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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV


 


Cuando me desperté me di cuenta de que estaba en alguna especie de sótano, seguramente en el de la casa de Lyon, de todas formas no podía ver bien, estaba muy oscuro y la poca luz venía de una ventana pequeña por la que podía comprobar, que era de noche. No sé el tiempo que habría pasado, pero me dolía mucho la cabeza, seguramente por lo que me había dado Lyon. Sacudí la cabeza un par de veces e intenté ver algo entre la oscuridad dejando que mis ojos se acostumbrasen a esa penumbra, pero sólo podía distinguir con claridad unas escaleras de subida a otro piso.


Estuve al menos media hora o más aquí despierto y completamente solo. En todo este tiempo, lo único que pude pensar, era en Natsu, porque tenía que estar preocupado por mí, es más, si lo conocía tan bien como yo creía… ahora mismo estaría todo el departamento de policía buscándome, porque habría llamado a todos dando el parte de incidencia. Ahora que pensaba en eso… pues también estarían buscando a Lyon, por lo que no habría sido tan idiota de traerme a su casa ¿No? Sería el primer sitio donde iría en nuestra busca la policía, así que no, debíamos estar en otro sitio ¿pero dónde? Eso no lo sabía.


Desde luego Natsu debía estar pasándolo muy mal y yo sólo tenía ganas de ir al hospital y abrazarle, decirle que estaba bien, que no tenía que preocuparse, quería ir a ver como hacía la rehabilitación, porque estaba mejorando mucho, los médicos eran muy optimistas con su progreso y desde luego lo que menos quería, era quedarme aquí a esperar a Lyon.


La luz de la escalera se encendió y tuve que cerrar los ojos intentando acostumbrarme ahora a la luz que habían dado. Escuché el ruido chirriante de la puerta abriéndose y después el crujir de las maderas de los peldaños a cada paso que daban. Vislumbré unos zapatos oscuros y a medida que iba bajando, aparecía ante mí la figura de Lyon.


Aún estaba un poco atontado por lo que me había dado pero al menos había una cosa buena, no me habían atado, supongo que creería que tras la droga que me hubiera dado, no debería poder moverme. La verdad es que no podía moverme bien, pero aún así, no pensaba dejarle salirse con la suya, estaba harto de él y sus tonterías ¡yo me largaba de aquí aunque fuera a rastras!


Lyon cogió una silla de uno de los rincones y se sentó frente a mí mirándome. Le miré fijamente mientras cogía fuerza y me incorporaba al menos para sentarme y conseguí sentarme, aunque realmente mis brazos fallaron cuando ya me había incorporado y me pegué un buen culazo. Él sonrió y yo sonreí también, pero no aparté mi vista de la suya, ahora sería yo quien lo desafiaría a él, porque no pensaba agachar la cabeza nunca más en frente suyo.


- Por si te interesa saber el dato – comenzó a hablarme Lyon – ya han encontrado a tu hermanito, pero es demasiado imbécil y orgulloso para querer recibir ayuda, así que mejor para tu padre, supongo.


- Si tocáis a mi hermano os arrepentiréis – le amenacé – no os dejaré tranquilos hasta que os vea muertos o entre rejas – le aclaré.


- Si nosotros no tocamos a tu hermano, es él quien se está dejando tocar, porque como te dije… ha vuelto a prostituirse, creo que se lo estaban pasando muy bien con él.


- Le habéis amenazado – le dije


- No le amenazamos – me dijo muy seguro – se lo propusieron y aceptó él solito.


- Porque no tiene dinero y lo necesita, eso es aprovecharse de una persona, si le ofrecierais otro trabajo aceptaría el otro.


 - Puede ser, pero no le ofrecieron otro – me dijo riéndose – de todas formas ya no importa mucho, porque en nada, Silver lo dejará en manos de la mafia y ellos… no serán tan cuidadosos. Ese crío esta muerto en cuanto acabe en sus manos.


