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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV

 

 

 

Llegué a las cinco de la madrugada a casa después de haber ido a trabajar y tuve un gran problema… ¡Lyon no me había dado llaves de casa! Así que me quedé ahí fuera, en el jardín esperando a que amaneciera ¡Creo que me quedé dormido fuera! Y aunque parecía muy malo, me pareció el mejor sitio en este momento para dormir, porque evitaba entrar en casa con Lyon, así que no tenía que soportar sus humillaciones. El único problema, es que por las noches hacía frío y me estaba congelando un poco.

 

Lo mejor de todo, es que tenía que ir a la universidad a las diez, eso quería decir… que no había dormido nada y encima, tenía que intentar entender el japonés, para colmo… medicina, que con tanta palabra técnica, no sé si entendería algo de lo que dirían. Escuché ruido dentro de la casa y creo que Lyon se había levantado, pero no parecía estar de buen humor.

 

Pensé si era mejor irme directamente a la universidad o quedarme allí, para mi respuesta, el ruido de una moto sonó aparcando justo delante de la casa de Lyon y pensé inmediatamente en Natsu. ¡Acerté! Natsu entraba en aquel momento y se sorprendió de verme allí sentado en la escalera, aunque yo me levanté rápido.

 

~ ¿Qué haces aquí fuera? – me preguntó Natsu.

 

~ ¿Esperar el periódico? – le pregunté porque no se me ocurría una excusa mejor - y ahora no tengo llaves para entrar.

 

~ No se como funciona en América, pero aquí no reparten el periódico, tienes que ir a buscarlo en los locales de prensa – me respondió.

 

Natsu ahora me miraba detenidamente, se había quedado paralizado en el sitio y no me quitaba ojo de encima y supe perfectamente por qué cuando me preguntó.

 

~ ¿Sales a recoger el periódico con la misma ropa que llevabas ayer?

 

Me pilló, a eso no sabía como responderle y no creí que me cogería en algo tan simple como eso, no pensé que se fijaría en ese detalle ¿Cómo no había pensando en eso? Pensé algo, tenía que pensar algo para que no se diera cuenta de que no había entrado aún por casa.

 

~ Es que no tengo mucha ropa – le dije y era verdad, tenía apenas dos camisetas y dos pantalones.

 

~ ¿Cuánta ropa tienes Gray? – me preguntó ahora muy serio

 

~ La suficiente – le mentí.

 

~ ¿Qué es la suficiente? – me preguntó inquisitoriamente intentando pillarme – quiero verla, vamos dentro y me enseñas lo que tienes – me dijo esta vez sacando la llave de la casa del bolsillo y abriendo.

 

Me cedió el paso y el que alucinó en colores al verme entrar con Natsu, fue Lyon. ¡Creo que pensaba que había estado toda la noche con él! Cosa que no era cierta.

 

~ Mira a ver si le das unas llaves a tu hermanito – le dijo Natsu – al parecer ha salido a esperar a que le trajeran el periódico y se ha quedado fuera. Y tu… - dijo señalándome – vete a por la ropa.

 

~ ¿A por la ropa? – preguntó Lyon ahora dudando y mirándome con mala cara.

 

~ Dice que no tiene mucha ropa, aún lleva lo mismo que llevaba ayer – le comentó Natsu - ¿y tú qué? ¿ya estás de mejor humor que anoche? – le preguntó a Lyon y yo me extrañé, no sabía que habían discutido.

 

Se quedaron allí hablando de algo, supongo que de lo que sucedió ayer y esperé en el cuarto un rato mientras cogía la mochila con la ropa dentro. Esperé y esperé, hasta que dejé de oírles gritar y discutir ¡Sólo me faltaba encima que Lyon la tomara conmigo por un tema que no me concernía a mí!

 

Cuando salí del cuarto al dejar de oír gritos, me quedé paralizado y quizá esto estuviera mal, pero se estaban besando y me dolió ¡no sé porque me dolía! Pero ver a Natsu besando a Lyon tan apasionadamente provocó en mí una sensación como si algo se estuviera rompiendo ¡Quería llorar! Y eso lo tenía que evitar, no quería llorar. ¿Por qué me dolía tanto verle besarse con mi hermano? Eran novios, era lo más normal del mundo que se besasen y sin embargo aquí estaba yo, sufriendo mientras no podía apartar mis ojos de ellos, de aquellos labios de Natsu, de aquellas manos que ahora acariciaban el cabello de Lyon ¡No llores! Era lo único en lo que podía pensar intentando aguantarme las ganas.

