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Enamórame por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Bueno como dije, me voy de viaje así que por lo menos en un día entero no actualizaré, pero os dejo ya subidos los dos capítulos siguientes para que se haga menor el tiempo de espera jeje

Gray Fullbuster POV

 

 

 

Todo estaba oscuro y me sentía sólo. Me veía allí parado rodeado de una intensa oscuridad ¡Supongo que así había estado toda mi vida! Con una oscuridad que me perseguía, que siempre me rodeaba, que siempre estaba conmigo, porque así me sentía, me sentía solo y perdido, como si no perteneciera a este mundo, ni siquiera sabía porque mis padres me habían llegado a dejar nacer ¡Total… luego me abandonaron! Yo no tenía nada ni a nadie, no le importaba a la gente, a todo el mundo le daba igual lo que me pasase ¡Supongo que ya no tenía ganas de seguir viviendo!

 

Aunque no podía ver nada, de vez en cuando mis oídos se llenaban de susurros y palabras, pero seguía sin poder poner caras a las voces. Normalmente… eran dos chicas las que hablaban, conversaban sobre cosas que ocurrían en su vida y a veces, pero sólo muy de vez en cuando… escuchaba a un chico hablarme sobre su trabajo.

 

¿Realmente aquellas personas hablaban conmigo? Porque yo no podía ver nada, no sabía dónde estaba o cómo me encontraba, sólo recordaba haber salido corriendo, intenté pensar de qué estaba corriendo, de qué estaba huyendo… pero sinceramente ¡Me había pasado toda la vida corriendo, toda la vida huyendo! Supongo que yo no era fuerte, no era capaz de enfrentarme a mis temores o de quedarme a intentar aparentar que realmente, no era un chico asustadizo que se dejaba apalear por su hermano ¿Realmente me dejaba apalear por él? Porque creí recordarme de pequeño, yo no era así, yo era fuerte, me había peleado con Lyon muchas veces cuando era pequeño e incluso le gané alguna pelea ¿Cuándo empecé a dejar que me atemorizase?

 

Creo que fue después de que Ur siempre me echase las broncas, porque Lyon empezaba las peleas para luego poner cara de niño bueno y que yo me llevase las culpas de todo lo que él hacía, luego llegó aquel incendio, mis miedos aumentaron y Lyon encontró un buen punto débil en mí y el psiquiátrico me terminó de rematar, dejé de pelear, dejé de luchar por mí, sólo tenía que quedarme quieto, intentar que no me drogasen, supongo… que ahora ya no podía hacer nada, ¡Era débil! Ni siquiera me sentía con fuerzas ahora mismo para luchar por vivir.

 

Intenté acordarme de todo, corría por la calle y el suelo estaba mojado ¡habría llovido quizá momentos antes! Tenía que seguir retrocediendo… ¿por qué estaba corriendo? ¡Era por mi hermano! Sí de eso estaba seguro, algo de mi hermano, pero lo que él hacía, ya ni me importaba, tenía que haber algo más ¡Natsu! Era el único que realmente era importante en mi vida.

 

Natsu estaba en la casa, le recordaba allí, Lyon le había abierto la puerta, pero yo tenía prohibido salir de mi habitación y no quería líos con mi hermano, menos después de que me hubiera sacado de aquel hospital… ¡no quería volver! Y si no le hacía caso, podía arrepentirse de haber firmado aquellos papeles. Lo que no entendía es que hacía Natsu allí en su casa.

 

La nueva habitación no estaba nada mal ¡había una cama! Aunque creo que esta habitación ya estaba montada cuando yo estuve viviendo bajo el hueco de la escalera, sólo que Lyon no quería que yo la utilizase. ¡Era acogedora! Supongo que demasiado para la idea que tenía Lyon de mí, demasiada habitación para un chucho callejero como yo.

 

Aún con esta habitación, yo intentaba imaginarme la de Natsu, me gustaba su dormitorio, no ya físicamente, sino también por el hecho de que dormía entre sus brazos y eso me gustaba ¡me hacía sentir como si realmente le importase a alguien! Porque no había tenido mucha suerte en esta vida, pero conocer a Natsu, era algo que agradecía una y mil veces. ¡Le amaba! Supongo que aquí en esta oscuridad que sentía, ahora me arrepentía de no haber sido capaz de decírselo.

