El peli verde bostezo mientras abría con torpeza sus ojos, sonriendo quedamente al ver a su cocinero abrazo a su pecho, aun desnudo y con marcas de su salvaje encuentro fortuito aun visibles en su pálida y apetecible piel. Con cuidado e intentando no despertarle salió de su interior y se puso de pie, cargándolo en sus brazos con un pequeño sonrojo al sentir como su esencia escapaba de su entrada.
Beso su mejilla con delicadeza, entrando a su habitación mientras le dejaba en la cama, cubriéndole con las mantas y cobijándole con extrema suavidad. Se sentía tranquilo, sus nakama no llegarían hasta la hora de la cena y aquello le proporcionaba un par de horas más de intimidad con su rubio, tiempo que por mucho se les había visto privado.
Entro al baño que conectaba con su habitación, la última remodelación que había hecho el ciborg en el Thousand Sunny luego de un par de quejas de las chicas de abordo sobre lo sucios y poco higiénicos que eran algunos de sus compañeros.
Abrió el grifo de agua caliente, dejando que la bañera se llenara poco a poco, esperando algunos minutos antes de entrar en ella, dejando escapar un pequeño suspiro de placer mientras sentía como sus músculos tensos y cansados se relajaban. Un buen baño caliente luego de la candente actividad de la noche anterior siempre era bien recibida, aún más después de todo el tiempo de abstinencia que ambos habían tenido que soportar.
Suspirando un poco molesto vio como el jabón y los demás productos de limpieza se encontraban apartados, en un pequeño mueble frente a la bañera, irguiéndose con cuidado dentro de esta mientras se movía con cuidado de no derramar agua al piso, intentando alcanzar el champú sin tener que salir de esta; colocándose en una posición por demás obscena y sugerente.
Chasqueando la lengua, logro dar con la pequeña botella cuando sintió un cuerpo más dentro de la bañera, sobresaltándose al notar como alguien tapaba su boca y lo sometida con facilidad, lamiendo su cuello con lujuria mal contenida. Moviendo un poco la cabeza Zoro vio con el ceño fruncido al cocinero, quien le sonreía con diversión y un toque de maldad en su mirada, aquel gesto que tanto le caracterizaba cuando un plan se metía en su terca cabeza.
El agua casi había desbordado la bañera, cuando un pequeño gemido casi escapo de sus labios de no ser por el agarre que Sanji tenía en su boca. Podía sentir su sexo totalmente erecto y endurecido chocando contra su trasero, frotándose una y otra vez mientras su mano libre se dirigía a su propia entrepierna, masajeándola con rapidez y fuerza.
-¿sabes, marimo? Siempre quise saber cómo se sentiría hacerlo en una bañera- susurro el cocinero con la voz cargada de lujuria, mordiendo el hombro del espadachín, dejando un par de marcas en el proceso- y como fuiste tú el que dijo que no había problema en experimentar, decidí tomar tu palabra- soltó la boca del espadachín, dejando que fuera el moreno quien se sostuviera por su cuenta, jadeando sonoramente y casi indefenso por las rudas caricias que el mismo le proporcionaba- soltó una risita divertida, tomando la pequeña botella de champú y abriéndola con su boca, dejando que el viscoso liquido se deslizara por su mano libre- así que creo que no pasara nada si cambiamos los roles por una vez…-
Un fuerte gemido escapo de la boca del peli verde al sentir como Sanji empezaba a jugar con su entrada, introduciendo uno de sus dedos, masturbándole con habilidad propia de él. Cerró sus ojos con fuerza, pensando unos segundos en la propuesta del oji azul y el giro que habían dado las cosas en tan solo unos momentos.
Sabía que la noche anterior se había pasado de la raya con el cocinero, teniendo en cuenta que, probablemente, Sanji no podría caminar bien por un par de días o quizás semanas. El rubio nunca le había obligado a ser el pasivo a pesar de sus deseos por poseerle, intentando convencerle con métodos novedosos pero nunca pasando a la segunda fase si él no se lo permitía.
Jadeando con la respiración entrecortada dejo a un lado sus pensamientos sobre los posibles pros y contra de su situación, después de todo ya se había visto acorralado desde el principio y él tampoco había hecho nada por detenerle. Inclusive el mismo se sentía excitado con la situación, aunque nunca lo admitiese abiertamente frente al cocinero.
Giro un poco la cabeza, mirando al oji azul con la mirada algo turbia por el placer, asintiendo suavemente y dándole al cocinero una respuesta que podría entender sin necesidad de usar palabras. Gimió con la voz ronca al sentir como el miembro de Sanji se abría paso en su estrecho interior, ayudado en gran medida por el agua caliente y las estimulaciones previas.
La saliva empezó a escurrir de sus labios entreabiertos, deslizándose suavemente por su barbilla, sintiendo como el rubio empezaba a embestirle cada vez con mayor fuerza. Sus brazos empezaron a fallar por el enorme placer que sentía en aquellos instantes, perdiendo la fuerza en ellos y sumergiéndose unos segundos dentro del agua.
Respiro agitado al sentir como Sanji le tomaba con fuerza, abrazándole contra si mientras lo sacaba a la superficie, besando con fiereza sus labios sin siquiera importarle que hace mucho el agua ya había rebalsado la bañera, cubriendo el piso del baño casi en su totalidad.
Los gemidos del rubio resonaban con fuerza en sus oídos, sabiendo lo mucho que le excitaban ese tipo de situaciones y que, en más de una ocasión había intentado convencerle de hacerlo en ese lugar. Ahora lograba entender sus gustos, dándose cuenta que a fin de cuentas, eran más parecidos de lo que pensaban.
Sonrió de lado, corriéndose con fuerza al tiempo que sentía como el cocinero arremetía una vez más en su interior, chocando con fuerza contra su punto antes de venirse dentro de él. Jadeo, ya sin fuerzas para seguir pero aun así sabiendo, quizás mejor que nunca, que luego de aquella ocasión, no sería el único cazador en aquel juego.
Sino que ahora él también era la presa de un ansioso y suculento rubio que, contra todo pronóstico, había resultado ser mejor depredador de lo que el mismo había esperado….
Tsusuku (o tal vez no xD)