Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La paz en tus ojos por Dagi

[Reviews - 77]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¿Qué quiero en mi vida?

Las cosas que no dices...

 

La próxima vez que Dean se encontró con Castiel fue por propia iniciativa de él. En esta ocasión, no había sido planeado por sus hermanos, aunque debía admitir que la sucia estrategia de la última vez había sido muy acertada. Dean no dejaba de pensar constantemente en Cas, porque con el correr del tiempo su simple curiosidad se estaba volviendo en una pequeña obsesión.

Después de darle muchas vueltas al asunto, Dean se comunicó directamente con Cas para invitarlo a cenar a su casa. El hombre aceptó y por su lado, prometió llevar el postre.

Así que Dean aprovechó para subir a su pequeño ático a buscar una vieja y polvorienta caja. En ella se ubicaban de forma ordenada los libros de cocina de su madre.

Prácticamente sabía cocinar. Su madre le había enseñado lo básico y no necesitaba que un libro le dijera que debía hacer. Ya ni le alcanzaban los dedos de las manos ni de los pies para contar cuantas veces había cocinado para Sam y Bobby, pero cuando pensaba que Cas vendría a su hogar tenía esta sensación de querer que todo saliera a las mil maravillas. Dean pensó que un simple guisado podía ser una pobre presentación.

Suspiró y miró a su alrededor.

¿En que estaba pensando? En realidad… ¿Qué pensaba desde un comienzo?

A decir verdad, ya no sabía que estaba haciendo. Bien podría pedir comida por delivery e ir en una escapada veloz a la tienda de conveniencia más cercana por un par de cervezas, y sin embargo, se encontraba revisando una de las tantas reliquias materiales de su familia. Todo por un hombre que había visto dos veces.

Puso la caja en su habitual lugar y solamente se llevó un libro de recetas express.

—Pasos de bebé—murmuró. Era un hecho que estaba tan confundido. Los sentimientos que despertaba Castiel en él era tan contradictorios, pero ya era un buen momento para empezar averiguar lo que realmente quería.

Dean encontró una receta rápida de pollo con guarnición de papas y dando su visto bueno, bajó con decidido. Agarrando sus llaves, salió a comprar los ingredientes.

 

 ****

 

Cinco horas más tarde…

Dean se dio una ducha luego de estar luchando con los ingredientes en la cocina por unas cuantas horas. No quería estar con un fuerte olor a especies y a carne de ave si el hombre llegaba.

Se recostó contra la esquina de la puerta de la nevera, después de sacar una botella de cerveza. Parecía un centinela por estar cuidando la cocción en el horno.

Estaba nervioso.

En esos momentos, el timbre de su casa sonó y lo sobresaltó.

Castiel había llegado.

Dejando su puesto de vigilancia, Dean se dirigió hacia la puerta de entrada y antes de girar la perilla, sacudió sus hombros y tomó una bocanada de aire.

Dean tenía tanta ansiedad. Parecía que estaba a punto de ver a su estrella de cine favorito detrás de la puerta.

<< Pasos de bebé…>> recordó por quinta vez en el día.

Cuando abrió por completo la puerta, observó en primer plano la sonrisa de Cas. Esa sonrisa tan sincera y pura que Dean tuvo que juntar todas sus fuerzas para que sus ojos no se centraran en sus labios.

Trago saliva y esbozó una leve sonrisa.

Estaba tan jodido.

—¡Oye, Cas!

—Hola, Dean—saludó con su voz grave y profunda—. Gracias por invitarme—el hombre extendió su brazo y entregó el paquete que tenía en su mano—. El postre. Tarta de manzana.

—¡Mí preferido, hombre!—se quedaron viendo por unos segundos hasta que Dean se aclaró la garganta y se acordó de invitarlo al interior—. Entra Cas.

Ni bien entraron, Castiel fue golpeado por un exquisito aroma que invadía el lugar.

—Huele bien, ¿Qué estás cocinando, Dean?

Dean se ruborizó y rascó su cuello.

—Algo sencillo.

El hombre inclinó la cabeza y entrecerró sus ojos dudando de sus últimas palabras.

—En serio, Cas... comida casera. Nada especial—Dean nunca confesaría la verdad—. Ven, te daré un recorrido por la casa.

Asintiendo y yendo detrás de Dean, Castiel oyó con detenimiento cada descripción del lugar. Cuando no había más nada que mostrar fueron a la cocina y Dean le tendió una cerveza.

Cas aceptó, aunque no era de su preferencia.

Por su lado, Dean sacó del horno el pollo junto con las papas y se dirigieron al comedor, el que nunca utilizaba, porque prefería mas comer en la sala donde estaba la televisión.

