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La paz en tus ojos por Dagi

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Notas del capitulo:

 

La culpa ronda en Castiel...

 

Debemos esperar

 

El tiempo transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. Dean se encontraba tan ido en sus pensamientos que no advirtió que iba conduciendo a toda velocidad. Debía tener cuidado, porque la lluvia era traicionera. Estaba disminuyendo por el cambio del semáforo cuando repentinamente escuchó un fuerte golpe que lo sacudió y todo a su alrededor se oscureció…

 

El color blanco que teñía cada rincón de la habitación de Terapia Intermedia contrastaba con el gris sombrío del exterior. Parecía que el clima empezaba a cobrar una fuerte presencia, trayendo a su paso días lluviosos y fríos. Faltaba poco para que iniciara el invierno.

El segundo horario de visita recién comenzaba y Castiel se ubicaba al lado del hombre que amaba. Cuidándolo.

Dentro del cuarto, el sonido de la máquina de monitoreo junto con el tic tac tic del reloj de pared, formaban una especie de musicalidad que rompía por momentos la monotonía del espacio. Dean sólo tenía conectado el monitor de signos vitales, ya no necesitaba el respirador mecánico y el suero seguía goteando a través de la vía que conectaba a la vena de su antebrazo derecho.

Ya habían pasado una semana desde el accidente.

Una semana que parecía millones... y dos horas seguidas, cada día, desde que él observaba su recuperación.

El estado de Dean no era de gravedad crítica. Había sufrido un politraumatismo de herida cortante en varias partes de su cuerpo y una leve dislocación en el hombro izquierdo. Se le suministraba antibióticos para  combatir las infecciones y calmar los dolores. Inclusive, habían detectado un principio de anemia cuando se le efectuaron otros estudios que también estaban tratando.

Le podrían dar el alta en un par de días, porque su progreso físico seguía favorable.

Pero… 

El problema era que Dean no quería despertar.

Según las palabras técnicas del doctor, Dean se encontraba sumergido en un principio de trauma psicológico del inconsciente. El paciente atravesaba por una experiencia emocional fuerte y como consecuencia, la mente formaba una especie de escudo.

El propio médico tenia esperanza de que Dean despertaría de un momento a otro, porque estos casos rara vez sucedían. La fuerza de voluntad jugaba un papel muy importante en esta instancia.

Castiel aún recordaba cuando Gabriel fue a buscarlo sin comprender que estaba ocurriendo. Habían salido tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de cambiarse su ropa ni el calzado que tenía encima. Su gabardina era su única prenda formal que lo cubría. Durante el viaje hacia el hospital, su hermano le contaba sobre el choque de Dean y la desesperación de Sam.

Todos los sentimientos que albergaban su corazón hasta ese momento fueron dejados a un lado, porque nuevos surgieron. La angustia, las ganas de verlo y tocarlo para saber que estaba con vida. Un temblor repentino empezó a recorrerlo y no se percató del mismo hasta que su hermano lo reconfortó.

Una vez que llegaron al Lawrence Memorial Hospital, se dirigieron directo a la UTI(unidad de terapia intensiva) donde habían trasladado desde un comienzo a Dean. Allí en el pasillo y apoyado contra la pared se situaba Sam y haciéndole compañía a su lado, un hombre mayor quien luego se presento como Bobby Singer. Conociendose todos en un mal momento.

Para el menor de los Winchester, los sucesos acontecidos no eran fáciles de relatar. Los informes policiacos constataron que el incidente fue consecuencia de la imprudencia de jóvenes adolescentes ebrios, quienes habían salido de una fiesta.

Al llegar a la esquina, entre dos calles, el Chevy Impala fue impactado en la parte trasera por el otro auto, quien venía a toda velocidad y circulaba por la misma dirección. El otro auto no se detuvo al ver la luz roja del semáforo y perdió el control. Invistiendo directo a Dean. Por suerte, el impacto más fuerte fue detenido por el Airbag y el cinturón de seguridad. Que Dean no siempre utilizaba.

Cas no dejaba de sentir una gran culpa, porque el accidente había pasado horas después de su reencuentro.

Entonces pensó que las últimas escenas que tenía Dean en su cabeza era la de él alejándose. Rechazando sus intentos de explicarse.

—Dean...—susurró a su lado.