 

Escuché como entraban ambos en la habitación y me tensé ¿por qué Natsu entraría en la habitación de Lyon? ¿al final harán las paces? ¿Arreglarían todo este jaleo que se había montado? ¿Lyon sería capaz de hacer que le perdonase? Mi respuesta llegó pronto… sí, era capaz, porque le escuché gritar de placer y supe… que Natsu y él estaban teniendo un momento de lo más íntimo.

 

Una lágrima cayó por mi mejilla y detrás de esa, empezaron a llegar las demás. Intenté contenerme, intenté no pensar en cómo Natsu estaba haciendo disfrutar a mi hermano mientras yo estaba aquí, en mi cuarto, pared con pared escuchando como gemía, y sé de lo que hablaba porque yo había estado con Natsu ¡Y era brutalmente placentero estar con él!

 

Yo creí que Natsu se había dado cuenta de todo lo que Lyon estaba haciendo, creí que vino a buscarme a aquel hospital porque le importaba yo, pero estaba ahí, en la habitación de al lado penetrando a mi hermano como un loco, porque por los gemidos que daba y cómo gritaba el nombre de Natsu una y otra vez ¡Debía estar pasándoselo en grande!

 

Creía que podía haber enamorado a Natsu… supongo que me equivoqué ¿Cómo podría alguien como yo llegar a pretender estar con un chico como Natsu? Yo no era nada a su lado, un pobre chiquillo de dieciocho años que intentaba estudiar una carrera mientras Natsu tenía su vida resulta, tenía su carrera, sus amigos, su sueldo, su novio… yo no era nada en su vida, no podía ofrecerle nada, no tenía casa, no tenía dinero, no tenía una carrera acabara, no disponía de un sueldo… yo no era nada.

 

Lyon en cambio… era guapo y rico, director de una exitosa cadena de hoteles, un gran empresario, con un sueldo muy superior incluso al de Natsu, con casa propia, con chófer, viviendo de su fama y su fortuna… ¿Cómo competía yo contra él? Era algo normal que Natsu eligiera a mi hermano, yo volví a ser abandonado tras ser utilizado y apaleado ¿por qué no aprendía la lección? No podía confiar en nadie, estaba solo.

 

Me levanté de la cama cuando ya no aguanté más aquella sinfonía de gemidos y gritos que llegaban a mis oídos y corrí hacia la puerta de mi habitación tras colocarme las zapatillas ¡ni siquiera tuve en cuenta la costumbre de no ir por la casa con las zapatillas! En este momento me daba igual, sólo pensaba en salir de aquí rápido. Cerré la puerta de mi habitación de un portazo tras de mí y salí corriendo por el pasillo

 

No paré de correr hasta alcanzar la puerta principal y sinceramente… salí tan rápido que la puerta pegó un portazo tras de mí, pero no me detuve, seguí corriendo en dirección al centro de la ciudad. La calle estaba mojada ¡habría llovido! Pero ahora no lo hacía. Me resbalé un par de veces con el suelo mojado, pero no me detuve, quería alejarme de la casa, quería alejarme de todo aquello ¿Cómo podía querer a un imbécil como Natsu? Yo sólo hacía que intentar confiar en él y solo obtenía decepción tras decepción, me abandonaba en cuanto podía, me utilizaba para el sexo y luego volvía con mi hermano ¿Cómo podía ser así?

 

No había mucha gente por la calle, supongo que la lluvia anterior les había hecho resguardarse. A mí no me importó, me era más fácil correr si no tenía que esquivar a la gente. Crucé un par de semáforos en rojo y algún coche me pitó, pero me di cuenta de todo ello cuando ya había cruzado todas las calles, por lo que no me detuve ¡Quería ir a algún sitio que conociese! Quizá a casa de Sting ¡Necesitaba hablar de esto con Sting! Pero tal y como iba en este momento, no sabía si sería buena idea, necesitaba tranquilizarme primero.

 

Me dirigí hacia uno de los parques que solía cruzar cuando iba a la facultad, principalmente porque estaba al lado y lo conocía, era un sitio tranquilo y eso es precisamente lo que estaba buscando ahora, un sitio tranquilo.

 

Notaba mis piernas ahora cansarse de correr y no sé el rato que llevaba, pero quería alejarme lo máximo posible por si Natsu intentaba buscarme, porque sabía que el amor era ciego y cuando él viniera a pedirme perdón yo  volvería a caer en su red y volvería a hacerme esto, volvería a abandonarme. Debía empezar a asimilar que estaba enamorado de mi hermano y no de mí.

