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Enamórame por Fullbuster

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Jellal Fernándes POV


 


Estaba cabreado porque si eran capaces los que yo creía mis compañeros… mis hermanos de ocultarle a Natsu algo así, ¿Qué narices me estaban ocultando a mí? No soportaba que me mintieran, ni que me ocultasen las cosas, quería saber claramente que es lo que estaba pasando, porque ahora empezaba a creer que mi brazo no iba a curarse y es algo que no podía permitirme para mi trabajo.


Los médicos tuvieron que sedarme porque no paré de gritar que quería ir con Natsu, necesitaba estar con alguien y una noticia como la que le acababan de soltar era una bomba, eso deprimía a cualquiera, necesitaba que alguien estuviera allí para animarle y desde luego, la persona menos indicada en este momento era mi hermano, todo caería sobre mi hermano.


¿Cómo pudo incluso Gray callarse algo así? No lo entendía. Era duro dar una noticia así, eso lo comprendía perfectamente, pero era necesario que se dieran, no hay un momento adecuado para soltar esas bombas.


Aquella misma mañana nos cambiaron de hospital al de la familia de Loke ¡y no me gustaba! Principalmente porque no soportaba al padre del que quería que fuera mi chico ¡eso tenía que ser un problema! En realidad tampoco creía que Jude me soportase a mí después de la que le monté en su fiesta de presentación de aquel carísimo vino.


A Loke no le había visto en todo el día y nadie me había informado aún a mí de qué era exactamente lo que me ocurría, al menos a Natsu lo tenía más o menos cerca y sí estaba deprimido, demasiado, no quiso ni verme a mí, quería estar solo. ¡Yo ya cogería a Loke en cuanto le viera!


El efecto del sedante empezó a desaparecer, por suerte, porque estaba harto de estar medio amodorrado y necesitaba espabilarme para el puñetazo que iba a llevarse Loke en cuanto entrase por esa puerta ¿Cómo se atrevía a enfadarse porque yo le ocultaba cosas y luego no decirme la verdad sobre mi hombro? Yo lo mataba.


¡Y ahí vino con su sonrisa! Aunque se le congeló en la boca cuando vio mi cara de mala leche. No quiso ni acercarse a mí y creo que es porque suponía la que le iba a caer, aunque aún no parecía saber por qué.


~ No he hecho nada malo – me dijo antes de que yo pudiera decirle algo.


~ ¿Cómo te atreves a ocultarnos algo así? – le pregunté.


~ ¿Qué te he ocultado? – me preguntó.


~ No sé… ¿la parálisis de Natsu? ¿Mi hombro?


~ Laxus dijo que hablaría con vosotros. Estaba buscando el momento


~ Prefería que me lo dijeras tú


~ ¿Qué te han contado?


~ Todo – le mentí


~ Lo siento ¿vale tío? No sabía como decírtelo sin que te deprimieras.


No sabía de qué narices me hablaba, pero yo quería que soltase todo, así que me hice el tonto para que siguiera hablando.


~ ¿Cómo no quieres que me deprima? Natsu está paralítico, está hundido, estas noticias se cuentan – le dije.


~ Lo siento – se disculpó de nuevo - ¿Crees que es fácil para mí saber que quizá no puedas mover bien ese brazo? – me dijo y aluciné.


Creo que por mi cara de sorpresa Loke se dio cuenta que le había estado mintiendo todo este tiempo.


~ Joder Jellal – se quejó pero al verme tan afectado se lanzó a abrazarme con fuerza.


Lloré, no pude evitarlo, estaba llorando y sentía como empapaba la camiseta de Loke. Cerré mis puños arrugando su camiseta, necesitaba coger algo porque pensaba que me desplomaría allí mismo si no me sujetaba. Las manos de Loke me sujetaban con fuerza y aunque estaba sentado en la camilla, no podía dejar de pensar que podía caerme si me soltaba, estaba mareado.


~ Cálmate – me dijo Loke – estoy contigo.


~ ¿Qué voy a hacer? – le pregunté.


~ Para empezar… rehabilitación – me contestó – no has perdido el brazo Jellal, los médicos son optimistas, dicen que con rehabilitación, quizá consigas moverlo bien.


~ ¿Bien? ¿Qué es bien? –Le pregunté - ¿Podré disparar de nuevo?


~ Eso no están tan seguros – me dijo – creen que puede quedarte secuelas.


~ Que bien… si no puedo disparar no sé para que quiero el brazo – le dije casi gritando.


