Capítulo 11.- Libertad… divino tesoro
Cuando el automóvil estalló, los francotiradores caminaron por el techo y se concentraron en los protestantes que estaban forzando su entrada al recinto policial, eso es lo que había estado esperando Shun, él estaba dando las espaldas a los tres guardias que lo estaban apuntando con sus armas y por eso no vieron como de su manga sacó una llavecita que Ryuho le había puesto en la mano cuando lo abrazó, Shun zafó sus esposas y con su mano derecha libre le rascó la nariz
Los guardias se acercaron para llevarlo adentro antes de que la turba los encontrara allí, pero Shun en un hábil y rápido movimiento tomó al guardia más cercano a él, al que se estaba acercando por la izquierda, le quitó el arma y le rompió el cuello, usó su cuerpo de escudo y disparó el arma matando a los otros dos guardias
Shun soltó las esposas de sus pies y dejó por ahí las cadenas, fue hasta el extremo cerca de la puerta y levantó la tapa del sifón que estaba escondida entre la maleza, Ryuho se había lucido, su vía de escape estaba despejada, por lo que Shun se perdió en la oscuridad del túnel subterráneo en medio de la confusión de la estación, para cuando la policía deduzca cómo escapó, él ya estaría fuera de su alcance, por lo menos eso era lo que esperaba
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DM estaba frustrado y rabioso, intentó llamar a su equipo pero como todo era caos y confusión, no pudieron acceder al patio hasta que la turba se tranquilizara y eso sucedió en un par de horas, a la policía le tocó pedir refuerzos a las estaciones vecinas y cercanas para poder controlar a todos los protestantes, hubieron varios heridos, arrestos, la estación del centro fue destruida casi en su totalidad, las autoridades habían sido puestas a buen recaudo y así evitar linchamientos, fue un incidente lamentable en la historia de la policía de Tokio, la noticia del escape de Shun corrió como pólvora, y ahora, cuando los criminalistas pudieron analizar el patio interno, seguían sin explicaciones, a Shun aparentemente se lo había tragado la tierra
- Por el techo no escapó porque no hay marca alguna en las paredes y los francotiradores no lo vieron por ninguna parte, cuando se dieron cuenta ya el patio estaba vacío y Pietro estaba dentro – dijo Camus mirando su libreta, él había ido a entrevistar a los francotiradores que estaban en la sala No. 1
- Por el frente tampoco, ya analicé las cintas de seguridad internas y la puerta del patio interna solo se abrió una vez, y fue cuando Pietro salió, entonces Shun no se escabulló entre los protestantes, eso hubiera sido por demás riesgoso para él considerando que era precisamente él el blanco del linchamiento – dijo Dita que venía de la sala de edición de video, o lo que quedaba de ella
- No hubieron helicópteros, paracaidistas ni nada de eso – dijo Saga y DM arqueó una ceja, helicópteros???, en serio???, al ver esa mirada de desconfianza de su jefe, el peliazul criminalista dijo a manera de defensa: - Estamos hablando de Shun, nada es imposible, solamente improbable
- Ok., si lo pensamos lógicamente, si no se fue por el edificio, tampoco por el techo si lo rescató un helicóptero… cómo salió de aquí?
Pietro miró las paredes per eran altas y sólidas, no… esa no era la respuesta, entonces… el jefe de criminalista miró al suelo, Dita lo imitó y caminó hasta el otro extremo del patio en donde estaba la tapa del sifón, ahí fue cuando Dita lo recordó, cuando Shun trabajaba con ellos, muchas veces había salido a fumar en ese patiecito de aquella estación y ellos estuvieron allí cuando sellaron ese sifón cuando el nuevo sistema de alcantarillado fue instalado en la ciudad, Shun sabía que ese sifón estaba allí
Dita decidido levantó la tapa y se encontró con el oscuro túnel, Pietro meneó la cabeza, eso debió pensarlo antes, Shun era un hombre de muchos recursos, eso lo debió haber previsto y seguramente fue “El aprendiz” el que lo facilitó todo, demonios, ahora Shun les llevaba tres horas de ventaja, en teoría podría estar en cualquier parte
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Shun caminó por los oscuros pasadizos alumbrado solo por una linterna que Ryuho había dejado en la entrada del sifón para él, junto con botas de caucho, un casco, una camisa y un overol, el peliverde e mas de una ocasión había recorrido ese camino, en sus días de la Universidad cuando buscaba muchachitos para sus experimentos y ya luego como criminalista en mas de una vez había bajado allí, entonces él había repasado su ruta varias veces en su cabeza, se sabía el camino de memoria por lo que no tuvo problemas en avanzar por los laberínticos túneles y no se perdió ni una sola vez, su sentido de orientación siempre había sido fantástico, o por lo menos eso es lo que su abuelo solía decir, por más de tres horas, Shun caminó hasta que desembocó en una tubería inmensa que servía de desfogue y daba a los bosques
