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La paz en tus ojos por Dagi

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Notas del capitulo:

 

Los buenos momentos de Dean y Cas pueden desaparecer en segundos...

Cuenta regresiva


Dos semanas después, todos habían vuelto a sus rutinas.

Dean había tenido una charla con su hermano acerca de sus problemas al dormir y sus ataques de ansiedad. Se encontraba mucho mejor por estar recibiendo el apoyo de las personas que más amaba. Aún así,  no se podía descartar que Dean podría necesitar ayuda profesional en un futuro próximo.

La situación en su taller mecánico era otra preocupación en su vida. En un inicio, Sam se ofreció a prestarle dinero para cubrir unas cuantas deudas que poseía, pero Dean no había aceptado. Sin embargo, después de un discurso convincente y unas cuantas caras de perra alternando con ojitos de cachorro de su hermano, Dean tuvo que tragarse su orgullo y acceder.

Con los tiempos que corrían, su trabajo ya no dejaba buenas ganancias y aunque tenía sus clientes habituales… ¿Qué pasaría en un futuro?

Y por supuesto estaba el tema de su querido Impala que se mantenía en vías de recuperación. Mientras tanto, Dean conducía en un auto rentado en el cual no era como su baby.

Bobby ya lo había contactado para darle un seguimiento detallado de la reparación.
Claro que también el viejo cascarrabias conocía sus recientes problemas gracias al chismoso de Sam. Dean aún podía recordar como el hombre lo había encontrado en una incómoda situación con Cas en la cocina…

"¡Dios! ¡Hay algo que se llama cama!"

"¡Bobby!"

"Señor Singer, un gusto verlo nuevamente", dijo con calma Castiel, extendiendo su mano para un saludo formal.

Por su lado, el viejo gruñón murmuraba unas cuantas quejas. 

"Señor y una mierda, muchacho. Sólo Bobby",  respondió mientras correspondía el gesto.

"Nosotros estábamos.."

Bobby no quería oír todos los detalles.

"Soy un hombre mayor, pero no estoy ciego, Dean", asintió ante lo obvio.

"Entonces… sabes que Cas y yo..."

"Si, lo sé. Tu hermano me lo conto todo".

Dean no sabía si sorprenderse o enojarse.

"Idiota, lo hizo porque estaba preocupado por ti", dijo dándose cuenta de su expresión. Conocía al joven, como la palma de su mano. 

"¿Ya te vas, viejo?", preguntó con diversión.

El hombre mayor gruñó ante la mención de la palabra viejo y se lo hizo saber con la mirada.

"No me presiones, muchacho. Solamente vine para darte las noticias de tu auto, pero creo que no es un buen momento", también para saber cómo se encontraba Dean, sin embargo eso nunca lo admitiría en voz alta. Antes de salir, saludó a Cas.

Una vez que Bobby se había ido, Dean volvió acercarse a Castiel, susurrando en su oído.

"¿En donde habíamos quedado, Cas?"
                                                     
En la actualidad, Dean escuchó el sonido de su teléfono y respondió al instante el mensaje de texto. Sonrió al pensar que Sam estaría gritando como una adolescente emocionada si le contara sobre lo que estaba haciendo.

Ni él podía creer que estaba planificando una cita romántica.

Una cita. Y por cuenta de él.

Habían propuesto juntarse en el  apartamento de Castiel y estarían a la luz del televisor viendo una serie y cenando unos riquísimos burritos con cervezas.

¿Quién lo diría? Dean Winchester viviendo un momento de chicas y por una vez en su vida no le interesaba en lo más mínimo.

¡Jesús! Estaba total y completamente enamorado.

 

****

 

Horas más tarde…


Castiel había llegado a su apartamento después de ponerse al día con el trabajo. Las suplencias de Crowley Fergus a sus clases no habían dado mucho resultado. Sus alumnos estaban retrasados con los materiales de estudio. El hombre no les había enseñado ciertos temas del semestre y eso no ayudaba a sus estudiantes.

Ya había alimentado a Misha y se disponía a ordenar un poco su hogar. Dentro de muy poco vendría Dean y tendrían un momento más para ellos solos.

Se acordó que debía llamar a Gabe para resolver el asunto de su primo. Hace semanas que ambos hermanos no tenían noticias de Lucifer desde la última vez que el hombre lo había buscado para hablar. Cas nunca pudo comprender la repentina visita y sus palabras.

Tanto Gabriel como él sabían que sus padres no les molestaban que estuvieran en Kansas. Es decir, hace años que vivían en Lawrence. Entonces… ¿Por qué el sentimiento de reunir a toda la familia?
El timbre de su puerta sonó y despejó sus pensamientos. De inmediato se puso contento.

Era increíble cómo eran las emociones humanas. Hace semanas que cada rincón de su hogar era testigo de su tristeza, ahora, luego de oír y sentir los verdaderos sentimientos de Dean, podía decir que estaba más que feliz. Estaba disfrutando del amor.

Fue a su encuentro y su corazón se llenó de alegría cuando su única visión era Dean junto a varias bolsas de la tienda de burritos.

Castiel tenía su lista de comidas preferidas y solamente cuatro regían. El burrito estaba en el segundo puesto. El tercer puesto lo obtenía las hamburguesas y el cuarto, las alitas de pollo con salsa picante, por haberla probado en su primera cita con Dean. Claro, forzosa cita a ciegas. Sin embargo, el primero era para el PB & J (sándwich de mantequilla de maní y mermelada). 

—Cas, ¿crees que puedes ayudarme?

Saliendo de su obnubilación, Castiel ayudó a llevar las bolsas a su mesa. No se había percatado que Dean también traía un paquete de cervezas

Todo había cambiado para bien.

Una vez que estaba todo acomodado, Dean se acercó a Castiel y rodeando sus brazos en la cintura del otro hombre le dio un beso.

Oh, sí. Un beso profundo y con la marca Winchester en él.

—¿Acaso no me saludas?—preguntó con un guiño divertido.

Cas estaba muy sorprendido por la muestra de cariño.

—Hola, Dean.

—¡Hey, Cas!—susurró cerca de sus labios y con una gran sonrisa.

Ambos sabían que debían moverse, pero no podían hacerlo. Podían estar así por mucho tiempo. Años… mirándose y mirándose. Un simple gesto, una suave caricia... eso era lo mas importante.

Se necesitaban mutuamente y eso era un hecho. Ya nadie podía refutarlo o negarlo.

Los dos hombres disfrutaron de la cena y estuvieron charlando sobre variadas cosas; Dean le comentaba a Castiel sobre la decepción amorosa de Sam con Amelia y como el insoportable de Gabe se había ofrecido a ocupar el puesto de nuevo pretendiente. El bromista no solamente era un engreído, sino que siempre buscaba la manera de coquetear.

Ellos estaban situados en un buen clima y entre besos cariñosos y apasionados,  Dean atrapó y disfruto de los labios de Cas.

Los dos sentian cada temblor de deseo en la unión de sus cuerpos… hasta que Cas recibió la llamada de Anna, interrumpiendo el momento romántico. Minutos después, el hombre iba a buscar a Misha al apartamento de su vecina. 

Dean se recostó de lleno en el sofá y bebió un largo tragó de cerveza. Dentro de muy poco tendría a la bola de pelos encima de él como en los viejos tiempos. 

Nuevamente volvió a sonar el timbre de la puerta y Dean rió al pensar lo despistado que era su ángel, al olvidarse las llaves. Abrió la puerta para retrucarle con unas cuantas bromas cuando observó a un hombre desconocido…

Notas finales:

Gracias por leer :)


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