 

Natsu al abrir los ojos me vio allí parado y al sentir que me había visto, me dieron ganas de volver a mi habitación, así que me giré para volverme por el pasillo y no molestarles, pero me detuvo su voz llamándome.

 

~ Eh, eh jovencito… ven aquí y enséñame esa mochila – me comentó viniendo hasta mí y arrebatándome la mochila de entre mis manos.

 

Me quedé inmóvil pero no pude evitar apartar la mano cuando la de Natsu tocó la mía. ¡no podía estar cerca de él! Ese chico tenía algo que me atraía, creo que me estaba empezando a gustar y esto… estaba mal ¡Era el novio de mi hermano!

 

Empezó a caminar por el pasillo hacia el sofá del salón, pero al ver que no le seguía, regresó para cogerme de la muñeca y obligarme a acompañarle. Lyon me miraba desde la cocina con mala cara y sé… que esto lo pagaría conmigo más tarde. Me sentó en el sofá y se sentó a mi lado empezando a sacar cosas de la mochila ¡Ni que hubiera mucho que sacar!

 

Un cepillo de dientes fue lo primero que sacó seguido del tubo de pasta, tras él una camiseta negra de manga corta, una chaqueta de deporte hasta con agujeros de lo vieja que era, un pantalón vaquero largo y otro más corto para el verano. Volvió a meter la mano sin creerse que ya había terminado. Cerré los ojos y apreté los labios viendo la bronca que se avecinaba ¡Me iba a reñir!

 

Abrí lentamente uno de mis ojos al ver que tardaba mucho en reñirme, no estaba diciendo nada, mantenía un tenso silencio que sólo hacia que ponerme más nervioso. Le vi ahí sentado, con los codos apoyados en sus rodillas, las manos en su frente y parecía estar pensando algo.

 

~ Vamos a mi casa – me dijo de golpe – no puedes andar por el mundo con una camiseta, una chaqueta echa polvo y dos pantalones – me dijo – te dejaré algo de mi ropa hasta el fin de semana – me comunicó – y este fin de semana no hagas planes, te vienes conmigo y compraremos lo que necesites. ¿Vendrás con nosotros Lyon o estás ocupado trabajando? – le preguntó Natsu con una voz más enfadada.

 

~ Id vosotros – dijo mi hermano enfadado – tengo este fin de semana que viajar fuera de Japón por unos congresos en otros hoteles, así que no estaré en el país.

 

~ ¿y cuando pensabas decírmelo? – se quejaba ahora Natsu y Lyon sonrió ¡No me gustaba esa sonrisa!

 

~ Te lo estoy diciendo ahora.

 

~ Sí, estamos a jueves ¿y te marchas cuando? ¿El sábado? – preguntó Natsu enfadándose otra vez.

 

~ Mañana – nos dijo y ambos alucinamos ¿Cómo no lo había dicho antes?

 

Escuché a Natsu resoplar a disgusto para luego cogerme de la muñeca de nuevo y empujarme con suavidad hacia mi habitación diciéndome que cogiera mis cosas que me acercaba a su casa a cambiarme de ropa y luego a la facultad. Aún dentro de la habitación les escuché discutir sobre aquel viaje, más que del viaje, de que Lyon no le hubiera dicho las cosas antes, de que siempre hiciera lo que quería y no contaba con Natsu para nada. Mi tema salió también, le echó en cara que sólo se preocupase por él, que no me hubiera acercado ni una vez a la facultad, que no me hubiera enseñado mínimamente a defenderme en japonés, que no se hubiera dado cuenta de que me faltaba ropa ¡Natsu estaba muy enfadado en este momento! Y yo no quería meterme en medio de la discusión.

