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Enamórame por Fullbuster

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Lucy Heartfilia POV


 


Hoy me desperté tarde y sinceramente, me sorprendió bastante la llamada de mi hermano cuando me pidió si podía encontrar el talonario de recetas de nuestro padre. Creo que la muerte de Jellal le había afectado demasiado, porque llevaba un tiempo que no se le había visto el pelo, ni siquiera había venido por casa.


Ahora pensaba en cómo iba a entrar a la oficina de mi padre a buscar el talonario y encima, dar con el que se suponía, era la medicación para Jellal, porque cuando me dijeron que podía estar vivo, no me lo terminaba de creer. Intenté contactar con Bora, pero tampoco me cogía el teléfono, supuse que estaría demasiado ocupado.


Cuando salía de casa hacia el hospital, me crucé con Hibiki que venía en moto. Se detuvo frente a mí y se quitó el casco de una forma muy sexy ¡o a mí me lo parecía! La verdad es que aunque siempre le decía a mi hermano que no, me sentía algo atraída por él. Era un chico muy guapo y siempre estaba muy pendiente de mí, supongo que me gustaba un poco ¡o un demasiado! Pero no se lo dije jamás


~ ¿Dónde vas preciosa?


~ ¿Me estás espiando? – le pregunté con una gran sonrisa por la coincidencia.


~ Es posible – me dijo sonriendo - ¿Te llevo a alguna parte?


~ Pues si puedes llevarme al hospital, te lo agradecería.


~ Vamos, sube – me dijo sonriendo y dándome un casco.


Subí a la moto con él y me llevó hasta el hospital de mi padre. Creí que Hibiki se quedaría en la moto o se marcharía, pero aparcó, se bajó y entró conmigo. No sé muy bien porque me seguía, pero tampoco pensaba decírselo.


~ ¿Qué tal te va con Bora? – me preguntó Hibiki de golpe y sinceramente… no supe muy bien que responderle, porque bien no iba.


~ Como siempre.


~ ¿Sigue dejándote sola para ir a todos los sitios?


~ Algo así – le dije con una sonrisa – pero yo soy muy independiente, ya lo sabes – intenté camuflarlo.


~ Oh, lo sé – me dijo sonriendo - ¿Qué buscamos?


~ El talonario de recetas de mi padre. Pasaremos primero por su horario, quiero saber donde está ahora.


~ De acuerdo – me contestó mientras caminábamos hacia recepción donde estaba su planilla.


Saludé a la recepcionista y miré la planificación, al parecer estaba en una operación. Aprovecharía el momento, así que fuimos hasta su despacho, entré y busqué los talonarios. Estaba en uno de los armarios y cuando los encontré, los dejé en la mesa y busqué entre los diferentes talones, no sé cual buscaba pero encontré una hoja arrancada, quizá era esa hoja.


~ Creo que era ésta hoja que falta – le dije a Hibiki quejándome.


~ Déjame a mí, aún podemos saber que escribió – me dijo cogiendo un lápiz y pintando con suavidad todo el papel. - ¿ves? – me preguntó cuando empezaron a aparecer las letras de la hoja anterior – tu padre aprieta demasiado cuando escribe – me sonrió.


~ Gracias – le agradecí y cogí la receta llamando a mi hermano para indicarle cuales eran los medicamentos que necesitaba tomar Jellal.


Mi hermano me agradeció y yo salí del hospital con Hibiki, aunque éste me propuso ir a tomar algo antes de llevarme a casa. Acepté y cuando estábamos tomando algo, entró un Bora muy cabreado porque estaba aquí tomando algo con Hibiki cuando se supone, que no debía estar aquí, pues podría malinterpretarse mi conducta y le afectaba a él. Hibiki le comentó que sólo éramos amigos pero yo estaba harto de su conducta y de que me estuviera utilizando para su interés.


~ ¿Sabes qué Bora? – le pregunté – tienes razón, no es bueno para ti que me vean con otro, podrían malpensar, así que… terminamos, nuestra relación se queda aquí – le dije quitándome un anillo que él me había regalado y devolviéndoselo.


~ ¿Pero qué dices? No puedes romper conmigo.


~ OH, sí puedo, estoy harta de que sólo aparezcas cuando vamos a una fiesta importante para lucirte ante las cámaras, ve tu solito a partir de ahora.


~ ¿Estás loca o qué te pasa?