El peliverde salió y sonrió, el sol brillaba en el cielo y el aire se sentía puro, al salir, Shun se sacó el casco y se puso un gorrito que estaba en uno de los bolsillos de su overol, con él podría cubrir su cabello y con las manos en los bolsillos caminó hacia la ciudad, él estaba consciente de que apestaba por haber caminado tanto tiempo en las alcantarillas y necesitaba un baño urgente, por lo que en otro de los bolsillos de su overol, estaba la llave de una habitación de un motel cercano
Una hora le tomó a Shun llegar allí y con su llave entró a la habitación, una vez dentro se desnudó y pasó mas de una hora en la bañera, Shun quería sentirse limpio y cuando estuvo todo arrugado por el agua salió de la bañera, se sentía mejor luego de ese tan esperado baño
Al salir se vistió con la ropa que Ryuho ya le había dejado para él, esto fue un alivio, eso de vestir de naranja no iba con él y ahora usaba cómodos jeans, una camiseta sencilla de algodón, botas, una camisa a cuadritos y una chompa de cuero, también encontró dinero y una llave de auto junto a la biblia que estaba en el cajón del velador de la habitación, Shun lo tomó todo y salió, la noche ya estaba cayendo y debía darse prisa, no podía llegar tarde a la cita que tenía desde hacía muchos años, el peliverde había planificado este momento por mucho tiempo y ahora sentía como su piel hormigueaba, sentía como la luna lo llamaba, sentía como su sangre hervía, Ikky… esta noche Ikky sería su compañero de juegos especial
Shun tomó un taxi y llegó a un parqueadero público en donde estaba el auto que Ryuho había dejado para él, al subirse lo encendió sin problemas y condujo despacio por sus caminos favoritos evadiendo la autopista, su objetivo era llegar al bosque norte a la salida de Tokio, allí había quedado de reunirse con Ryuho que le llevaba regalos, era una lástima que tuviera que dejar ir a Alone pero… se lo había ofrecido al detective Hades de la estación del centro
Shun dejó el auto lo más cerca que pudo de su lugar de encuentro y caminó el resto del camino, la noche estaba fresca y la luna brillaba de una manera muy hermosa, la caminata no se le hizo pesada a Shun y cuando llegó a aquel claro del bosque sonrió al recordar el lugar, este sitio era especial para él, le recordaba a Seiya, allí habían festejado su cumpleaños, allí había llevado al dulce Mu y lo hizo inmortal, allí estaba aquel grueso árbol en el que estaba tallada aquella cruz y allí estaba Ryuho con sus dos víctimas atadas, con capuchas en sus cabezas que les cubrían los ojos y amordazadas, Shun había llegado al paraíso
- Estaba algo asustado porque no llegabas – dijo el joven de cabellos negros abrazando a Shun con fuerza, el peliverde correspondió el abrazo y luego besó con hambre sus labios, Ryuho se rindió completamente al beso y sin esperar nada, empezó a zafar la ropa de Shun que complaciente le ayudaba a quitársela hasta que ambos cayeron al suelo entre besos y rudas caricias
- Ryuho… me encanta… como hueles… - dijo Shun que en ese punto estaba de rodillas tirando el pantalón del muchacho de cabellos negros y dejándolo casi desnudo en el pasto
- Te he extrañado… mucho… - Ryuho se mordió los labios cuando sintió que Shun le abrió las piernas y se acomodaba sobre él completamente, el peliverde sin mayores miramientos se puso un condón y penetró a su aprendiz allí en el pasto, cubiertos solo por el manto de la noche en ese claro del bosque, Ikky y Alone eran testigos mudos y ciegos de aquel encuentro, no los podían ver pero si los podían escuchar
Ryuho gimió de dolor y placer al ser tomado de esa manera, el menor cerró los ojos y trató de relajar el cuerpo permitiendo a su amante moverse en su interior, Shun sonreía al ver la disposición de Ryuho, el muchacho de ojos azules lo idolatraba y eso había jugado un papel determinante en su escape, sin él, Shun seguiría pudriéndose en la cárcel
- Más… más… Shun… dioses…
- Abre bien las piernas… eso es… delicioso…
El ritmo de Shun era enloquecedor, le estaba haciendo ver estrellas a su aprendiz que se retorcía de placer debajo de él, Ryuho gemía y arañaba la espalda de Shun que se movía con cadencia sobre él llenándolos a ambos de placer
Ryuho llegó a la cima del éxtasis primero derramándose entre ambos vientres, Shun duró un par de momentos más y se desplomó sobre Ryuho que lo recibió contento en sus brazos, se besaron suavemente y luego Shun se recostó a su lado para recuperar el aliento, la noche no estaba lo que se podía decir “cálida” y pronto el pelinegro empezó a temblar de frío
- Qué vamos a hacer con ellos? – preguntó Ryuho luego de un momento, eso Shun no le había dicho
- Vamos???, no se… la noche es joven – dijo el peliverde con un suspiro, se incorporó un poco y Ryuho pudo ver una fundita que estaba no muy lejos de ellos, era una de las bolsitas en las que Shun usualmente ponía las evidencias incriminatorias, en ella había algo, Ryuho ni siquiera lo había pensado y algo dolido preguntó:
- Usaste condón?
