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Enamórame por Fullbuster

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Jellal Fernándes POV

 

 

 

Menudo día llevábamos hoy con alarmas falsas, no sé si es que nos estaban tomando el pelo, porque cada vez que íbamos a una… no había nada, así que no sé que tipo de broma era esta. Cuando iba hacia mi oficina observé a Gray que entraba por la base y le preguntaba al recepcionista donde podía encontrar a Natsu.

 

~ Está conmigo – le dije al recepcionista para que le dejase pasar – ven conmigo, te llevaré con Natsu – le indiqué.

 

Otra alarma sonó y ya me estaba cansando, no paraba en todo el día de sonar, pero eso no era lo peor… lo peor es que sonaba para nada. El equipo de Kagura y el equipo siete que también estaban de servicio, nos indicaron que irían ellos, si necesitaban ayuda nos avisarían, pero por si acaso era otra falsa alarma, era mejor que nos quedásemos. ¡Y menos mal! Porque mi equipo había salido a todas las malditas falsas alarmas de esta ciudad hoy, por lo menos… nos librábamos de esta.

 

Llevé a Gray hacia el despacho de Natsu, pero al no encontrarle, supuse que se habría ido al vestuario o al gimnasio. Pues no me quedaba más remedio que buscarle por la base. Gray me seguía a todos lados y me miraba.

 

~ No sé si estará en el gimnasio o en el vestuario – le informé y él sonrió.

 

~ Pues yo voy hacia el vestuario y tú hacia el gimnasio, el primero que le encuentre que le diga que vaya al vestuario.

 

~ Vale – le dije dirigiéndome hacia el gimnasio tras explicarle donde estaban los vestuarios.

 

Ahora que me fijaba bien… la base estaba hoy demasiado calmada… o yo me cruzaba con poca gente, porque siempre estaba abarrotada con otros equipos o los superiores, pero hoy no me crucé a nadie en todo el camino hacia el gimnasio ¡Y el gimnasio solía estar lleno! Entré en la sala del equipo dos y allí estaba Natsu.

 

~ ¿Te falta mucho? – le pregunté mientras le veía correr en la cinta.

 

~ No – me dijo – un par de kilómetros solo, ¿por?

 

~ Porque Gray te está buscando, acaba cuanto antes y ve hacia los vestuarios, te espera allí – le dije.

 

~ Vale – me dijo sonriendo y acelerando ahora el ritmo para terminar antes.

 

De salida me crucé con Laxus que venía ahora a hacer su tabla de ejercicios diaria y ya que estaba allí… no pude evitar preguntarle.

 

~ Laxus… ¿Qué pasa hoy en la base que hay tan poca gente?

 

~ Un dignatario que venía – me dijo – nos han dejado solos al cargo de la base

 

~ ¿Por eso todas esas alarmas falsas?

 

~ Supongo… - me dijo – ya sabes lo nerviosos que se ponen cuando ven algo extraño, aunque luego no sea nada – me dijo sonriendo – pero no te preocupes, ya hay cuatro o cinco equipos ocupándose de todo, a nosotros nos ha tocado quedarnos en base.

 

~ Vaya aburrimiento – le dije marchándome y él sonrió.

 

~ Te vendrá bien un día de reposo – me dijo mientras se iba hacia el gimnasio

 

~ ¿Has pedido tú quedarnos en base? – le pregunté ahora enfadado.

 

~ Sí – me dijo – aún no estás recuperado del todo, los otros equipos lo harán bien, descansa hoy y termina de curarte esa cabeza y tus manos, te sentará bien un día de reposo.

 

~ De verdad que no os aguanto – le dije – estoy bien.

 

~ Sí, ya me conozco tus canciones de “estoy bien”, descansa – me ordenó entrando al gimnasio donde estaba Natsu.

 

Pasé por la recepción por si había algo de papeleo que hacer de las anteriores misiones, al menos podría ponerme al día y quitarle algo de faena a Laxus, porque la verdad… es que solía llenarle su mesa hasta con mis papeles ¡Siempre acababa dándole más trabajo del que tenía ya él!