~ Pues sí, debe ser que me he vuelto loca, me volví loca el día que decidí salir contigo.


No sé muy bien de donde salió la primera cámara de televisión, supongo que Bora les había llamado para hacerse propaganda, pero a mí me vino genial, porque me giré y le metí la lengua hasta el fondo a un sorprendido Hibiki que se dejó.


Desde luego la cámara de televisión grabó muy bien el beso y sobre todo, la cara de Bora, porque durante unos cuantos días, fue la noticia del momento, nuestra ruptura porque había besado al hijo del presidente de una exitosa empresa de electrónica.


Aquel día me disculpé con Hibiki después de que me llevase a casa y es que me sabía muy mal haberle utilizado así, pero sinceramente… me gustó su forma de besar, aunque prácticamente yo le había obligado, él se había quedado paralizado sin saber muy bien qué ocurría.


~ ¿Estás bien? – me preguntó cuando bajé de la moto frente a mi casa.


~ Sí – le dije – sinceramente… me siento un poco aliviada


~ Eso es bueno, la verdad es que nunca me cayó bien tu novio.


~ Lo sé, no le caía bien a nadie excepto a mi padre.


~ ¿Qué vas a hacer con lo de tu padre? – me preguntó.


~ Pues con las pruebas que he reunido… podría denunciarle por lo que hizo, no sé que hacer, tendría que consultarlo con mi hermano, no quiero tomar esta decisión yo sola.


~ Lo entiendo. Ya me dirás algo cuando lo tengáis claro – me dijo con una sonrisa – por cierto… no estuvo mal tu beso, aunque me pillaste por sorpresa, así que no me lo tengas en cuenta, debió estar fatal – me comentó y me reí.


~ Entonces… un día tendrás que enseñarme como besas en realidad.


~ ¿Por qué no ahora? – me preguntó pero no me dio tiempo a responder.


Me cogió por la cintura y me atrajo hacia él besándome con suavidad y dulzura. Me encantó su beso, podía sentir en él el nerviosismo de su primer beso conmigo, sentía la ternura con que lo estaba dando, era increíble, me encantaba como besaba. Creo que fui muy idiota por perder tanto tiempo con Bora teniéndole a él tan cerca sólo por llevarle la contraria a mi hermano que intentaba emparejarme con él siempre.


~ ¿Si te pidiera una cita como dios manda… Aceptarías? – me preguntó con su sonrisa de galán.


~ Puede – le dije – depende de cómo me lo pidas


~ ¿Tengo que cantarte una serenata bajo el balcón?  - me comentó y empecé a reírme.


~ No hace falta. Acepto la cita ¿Dónde me llevarás?


~ Aún no lo sé, pero lo que es seguro… es que estaremos bien lejos de las cámaras de televisión – me informó y me gustó, porque Hibiki no era como Bora, él era mucho más discreto para todo.


Aquella noche me costó dormir, porque me preocupaba el tema de mi padre. No entendía como pudo llegar a hacer todo esto con tal de separar a mi hermano de Jellal. ¿Debía llevarlo a juicio o no? No lo tenía claro, porque aunque hiciera cosas malas, era mi padre. Por otro lado, me sentía alegre y feliz, porque me había ilusionado besar a Hibiki y por fin me había quitado a ese pesado de encima. Quizá a mi padre le sorprendería, pero a mi hermano le alegraría la noticia.


Cuando hablé al día siguiente con Loke, me comentó que entregase las pruebas a la escuela de médicos y ellos sabrían que castigo deberían de imponerle, así que así lo hice. El mismo Hibiki me acompañó a entregar las pruebas y después, nos fuimos a nuestra primera cita. Estaba muy nervioso y me había cambiado de ropa como cincuenta veces, pero tras colocarme el vestido blanco que tanto le gustaba a mi madre cuando estaba viva, salí de casa para llevarle el primer elogio de Hibiki y es que… parecería una tontería, pero Bora nunca tenía cumplidos para mí, todo era en relación a la apariencia que daríamos frente  a las cámaras.


Me invitó a la playa, paseamos por la orilla desierta, vimos las tiendas, me compró un collar que me gustó y me dejó conducir la moto ¡Claro que con él detrás para supervisarme! Me encantó eso de aprender a conducir la moto con él. Creo… que Hibiki era el chico perfecto para mí.


 


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