Después de todo era su mejor amiga, se dijo mientras caminaba en la dirección en que el padre de Eijun le había indicado que el otro estaba.
Encontró el porche vacío y un par de latas de refrescos tiradas sobre la hierva camino al frondoso jardín.
Sintió más que nada cierto nerviosismo al dirigirse en pos de ellos. ¿Se habrían peleado? Eso parecían indicar las latas abandonadas con apuro.
Sus manos bajaron hábilmente las prendas del picher pues ya estaba acostumbrado a dicha faena mientras sus bocas no evitaban el contacto. Cuando la zona baja del menor quedó expuesta Miyuki sonrió. Se notaba la necesidad en el otro. Iba a decir algo casi grosero pero sus labios fueron de pronto acallados por los incansables de Sawamura.
La mano del ojos mieles tomó el falo con precisión y la movió de la manera tantas veces practicada mientras sentía el cuerpo bajo suyo encorvarse más y más hasta que pareció a punto de quebrarse y entonces el líquido lechoso brotó del interior del otro como una manguera a presión brota en pos de un incendio.
¡Bien! ¡Es mejor si…!—dijo Miyuki separándose y comenzando a levantarse mientras se limpiaba su mano sucia cuando los labios volvieron a atraparlo y de pronto se vio boca arriba entre los arbustos--¿Estás seguro de querer más? ¡Tus pa…!—
¡No te tenía por miedoso!—retrucó el pitcher entre beso y beso.
La sonrisa torcida del catcher volvió a aflorar--¡Sawamura, te has vuelto todo un pervertido!—dijo separándose un momento y luego dedicándose a soltar sus pantalones.
Sus dedos lubricados con el propio semen de Eijun penetraron con facilidad la entrada de este indicando rápidamente a Miyuki que podía entrar en él lo cual hizo.
Por un rato todo fueron gemidos y jadeos hasta que todo terminó.
Sawamura terminó de nuevo.
Y Miyuki dentro de él.
Cuando sintió los gritos ahogados pensó que sus temores eran ciertos y que ambos peleaban.
Se dirigió al lugar dispuesta a intervenir y separarlos cuando…
La imagen que vio le derritió las retinas…
…y también algunas neuronas.
¿Qué era lo que estaban haciendo Eijun kun y su amigo?
En su interior lo sabía pero más bien no quería entenderlo.
Pasaron un par de semanas antes de que volvieran a verse. Miyuki volvió con su familia y Sawamura se quedó con la suya.
Para cuando volvieron nada era igual porque Chris y Tanba, además de Setsu y el mayor de los Kuramochi, junto con Mazuko senpai ya no estaban.
Se decidió que Miyuki sería el nuevo capitán y eso era lo mejor ya que nadie entendía como él ese deporte.
El entrenador tenía toda su confianza puesta en el gran catcher y es por eso que después de los entrenamientos las reuniones con él eran tan exhaustivas que este no tenía tiempo para el pitcher que de a poco fue quedando rezagado.
Sintiéndose mal. Un fin de semana en que no tendrían partido pero en el que Miyuki y el boss fueron con todo el equipo a ver un juego de otros, Eijun fue descalificado para ir porque tenía fiebre y debía guardar cama.
Todos le dijeron que debía cuidarse porque lo necesitarían en el siguiente juego. Todos, claro, menos Furuya.
Ese estaría a sus anchas en el montículo con él fuera. Pensaba el castaño del pelinegro.
Molesto el pitcher ahora de segundo decidió escapar y dado que el campus estaba casi vacío le fue facil. Después de todo nunca había sido un tragalibros y más de una valla se había saltado de pequeño.
Estaba tratando de llegar al autobús cuando se dio cuenta de que con lo que tenía en la bolsa no le alcanzaba para el boleto y nunca le había gustado el autostop. ¡Maldita sea! Debería volverse arrastrando las patas como un perdedor.
Molesto más aún pasó frente a un Mac Donald´s y decidió gastarse el dinero en una hamburguesa y Mac papas.
Sentado allí estaba rumiando sin mirar a su alrededor cuando algo tapó la luz que le daba y mirando a la oscura y alta figura le dijo mientras pestañeaba--¿Quieres correrte?—su boca estaba llena del bocado que estaba dando.
Es de mala educación hablar con la boca llena—dijo el otro miró reprobatoriamente tras sus gafas rectangulares.
¿Acaso era?
¿Qué haces aquí?—preguntó Sawamura casi atragantándose.