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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV


 


Era la primera vez que iba a un festival… en verdad era mi primera vez para muchas cosas, porque no acordarme de nada, es lo que tenía ¡me emocionaba la idea de ir al festival! Allí nos encontramos con Lucy y con Hibiki, al que había conocido ayer en la cafetería, al que no conocía era al novio de Lucy y aunque me saludó muy amable… había algo en él que no terminaba de gustarme.


Además… me miraba muy extraño desde que se enteró que no podía hablar ¡Era un tío raro! O eso pensé yo. Aunque allí habían quedado con muchos amigos, yo al que de verdad quería ver era a Natsu y no sé el motivo, pero quería verle, hacía ya muchos días que no sabía nada de él y la verdad… es que me moría de ganas de estar un rato con él. Creo… que me gustaba estar con él por la simple razón de que parecía conocerme y aún tenía muchas dudas, quería que alguien me ayudase a solventarlas y desde luego… esa persona debía de ser Natsu.


Cuando llegué, me asombré con todo, las decoraciones, los puestos, las chicas vistiendo kimono ¡Claro que yo había venido normal! Aunque Lucy apareció muy elegante con un kimono blanco con decoración de pétalos de cerezo. Loke vino hasta mí y me indicó una caseta con juegos de carnavales.


~ Vamos – me dijo con una sonrisa cogiéndome de la mano para que le acompañase – te enseño a jugar.


Le acompañé y estuve viendo como él jugaba a diferentes juegos para luego enseñarme, hasta que vi un puesto de comida y le indiqué con una sonrisa hacia él. Loke lo miró y luego sonrió.


~ Son dangos – me dijo – está muy bueno ¿Quieres probar uno? – me preguntó y yo asentí – pues compremos un par.


Loke los compró y me dio un palillo donde iban los dangos. Me comí uno y estaba delicioso, aunque luego Loke se puso a explicarme que había de muchos sabores, pero que como no sabía cuales me gustaban, había comprado los que tenían pasta de castaña, porque eran sus preferidos. Los amigos de Loke aparecieron en ese momento, por lo menos un par, a una ya la conocía del hospital, Erza y se acercó a saludarme, se alegró de verme tan recuperado y luego se fue con las chicas a disfrutar.


Loke desapareció enseguida del lado de Erza para ir corriendo hacia un chico de cabello oscuro, casi azulado y pasarle el brazo por los hombros mientras sonreía y le bromeaba ¡Parecían muy amigos! Y entonces el chico me miró y se sorprendió. Quitó el brazo de Loke de sus hombros ante la sorpresa de éste y caminó hacia mí.


~ ¿Te conozco? – me preguntó y yo negué con la cabeza ¡porque nunca le había visto! Me acordaría de este chico, principalmente porque era guapo y fuerte, tenía algo que llamaba la atención.


~ ¿Cómo vas a conocerle Jellal? – le preguntó Loke por detrás – es americano, ha tenido un accidente y se está recuperando estos días en mi casa. Se llama Gray.


~ ¿Americano? – preguntó Jellal hacia Loke como si se hubiera sorprendido más, aunque yo creo… que había algo que ocultaba.


Supongo que me dio esa intuición, porque tenía la misma mirada que tenía yo, es más… juraría que sus ojos eran azules como los míos, pero mucho más oscuros, por eso no llamaban tanto la atención como hacían los míos. Quizá tenía un rasgo oriental marcado que yo no tenía, pero en parte… me recordaba bastante a mí, a mí me daba la sensación como si nos pareciésemos más de lo que realmente saltaba a primera vista.


~ Siento lo del accidente – me dijo – si necesitas algo dínoslo – comentó muy amable, aunque yo seguía viendo en él esa mirada perdida, tal y como yo la tenía. Asentí y me sonrió ¡y tenía una sonrisa bonita… forzada… pero bonita!


De todas formas, yo seguía sintiendo que ese chico por dentro, le pasaba algo, como si estuviera sufriendo y en parte… me daba algo de pena, porque aunque sonreía mucho estando con sus amigos y compañeros, esa sonrisa que tenía de la que nadie parecía percatarse, estaba vacía.


Terminé de comerme los Dangos y entonces, al fondo, vi venir a Natsu con otro compañero. Sonreí sin poder evitarlo, con una de esas sonrisas de niño pequeño cuando ve un caramelo gigante que quiere comerse, de esa forma es de la que sonreí yo al verle ¡porque algo dentro de mí, quería ver a ese chico! Aunque cuando llegó hasta nosotros, la sonrisa se me apagó, porque tras saludarnos y verme a mí, apartó su mirada bajándola al suelo ¿Por qué no me miraba? ¿Por qué pasaba de mí si yo llevaba días esperando por verle? ¿No quería verme?


Entonces empezó a dolerme la cabeza, ¡no quería verme! Mi cabeza empezó a llenarse de palabras, de frases repitiendo una y otra vez que no querían verme, que no me querían ¿por qué recordaba esas frases? Porque la que más se quedó en mis pensamientos fue “chucho callejero” y no sé por qué. Caí de rodillas al suelo sujetándome la cabeza por el dolor ¡Dolía mucho! Me estaba mareando con las frases que se repetían una y otra vez. Cerré los ojos unos instantes y cuando los abrí, todo había desparecido de mi cabeza, frente a mí se encontraban todos rodeándome y preguntándome si estaba bien.