 

Ya podía ver el parque, ¡sólo una calle! Solo tenía que correr escasos cincuenta metros y aceleré el paso para llegar antes. Supongo que no me di cuenta de que el semáforo para mí estaba en rojo y escuché el pitido del coche haciendo que me asustase y me quedase parado justo frente a él. Me giré hacia el coche, veía los faros, me estaban iluminando y no podía ver nada ¡ya no recuerdo más! sólo las luces del coche que me iluminaban antes de sentir el golpe.

 

No sé nada sobre como caí o dónde, lo que sí sé… es que me hice daño en la cabeza, porque pasé de ver aquel coche… a ver oscuridad en dos segundos. No aguanté consciente, en cuanto mi cuerpo cayó al suelo tras pasar por encima del coche, perdí la conciencia. No sé quien me atropelló, no podría decir ni que marca de coche era, ni puede ver al conductor y por supuesto… no pasó mi vida por delante de mis ojos, porque en ese segundo entre el pitido y el impacto, sólo vi las luces y sólo sentí miedo ¡me había quedado paralizado en el sitio! Ni siquiera me moví un milímetro aunque claramente vi que estaba en peligro ¡mi cuerpo no era rápido en reacciones!

 

Hay gente que al asustarse corre y gente que al asustarse, se paraliza por el miedo… yo acababa de descubrir… que era de los segundos ¡y eso no era bueno!

 

Escuché una voz entre la oscuridad y de repente… pude verle, era Natsu. ¿Qué hacía aquí? Yo ya me había decidido por dejarme morir ¿por qué estaba en mi mente? Sé que estaba hablando y me pedía, casi me suplicaba, que no le dejase solo, que abriese los ojos. Mi cerebro se rehusaba a hacerle caso pero mi corazón al verle tan afectado deseaba abrazarle.

 

Noté algo cálido en mi mano ¡Su mano estaba sobre la suya! Y sé que moví un dedo cuando Natsu creyó que estaba consciente, cuando sintió que estaba moviéndome. Quería poder moverme, me gritaba una y otra vez que me moviese, que me despertase y lo hice.

 

Abrí los ojos para ver las luces del techo… sólo que había un problema… mi cerebro no parecía querer despertar ¡no sabía dónde estaba! Y eso no era lo que más me preocupaba, lo que más miedo me dio es que ni siquiera sabía mi nombre, no sabía quién era yo, no sabía quién me estaba cogiendo la mano, no sabía quiénes eran esas personas a mi alrededor.

 

~ Gray – escuché que gritaba un chico de cabello rosa y no sabía por qué me estaba llamando así con una gran sonrisa en su boca. – Gray estás despierto – decía – Llamad al médico, está despierto. – no entendía que estaba pasando.

 

Intenté hablar y entonces me di cuenta que no sabía hacerlo, no podía hablar, no me acordaba de nada, ¿Cómo iba a comunicarme con ellos si no me acordaba de mi idioma ni me salía la voz? Pero no sólo eso, ni siquiera sabía quién era yo. Lloré e intenté de nuevo hablar, pero de la voz... ni rastro ¡Tampoco me acordaba de las palabras!

 

~ ¿Qué le pasa? – escuché que preguntaba el chico de cabello rosa hacia las personas de detrás.

 

~ No lo sé – dijo una chica rubia que enseguida empezó a gritar llamando a su padre para que viniese.

 

~ Gray no me bromees… me has tenido muy preocupado – dijo abrazándome

 

No sé por qué ese chico me abrazaba ¡yo no le conocía! ¿Por qué no paraba de llamarme Gray? ¿Era ese mi nombre? Un hombre de cabello rubio y corto que llevaba una bata blanca entró por la habitación y obligó a todos a salir mientras decía algo como que tenía que revisarme. Hizo varias pruebas y no sé que buscaba exactamente, pero yo no podía contestarle, no podía preguntarle y dudas… era lo que más tenía en este momento.

 

Cuando todos volvieron a entrar el chico del cabello rosa se quedó paralizado en el sitio. Parecía haberse quedado en Shock mirándome tras explicarle el médico que no podía hablar, que no recordaba nada y todos me miraba ¡no quería que me mirasen! Me hacían parecer imbécil, me miraban con lástima y yo no quería su lástima, quería que me explicaran las cosas. No entendía que estaba pasando ¿Alguien podía explicarme donde estaba? ¿Quién era yo? ¿O quienes eran ellos?

 

 

 

 


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