Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Jellal Fernándes POV

 

 

 

Estos días habían sido un infierno, cuando iba a casa con mi familia era para unas pocas horas y me tocaba volver por orden de mi padre para pasar un rato con algún cliente y lo odiaba, pero no podía hacer otra cosa. Encima la visita de Loke me había desorientado del todo, porque ya había asimilado que no le importaba nada, pero ahora volvía más decidido que nunca, proponiéndome que me marchase con él ¡y lo habría aceptado! De no ser porque le creaba un problema a él y a mi familia ¡yo ya no tenía solución! Y sé, que el viaje que estábamos haciendo hoy de vuelta a Tokyo, significaba que me iban a entregar a la mafia, lo tenía clarísimo porque Jackal era uno de ellos.

 

No me lo había dicho, pero había visto sus tatuajes cuando lo hice la primera vez con él, esos que sólo llevaban los que estaban dentro de la organización. Mi única escapatoria ahora mismo, era un imposible, pero lo estaba intentando, quería enamorar a Jackal para que me protegiera allí dentro o incluso que consiguiese que me soltasen, aunque lo dudaba bastante, no parecía un chico fácil de convencer y me hacía el indiferente con él. Supongo que con lo atractivo que era, tendría a todos los que quisiera, así que eso no podía gustarle, tenía que gustarle los retos y en eso iba a convertirme, en su mayor reto ¡Cualquier cosa con tal de que me ayudase!

 

- ¿Tienes hambre? – me preguntó Jackal desde el asiento de delante dándome ofreciéndome unos panecillos.

 

- No – le respondí seco y tajante, de él sólo logré que sonriera y siguiera comiendo.

 

Miré por la ventanilla y pensé en todo lo que le había dicho a Loke, supongo que me arrepentía de aquello, claro que quería que me sacase de aquí, pero no podía hacerlo, no iba a ponerle en peligro por mí, era mejor así o al menos… de eso intentaba convencerme.

 

El viaje se me hizo eterno, aunque me lo pasé entero mirando por la ventanilla y sin hacer caso ni a Silver ni a Jackal. Lo fácil era no hablar con Silver, porque no me dirigió la palabra en ningún momento, pero Jackal giraba la cabeza de vez en cuando a mirarme y me ponía un poco nervioso, aunque lo disimulé bastante bien.

 

Por lo menos me enteré de que me quedaba con Jackal esta noche y mañana vendrían a buscarme… vamos… que mañana estaba muerto, en pocas palabras, a menos que consiguiera que Jackal me liberase, cosa que dudaba bastante, porque si lo hacía él pagaría las consecuencias.

 

Cuando llegamos a la ciudad, Silver nos dejó en la casa de Jackal y no tuve más remedio que acompañarle. Su casa estaba en pleno centro y parecía una zona lujosa ¡supongo que por el dinero que debía tener por los negocios! Aunque para mí sus negocios se remontaban exclusivamente a maldades, extorsiones, etc… lo que yo consideraba dinero sucio.

 

Entré por su casa y me quedé allí de pie, ni siquiera sabía si sentarme o no, al menos hasta que Jackal me confirmó que podía sentarme, aún así, lo hice casi a regañadientes. Sinceramente… aunque había pasado mucho tiempo con él, no sabía nada acerca de este chico, no habíamos hablado de nada, sólo había sido sexo.

 

Me senté en el sofá finalmente y miré hacia el televisor por hacer algo, porque tampoco me interesaba saber que ocurría, yo sólo pensaba en que seguramente… mañana estaría muerto. Saqué mi teléfono del bolsillo y mientras Jackal veía y se reía con lo que había en la televisión, marqué el número de Loke colgando enseguida. No sé cuantas veces repetí la misma operación, pero no podía hablar con él, tendría que pillar la indirecta.

 

La verdad es que había dudado si llamarle a él o no, pero teniendo en cuenta que había venido a buscarme a cinco horas de camino, creo que debía hacerlo, además me remarcó que le avisara de alguna forma si estaba en peligro, pues no tenía otra forma para avisarle que ésta, así que sólo podía rezar para que la pillase, porque si no conseguía encontrarme entre esta noche y mañana… era hombre muerto.

 

- Así que eres policía – me comentó Jackal con una sonrisa

 

- Era – le dije lo más serio que pude.

 

- Podrías alegrar un poco esa cara – me dijo.

 

- ¿Para qué? No tenemos una relación, es sólo sexo.

 

- Es la primera vez que alguien se atreve a hablarme así y que encima… sólo quiere sexo conmigo.