- Si…
- Por qué?
- Hábito… - dijo Shun y con una sonrisa se giró sobre sí mismo y se acomodó cerca de Ryuho, lo suficientemente cerca para besarle el cuello, el joven pelinegro algo iba a decir pero antes de que pudiera hablar, Shun lo besó en los labios, Ryuho correspondió el beso y se relajó en el pasto, todo estaba bien hasta que el joven de cabellos negros sintió un piquetito en el cuello, Ryuho trató de moverse pero no pudo, la droga que Shun le había puesto estaba trabajando rápidamente y el joven sintió como sus músculos se relajaban por completo y él se adormecía, Shun sonrió de medio lado y besó sus labios una vez más y dijo: - Lo siento pequeño, pero no tuve tiempo de hacer o conseguir un poco de mi propia toxina, así que este relajante tendrá que funcionar, te quiero consciente para esto, no sé si lo disfrutes pero… yo si lo voy a disfrutar… y mucho…
Shun besó a Ryuho una vez más en los labios y el muchacho de cabellos negros al darse cuenta de su situación se asustó muchísimo, una lágrima resbaló por su mejilla y movía los ojos con desesperación, no podía mover la cabeza por lo que no podía ver a Shun que estaba solo unos pasos más allá, vistiéndose con tranquilidad
Cuando el peliverde estuvo completamente ataviado, vio a Ryuho tendido en el césped, completamente desnudo y vulnerable y sonrió, su corazón empezó a latir con fuerza, la sed de sangre era muy fuerte esa noche, pero… primero lo primero
Shun caminó hasta Ikky, su hermano mayor estaba atado al grueso árbol en el que habían encontrado atado a Mu, de eso hacía ya mucho tiempo pero eso no evitó que una sonrisa de nostalgia se dibujara en el hermoso rostro de aquel asesino se corazón frío, Ikky sintió como la capucha que cubría su rostro era retirada y vio con horror los ojos verdes de su hermano que lo miraban con expresión divertida
- Ikky… no sabes cómo esperé este momento, han sido muchos muchos años que he querido jugar contigo a la luz de la luna – Shun sacó una daga de su bota y con ella acarició el rostro de Ikky haciéndolo sangrar ligeramente, Ikky meneó la cabeza con violencia y Shun rió divertido, luego aflojó su mordaza, esto fue doloroso, la mandíbula de Ikky estaba algo desencajada por los días que pasó en la misma posición
- No… no puede ser
- Es un milagro divino, me dijiste que nunca me abandonarías y he vuelto de las entrañas de la tierra a hacerte cumplir tu promesa
- Déjame ir Shun… déjame ir…
- No no no, esta noche es especial y tú eres mi invitado de honor, tenemos más personas en nuestra fiesta pero esto no es acerca de ellos, esto es acerca de tu y yo solamente, así que… dime Ikky… sabes en dónde estamos? – Shun se hizo a un lado para que su hermano pudiera ver el paisaje y de haber podido palidecer, hubiera palidecido aún más
- Seiya…
- Si, aquí le hicimos ese día de campo a Seiya, aquí pasamos ese día, recuerdas que yo había hecho un cartel y tu acomodaste muchas flores en el césped?, fue un día muy bello – dijo Shun con nostalgia
- Si, lo fue… tú lo has profanado, supe que habías matado a una de tus últimas víctimas aquí
- Si, siempre me gustó este sitio, yo lo escogí aquella vez, recuerdas?
- Si, si lo recuerdo
- Bien… entonces adivinarás las razones por las que volvimos aquí esta noche
- Volvimos?, dónde está Ryuho?, qué hiciste con él? – Ikky se dio cuenta súbitamente de que ya no podía escuchar a Ryuho y lo buscó desesperadamente con la mirada, a Shun esto le pareció sumamente gracioso
- Vaya… mírate hermano, no has cambiado nada, tus instintos protectores siempre a flote cuando no son necesarios, Ryuho te hubiera destripado si yo se lo hubiera pedido y tu… tu tan preocupado por él, no te parece gracioso?