Aquello sí me preocupó, porque mi hermano era quien disparó a uno de los de la mafia, eso no se lo perdonarían, iban a por él y desde luego, me creía las palabras de Lyon de que no serían comprensivos, le harían de todo y seguramente… lo matarían. Saber todo esto, sólo me dejaba una opción posible, salir de aquí y buscar a mi hermano, porque no iba a permitir que le pasara nada, tenía que sacarle.


- Tu amiguito el tal Loke ese… también intentó ayudarle, pero que cabezón se Jellal, no aceptó su dinero.


- Y hace bien – le dije – Loke le echó en cara que sólo había estado con él para sacarle su dinero, así que puede quedárselo todo para él, no nos interesa ni su dinero ni su familia.


-        De verdad que sois cabezones – me dijo Lyon – ese chaval era la única posibilidad que tenía tu hermanito de salir de este problema y lo ha rechazado.


- Saldrá, le ayudaremos a salir.


- No podéis, tú estás aquí y Natsu en una silla de ruedas en el hospital.


- ¿Sabes una cosa Lyon? – le pregunté intentando levantarme


- ¿Qué?


- Que me largo – le dije pegándole una patada en sus partes bajas con el poco equilibrio que conseguí encontrar.


Subí las escaleras lo más rápido que pude, porque aún estaba un poco mareado de lo que me había inyectado. Cuando llegué a la puerta, menos mal que no la había cerrado, así que abrí la manivela y salí de allí descubriendo que ésta casa no la conocía. Perdí bastante tiempo teniendo que abrir todas las puertas para saber por dónde se salía y finalmente, llegué a la puerta principal, aunque cuando fui a abrirla, Lyon me cogió tirándome al suelo.


Grité e intenté defenderme cuando Lyon se colocó sobre mí intentando frenar mi rebote. Sé que Jellal me enseñó una técnica para derribarles cuando estaba en el suelo, pero es que en este preciso momento no recordaba por donde me dijo que tenía que pasar el brazo, así que mientras intentaba alejarle de mí, trataba de acordarme de todo lo que me había enseñado mi hermano.


Ya prácticamente estaba encima de mí cuando recordé que era por el cuello. Presioné tras su oreja con fuerza y Lyon empezó a chillar y es que parecía una tontería, cuando Jellal me lo contó me reí mucho porque no creí que funcionase, pero sí, es cierto que presionando tras la oreja con fuerza, hace demasiado daño. Lyon se tiró hacia un lado de mí para intentar que soltase ahora el agarre y lo hice, más que nada porque salí corriendo hacia la puerta. En mi huida casi me atropella un coche y justo cuando Lyon estaba por alcanzarme, me sorprendió ver a Natsu allí con la silla de ruedas que venía acompañado por Rogue.


Corrí hacia ellos y Natsu sonrió al verme intentando venir hacia mí moviendo la silla. Lyon que venía tras de mí intentó alcanzarme antes de que llegase a ellos, pero Rogue sacó el arma y apuntó directamente a Lyon, quien se detuvo en seco mientras yo me tiraba a los brazos de Natsu cayendo de rodillas al suelo mientras apoyaba mi cabeza en su regazo y él besaba mi cabeza.


- ¿Estás bien? – me preguntó.


- Sí – le dije - ¿Cómo sabías dónde estaba?


- El Gps de tu teléfono, te lo conecté después de que desaparecieras la primera vez, no quería pasar de nuevo por lo mismo y no saber dónde estabas.


- Te quiero Natsu.


- Y yo a ti Gray.


- Muy bonito todo – dijo Lyon – pero él tiene que volver conmigo


- Él no se va contigo a ningún lado – le gritó Natsu – se viene conmigo.


- Te recuerdo que tengo la custodia – señaló.


- Me importa una mierda lo que tengas, es mayor de edad, va a decidir con quién se queda y desde luego, soy su pareja, así que se viene conmigo te guste o no.


