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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV


 


Esa tarde estuve pensando en las palabras de Jellal, la verdad… es que no podía estar sin Natsu, pero yo no sé si él querría volver conmigo y eso me dolía. Ni siquiera le había vuelto a ver desde lo de la fiesta. ¿Cómo iba a decirle esto a Loke? ¿Cómo se tomaría que quería dejarle para correr a los brazos de Natsu? Pues iba a comprobarlo… porque estaba escuchando la cerradura de la puerta y ahí estaba, entrando por la puerta.


Parecía preocupado y no sé muy bien qué es lo que ocurría, pero desde luego, no parecía ser muy bueno. Me acerqué hasta él con preocupación y no pude evitar primero darle un abrazo para que se sintiera más cómodo y luego sentarnos ambos en el sofá para hablar.


~ Jellal ha tenido un pequeño accidente hoy – me dijo y me asusté – pero tranquilo, está bien, pero me preocupa que esté solo esta noche – me comentó.


~ ¿Va a venir a dormir aquí? – le pregunté.


~ No – me dijo – En realidad… tenemos que hablar de otra cosa y es más importante. Sé que no me quieres, puedo verlo, tu lugar está con Natsu, le amas demasiado y no es justo que yo te retenga aquí – me explicó.


~ Pero…


~ No hay peros Gray y lo sabes, correrías a sus brazos si fueras libre y lo estoy haciendo, te estoy liberando.


~ Es que… me enfadé con él cuando tu padre nos invitó a la fiesta – le expliqué – y siento mucho no poder quererte como lo hago con él.


~ Tranquilo – me dijo – creo que ambos estamos confundidos, a ti te gustaba Natsu desde el principio y creo… que yo estoy sintiendo también algo por otra persona


~ ¿Jellal? – le pregunté


~ Sí – sonreí y lo hice porque ambos me caían muy bien y quería lo mejor para ellos, no quería ver a Loke sufrir y creí que si le dejaba, lo haría, pero si de verdad sentía algo por Jellal, me alegraba.


~ Entonces ve con él – le dije - ¿Qué haces hablando conmigo? – le sonreí.


~ No… ¿Qué haces tú hablando conmigo y no estás arreglando las cosas con Natsu? Él lo estará deseando, no le importan las discusiones que tengáis siempre y cuando estés a su lado, te quiere. Y tengo un par de puñetazos suyos para confirmarlo – me sonrió.


~ Cuídale – le dije haciendo referencia a Jellal – y tenle un poco de paciencia, no es mal chico, sólo está un poco perdido, un poco solo – le expliqué.


~ Lo sé – me dijo – le protegeré, te lo prometo, pero ahora ve con Natsu, te acompañaré.


~ No – le dije – prefiero ir yo sólo, no sé como se va a tomar que vaya a verle.


~ No creo que sea buena idea que vayas solo – me dijo – y menos después de lo que le ha pasado a Jellal.


~ ¿Qué va a pasarme? No vive lejos, cojo el metro y llego en un momento. Por favor… no quiero estar siempre siendo una carga, quiero aprender de Jellal, quiero llegar a ser independiente y fuerte como él – Loke me sonrió – además… me ha enseñado defensa personal.


~ Está bien – me dijo – es la cuarta estación.


Recogí un par de cosas en la mochila y salí corriendo para coger el metro. Una vez subí en él, cogí el teléfono entre mis manos y realmente pensé si llamar a Natsu o no. Él había sido muy claro, no quería saber nada de mí, no quería volver a verme… ahora dudaba si llamarle ¡Creo que no era buena idea! Pero tampoco podía volver a la casa de Loke… acabábamos de romper y no quería molestarle más ¿Dónde debería ir entonces? Cuando llegué a la estación me senté un rato en uno de los bancos de fuera y observé a la gente pasar de un lado a otro. La calle que tenía que coger era todo recto para llegar a casa de Natsu, pero no sé si tenía el valor para cogerla ¿Qué iba a decirle? ¿Qué le quería? Que simple sonaba ahora esa palabra después de lo que le había hecho, después de mis desplantes y mis desprecios. No podía ir sin más y decirle eso, no podía ir a pedirle ayuda sin más.


Empezó a llover en ese momento y supe que tenía que moverme, pero no sabía hacia donde ir, así que sólo caminé y caminé sin darme cuenta de que estaba caminando en dirección contraria a la casa de Natsu, iba hacia mi casa, hacia la de Lyon y no sé por qué.


Llovía cada vez con más fuerza pero iba tan sumido en mis pensamientos, tan deprimido por como había tratado a Natsu, que ya no me importaba mojarme, estaba empapado, la ropa se pegaba a mi cuerpo y me molestaba al andar, me molestaba las gotas de agua cayendo sobre mi cara. Me detuve unos segundos cuando creí que alguien me seguía y debía ser así, porque había un par de personas con paraguas que habían cogido todas y cada una de las calles en las que yo giraba ¡y era extraño, porque ni yo sabía donde iba! Así que no podía ser una coincidencia de que fueran hacia el mismo sitio al que yo iba. Me asusté un poco y volví a caminar sin rumbo, porque no sabía hacia donde ir, pero me mantuve cerca de la gente ¡no sé si se atreverían a hacerme algo con tanta gente presente! Hasta que me di cuenta, de que la fuerte lluvia estaba alejando a la gente que buscaba refugio en sus casas.