 

Cuando llegué a la mesa… el recepcionista estaba en el suelo y eso sí me preocupó. Di la vuelta a la mesa y comprobé su pulso, seguía vivo ¡por lo menos estaba vivo! Miré el ordenador y busqué las cámaras de seguridad para hacerme una idea del alcance de la situación antes de dar la alarma interna de que había problemas.

 

Me senté en la silla y busqué entre los programas del ordenador hasta que encontré las cámaras ¡Si Rogue estuviera aquí iríamos más rápido! A él se le daban genial las tecnologías, no como a mí. Revisé cámara a Cámara, había un coche mal aparcado en el interior de nuestro parking privado y no me resultaba conocido de nadie de la base. Revisé por dentro, oficina a oficina, sala a sala hasta que encontré a los individuos en los vestuarios cogiendo a Gray. ¡Joder que iban a por Gray!

 

No tenía tiempo de ir a avisar a Natsu y los demás, porque a Gray ya le estaban prácticamente desnudando entre tres mientras un cuarto miraba. Aunque se revolvía en el suelo como podía intentando escapar, le era imposible, así que salí corriendo directamente hacia allí. Esperaba que mis compañeros se dieran cuenta y vinieran, porque desde luego… yo solo contra esos cuatro, teniendo en cuenta que uno de ellos era Silver, yo sólo no iba a poder.

 

Cuando estaba llegando podía oír los gritos y tumbé la puerta con el hombro entrando de golpe bajo el asombro de los demás. Silver fue el primero en mirarme, pero yo miraba a Gray en el suelo medio desnudo ya ¡por lo menos aún no le habían hecho nada!

 

~ Vaya… ha venido el que faltaba en la fiesta – dijo Silver mirándome - ¿Dónde están tus compañeros?

 

~ Viniendo – le mentí – suéltale – le amenacé pero Silver sonrió – he dicho que le sueltes, ahora – le grité pero no me hicieron caso. Aún podía ver a Gray temblando aunque ahora me miraba confiando en mí, confiando en que iba a sacarle de aquí.

 

~ ¿Y si no quiero? – me preguntó y sin dilación alguna saqué la pistola y disparé en la pierna al que tenía sujeto a Gray, quien le soltó enseguida haciendo que éste se levantase y viniera hacia mí

 

~ Vete de aquí – le dije a Gray.

 

~ Pero… - intentó contradecirme Gray.

 

~ Que te vayas – le grité intentando sacarle del peligro, aunque eso suponía quedarme yo sólo contra ellos.

 

Aún me dolía la cabeza, tampoco podía enfocar bien, sobre todo por que había apuntado al muslo del individuo y le había dado casi en la rodilla ¡Esto no me gustaba! No podía enfrentarme tal y como estaba ahora a ellos. Desde luego, ni vi ni creí que pudiera salir alguien del pasillo desde mi espalda, creía que todos estaban dentro, pero apareció.

 

Me dio tal puñetazo en el cuello que me lanzó contra una de las taquillas metálicas haciendo que soltase el arma mientras escuchaba gritar a Gray ¡le habían cogido a él pero al menos, no estaban centrándose en él, venían a por mí! Algo bueno tenía que tener todo esto.

 

~ Míralo bien Gray – le dijo Silver acercándose a él mientras yo intentaba levantarme del suelo apoyándome en las taquillas aún con el dolor que sentía en la cabeza – todos los que están cerca de ti acaban sufriendo.

 

~ ¿Jellal? – escuchaba la voz de Gray llamándome como si estuviera preocupado por mí. ¡Qué tontería! Porque él no tenía que preocuparse, yo era el que intentaba ayudarle a él.

 

~ No es cierto – le dije y sentí que alguien me cogía desde atrás, pero cogí impulso y me impulsé hacia atrás empujando al que me había cogido hasta que su espalda chocó contra la taquilla de atrás y me soltó – no es cierto – le repetí – nadie sufre por estar cerca de él, sufren por tu culpa – le dije hacia Silver – eres tú quien trae el sufrimiento a todos.

 

Silver ahora pasaba completamente de Gray para centrarse en mí, me pasó la mano por la nuca y me obligó a mirarle. Me besó con fuerza e intenté apartarme, pero me tenía bien cogido, me era imposible y sinceramente… creo que se apartó al escuchar la voz de Gray.

