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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV


 


Allí frente a mí seguía el plato de comida, una comida rarísima que yo no había probado, pero claro… estaba acostumbrado a la comida americana y la verdad… creo que mi hermano ya se había adaptado a las comidas japonesas, supongo que por Natsu. Miré de nuevo el plato, había arroz ¡Eso lo reconocía! Y un montón de setas u hongos... ¿no podía haberme traído una hamburguesa y todo arreglado? Encima me había traído palillos…


Seguían hablando y yo me mantuve en la habitación tanto como pude, porque necesitaba ir al baño y era urgente, aún no había podido ir desde que llegué. Al final no aguanté más y abrí la puerta con cautela, intentando no hacer ruido y caminé hacia el baño. Llegué sin problemas y por fin me sentí a gusto. Me lavé las manos y salí de nuevo intentando no hacer ruido, pero la voz de Natsu diciendo mi nombre me detuvo, miré hacia atrás pero no hablaba conmigo, sino con Lyon. Me quedé allí paralizado porque estaba hablando de mí y quería saber que pasaba.


~ ¿Qué quiere estudiar Gray? – preguntaba Natsu a Lyon.


~ ¿Gray estudia? – le preguntó mi hermano incrédulo


¡Pues claro que estudiaba! Quería ganarme la vida por mí mismo, quería no tener que deberle nada a nadie, ser independiente, tener mi propia casa en un futuro, encontrar al chico ideal para mí y supongo que llegar a casarme en algún momento. Desde luego la idea de quedarme bajo la escalera durmiendo en un colchón en el suelo, no era precisamente lo que yo quería.


~ Me dijo que tenía un certificado para la Universidad en la mochila – le insistió Natsu - ¿Enserio no sabes qué es lo que quiere estudiar?.


~ La verdad es que no, no le he preguntado.


~ Medicina – le dije a Natsu desde el pasillo y éste se giró a mirarme con una gran sonrisa.


Sonreí hacia Natsu, pero la sonrisa se me esfumó cuando me crucé con los ojos de mi hermano mirándome mal por estar aquí con ellos. Me di cuenta entonces, que había metido la pata ¡no tenía que haber hablado con Natsu! Me la iba a cargar en cuanto se fuera Natsu y eso me asustaba. Quizá si me retiraba ahora esto se solucionaba y mi hermano lo dejaba como un malentendido.


~ Gray, creía que estabas cansado – me dijo Natsu haciendo clara referencia a la excusa que había puesto mi hermano para que no le molestase en su cita con Natsu – ¿por qué no te sientas con nosotros un rato? – comentó señalándome la silla de su lado.


Miré de nuevo a Lyon y me pedía insistentemente con la mirada que me largase y sinceramente, no quería tener más problemas con mi hermano, bastante mal lo tenía ya, como para ir empeorando la situación.


~ Gracias Natsu pero… sólo quería ir al baño, me voy a dormir, nos vemos otro día, pasadlo bien – le comenté y Natsu se extrañó cuando me di la vuelta por el pasillo y les perdí de vista entrando en mi habitación.


Cuando entré de nuevo en aquel cuarto, la comida seguía allí y traté de comérmela con aquellos palillos ¡no había forma de cogerlos bien sin que se me cayese la comida de nuevo al plato. ¡Esto era imposible! Al final acabé dejando la comida a un lado y me tiré en el colchón intentando dormir algo.


No esperé que me durmiera tan rápido, pero supongo que estaba demasiado cansado, porque ni siquiera recuerdo cuando me quedé completamente dormido. Grité cuando una mano se colocó sobre mi boca mientras me decían que me callase. Me moví intentando que me soltase pero no lo hizo ¡El problema de no tener cerrojo! Cuando mis ojos se acostumbraron a la poca luz, vi a Lyon.


~ Lo siento Lyon – intenté disculparme – no quería molestarte, lo siento


Pero ni aún así aplaqué su ira, porque me pegó un puñetazo que me tiró contra la pared del otro extremo ¡dolía! Me dolía mucho. Pero no cesó ahí, vino hasta mí y se echó encima mío cargando su peso impidiendo que me moviera.


~ ¿Te he dicho que podías hablar? – preguntó gritando y yo negué con la cabeza – entonces no hables – me amenazó - ¿cómo te atreves a desobedecer mis órdenes? Te dije que te quedases en tu habitación.


Ahora luchaba porque las lágrimas no salieran de mis ojos, no quería llorar frente a él, no quería demostrarle mi miedo en este momento ¡pero era complicado no tenerle miedo a mi hermano! Cerré los ojos esperando el siguiente golpe ¡Porque  seguro que iba a golpearme más de una vez!


Una de sus manos estaba bloqueando las mías, mientras la mano que tenía libre, se había quedado en mi camiseta, ahora levemente desplazada por el golpe, dejando ver mi estómago. ¡No quería ver el siguiente golpe! Apreté los dientes e intenté no pensar en ello, pero mi cabeza sólo podía identificar el dolor que iba a recibir.