****

Dos días después…

A dos cuadras del hospital se ubicaba el restaurante donde Sam y Gabriel se encontraban hace una hora.

El establecimiento poseía largas columnas de madera que separaban todas las mesas, dando un aspecto de cubículos individuales y otorgando a los clientes la sensación de privacidad.

Durante ese tiempo, Gabriel le narró sobre los sucesos que marcaron esa noche en su casa.

—¿Desde cuándo Dean y tú idearon esto?

—Días…— Gabe tenía que ser sincero—. Cuando fui a su casa para golpearlo.

Las facciones en el rostro de Sam se contraían y se endurecían, evidenciando sus sentimientos.

—¡¿Qué?! Te había dicho que mi hermano estaba arrepentido, Gabe.

—Admito que soy un imbécil, ¿de acuerdo?

Sam suspiró.

—Y… ¿Cuál era el plan?

Ante el silencio del otro hombre, Sam volvió a insistir con su pregunta. 

—¿Cuál. Era. El. Plan?

Gabe lanzó un suspiro profundo.

—No había plan, Sammy boy. Nunca existió como tal. Era correr el riesgo.

—¿En que estaban pensando? No se puede presionar una situación ni muchos menos a las personas—dijo abatido y negó con la cabeza.

Gabriel sabía que su amigo tenía todo el derecho de enojarse con él. Había cometido un grave error. Arrastrando consigo a su hermano y a Dean en el proceso.

—Lo sé. Créeme que ahora lo sé y me siento una mierda desde hace días—ahora ya no podía seguir soportando como Castiel le desviaba la mirada. Estaba siendo ignorado y castigado.

—Durante estos quince años le reproché muchas cosas a Dean y en especial su felicidad. Nunca comprendía porque se negaba ser feliz. Creí que estaba haciendo lo correcto, ¿sabes? Buscarle una cita y tratar de que conectara con alguien más allá de una noche. Siempre me preocupe por él… demasiado. Pero en realidad estaba preocupado por mí, porque en el fondo siempre sentí que era una carga en su vida. Soy un egoísta.

Sam cerró sus ojos y apoyó todo su cuerpo en el espaldar del asiento. Su respiración se volvió un poco irregular. No hacía falta saber que estaba conteniendo las lágrimas. Se encontraba cansado. Quería que su hermano abriera los ojos y se levantara. Necesitaba decirle que era un idiota por muchas razones. Necesitaba decirle que lo quería.

—No es tu culpa. Yo soy el único responsable de haber pensado que podía arreglar las cosas. Debí detenerlo y no dejar que se fuera.

—Somos los peores hermanos de todo el mundo.

Se mantuvieron callados por unos cuantos minutos. ¿Por qué deberían hablar? El silencio también podía ser un gran comunicador.

El silencio era un bálsamo para sus sentimientos, porque ya no había más nada que decir. Las palabras sobraban y se sentían pesadas al salir de sus labios.

Y así estuvieron hasta que Sam recibió la llamada del hospital.

Mientras tanto, Gabe levantó el brazo discretamente para pedir la cuenta.

—Si, si… gracias— cuando cortó la comunicación, observó que su amigo ya estaba obteniendo el recibo— ¿Cuánto te debo?

—Nada. Olvídalo.

—Está bien. Vamos, el doctor tiene el nuevo parte médico y presiento que Cas necesita un poco de descanso.

Más que una corazonada era un hecho. La llamada había sido realizada por una joven enfermera pelirroja de apellido Bradbury quien observaba la evolución de Dean y procuraba que todo estuviera bien. Fue la propia mujer quien le remarcó a Sam el mal aspecto de Castiel. El agotamiento físico le estaba pasando una mala jugada. No podía decirle a Gabriel sobre esto, porque inmediatamente se negaría a que su hermano siguiera con sus visitas.

La culpa estaba instalada en todos ellos.

Los dos hombres se dirigieron hacia la salida sin advertir que en el cubículo de al lado se encontraba una persona que había oído y grabado la mayoría de la conversación.

El sujeto marcó un número de teléfono y esperó hacer atendido.

—¿Señor Novak? Sí, he reunido la información suficiente para usted— el hombre asintió varias veces y continuó—. Le garantizo que mis servicios como investigador privado son los mejores. En cuanto al cobro del mismo…

Notas finales:

Gracias por leer. :)


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