cuando una mano me agarró por detrás del hombro y me encendió la luz.


~ Joder – le grité y me encontré con la cara de Natsu y no precisamente muy amable – Natsu… - susurré ahora.


~ ¿De dónde coño vienes a estas horas? – me preguntó enfadado – por dios llevo desde ayer sin verte el pelo y se supone que estás bajo mi responsabilidad ¿Se puede saber en que narices estás pensando? ¿Cómo se te ocurre venir solo a estas horas de la madrugada?


~ Lo siento Natsu – era lo único que se me ocurría.


~ ¿lo siento? – preguntó - ¿Eso es todo lo que vas a decirme? ¿Dónde estabas? Y no me sueltes el discurso de haciendo un trabajo con un compañero.


~ No puedo decírtelo – le dije al final.


~ ¿Qué no puedes decírmelo? ¿En que lío estás metido?


~ No estoy en ningún lío – le dije


~ Joder Gray, es que tu no ves que me tenías preocupado, podías haberme llamado, creía que te había pasado algo, he llamado hasta a mis compañeros para que me avisasen si te veían.


~ Lo siento – ahora estaba llorando y Natsu pareció relajarse un poco al verme – yo no quería preocuparte, lo siento…


Caí al suelo de rodillas llorando y noté como Natsu que se había quedado en un principio allí de pie junto a mí en completo silencio, ahora se agachaba cogiendo mi rostro entre sus manos. Me levantó el rostro y se quedó mirando mis ojos ahora encharcados en lágrimas.


~ Lo siento – le repetí mirándole fijamente a los ojos, aunque casi no podía verle con las lágrimas.


Ni siquiera me dio tiempo a terminar la frase, me había dejado con la palabra en la boca ¡me estaba besando! Cerré los ojos disfrutando se su beso, un beso lleno de preocupación que el mismo Natsu era incapaz de disimular. Su beso tierno de la otra vez ahora era uno hambriento, uno lleno de deseo que demostraba cuanto miedo le había hecho pasar a él por no tener noticias de mí en todo este tiempo.


No creí que me gustaran tanto sus besos, pero si seguía así, me iba a volver adicto a ellos y más, cuando noté su lengua pasear por mi labio inferior obligándome a abrir mi boca dándole paso. No podía evitar pensar en como me gustaban sus besos ¡me gustaban demasiado! No quería que se separase de mí nunca y odiaba en este momento a mi hermano porque le tenía siempre para él, yo sólo podía disfrutar de Natsu en estos pocos momentos. Abrí los ojos cuando noté sus labios temblar bajo los míos, ¡Estaba llorando! Un par de lágrimas rebeldes estaban resbalando ahora por sus mejillas y al darse cuenta de que yo había detenido el beso para mirarle, se detuvo y se apartó un poco de mí limpiándose las lágrimas con el brazo.


~ No vuelvas a desaparecer sin decirme donde vas – me pidió – por favor, sólo necesito que me digas donde vas, donde estarás.


~ A partir de ahora, te lo diré, Natsu – le dije intentando limpiar ahora con mis dedos lo que quedaba del camino de las lágrimas en su mejilla – no llores, por favor – le pedí yo ahora a él.


 


 


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