~ Cómo has crecido Gray – dijo de golpe acariciando mi cuello con una voz baja.


¿Qué le pasaba ahora? ¿Por qué estaba acariciando mi cuello en vez de pegarme como solía hacer? Abrí los ojos sin poder creérmelo cuando su lengua recorrió mi cuello, ahora si lloraba. ¡No podía ser lo que estaba pensando! Éramos hermanos por el amor de Dios, no podía estar pensando en esto realmente ¿verdad? Grité y lloré mientras sentía aquella lengua paseándose por mi cuello y sólo quería que se alejase de mí ¡me daba asco! ¡Era mi hermano!


~ Lyon por favor – le supliqué – por favor déjame. No volveré a hacerlo, me quedaré en mi habitación, te lo prometo.


~ Cállate – me gritó – algún pago tendrás que darme encima de que soy tan generoso de acogerte en mi casa ¿No crees?


~ Lyon… - lloraba ahora sabiendo perfectamente a qué se refería – por favor, somos hermanos – le dije para que no continuase haciendo esto, porque si seguía, sé perfectamente lo que me haría.


~ No somos hermanos – me dijo – tú eres sólo un bastardo de la calle que fue acogido por mi madre.


~ Los documentos están firmados Lyon, ante la ley eres mi hermano – le dije.


~ Ante la ley me da exactamente igual, no eres mi hermano de sangre, puedo hacer contigo lo que me de la gana – dijo esta vez enfadado


Sus labios  se unieron a los míos como si intentara demostrarme que tenía razón, que estaba bajo la posición más débil en esta casa, qué sería él quien decidiría sobre qué haría yo o qué haría él conmigo. No podía quitarle de encima, aunque estaba forcejeando contra él, no podía moverme, no podía separarle de mí y yo cada vez sentía más asco ¡Estaba besando a mi hermano! ¿Cómo podía pasarme esto a mí?


Intenté evitarlo, no podía parar de llorar, quería que se alejase de mí, quería que se fuera, que se levantase y soltase mis manos, ¡prefería que me pegase hasta que se cansase a esto!. Puede que para él no lo fuera, pero para mí ¡Era mi hermano! ¿Cómo podía estar besándome mi hermano? ¿Por qué hacerme esto? ¿Sólo para torturarme, para martirizarme? Lloré por la impotencia que sentía, allí tirado en el suelo, con mi hermano encima inmovilizándome y pudiendo hacerme lo que él quisiera sin que yo pudiera oponerle resistencia alguna. No soportaba la idea de que era mi hermano ¿Sería capaz si no lo detenía de seguir adelante? ¿Sería capaz de tener relaciones sexuales conmigo?. Entonces caí en algo que podía detenerle de golpe “Natsu” Me deshice de sus labios para poder hablar.


~ Natsu – le grité – por favor Lyon… no le hagas esto a Natsu, sé que él te importa, por favor… suéltame, no le contaré lo del beso, por favor, déjame – le supliqué una y otra vez.


~ Natsu – dijo Lyon bastante serio – sí, Natsu merece mis caricias más que un sucio perro de la calle – me lanzó aquellas dolorosas palabras y ahora se reía con mi sufrimiento


Había parado de besarme, había detenido el paseo de su lengua por mi cuello, pero aún podía notar la saliva que había dejado en mi cuello. Ahora él reía mientras yo estaba tumbado, con las manos aprisionadas por las suyas y llorando. Me soltó, se levantó de mí y me dejó allí tirado, abandonado. Cuando cerró la puerta, lloré aún más ¿Por qué le había pasado esto a Lyon? ¿Por qué me había besado?, ¿por qué me había lamido el cuello? Yo sólo quería ir a la universidad, quería sacarme la carrera, ser médico y poder irme de aquí, ser feliz…


Ahora me venía a la mente otra pregunta ¿Sería así todas las noches? Tendría este miedo a que Lyon un día bajase y no pudiera detenerle, a no poder dormir por las noches creyendo que iba a bajar, ¡Sabiendo que bajaría a por mí! Que vendría a martirizarme con sus palabras y sus acciones como ya había hecho cuando era niño, salvo por una diferencia… ¡ya no éramos niños! Tal y como él me había remarcado, su mente ya no pensaba sólo en pegarme o en humillarme, ahora quería algo más.


No pude volver a pegar ojo en aquella noche, me la pasé en vela creyendo que Lyon entraría de nuevo, que se arrepentiría de haberme dejado en paz y sinceramente… me sentí imbecil ¡Como si estar despierto fuera a protegerme de Lyon! ¿Qué habría hecho si hubiera entrado? Él era más fuerte que yo, ya me lo había demostrado, no podía competir contra él en fuerza, siempre sería sometido, no tenía cerrojos, así que no podía impedirle entrar, entonces… ¿Qué pensaba hacer aunque estuviera despierto? ¡Absolutamente nada!


