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el principio del fin por kiriyo

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Notas del capitulo:

¡lo siento! ¡lo siento! ¡lo siento! lamento no haber actualizado antes, pero no sabía que poner T.T, lo siento. 

 

Especial viaje a la playa 2.

Los cálidos rayos de sol pasaban por una abertura de la ventana, cayendo directamente en el rostro del castaño, quien se removió inquieto entre las sabanas. Estiro sus brazos en busca de la persona con quien paso la noche, pero ya no se encontraba ahí, el olor de su perfume seguía impregnado en las cobijas y en la almohada y su sonrisa seguía en la mente del oji-café. Se levanto de la cama con dolores en la espalda baja, como era de esperar, por la actividad que tuvo la noche anterior y se sentó en ella aun con su cuerpo desnudo e irritación en su rostro. Se iba a parar e irse de aquel departamento para olvidar el error que había cometió al meterse en ese lugar, pero el ruido de la regadera lo detuvo. Lo correcto habría sido irse ¿verdad? , lo pensó varias veces. A pesar de eso no podía irse así nada más, después de todo lo ayudo… lo ayudo con una noche en la cama, tal vez parezca un apoyo nada favorable, pero para él vaya que lo era, ayudo a que dejara de lado a Akihiko aunque sea un poco.

Finalmente decidió hacer el desayuno en lo que el se bañaba. Aun se preguntaba como llego a tan penosa situación, se sentía como una ramera, aunque ellas a veces lo hacían por una buena razón. Con esos pensamientos termino de hacer el desayuno y se sentó en la mesa esperando a aquella persona que no tardó mucho en aparecer; con una mirada seria y sus impenetrables ojos escarlata, pero su boca mostraba una mueca simulando ser una sonrisa. Saludo a Hiroki y se sentó en la mesa.

-oye, ¿puedo usar la regadera?/hiroki, ¿quieres usar la regadera? –mencionaron al unísono, el castaño se levanto a penado y el pelinegro lo siguió con la mirada divertido.

-gracias- menciono Kotaro cuando quedo solo en la habitación y sus sonrisa se hizo mas amplia.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

 -¿hiro-san?- menciono el peli-azul al ver a su amado mirando a la nada y con un semblante triste.

-si hubiera sabido que estarías aquí no habría hecho eso-  dijo en un tenue susurro, que nowaki no alcanzo a escuchar, sus ojos se llenaban de lagrimas al igual que la melancolía de su ser. No le importo que estuvieran en un sitio público y se abalanzo contra su oji-azul.

Sus labios se fundieron en un cálido beso, lleno de ternura y amor. Hiroki lo tomo por el cuello y profundizo el beso, Nowaki no se quedo atrás y lo tomo por la cintura. Poco le importaron las miradas inquisitivas o estupefactas de las personas alrededor. El beso iba perdiendo intensidad, más que apasionado era una muestra de protección; del peli-azul hacia el castaño. Rápidamente se percato de que algo andaba mal, Hiroki nunca haría algo así en sus cinco sentidos.

Cuando el beso termino, el mayor abrazo al oji- azul y este lo cargo como princesa, a cada paso que daba el castaño se aferraba más a su playera, a cada movimiento que hacía los comentarios agresivos aumentaban. Mientras mas cerca estaban de la habitación Hiroki sentía como se desmoronaba.

-nowaki- menciono con la voz entrecortada y se hundió más en su cuello, embriagándose con el olor de su perfume.

Entraron en la habitación y después de pasar el seguro. Nowaki posiciono al profesor sobre la cama, cuidadosamente, amorosamente y con preocupación. Hiroki acostado  espero el beso del pediatra que nunca llego.

-Hiro-san, ¿Cómo estas?, ¿te sientes bien? –el peli azul siguió bombardeándolo de preguntas, pero el castaño no puso atención a ninguna, su respiración se volvía cada vez más agitada, sus ojos ya no podían contener las lágrimas y tenía un nudo en la garganta.

Se acerco a Nowaki y le dio casto beso en los labios, forzó una sonrisa casi imperceptible y contesto.

-estoy bien-

El pediatra quiso mantener la compostura, pero la imagen que tenía frente a él era demasiado así que ataco sus labios en un fiero beso, aferrándose a Hiroki y dejándolo nuevamente acostado en la cama.

Bajo a su abdomen y lentamente desabrocho los botones de su camisa, con delicadeza hizo a un lado las extremidades de esta dejando al descubierto su piel. Dejo un camino de besos desde su abdomen hasta su cuello, para finalmente atacar sus labios… el cual se tuvo que terminar por escases de oxígeno. Beso su cuello dejando marcas y haciendo que el castaño se estremeciera, para torturarlo aún más con esa fascinante sensación, empezó a lamer uno de sus botones rosas, mientras que estimulaba el otro con su mano. Hiroki jadeaba y pequeñas corrientes eléctricas recorrían su cuerpo.

Cuando sus botones rosas se encontraban erectos, le quito el pantalón y el bóxer a su amante, para después deshacerse de su camisa. Bajo hasta su ya despertó miembro, con su boca comenzó  a hacer esa actividad tan maravillosa para ambos. Primero lento, pero después sintió una de las manos de Hiroki en su cabello empujándolo más, por lo que decidió ir más rápido. Acomodo una de las piernas del castaño sobre su hombro para conseguir una mejor postura. Unos segundos después se corrió en la boca del pediatra quien gustosamente lo bebió.

El peli azul fue directamente a los labios de su amado, tomando aire entre cada beso que cada vez se hacía más feroz. Querían volverse uno lo más rápido posible así que rompieron el beso y Nowaki acerco tres dedos a la boca del castaño, este dudo un momento, pero lo hizo, lentamente y sonrojado.

-Hiro-san- menciono con la voz ronca

Se acercó a sus labios y lo beso, mientras metía un dedo en la cavidad del profesor, quien se removió inquieto, pero no rompió el beso. Pronto fueron des dedos los que estuvieron en su interior, moviéndose en forma de tijeras, en círculos, simulando pequeñas embestidas. Hasta que llego al punto en donde volvía loco al oji cafe, tocando repetidas veces en ese lugar, después se hizo necesaria la entrada de un tercer dedo, quienes se movían inquietos en su interior. El pediatra no lo soportaba más, además ya había lubricado lo suficiente al castaño, así que se quitó el pantalón junto a su bóxer y entro en él.

-N-Nowaki – gimió el profesor con lágrimas en los ojos.

Pronto el oji café movió las caderas indicándole al pediatra que se podía mover, no importaba cuantas veces hicieran eso, simplemente no se podía acostumbrar. Empezó dando embestidas suaves, pero ambos pedían más así que aumento el ritmo, los gritos de placer y gruñidos no se hicieron esperar. El peli azul tomo el miembro del mayor y comenzó a masturbarlo, pero esa posición no le acomodaba mucho, por lo que decidió ponerlo en cuatro, sin salir de él. Las estocadas eran más profundas y placenteras para ambos, el castaño no lo soporto más y se corrió, el oji azul lo alcanzo un poco después.

Ambos cayeron en la cama cansados. El menor salió de Hiroki lentamente y se acomodó a un costado de el para abrazarlo posesivamente, mientras trataban de calmar sus respiraciones.

-te amo Hiro-san -  

-te amo- 

Notas finales:

¡gracias por leer! :3


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