 

Ahora me encontraba haiendo tiempo en la habitación, porque no tenía nada que coger, por mucho que Natsu dijera que cogiese mis cosas… mis cosas era lo que había en esa mochila, no tenía tampoco cuadernos para tomar apuntes en la universidad, realmente es que no tenía ni un bolígrafo ¿Qué quería que cogiese?

 

Salí de la habitación cuando cesaron un poco los gritos y Natsu al verme en el pasillo de nuevo tal cual me había mandado a la habitación, volvió a mandarme a por mis cosas.

 

~ Gray por favor, coge tus cosas – me dijo volviendo a enfadarse con Lyon.

 

Pero es que no tenía cosas que coger… intenté hablar, pero estaban tan enfrascados los dos en su discusión, que no me hacían caso. No sabía que hacer… ¿Me quedaba ahí quieto? ¿Me volvía a la habitación? Natsu de pronto pareció darse cuenta.

 

~ OH joder – exclamó – por dios Lyon… ¿ni el material de clase? Podías haberlo pedido a tu secretaria si no tenías tiempo de ocuparte de tu hermano – dijo enfadado. – Gray, espérame fuera donde la moto.

 

Aún escuché cuando salí, a Natsu hablarle sobre la responsabilidad de los hermanos mayores, le estaba dando un discurso pero sinceramente, a mí me empeoraba la situación aunque no quise decírselo. Para mi hermano, yo no era de la familia, sólo era un bicho al que se podía aplastar, era su juguete, su mascota ¿para qué ocuparse de mí? Sólo vivía para martirizarme y humillarme, pero claro… Natsu no sabía nada de eso. Esta conversación iba a empeorarme las cosas con mi hermano, ahora me vería como el causante de las discusiones entre ellos dos.

 

Me toqué la mejilla al notar algo correr por ella ¡Estaba llorando! Sabía que no podía aguantar tanto tiempo las lágrimas y ahí estaban. Intenté limpiarlas con mi mano antes de que Natsu saliera, pero no me dio tiempo, acababa de cerrar la puerta tras él y me estaba mirando, se había paralizado.

 

~ Lo siento – le dije sin poder evitar que me cayeran más lágrimas – siento que discutáis por mi culpa.

 

~ No es tu culpa – me dijo Natsu acercándose a mí y dándome un abrazo – soy yo el que lo siente, no debí haber discutido con tu hermano delante de ti ¿Me perdonas? – me preguntó Natsu mirándome con una medio sonrisa.

 

~ Sí – le dije.

 

~ Vendré este fin de semana a pasarlo aquí contigo, más que nada porque no te quedes sólo en casa mientras tu hermano no está en el país. ¿Te parece bien?

 

~ Sí – le volví a decir esta vez abrazándome yo a él

 

¡Me gustaba Natsu! Y ahora me daba cuenta de ello. Era completamente diferente a todas las personas que había conocido, me gustaba su tacto, su delicadeza, su dulzura, su forma de ser, su forma de tocarme, sus abrazos y estaba seguro de que si acababa besándole en algún momento, hasta eso me gustaría. Pero no podía dejar de pensar que estaba mal lo que empezaba a sentir por él, estaba demasiado mal, era el novio de Lyon, era de mi hermano.

 

Me agarré a la parte de atrás de su camiseta arrugándola entre mis dedos, intentando acercarme aún más a su pecho sin soltar el abrazo, llorando encima de él y no me dijo nada, dejó que me desahogase mientras me acariciaba el pelo.

 

~ ¿Qué te parece si pasamos por mi casa primero, coges lo que necesites, te cambias a ropa limpia y te dejo en la facultad antes de irme a trabajar? – me preguntó con una sonrisa intentando que dejase de llorar.

 

No podía dejar de llorar ni con su sonrisa, pero le asentí y solté la camiseta de mis puños dejándole alejarse de mí. Me pasó el casco de la moto y me lo colocó ¡no me gustaba nada tener que subir, pero no quería decírselo después de la preocupación que tenía por mí! Cuando me dio la señal tras arrancar, me subí y me agarré con fuerza a él como la primera vez, no quería soltarle, no quería abrir los ojos por el miedo y sólo deseaba que el viaje fuera rápido para poder bajarme de este trasto con ruedas.

 

 

 

 


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