Cuando Castiel probó el primer bocado y dio su visto bueno, Dean exhaló el aire acumulado en sus pulmones.

Cenaron en silencio por un tiempo hasta que Dean decidió proponerle a Castiel un juego de preguntas y respuestas personales con el objetivo de romper el maldito hielo y poder seguir conociéndose mejor.

—Así que... yo te hago una pregunta y tú respondes, después haces lo mismo, ¿de acuerdo?

—Estoy de acuerdo, Dean.

Dean asintió con la cabeza y con gran entusiasmo inicio.

—¿Por qué Castiel? es decir, ¿Qué pensaban tus padres en ese momento?

—Por el ángel del jueves. Mi madre es una reconocida licenciada de teología en la NYU. Ella insistió y mi padre no pudo objetar más.

Así que Castiel había secundado la profesión de su madre. El mayor de los Winchester, podía imaginarse a la familia Novak. Todos con un alto coeficiente IQ.

—¿Por qué Dean?

—¿En serio?—El hombre lanzó un bufido ante la mirada atenta de Cas. Ya se estaba arrepintiendo de haber propuesto ese especie de jeopardy y sin quien nadie le pagara. Dean no le había dicho a nadie sobre esto—. Bien... es por mi abuela... ella se llamaba Deanna.

Dean siempre había pensado que su nombre se debía a su abuelo. Es así que de manera repetitiva se burlaba de Sam por recibir el nombre abreviado de la abuela hasta que supo la verdad. Desde ese día nadie más de su familia comentó sobre el asunto. Ni siquiera Sammy quien tenía la oportunidad de vengarse. Su pequeño hermano era demasiado bondadoso para ser verdad.

Continuaron con su conversación y ya estaban degustando el postre.

—¿Película preferida, Cas?

El hombre de ojos azules meditó por unos segundos antes de responder.

—No tengo muchas referencias sobre películas, prefiero más una buena lectura.

Dean resopló.

—Cas, ¿Me vas a decir qué nunca viste una película? No te creo. ¿Ni ET?

—No dije eso, Dean. Sí, he visto variadas películas, incluido ET. Pero si me haces elegir entonces te diría que prefiero un buen libro—su voz sonaba indignada y con mal humor.

Dean sonrió al ver el comportamiento de Cas.

—Está bien. Tu ganas, hombre. Es sólo que ya me estaba preocupando demasiado por tu falta excesiva de cultura pop. Ya habría pensado que no eras de este mundo.

La charla se volvió más amena y siguió su curso. Dean comenzó a discutir con Cas acerca de la buena música y como las bandas de rock de la actualidad eran lideradas en su mayoría por niños ricos de papá o de la conspiración de las empresas de automóviles. Lo más interesante de todo era que Castiel lo oía atentamente, asintiendo en cada ocasión como si tuviera toda la verdad del universo. Cuando Dean se dio cuenta de la sarta de palabras sin sentido que estaba diciendo, se sorprendió al notar el brillo en la mirada de Cas.

De inmediato empezó a sentir un gran calor que se propagaba por su cuerpo. Se sentía avergonzado.

Dean dudó antes de emitir otra palabra. No quería que su voz saliera alterada.

—Uh… si…mejor pasemos de hoja...

—Dean—Castiel llamó su atención.

—¿S-sí?

—¿Podrías hablarme más de tus bandas favoritas de Rock?

Estaba completamente jodido.

 

 ****

 

La noche estaba llegando a su punto más álgido y cada vez ellos dos estaban más juntos y pasándolo bien.

Dean acomodó la mesa y limpió los restos de la cena. Sin decir nada, Castiel también se unió, ayudando en todo lo posible. Los dos pasaron sus últimos minutos en la cocina y hablando de todo un poco.

Antes de que Cas subiera a su auto, ambos hombres habían acordado otra salida.

Dean entró a su casa y desplomó su cuerpo contra la puerta. Era un hecho que volvería a ver a Castiel. A estas alturas sería un tonto si no lo hiciera. Pero esto no era un juego de ver hasta cuando llegaba su capricho por Cas. Y aún así, Dean tenía esta determinación obstinada de insistir en dar con las respuestas a toda su confusión y... atracción.

Sin embargo, hoy no había resultado ser ese día. Quizás la próxima vez o la siguiente… o nunca.

Dean suspiró y decidió que no se encontraba preparado para seguir indagando sobre sus sensaciones y emociones. Se decia a si mismo que ya estaba grande para estas cosas.

Notas finales:

Gracias por leer. Dagi.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).