 

-No nos confundamos – le dije – no quiero sexo contigo, estoy obligado a tenerlo.

 

- Yo no te obligo, lo haces voluntariamente – me sonrió.

 

- ¿Crees de verdad que alguien como tú tendría posibilidades conmigo? – le  dije entrando en su juego, porque necesitaba enamorarle, necesitaba que me desease tanto como para intentar salvarme de aquellos tipos – no tendrías opciones conmigo, no soy como el resto de criminales a los que te follas y te elogian.

 

- No eres mi tipo, Jellal – me dijo sonriendo.

 

- Yo soy el tipo de todo el mundo, tú sí que no eres mi tipo, sólo eres un criminal más, no podría jamás enamorarme de un criminal como tú. – Jackal sonrió de forma exagerada.

 

En aquel momento y con la sonrisa dibujada en sus labios, supe que estaba entrando en mi juego, sabía que haciéndome el duro conseguiría llamar su atención, era un chico que estaba acostumbrado a salirse con la suya, si le demostraba lo contrario, mostraría interés en mí. Se abalanzó sobre mí tumbándome en el sofá mientras se tumbaba encima de mí besándome.

 

Le besé con suavidad, fingiendo que sentía algo porque realmente… no sentía absolutamente nada, sólo una persona me hizo sentir algo y era Loke, pero supongo que llevaba tanto tiempo fingiendo que se me daba bien. Cuando se separó de mí unos segundos, me miró aunque no alejó su rostro del mío, le tenía muy cerca.

 

- ¿No decías que no soy tu tipo?

 

- Puede que lo seas un poco – me dijo – nunca me he cruzado con alguien tan cabezón como tú y que no quiera nada conmigo.

 

- Quizá miento un poco si digo que no quiero absolutamente nada contigo – le dije sonriendo mintiendo claramente, pero necesitaba que se fijase en mí y si tenía que mentir, lo haría.

 

- Puede que me pusiera un poco celoso cuando vino aquel chico buscándote el otro día – me confirmó – pero no se lo digas a nadie – hijo un gesto como de silencio antes de sonreír y me reí.

 

Le besé esta vez yo a él y sinceramente, no es que fuera algo que tuviera planeado, pero tampoco me parecía un mal chico, al menos no ahora mismo, quizá sí había hecho cosas mal en el pasado, pero ahora mismo, estaba comportándose bien conmigo y eso lo agradecí, porque viniendo de la familia que venía, podía haber sido mucho peor conmigo.

 

Jackal se dejó besar, me correspondió y sinceramente… puede que fuera mi imaginación, pero creo que sentía algo por mí, no era algo muy fuerte, pero por la forma en que me besaba ahora tan calmada y dulce comparándola a la del primer día que estuvo conmigo, con aquellos besos tan dominantes, había un gran cambio y necesitaba ese cambio, mi vida dependía de su cambio.

 

Su mano se coló bajo mi camiseta empezando a subirla hacia mi pectoral, tocando mis pezones y haciéndome gemir levemente mientras colaba su lengua en el interior de mi boca. Fue a separase cuando le cogí por la parte trasera de la cabeza indicándole que no se separase.

 

Noté sus labios curvarse en una medio sonrisa pero no se separó, siguió metiendo su lengua a jugar con la mía, continuó recorriendo toda mi boca explorando cada rincón mientras sus manos seguían recorriendo todo mi torso. Acabó quitándome la camiseta y me sorprendió la delicadeza con que lo hizo, muy diferente a las veces anteriores.

 

Ni siquiera pensé que pudiera ser el mismo chico de las otras veces, su tacto fue mucho más suave, más atento, como si esta vez buscase que disfrutara con él en vez de simplemente tener sexo sin más. Cerré los ojos fingiendo que disfrutaba con él, fingiendo que realmente podía sentir algo por él y sinceramente… acabé pensando en Loke para poder hacerlo.

 

Sus manos bajaron hacia el pantalón y escuché el ruido del cinturón al desabrocharse, aunque Jackal no dejó de besarme ni un segundo, con pausa, calmado, con suavidad y extrañamente, sentía sus besos muy dulces. Estaba seguro de que este chico sentía algo por mí, quizá no fuera algo fuerte o algo romántico, pero sentía algo… ¿Amistad, culpabilidad…? No estaba seguro, pero era algo, porque no quería hacerme daño.