Cuando decidí levantarme de aquel colchón, me dirigí a la cocina para desayunar y Lyon ya estaba en ella leyendo un periódico mientras tomaba un café. Supongo que a mí no me había preparado nada ¡ni me miró cuando entré! Busqué en la nevera la leche y me serví un vaso ¡no me gustaba el café! Y supongo que eso… era raro para alguien como yo, que debía asistir a la universidad y todos mis compañeros lo tomaban, pero yo siempre acababa tomando lo mismo de desayuno, mi vaso de leche ¡Como un niño pequeño! O eso es lo que decían mis antiguos compañeros para meterse conmigo.


Sinceramente… aunque hubiera tomado café igual que ellos, habrían buscado otra cosa para poder meterse conmigo. Supongo que era débil, que no era capaz de defenderme por mí mismo, que no era como mis hermanos mayores que imponían tanto respeto y daba la sensación de que tenían todo bajo control.


~ Gray – escuché a Lyon hablándome, aunque no separó sus ojos del periódico – a partir de ahora, te ocuparás de la casa por las tardes – me dijo y eso no me pareció nada justo para mí.


~ Lyon… yo no puedo ocuparme de todo solo y encima tener tiempo para estudiar – le intenté aclarar


Separó sus ojos del periódico para mirarme ahora fijamente y tras tomar un sorbo de su vaso de café, levantarse y cogerme del cuello con una mano empotrándome contra la encimera de la cocina, por lo que tiré el vaso de leche de un manotazo al agarrarme al borde de la propia encimera. Escuché la taza romperse al caer y me dolía la mano, me dolía mucho la mano, pero también me dolía el cuello por la presión que estaba haciendo Lyon en él.


Me asusté cuando noté como la otra mano me desabrochaba el cinturón de mi pantalón vaquero y empecé a llorar. Él sonreía al verme, supongo que cuanto más sufriera yo, más le gustaba a él, pero no podía evitarlo, me dolía la mano, el cuello y tenía miedo de que me hiciera algo. Mis pantalones cayeron al suelo tras quitar el cinturón y me dio la vuelta con tanta fuerza y rapidez, que no me dio tiempo a reaccionar. Me estaba agachando sobre la pila de fregar y ahora sentía como su cuerpo se presionaba contra mi trasero ¡Tenía mucho miedo de él! Demasiado miedo a él.


~ Por favor Lyon – le dije – no me hagas nada, por favor.


~ Si no quieres pagarme de esta forma tu estancia aquí, ya sabes lo que tienes que hacer – me dijo.


~ Haré las tareas de la casa por las tardes – le sollocé – por favor Lyon.


De golpe me soltó y podía escuchar unas llaves en la cerradura. Me apresuré a vestirme y me dio el tiempo justo cuando vi aparecer a Natsu por la puerta trayendo chocolate en unos botes. ¡Agradecí aquel don de la oportunidad que tenía Natsu!


Me miré la mano, ¡Estaba sangrando! Seguramente me había cortado cuando golpeé el vaso sin querer rompiéndolo. ¡Me dolía! Pero la oculté de Natsu en cuanto me fijé como él la miraba con detenimiento.


~ ¿qué te ha pasado en la mano? – me preguntó Natsu y Lyon, que había vuelto a su mesa con el periódico, también miró ahora mi mano llena de sangre.


~ Es un poco torpe mi hermano – dijo Lyon con una sonrisa en los labios – se le ha caído un vaso y se le ha roto - pero no pasa nada Gray, está todo bien - me dijo como si me importara el vaso roto.


~ Pues eso hay que curártelo ¿Quieres que te acerque a urgencias? – me preguntó Natsu – tengo la moto ahí fuera, puedo acercarte en un momento.


~ Estoy bien – le dije cogiendo ahora mi mochila y saliendo corriendo de la casa sin desayunar ni curarme la herida.


¡Creo que me golpeé con el hombro de Natsu en mi acelerada huída! Y ni siquiera le pedí perdón, sólo quería salir, sólo necesitaba salir de esta casa y Natsu me había dado el pie para poder hacerlo, era la única forma que tenía de poder escapar de Lyon aunque fuera solo unos minutos o unas horas. Con Natsu allí presente, Lyon no se atrevería a decir ni hacer nada contra mí ¡Natsu se había convertido en mi billete de salida de esta casa!


Sentía hacerle esto a Natsu, dejarle allí sin darle explicaciones, salir corriendo cuando le veía, pero si me quedaba a disculparme, si me detenía a darle explicaciones en vez de correr, puede que Lyon encontrase la forma de echar a Natsu y me quedase solo de nuevo con él, así que no podía pararme, tenía que seguir corriendo, tenía que seguir huyendo de mi hermano cada vez que Natsu entraba en la escena.


Lo último que escuché mientras salía a la carrera intentando evitar a mi hermano en la medida de lo posible, era a Natsu diciendo mi nombre preocupado mientras yo corría ya por la acerca colocándome la mochila a hombros. No veía nada, mantuve la cabeza agachada mientras lloraba y corría, sólo quería estar lejos, sólo quería correr lo más deprisa que pudiera y poner distancia con ese infierno de casa aunque sólo fuera por un par de horas.


 


 


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