Era ya de madrugada, y no podía conciliar el sueño su mente estaba totalmente centrada en un pelinegro malhumorado, no podía quitarse de la mente las imágenes que había presenciado esta mañana:
Flash Back
Terminando de desayunar había sentido un fuerte olor era ¿lavanda? con ¿Canela?, no lo sabía con exactitud, lo que sí sabía es que era muy fuerte; pero la única posibilidad de sentir un olor así de fuerte era que el otro en cuestión era un animago o un licántropo.
De repente así como vino el olor se fue. Pensó que tal vez eran imaginaciones suyas y decidió ir a dar clases.
Cinco horas después…
No había nada como ir al lago después de dar clases para despejarse un poco. Estaba a punto de darse un chapuzón cuando escucho pasos, buscó la manera de esconderse ya que estaba desnudo y según podía oír no le iba a dar tiempo para vestirse nuevamente. Diviso unos arbustos y se escabullo rápidamente en ellos.
De entre las ramas del arbusto pudo distinguir la figura del recién llegado, era Severus Snape, exmortifago, el cual siguió dando clases de posiones después de ser perdonado por los actos cometidos como mortifago y declarado héroe de guerra.
Severus se comenzó a desvestir, algo que lo dejo totalmente atónito, Snape tenía un cuerpo hermoso, blanco como la leche, con músculos delgados, estrecha cintura, piernas largas y torneadas, muslos firmes y un trasero… ¡Por Merlín! ¿Ese era Severus Snape? Nunca se había detenido a verle, si bien no era el más hermoso, tenía un rostro atrayente y ese cuerpo, empezó sentir que cierta parte de su anatomía empezaba a despertar, y fue cuando lo sintió nuevamente ese olor, ese delicioso olor, era del pelinegro, no lo podía creer, su lobo empezó a impacientarse, con ese olor y esa visión, le estaba exigiendo acción, así que antes de cometer una locura decidió abandonar el lugar, no sin antes darle un último vistazo a aquel cuerpo que se sumergía dentro de las aguas del lago.
Fin del Flash Back
Lo había aceptado Severus lo había cautivado y tendría que averiguar a qué se debía ese olor, el problema era como podía acercarse, si Snape no lo soportaba a diez metros de distancia, si bien ya no era el mismo odioso que era antes y se había ganado el respeto de sus estudiantes, a él y a Sirius los seguía tratando como si fueran alimañas. Vamos, Remus, piens, piensa, ¡lo tengo!, Sirius, él es un Cassanova puede ayudarme a acercarme, descubrir ese olor y conquistar a Severus. Si conquistar a Severus porque su lobo ya lo había elegido como su futuro compañero.
Se levantó rápidamente, se calzó unas pantuflas y se dirigió a las habitaciones del animago, tocó presurosamente la puerta.
Un desgreñado y ojeroso Sirius le abrió un poco molesto la puerta.
-¿Qué pasa Moony?, ¿Por qué vienes a estas horas?-
-Sirius, sé que es tarde pero es de vida o muerte, necesito un favor-
-Tú dirás-
- Ayudame a conquistar a Severus Snape-
-¿A QUIÉN?
Continuará..................