~ Escúchame bien – me dijo ahora mirándome fijamente y la verdad… es que hasta me excitó un poco y todo que cogiera el control de la situación – puede que los médicos estén utilizando todo el rato ese “creen” pero yo sé que con rehabilitación volverás a mover ese brazo como antes, tú no eres una estadística de los médicos, eres un luchador y saldrás de esta, no estás solo, estoy contigo, te ayudaré en lo que necesites, haré por ti lo que quieras. Te quiero Jellal – aquello me emocionó, nadie me había dicho nunca nada así.


~ No sé hacer otra cosa que ser policía – le dije llorando - ¿Qué hago si no recupero el brazo?


~ Si no lo recuperas haremos algo, pero lo haremos juntos, no voy a abandonarte por esto, voy a ir contigo a todas las sesiones de rehabilitación y ya verás… como va a funcionar, tienes que confiar en ti.


Sentí sus labios sobre los míos y creo que se me fueron las ganas de golpearle. Entre su discurso, su forma de abrazarme tan posesivamente y su manera de besar tan dulce, me olvidé de que tenía que darle un puñetazo por ocultarme la información, aún así, no podía dejar de pensar en que mi trabajo… terminaba aquí.


Laxus me había mandado vacaciones obligadas y ahora… tenía vacaciones indefinidas, igual que Natsu. Pero yo tenía una cosa clara, Natsu necesitaba que alguien le empujase hacia arriba de nuevo, no podía hundirse de esa forma, teníamos que apoyarle ahora más que nunca, animarle a que fuera a rehabilitación, porque estaba convencido… de que sus piernas aún podían tener una solución.


Incluso Loke creía en esa posibilidad, los médicos dijeron que sólo le había rozado, si no le había dado de lleno, podía recuperar su movilidad, sólo tenía que levantarse de esa depresión que tenía ahora, volver a ser el Natsu alegre que era antes, apostarlo todo por recuperarse. Porque yo sabía, que él también era un luchador, no podía rendirse aquí y si yo no iba a tirar la toalla… él tampoco lo haría ¡no iba a permitirlo!


No pude ni quise dejar de besar a Loke, aunque no estaba de ánimos para dominarle, así que le dejé a él. Aún así, su beso fue dulce, tranquilo, tierno ¡algo a lo que yo no estaba acostumbrado! Pero me gustó. Loke tenía la suavidad y la paciencia que a mí me faltaba, yo era puro nervio, agresividad, ir de un lado a otro, estar siempre en movimiento, Loke en cambio era más pausado, más tranquilo, no por eso era tan diferente a mí, a los dos nos gustaban los deportes de riesgo ¡y eso me encantaba de él!


Un golpe en el cristal que daba al pasillo nos llamó la atención. Cuando nos separamos, pude ver al padre de Loke indicándole a su hijo que saliera un momento. Algo me dio mala espina a mí y es que con lo mal que nos llevábamos su padre y yo… era posible que no le hubiera gustado nada la escenita que estábamos montando en su hospital.


Les escuché discutir fuera y ciertamente… era por mi culpa. Supongo que en primer lugar no le gustaba que su hijo estuviera saliendo con otro chico y en segundo… si tenía que pasar por ahí, preferiría a mi hermano porque era más fácil de manejar que yo, yo no toleraba que me manejasen ni manipulasen, si tenía que decirle cuatro verdades bien dichas se las decía sin pelos en la lengua, así que esa brutalidad mía no era del agrado de una familia tan fina como era los Heartfilia. Vamos… que yo era el problema. Lo que me extrañó fue que Loke esta vez si se enfrentó a su padre cosa que no había hecho nunca antes.


Supongo que le sentó muy mal aquel día que le llamé niño pijo y rico de papá, que no tenía huevos a enfrentarse a él por miedo a que le quitase la paga, pues bueno, hoy estaba enfrentándole, porque no estaba dispuesto a renunciar a mí y eso que le amenazó con desheredarle y todo si no dejaba ésta estupidez.


Loke entró enfadado tras la charla con su padre y yo le miré con preocupación. La verdad es que nadie me había preferido nunca a mí frente cualquier otra cosa, ésta era la primera vez que alguien me elegía tan abiertamente. Empecé a pensar que de verdad era algo importante para Loke.


~ ¿Estás bien? – le pregunté


~ Sí – me dijo intentando sacar una sonrisa, aunque le veía temblar.


~ Ven aquí – le dije haciéndole un hueco en la camilla para que se tumbase a mi lado.


Loke consiguió sonreír esta vez. Se tumbó agarrándome por la cintura y apoyando su cabeza en mi pecho mientras le acariciaba el cabello.


 


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