No supe que hacer en ese momento, es cierto que Jellal me había enseñado defensa personal ¡Algo básico! Pero no me había explicado qué hacer en estos casos. Corrí ahora por la calle y pude ver como aquellos hombres aceleraban el paso siguiéndome y de pronto, había un chico con un paraguas frente a mí y cuando me giré atrás… los hombres habían desaparecido.


~ ¿Dónde vas Gray? – me preguntó Natsu.


~ No lo sé – le dije


~ Mi casa está en dirección contraria.


~ Lo sé – le dije – pero dijiste… que no querías volver a verme


Me había quedado a unos metros de él y me estaba mojando, porque puede que él llevase paraguas, pero yo no.


~ ¿Qué haces tú aquí? – le pregunté


~ Loke me ha llamado, me dijo que venías en el siguiente metro y como he visto que llovía, venía a buscarte. No deberías andar solo por la calle – me dijo – vamos.


~ Natsu… - le llamé pero él pasó de mí empezando a caminar hacia su casa.


Le alcancé y me sentí peor que antes, ¿Así iba a ser ahora nuestra relación? Silencios incómodos… hablar lo justo y necesario… esto no me gustaba. Quería que volviera el Natsu de antes, quería volver a sentir sus apasionados besos, quería sentir sus caricias, su calor.


~ He roto con Loke – le dije de golpe intentando que eso diera algo de conversación.


~ Si quieres que sienta lástima por eso… no la tengo – me dijo y estuve a punto de llorar, detuve mi caminar mientras él seguía y se paró girándose hacia mí a unos metros de distancia.


~ Sé que no tengo derecho a decírtelo y que no quieres verme pero… Te quiero – le grité – te quiero demasiado, no puedo estar sin ti, no puedo olvidarme de ti aún con el daño que me hiciste, te necesito Natsu – le dije ahora a punto de llorar – no soporto tu indiferencia pero si es eso lo que quieres, sufriré en silencio por ti – le dije volviendo a caminar y pasando por su lado para ir hacia su casa.


Natsu me detuvo del brazo y me giró tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar. El paraguas que llevaba abierto cayó al suelo y su mano se agarró con fuerza a mi cintura acercándome a su cuerpo. Me besó, me estaba besando y aunque me sorprendí al principio, acabé cerrando los ojos y dejándome llevar, él era todo lo que yo quería en mi vida, con él a mi lado, todo lo demás daba igual, le amaba y ahora estaba seguro de que nada ni nadie podía cambiar lo que sentía por él.


Su lengua entró con cuidado, con dulzura, con suavidad y jugó con mi lengua mientras yo sólo podía ahogar mis gemidos en su boca. Mis manos acabaron agarrándose a su cuello y quería profundizar aún más el beso, quería sentir a Natsu, quería decirle que yo era suyo, siempre lo había sido, podía hacer conmigo lo que quisiera porque le quería con locura, no quería separarme nunca más de él. Cuando se separó, estaba sonriendo.


~ Sólo quería que dijeses que me querías – me dijo y yo sonreí – pero el discurso no ha estado mal. Vamos a casa antes de que te resfríes – me dijo. – tienes que cambiarte de ropa y entrar en calor.


~ ¿No me odias? – le pregunté.


~ Cómo voy a odiarte si eres lo que más deseo en el mundo – me respondió – siempre querré verte Gray.


~ Te quiero Natsu – le dije ahora


~ Y yo a ti Gray, ya te lo dije y te lo repetiré las veces que haga falta… nunca dudes de que te quiero, por ti haría cualquier cosa.


~ Natsu… te estoy mojando – le dije al ver como mi cuerpo tan cerca del suyo estaba empapando su ropa, además de que al tirar el paraguas para cogerme a mí ambos nos estábamos mojando.


~ Me da igual – me dijo – sólo quiero besarte, sólo quiero tenerte cerca – me susurró al oído antes de volver a besarme mientras me acercaba otra vez más a su cuerpo.


Natsu no volvió a soltarme en todo el camino a casa y cuando llegamos, me sacó ropa seca para que pudiera cambiarme. ¡Cómo había echado de menos su casa, su compañía, esa ropa seca con su olor!


Me cambié en su habitación junto a él, que también llevaba la ropa mojada y recordé las palabras de Jellal de que tenía que jugarme por lo que sentía, por lo que quería en la vida y Natsu era lo que quería en mi vida. Ya me había puesto la camiseta y sólo me faltaba el pantalón, pero lo tiré al suelo y me subí por la cama gateando hasta donde estaba Natsu dándome la espalda. ¡Me encantaba su espalda! Porque era muy amplia y fuerte. Le abracé por detrás y le besé el cuello sacando una sonrisa de Natsu.