 

~ Déjale – le gritó ahora Gray – no le toquéis

 

~ Cállate si no quieres que te haga a ti lo mismo que le haré a él.

 

~ Eres un desgraciado –escuché decir a Gray.

 

~ Cállate – le grité a Gray a punto de llorar y me miró con dudas – no digas nada más, déjale que me haga lo que quiera – le dije y la verdad… sólo intentaba protegerle a él. – No te preocupes por mí y no te creas nada de lo que él te diga, tú no eres el culpable de nada – le dije a Gray intentando animarle – él es quien trae sufrimiento a todo el mundo.

 

~ ¿Tú vas a decirme ahora qué es el sufrimiento? – me preguntó - ¿Tú, que mataste a tu hermano? – decía acercándose a mí y me tensé. – ni siquiera puedes tenerte en pie pero intentas salvar a este crío ¿por qué? – me gritó – ¿Por qué prefieres salvarle a él que salvarte tú? Me conoces Jellal, sabes lo que voy a hacerte, sabes lo que vas a sufrir… entonces… ¿por qué le proteges?

 

~ Por que alguien tiene que hacerlo, no tiene padre – le grité recriminándole a él que no hubiera ejercido de padre – Además… yo ya no tengo futuro, tú me lo arrebataste, pero aún puedo salvarle a él, aunque eso implique volver a tus manos.

 

~ Si tan claro lo tienes…dame tu respuesta Jellal… ¿Tú o él? – me preguntó y dudé un segundo, dudé no porque no supiera la respuesta, dudé por si había una forma de escapar ambos sin tener que contestarle.

 

El que tenía sujeto a Gray empezó a acariciarle mientras éste gritaba y supe… que no tenía momento para dudar, corrí hacia Gray y pegué al que le estaba acariciando rompiéndole la nariz mientras intentaba evitar al que venía tras de mí para bloquearme, a ese… le rompí el brazo con una llave y mientras gritaba del dolor, con otra llave inmovilicé al que le tenía agarrado a mi hermano liberando a Gray, a quien sólo pude decirle que se largase y me hizo caso, corrió hacia el pasillo saliendo de la sala. ¡Por primera vez no me preguntaba ni intentaba quedarse, me hacía caso a la primera!

 

Uno de los hombres iba a salir a por Gray y entonces supe que no me quedaba más remedio que dar la respuesta si quería que él huyese.

 

~ Yo – le grité y Silver le dio la señal al hombre para que se quedase – cógeme a mí – le dije a punto de llorar.

 

~ Buen gesto – me dijo Silver mientras ahora dos hombres intentaban liberar a su compañero y me cogían a mí. – ya tenemos tú respuesta, tú y yo nos divertiremos mucho – me dijo sonriendo – para mí mejor, tu carácter me gusta más, te gusta darme pelea y cuanta más pelea me das, más disfruto intentando controlarte – me dijo sonriendo – porque al final… te domaré, harás lo que quiera.

 

~ Vete al infierno – le grité intentando soltarme para golpearles, aunque sin éxito.

 

Perdí la cuenta de las veces que me golpearon, pero eso no me preocupó, cuando realmente me asusté es cuando sentí a Silver detrás de mí, porque me habían arrodillado mientras me sujetaban los brazos y desde luego… tenía miedo a mi padre, porque ya le conocía, sabía de lo que era capaz. Me colocó un saco de tela en la cabeza y cogiendo mis brazos a la espalda me hizo caminar como pude hacia algún lugar, ni siquiera veía donde íbamos. Sólo podía intentar gritar, porque lo que cubría mi cabeza me impedía también gritar con soltura. Me volvió a arrodillar no sin antes pegarme un puñetazo en el estómago que me dejó sin respiración.

 

Sentí algo caer sobre mi cabeza y me estaba ahogando… era agua, estaba en la ducha y me estaban tirando agua. Con el saco encima de la cabeza me era imposible respirar, acumulaba el agua y me estaba ahogando. Grité y me removí tanto como pude aún recibiendo golpes, aún arrodillado en aquel suelo y con las manos bien sujetas por aquellos tipos a mi espalda. ¡Agonía! Eso es lo que sentía, sentía como me estaban matando, como no podía respirar y cada golpe, cada gota de agua de aquel chorro que caía incesantemente sobre mí me robaba la vida.