- El tribunal dictó que debía residir conmigo.


- ¿Y dónde está el tribunal ahora? Por mí puedes ir a contárselo en cuanto abran las puertas, pero desde luego hoy… Gray no se queda contigo.


Lyon se acercó corriendo para intentar golpear a Natsu pero Rogue fue más rápido que él y haciéndole una llave lo derribó al suelo en cuestión de un segundo, reteniéndolo bocabajo en el asfalto de la calle.


- Si no te calmas, aún puedo detenerte – le comentó Rogue guardando su pistola de nuevo pero sin soltar a Lyon - ¿Tengo que detenerte o vas a calmarte?


- ¿Por qué ibas a detenerme? ¿Con qué cargos?


- Violación – le dije yo – aún puedo testificar en tu contra


- Tú mejor mantente calladito bastardo – me gritó Lyon – no eres más que un muerto de hambre, deberías haber agradecido que te dejo estar en mi casa.


- En realidad… - escuché una voz que venía del fondo de la calle – la custodia es mía por el momento – vi aparecer entre las sombras a Ultear, a mi hermanastra… bueno… la hermana biológica de Lyon que no era nada mío ahora mismo.


Me levanté corriendo del regazo de un confundido Natsu y salí corriendo hacia Ultear aún sin poder creerme que estuviera aquí. La abracé con tanta fuerza, que casi nos caímos los dos al suelo, pero en vez de decirme algo, simplemente me abrazó.


- ¿Qué narices haces tú aquí? – preguntó Lyon enfadado.


- Yo también me alegro de verte hermanito – comentó Ultear – he venido simplemente a revocar tu custodia


- No puedes quitármela – le dijo - ¿Además cómo has salido del hospital? ¿y cómo te has enterado de todo? – preguntó Lyon.


- Salí del hospital hace no mucho. Por cierto… gracias por intentar matarme – le dijo Ultear en tono frío y yo me sorprendí de escuchar aquello – como ves, cometisteis un error, sigo viva y voy a por vosotros, no voy a parar hasta que caigáis, tú y Silver.


- Deberías estar muerta.


- Sí, supongo que los médicos hicieron un buen trabajo, dieciséis operaciones me han tenido que hacer – comentó – Lo único que habéis conseguido, es mantenerme durante años en un hospital intentando recuperarme y en el proceso perdí a mi hijo, porque no sé donde está, así que ve soltando donde puedo encontrar a Silver, porque me las va a pagar todas.


- ¿Eras tú? – preguntó Lyon – Silver dijo que había violado a una chica y luego la mató para no dejar testigos, así que eras tú, no puedo creérmelo. No sé dónde está tu hijo, Silver dijo que lo había abandonado en un orfanato o no se qué. De todas formas, no puedes llevarte a Gray.


- Claro que puedo, mientras estaba en el hospital recuperándome conocí a una chica llamada Meredy y montamos una empresa de investigación juntas, así es como te he encontrado, también me enteré del caso de Gray y como humillasteis a su hermano biológico, así que pedí una cita con el tribunal y tras exponer mi caso, me han dado la custodia hasta el nuevo juicio y te aseguro que en él… caerás, porque no tienes nada contra mí, pero yo sí tengo mucho contra ti – le amenazó Ultear. – Voy a quitártela Lyon y no sólo eso, voy a sacar todas las pruebas, voy a meterte en la cárcel, sólo espera el juicio. Vámonos a casa Gray – me dijo Ultear ahora hacia mí.


Desde luego con ella me sentía mucho más tranquilo y Natsu junto a rogue, vinieron con nosotros. Natsu no se quedó tranquilo hasta que le hizo veinte mil preguntas, al final, acabó aceptando que hoy me fuera a casa de Ultear. Esa noche, por fin dormí bien sabiendo perfectamente, que Lyon no podía ganar a su hermana mayor en el juicio que se celebraría dentro de unos días.


 


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