~ ¿Qué te pasa Gray? ¿Estás juguetón hoy?


~ Sí – le dije - ¿Quieres jugar conmigo? – le pregunté sacando el tono más seductor que pude.


~ Contigo… siempre – me dijo girándose para coger mis labios con los suyos.


Le besé con toda la pasión que pude sacar, porque hacía tanto tiempo que le había deseado que tenerle ahora entre mis brazos era como un sueño, le quería a él. Sentía como el fuerte pecho de Natsu ahora me empujaba con suavidad tumbándome en la cama y quedando él arriba. No detuvo mi beso ni un segundo y creo… que tenía miedo de soltarme por si volvía a perderme, pero no estaba dispuesto a perderle, ahora tenía muy claro lo que sentía por él y esto…no se podía evitar, le amaba a él, quería estar con él.


Mi mano fue directamente al bulto que sentía aprisionado en sus pantalones, ese que ahora golpeaba contra mi pierna al tumbarse encima y Natsu sonrió antes de besarme mientras se bajaba un poco el pantalón corto de deporte que se acababa de poner. ¡Me gustaba ese pantalón! Porque era flexible y muy fácil meterle mano. Le escuché gemir cuando le toqué y gemir aún más cuando aumenté el ritmo.


~ Te he echado de menos Gray – me dijo en susurro entre jadeos y besos.


~ Shh – le mandé callar – sólo disfruta – le dije mientras seguía masajeando su miembro cada vez más duro.


Supongo que tratar con Jellal y los demás, me había espabilado un poco, porque ahora no tenía vergüenza de hacerlo con Natsu, me había atrevido hasta a iniciar yo esta situación y no pensaba echarme atrás, le quería y quería sentirle de nuevo dentro de mí, saber que era completamente mío.


Coloqué mi pierna en su cintura y le impulsé hacia el lateral para poder ponerme encima de él y aunque que se sorprendió, sonreía y me dejó a mí. Ya no quería seguir siendo ese chico dulce e inocente, el chico tímido del que tenían que estar pendiente, quería ser como ellos, quería ser capaz de hacer las cosas por mi mismo y aunque tenía vergüenza, me la tragué para poder bajarle el pantalón junto a la ropa interior.


Su miembro quedó frente a mí y lo cogí en mis manos antes de meterlo en la boca. Le escuché gemir y me excitó oírle, me excitaba cuando él se movía dentro de mi boca intentando buscar más profundidad, más placer. Sus dedos se enredaron en mi pelo y me cogía impulsando mi rostro marcando el ritmo que le gustaba mientras jadeaba cada vez más, mientras arqueaba su espalda.


Se incorporó de golpe y se acercó para besarme con fuerza sin poder controlarse hasta que su cuerpo empezó a tumbarme nuevamente en la cama. Me agarré a su cuello porque era lo que más cerca tenía y acabé enrollando mis piernas en su cintura mientras notaba como sus dedos empezaban a entrar en mí.


~ Te deseo – me susurró al oído y sinceramente… no podía contestarle, porque estaba demasiado concentrado en el placer que ahora me daban sus manos, que me daba todo su cuerpo rozando con el mío, que me daban sus besos.


Sentí su cuerpo posicionarse mientras su mano cogía su miembro para estimularse un poco antes de colocarla en mi entrada y empezar a introducirse en mí. Me quejé un poco y me agarré al cuello de Natsu escondiendo mi cabeza entre su cuello y el hombro mordiéndole levemente intentando no hacerle ver que aún me dolía, por lo menos hasta que entró entero en mí. Se detuvo unos segundos besándome y acariciándome, dando placer ahora a mi miembro y en cuanto empecé a gemir, se movió dentro de mí, saliendo y entrando una y otra vez, primero con lentitud y cada vez más rápido.


Gemí y creo que era lo único que podía hacer ahora, porque ni siquiera hablar podía. Miraba a Natsu, me gustaban sus ojos, me gustaban sus movimientos, me gustaba cuando me susurraba al oído y sobre todo… me excitaba escucharle disfrutar conmigo mientras avanzaba hacia su orgasmo. Se corrió el primero y yo estaba a punto, tanto, que no dejó de mover su mano en mi miembro mientras salía de mí para luego acercar su boca. Sólo con sentir su boca en mi miembro, prácticamente me corrí ¡me excitó demasiado! Ni siquiera llegó al minuto desde que se lo introdujo en la boca.


Me puse rojo como un tomate porque no me dio tiempo ni a avisarle y cuando me incorporé con rapidez para disculparme con él, le vi tragando todo mi líquido mientras me sonreía. ¿Por qué me sonreía? Si ni siquiera le había avisado, debería estar enfadado conmigo.


Me besó con fuerza de nuevo mientras colocaba su mano derecha tras mi cabeza para profundizar todo lo que pudo el beso.


~ Me encantas – me dijo – te quiero, te deseo… no vuelvas a separarte de mí – me dijo susurrándome al oído.


~ No lo haré Natsu – le dije sonriéndole.


 


 


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