 

Me sentí cómodo con él, al menos esta vez sí, porque en las otras no me había importado absolutamente nada, sólo era sexo, pero hoy, en este momento… sentía que había algo entre nosotros, no sabría tampoco definirlo, pero estábamos conectados de alguna forma. Le escuché gemir levemente mientras se movía para quitarme el pantalón. Le ayudé a quitármelo y sonrió acariciándome la nuca antes de volver a besarme, esta vez con más pasión, con algo más de rudeza, con necesidad, como si separarse de mis labios fuera algo peligroso y no quisiera hacerlo.

 

Metí mis manos bajo su camiseta acariciando su espalda y él mismo, cogió con una mano la parte de atrás del cuello y tiró hacia arriba quitándosela para dejar su torso al descubierto. La verdad es que el chico no estaba nada mal, pero a mí me seguía hiriendo en el orgullo tener que hacer esto con un criminal, porque se supone que yo los encarcelaba, no tenía que estar aquí bajo su cuerpo dejándoles hacerme lo que quisieran.

 

Sentí su mano en mi entrada preparándome y se tomó su tiempo, desde luego no quería hacerme daño, al menos el menor posible. Cuando entró en mí, aunque lo hizo con cuidado, no pudo evitar que torciera el rostro en señal de dolor. Tuvo mucho cuidado y se movió sólo cuando notó que me relajaba. Me habría gustado decir que no lo disfruté, pero era bueno, sí disfruté, mis jadeos y mis gritos no fueron fingidos y creo que los de él, tampoco lo fueron, aquellos eran reales, pero yo no entendía como un chico como Jackal, que podía ser tan atento y amable, podía estar en aquella organización.

 

Terminó dentro de mí y cuando salió, me facilitó un pañuelo para que pudiera limpiarme, al igual que él se limpiaba en ese momento. Lo que me sorprendió fue escuchar la puerta abrirse justo cuando ya nos estábamos poniendo los pantalones. Entró una chica morena, con un sombrero que yo no me habría puesto en la vida a excepción de una fiesta de disfraces, pero lo que me sorprendió, es que Jackal se quedó paralizado al verla allí.

 

- ¿Qué haces aquí? – le preguntó - ¿Por qué tienes llaves de mi casa?

 

- Sabía que pasaría esto – le dijo la chica

 

- Daphne no es lo que estás pensando.

 

- Sí es lo que estoy pensando – le comentó – pero voy a romperte tu burbuja… ¿Jellal, verdad? – me preguntó mirándome pero yo no quise ni asentir, no sé de que iba todo esto - ¿Sabes que éste es quien te disparó, verdad? – me preguntó y miré a Jackal ahora intentando explicarme las cosas, pero me tiré a por él, quería matarlo, quería destrozarle como él me destrozó a mí la vida.

 

Intenté hacerlo, pero mi brazo no estaba recuperado y desde luego… ellos se movían más rápido que yo, tanto… que fue el mismo Jackal quien me derribó al suelo y ajustó unas esposas a mi muñeca derecha para agarrar el otro extremo a la barandilla de las escaleras.

 

- Suéltame – le grité.

 

- Veo que tenéis mucho de qué hablar, volveré mañana a por él, disfruta mientras puedas de su compañía – dijo la tal Daphne riéndose mientras se marchaba.

 

- He dicho que me sueltes – le volví a gritar mientras intentaba sacar la muñeca de las esposas.

 

- Ni de coña – me dijo Jackal – iba a dejarte dormir en una cama, pero ahora me da miedo de que intentes matarme mientras duermo – me comentó – te traeré un cojín para la cabeza.

 

- No quiero tu maldito cojín, quiero que me sueltes, eres un maldito bastardo, lo sabías y no me lo dijiste.

 

- No te habrías acostado conmigo si llegabas a saberlo – me gritó.

 

- Claro que no, me destrozaste la vida, sigues haciéndolo, eres igual que ellos, creía que eras diferente, me he acostado voluntariamente contigo, eres un desgraciado.

 

- Lo soy – me dijo – siempre lo he sido, ¿Pero sabes una cosa? Lamento haberte disparado.

 

- No lo haces, querías matarme, pues enhorabuena… porque mañana tus amigos me matarán, ya tienes tu deseo cumplido.

 

Jackal se acercó de golpe hacia mí bloqueando mi mano libre mientras me besaba con pasión.

 

- No te van a matar ¿Vale? No les dejaré

 

- Sí lo harán – le dije – no puedes evitarlo y los sabes.

 

- No lo harán – le dije – por favor… créeme, no voy a permitírselo.

 

- No te creo  - le dije – tú me disparaste, tú me trajiste aquí, todo es tu culpa. Me has destrozado. Lárgate de mi vista – le grité – no quiero volver a verte.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).