Yo busqué a Natsu entre todos ellos y lo encontré, preocupado y sin saber qué hacer. No sé lo que pensarían los demás pero tampoco me importó, me agarré a la pierna de Natsu y no la solté. Éste se sorprendió pero creo que al igual que yo, porque no sé el motivo que me impulsaba hacia él, es como si mi cuerpo se moviera solo, como si se pusiera en marcha sólo cuando estaba él cerca, todo iba en su dirección y yo no sabía por qué, no me acordaba y quería recordarlo.


Natsu se agachó hasta mí y soltó mis manos de su pierna para luego darme un abrazo. Mi nariz quedó en su cuello, justo por encima de su hombro y podía olerle, tenía un olor único y especial, me gustaba, me tranquilizaba, ahora que lo pensaba… yo había olido esto antes, la ropa que él me tajo olía exactamente como él. Algo cayó en mi hombro, algo frío y húmedo, entonces me di cuenta de que Natsu estaba llorando, había enterrado su rostro en mi hombro para que nadie le viera y estaba llorando, ahogando sus sollozos para evitar que le descubrieran los demás. ¿Por qué lloraba? ¿Le había hecho llorar yo? ¿Por qué le haría llorar yo? yo no quería verle llorar.


Me quedé quieto esperando a que se calmase y pareció hacerlo, porque noté como se movía separándose del abrazo para mirarme y darme una gran sonrisa ¡Yo estaba confuso! No sé por qué había llorado, no sé por qué estaba sonriéndome ahora.


~ ¿Estás bien? – me preguntó y eso era exactamente lo que yo quería saber de él. Afirmé con la cabeza.


~ ¿Quieres ir a jugar a algo? – me preguntó Loke intentando distraerme de todo esto que me estaba sucediendo, intentando que regresara a la normalidad.


 Natsu me miraba y yo no podía dejar de mirarle a él. Le vi mover su mano y noté como tocaba mi mejilla ¡Era muy cálida y me gustaba!


~ Ve con Loke – me dijo sonriendo – te divertirás.


Le hice caso y cogí la mano de Loke que me la estaba dando para ayudarme a levantarme. Me ayudó y una vez estuve en pie, le seguí por los distintos puestos de atracciones, aunque no dejaba de mirar atrás hacia Natsu, que seguía en el suelo mientras su compañero le ponía la mano en el hombro ¿Era yo quién le estaba haciendo daño? ¿Era yo quien le hacía llorar? 


Jugamos a un par de atracciones y Loke parecía estar pasándoselo en grande, tanto que no quise molestarle cuando se cruzó con unos amigos y se entretuvo hablando con ellos, pero yo había visto un pasillo de linternas que iban hacia el templo y quería verlas de cerca, porque eran preciosas, como lámparas recubiertas de papel.


Me separé un poco para ir hacia el templo, la verdad es que había mucha gente. ¡Ya no podía ver a Loke desde donde estaba! Pero sabía que no estaba lejos. En realidad… creo que no debería haberme alejado de él, pero es que me moría de ganas por ver aquellas luces y Loke estaba entretenido con sus amigos, así que no quise molestarle por una tontería así.


Alguien tras de mí me llamó ¡no creo que hubiera muchos que se llamasen Gray en este país! Miré entre la gente y al final, pude ver a un chico de cabello blanco y de unos veinticinco años viniendo hacia mí junto con un amigo, aunque era un poco extraño, porque tenía un mechón de pelo blanco en el flequillo. Los miré y sinceramente… ellos me conocían, pero yo no sabía muy bien quienes eran.


~ Hola Gray, no esperaba encontrarte aquí – me comentó y yo no sabía muy bien que pensar de él, porque sonreía pero no me gustaba su sonrisa. - ¿Se te ha comido la lengua el gato? – me preguntó y tampoco sabía como decirle que no podía hablar.


Loke me encontró en ese momento hablando con esta persona y se acercó enseguida saludando a los allí presentes ¡que yo seguía sin saber quienes eran!


~ Loke Heartfilia – dijo presentándose a los dos chicos delante nuestro.


~ Lyon Bastia – le comentó el otro chico - ¿Heartfilia? ¿El de los hospitales y el de los viñedos? – preguntó y Loke asintió. - ¿Y qué hace alguien como tú con mi hermano?


~ ¿Tu hermano?


Yo aluciné ¿Era mi hermano? ¿Por qué no recordaba siquiera a mi hermano? Se supone que sería algo cercano a mí.


~ Bueno hermanastro más bien – comentó – en realidad ni siquiera eso, mi madre lo adoptó cuando era un niño, he estado muy preocupado por ti, desapareciste de golpe.


~ Tuvo un accidente – dijo Loke – pero ya está mejor, aunque no recuerda nada, siento si te ha molestado que no te reconociera, la verdad es que no se acuerda de nadie.


~ Vaya – dijo Lyon – pobrecito, ven aquí, me has tenido muy preocupado – dijo ahora abalanzándose sobre mí y abrazándome.


~ Os puedo dejar a solas un rato si queréis – dijo Loke de golpe – lo único… es que no puede hablar, así que no creo que os podáis comunicar mucho.


~ No pasa nada, agradezco el gesto. Sí que me gustaría estar un rato a solas con él, me ha tenido muy preocupado.


~ De acuerdo – dijo Loke – estaré justo en ese puesto de allí cuando acabéis.


~ Vale – dijo Lyon.


 


 


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