-Me contaron que te peleaste con Lu Han … otra vez- dice kai
-Hey, es el quien no deja de meterse conmigo- dice Xiumin recostándose en el espaldar del asiento.
-Deberías ignorarlo, no sé, cerrar la boca y seguir caminando, después de un tiempo se cansara y te dejara en paz-
-No es fácil quedarse callado cuando una persona se vuelve así de insoportable-
- Ok pero ya viste lo que paso con Soyeon o con Nana, por tu bien no le sigas el juego-
Con ambas chicas no había pasado de la tercera cita, nada más darse cuenta que Lu el dios Han lo odiaba, les faltaba tiempo para salir arrancando, aun recordaba la rabia y el dolor, y todo era culpa de el… y de esas patéticas, después de todo él tampoco quería una chica que solo se preocupara por su reputación e imagen social.
-Me gustaría poder golpearlo-
-Oh no, Xiumin, no vuelvas a comenzar otra pelea como la de la última vez-
Hace unos tres meses tuvieron una pelea que casi les cuesta la expulsión, por suerte el papá de Lu Han arreglo todo con la academia y por alguna razón a él no le hicieron nada; desde eso se juró a si mismo que no se volvería a meter en problemas.
Estaba secando su cabello después de una larga ducha de agua caliente, tenía todos los músculos de su cuerpo relajados, se sentía genial… ¿Qué demonios era ese ruido? ¿Música? ¿Una fiesta? ¿A estas horas en la academia?, no podía ser, no se permitían las fiestas… maldito, él era el único que se atrevía a fastidiar, y en días de semana, claro como el imbécil sacaba la billetera y nadie ponía problema.
Desde el primer día, el dios Lu Han hacia lo que le venía en gana, el como el resto de los chicos debía compartir un cuarto con otros tres y seguir las reglas al pie de la letra pero el maldito tenía un cuarto para él solito, todo remodelado para él, para su comodidad, porque el señorito se podía estresar, además papá pagaba las factura.
-¡Hey!
- Vaya, vaya ¿querías ser el primero en venir a mi cuarto fierecilla? Por lo general mi vara es más alta pero podría hacer una excepción…
-¿Qué yo que? ¿Eres estúpido? Yo vivo aquí, la música está muy alta…-
- Y además eres un fastidio, enano eres como un grano en…-
-Bájale a tu equipo o llamo a seguridad-
-Vamos gatito llama… grita…-
-O bien podría quemarte el equipo, tu escoges sultán-
Casi sonrió por dejarlo con la palabra en la boca, entro en su cuarto y giro para cerrar la puerta y echarle una miradita a esa puerta… la puerta del infierno, y él estaba en el marco de brazos cruzados con una media sonrisa torcida en el rostro; con un bufido azoto la puerta, quiso salir y golpear al dueño de la risa que escucho, dios como lo odiaba… pero cuarenta segundos después la música se detuvo, las tres horas siguientes estuvo desconcertado, el no solía satisfacer sus deseos, el jamás le concedía lo que quería entonces… ¿Por qué apago su equipo?.