 

Intentaba gritar, intentaba pedir ayuda, pero sólo salían gritos ahogados que no llegaban a nada, estos gritos no los oiría nadie. No aguantaba más sin respirar, si seguía así me quedaría inconsciente.

 

~ Sacadle – gritó Silver y noté que detuvieron el agua quitándome el saco de tela de encima.

 

Cogí aire a grandes bocanadas intentando recuperarme, aunque ya conocía a Silver, no me daría tiempo para recuperarme, porque eso le pondría en problemas a él. Siempre utilizaba estos métodos, primero debilitarme al máximo, golpearme hasta que no podía moverme, destrozarme para poder controlarme. Hoy no era una excepción, no podía moverme si tenía que respirar.

 

~ No podéis matarle antes de que pueda follarle – me dijo cogiéndome del pelo para que le mirase y aunque no podía respirar, sonreí como pude y le escupí a la cara.

 

Silver sonrió antes de pegarme un puñetazo que me hizo sangrar y después volvió a mirarme mientras se limpiaba.

 

~ Me encanta tu carácter – me dijo – pero por muy indomable que seas… he domado casos peores que los tuyos, no vas a ser mi excepción, acabarás pidiéndome tú mismo que te folle – me dijo.

 

~ No te lo pediré – le dije – tendrás que violarme porque mi respuesta sigue siendo no.

 

~ ¿Crees que porque hoy no me lo pidas, no te follaré? – me dijo sonriendo – algún día lo pedirás tú mismo, de momento… puedo violarte, no tengo prisa hasta que te rindas – me dijo cogiéndome del cabello de nuevo y besándome ¡me dio asco! Pero casi estaba acostumbrado, lo había hecho tantas veces, que ya no podía sentir nada excepto asco.

 

Le mordí el labio tan fuerte como pude y noté ese sabor óxido de la sangre, porque le había hecho sangrar. Seguramente esto lo pagaría caro, pero no podía dejarme dominar por él de nuevo, porque dejarme una vez, era la perdición, sería así el resto de mi vida y no podía permitirlo. Gritó cuando sintió el mordisco y se cogió el labio con los dedos descubriendo la sangre, sangre que ahora yo también tenía en mi boca y escupí al suelo. El golpe fue tal, que me derribó al suelo, pero no fue solo ese, fueron las patadas, los insultos y el resto de puñetazos que me llovió aunque estaba ya en el suelo sin poder moverme.

 

Chasqueó los dedos y la bolsa mojada volvió a cubrirme encendiendo de nuevo el grifo. Volvió a colocarme de rodillas sin cuidado alguno y encendió en agua encima de mí, volvía a sentir esa agonía, pero encima… notaba como alguien estaba intentando desabrochar mi pantalón ¿iban a violarme mientras me ahogaban? Bueno eso tampoco me resultaba tan extraño viniendo de mi padre, otras veces me había violado estrangulándome en el suelo con sus propias manos.

 

Sé que habían abierto el pantalón igual que mi bragueta, porque notaba una mano en mi entrepierna masajeándome mi miembro mientras escuchaba risas y murmullos sobre él. No sé si se reían de mí, de mi situación o de lo excitados que iban a ponerse, pero estaban hablando de mi miembro mientras lo cogían y lo tocaban a su antojo, a veces eran caricias a las que me negué a gemir, otras veces era daño lo que sentía cuando lo cogían con fuerza entre sus manos ¡ni siquiera podía moverme! Y sabía que si me movía un poco más bruto de lo normal, el que sujetaba los brazos a la espalda podría rompérmelo.

 

Ahora ya ni notaba sus caricias, mi cuerpo se estaba relajando y mi mente también, me ahogaba sin remedio y mi único consuelo era saber que Gray se había podido salvar de ellos ¡podía morir tranquilo! El agua paró de golpe y mis manos se habían soltado, alguien me estaba quitando el saco pero me concentré tanto en intentar respirar que ni siquiera vi quien estaba delante, pero escuchaba a Natsu, era su voz, estaba a mi lado amenazando a uno con dispararle si volví a tocarme y cuando me giré aún tosiendo con asiduidad, pude verle encañonando a uno de los hombres que me habían sujetado.

