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Fetiches por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

One Piece es propiedad de Eiichiro Oda, sino quien sabe...

Hola a todos! logre terminar de escribir este fic a tiempo jaja se que subo conti de este fic los sabado, pero mañana tengo una convencion de anime y no creia poder alcanzar a subir otro cap jeje espero les guste el cap de hoy, pues en la encuesta que hice antes gano Sanji, asi que espero no les moleste la forma en que escribi su actitud 

Muchas gracias a todos los que leyeron especialmente a: Natividadkaguraaaa , marisa dragneel , Julie_chawn , Mero-Mero-San  y Eliza19, muchas gracias por comentar!

  • Ipsofilia: excitación sexual por uno mismo.

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas y espero les guste

Sin mas preambulos, les dejo con el cap de hoy:

El rubio gruño un poco, cerrando con brusquedad la puerta de su habitación. No le importaba ser escuchado, después de todo sus compañeros no despertarían con nada, quizás tan solo con la navegante.

Ni siquiera “el”. Estúpido espadachín con pelo ridículo, adicto al alcohol y a los onigiri.

Porque si, todos sus problemas, absolutamente todos, giraban en torno a Roronoa Zoro, el primero a bordo en aquella alocada tripulación. Él tenía la culpa de todo, había sido el espadachín quien se había atrevido a masturbarse en plena cubierta, tan solo poco después que sus compañeros fuesen a sus respectivas habitación sabiendo que él era el único despierto, al ser el encargado del primer turno de guardia en aquella ocasión.

Un tic se formó en su ceja visible, mordiendo su cigarrillo con fuerza hasta partirlo a la mitad.

Estúpido, imbécil y tarado espadachín de tercera. Tan solo ahora se daba cuenta que había sido una jodida provocación, un mensaje indirecto quizá.

No, el moreno no era esa clase de personas, el prefería ir directo al grano, sobre todo en esa clase de situaciones….

Soltó un grito ahogado, jalando de su cabello, intentando controlarse. Desde aquel incidente no había podido ver al espadachín al rostro sin recordar lo ocurrido, sin sentir su cuerpo quemarse por la lujuria mal contenida y los deseos de volver a sentir al espadachín poseyéndolo con rudeza, llevándolo hasta el borde del delirio.

Y aún faltaban nueve días más antes que el plazo de abstinencia impuesto por el mismo llegase a si fin…

Sin duda, y luego de todo lo que había sucedido los últimos días antes de la burrada monumental del peli verde, sus encuentros habían sido los más intensos que nunca había experimentado. Pero el deseo se había acumulado desde lo más profundo de su interior, bullendo por salir y llevando a su autocontrol hasta el mismísimo límite de la demencia.

Las ganas de romper todo en su cuarto para poder desahogarse eran demasiado fuertes, lanzando una poderosa parada a uno de sus muebles y destruyéndolo por completo. Franky lo regañaría al día siguiente, ya tendría tiempo de pensar en una buena excusa, siempre había sido bueno en ello.

Pero entonces, su vista se topó con el espejo que se encontraba en su habitación.

Realmente se veía desastroso, con la ropa desacomodada, el cabello desordenado y un enorme sonrojo brillando con intensidad en su rostro, debido a la ira del momento. Ira que pronto se transformó en sorpresa al darse cuenta de un más que notorio bulto destacando en su ajustado pantalón.

Palmeo su rostro con algo de molestia, molesto consigo mismo al darse cuenta que se había puesto duro tan solo recordando al peli verde masturbándose en cubierta. Suspirando, se dispuso a acabar con aquel problema e irse a dormir, o al menos intentar conciliar el sueño con aquel momento dando vueltas en su mente. Aunque, extrañamente, no podía apartar su vista de su propia silueta reflejada en aquel espejo.

Con lentitud llevo una mano hacia su rostro, quitando lentamente los rebeldes mechones rubios de su cabello hasta dejarlo completamente al descubierto. Un pequeño suspiro escapo de sus labios entreabiertos, haciendo una pequeña mueca de desgano al recordar las múltiples veces en que había sido ignorado y pisoteado por las chicas en el pasado.

Sabía que en gran medida se debía a su actitud empalagosa, pero además de ello no había logrado encontrar ninguna otra razón para ser rechazado de aquella manera, tan hostil y brusca. Porque él era un caballero, incluso Nami lo reconocía, pero eso no significaba que fuese feo o mal agraciado ¿verdad?

Con un deje de curiosidad carcomiendo su mente empezó a quitar su ropa con lentitud, sacando su corbata y tirándola en algún lugar de la habitación, siempre manteniendo su mirada fija en el espejo, sin desviarla un instante. Luego siguió su saco, el cual se deslizo por sus hombros con una sensualidad innata, rozando sus bien formados brazos hasta caer a sus pies.

Un escalofrió recorrió su cuerpo cuando sus manos se encargaron de su camisa, perdiendo su vista en su torso y en lo mucho que había mejorado, con los músculos aun mas marcados que antes, desde su separación en Shaobady.

Sin darse cuenta ya se encontraba recorriendo su cuerpo recodo a recodo, gimiendo a viva voz. La lujuria subía cada vez más como espuma caliente,  nunca había creído que podría excitarse con su propio reflejo. O mejor dicho, con su propio cuerpo.

Aquello sonaba narcisista, y si bien él nunca había llegado a aquellos extremos, no podía evitar que los gemidos y jadeos escapasen libremente de su garganta, masturbándose con rudeza mientras admiraba su cuerpo, cada detalle, cada curva e incluso cada pequeña cicatriz que había permanecido desde que era pequeño, producto de las batallas y los entrenamientos.

Sus músculos se tensaron, mordiendo sus labios mientras sentía como el orgasmo explotaba con fuerza en su cuerpo. Jadeo algo cansado, sonriendo ante la lujuriosa mirada que le devolvía la vista a través del espejo.

Estúpido, imbécil y tarado espadachín de tercera. Se las pagaría caro por haber provocado aquellas reacciones en su cuerpo.

Pero claro, tampoco podía negar que había sido un encuentro sumamente excitante y satisfactorio. Si, un encuentro consigo mismo que sabría, en más de una ocasión se volvería a repetir.

Pues si Zoro prefería matar el tiempo de espera con masturbaciones en solitario, él lo haría con su propio reflejo ¿Por qué no? Después de todo había sido el espadachín quien había empezado con aquel juego, y el solo había dado un giro brusco en medio de la calma antes de la tormenta.

Le guiño un ojo al rubio que le veía del otro lado del espejo, quitando sus pantalones manchados para recostarse en la cama, mortalmente cansado pero satisfecho.

Mañana sería un nuevo día, la cuenta regresiva estaba por llegar a su fin…

Tsusuku (o tal vez no xD)

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew, recuerden que cualquier idea sera bien recibida y en lo posible, escrita a largo o corto plazo en el fic jaja cuidense mucho!

Sayo!!! x33

Kuro-Chan!


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