 

Me sujeté al brazo que estaba sujetándome, porque había alguien delante de mí cogiéndome, me estaba sosteniendo aún de rodillas, notaba una de sus manos en mi cintura y la otra bajo mi brazo hacia la espalda mientras dejaba que mi cuerpo se cargase sobre el suyo. Le miré y me sujeté a su brazo intentando ponerme en pie aún tosiendo ¡no podía dejar de toser por toda aquella cantidad de agua! No podía moverme por la asfixia.

 

~ No te levantes – escuché – respira, sólo respira – me decía la voz mientras acariciaba mi nuca con delicadeza, y sabía que era Loke quien me estaba sujetando.

 

~ ¿Gray? – le pregunté entre susurros y tos, porque ni siquiera podía hablar.

 

~ Está bien, tranquilo – me dijo Loke – vino a avisarnos de donde estabas. Lo que no entiendo es… ¿por qué narices vienes tú solo a enfrentar el problema? – me preguntó enfadándose.

 

~ No… no tenía tiempo – le dije

 

~ Eres idiota – me dijo Loke abrazándome y escondiendo su rostro contra mi cuello – eres un maldito imprudente – me decía enfadado y creo que estaba llorando – creí que te perdía imbécil. – no pude evitar sonreír ¡Se preocupaba por mí! Quizá  no estaba tan solo como yo creía que estaba.

 

~ No va a matarme – le dije muy serio – no lo hará si antes no puede tenerme – le comenté – preocúpate cuando realmente me haga suyo, entonces puede que no le importe matarme.

 

~ No permitiré que te maten – me dijo - ¿me oyes? No voy a permitir que te hagan nada, sólo tienes que pedirme ayuda, sólo tienes que avisarme

 

Y quería hacerlo ¡pero a todo el que avisé en el pasado estaba muerto! No podía pedirle esto a Loke, no quería que nadie más muriera por mi culpa, lo mejor era que me matasen a mí solo y se acabase el problema ¡yo ya estaba condenado! Lo estaba de niño y lo estaba ahora, a Silver nadie le detendría hasta que consiguiese lo que estaba buscando. Si no era a Gray… era a mí. Uno de los dos acabaría en las manos de Silver y prefería ser yo a que mi hermano pasara por eso, así que no podía contárselo, aunque quería no podía.

 

~ ¿Jellal? – escuché la voz de Gray en ese momento ¡Dios… como me alegré de que mi hermanito estuviera bien! – Jellal – gritó viniendo hacia mí, pero Natsu le detuvo.

 

~ Gray… quédate detrás de mí – le dijo.

 

~ No podéis tocarme – dijo de golpe Silver y sinceramente… no sé que ocurrió, pero hubo una explosión no muy lejos y el momento en que nos habíamos distraído unos segundos, aprovechó para escapar.

 

De todo aquello, sólo pudimos capturar al que Natsu había encañonado y porque estaba al lado de él, tenía prácticamente la pistola tocando su cabeza, así que era el único de todos, que no consiguió moverse para escapar.

 

Loke intentó moverme, pero me dolía todo el cuerpo incluso para levantarme. Gray me miraba desde la distancia y por lo menos… había conseguido dejar de toser, aunque no podía prácticamente ni moverme.

 

~ No me muevas brusco – le pedí a Loke cogiéndome el estómago ¡y es que no sé la de veces que me habían golpeado!

 

~ Te han dado una buena ¿verdad? – me preguntó Loke poniéndome en pie mientras pasaba mi brazo tras su cuello y me ayudaba a sostenerme.

 

~ Ni me lo recuerdes – le dije sonriendo aún con muecas de dolor.

 

~ ¿De qué elección hablaban? – me preguntó Gray de golpe y no podía decirle que iban a por él si yo me negaba a ser golpeado y violado una y otra vez.

 

~ Nada, no tiene importancia – le dije – ve con Natsu.

 

 

 

 


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