- Qué le hiciste?
- Aurita le hice el amor, está allá, acostadito y quitecito como niño bueno, pronto me encargaré de él también, pero… tu primero… - en un hábil movimiento Shun enterró una daga en el vientre de Ikky y movió su muñeca de un lado al otro girando la daga, Ikky gritó del dolor y su respiración se puso errática, algo iba a decir pero Shun le puso un dedo en los labios y le dijo: “No te preocupes hermanito, esta pequeña herida no te matará pero si te dolerá, quiero escucharte gritar toda la noche, quiero verte sangrar por cada uno de tus pecados, quiero tus lágrimas y tu sufrimiento, cuando acabe contigo me rogarás que te mate, y como yo soy tan buen hermano, lo haré…
El claro del bosque se llenó pronto de gritos y súplicas, los segundos le parecían horas al hombre de cabellos azules que estaba siendo cruelmente torturado por su hermano menor, Shun en cambio disfrutaba todo esto muchísimo, estaba cumpliendo uno de sus sueños, unas de sus fantasías y con una canción en su corazón hizo con Ikky lo que siempre quiso hacer
Ryuho estaba tendido en el césped y por lo que parecieron horas escucho los gritos de su primo mayor, escuchó las risas cínicas de Shun, escuchó las múltiples recriminaciones que Shun le hizo a Ikky sobre muchas cosas de su niñez, cómo con rabia le habló de Seiya, aquel castaño al que ambos amaron e Ikky tubo la muy mala suerte de ser correspondido, ese hecho fue lo que desató a Shun y lo convirtió en lo que ahora era, luego todo fue silencio, y eso fue peor para Ryuho que yacía desnudo, helado, y completamente indefenso
Shun estaba cubierto de sangre pero tenía una sonrisa única de satisfacción en su rostro, o por lo menos eso le pareció a Ryuho cuando sintió a Shun sentarse en sus caderas entrando a su rango de visión, la droga que le había inyectado estaba perdiendo su efecto pero aun no podía moverse mucho
- Sh… Shun…
- Shhhhh mi niño, tranquilo, solo quería decirte que te agradezco mucho porque por ti he podido salir de aquel agujero, por ti he podido darle a mi amado hermano mayor todo lo que se merecía, porque por ti puedo respirar aire puro otra vez y bueno… por ti seré libre – Shun acarició el pecho desnudo de Ryuho con la fría daga que aún chorreaba la sangre de Ikky, el joven de cabellos negros se estremeció y haciendo un esfuerzo sobrehumano preguntó:
- Por… por qué?
- Eso es sencillo Ryuho, qué fue lo primero que te dije sobre mí?
- Que… no… con… con…
- Que no era digno de confianza, te dije que no confiaras en nadie, especialmente en mí, además… yo sé que la imitación es la mejor forma de alabanza pero, así como resentía los nombres que la policía por años me bautizó con esa lista de nombres insulsos, de la misma manera resiento el hecho de que te comparen conmigo, tu no conoces la verdadera oscuridad, tú no tienes un verdadero propósito, tú… no te pareces en nada a mí y más que nada, te faltaría nacer otra vez para poder llamarte a ti mismo como mi aprendiz, así que… hasta nunca Ryuho – Shun se agachó y besó los labios del asustado muchacho que abrió mucho los ojos al sentir como la daga se enterraba en su pecho directo en su corazón
Shun suspiró y cerró los ojos levantando la cara hacia el cielo, cuando abrió los ojos vio la brillante luna sobre su cabeza y sonrió, dejó la daga clavada en el pecho de Ryuho y se levantó lentamente, caminó hacia donde Alone continuaba atado, el muchachito rubio lloraba descontroladamente y temblaba del frío y del miedo, Shun se acunclilló delante suyo y le sacó la capucha que estaba puesto, el muchachito instintivamente se hizo hacia atrás y gimió al no poder gritar por la mordaza, Shun le acarició el rostro dejando un rastro de sangre en la blanca mejilla y le dijo:
- No tengas miedo Alone, yo le prometí a un amigo de tu padre que te liberaría y lo voy a hacer, te voy a dejar aquí atado y tú te quedarás quieto, si intentas huir te perderás en el bosque y los lobos te comerán, voy a llamar a la policía para decirles en dónde estás y si quieres vivir me harás caso y te quedarás aquí, entendiste?
Alone asintió, Shun lo miró por unos segundos y luego le zafó la mordaza, el muchacho no gritó ni hizo ningún sonido por lo que Shun sonrió y se sentó el pasto, ambos charlaron por largo rato, Alone desde la posición en la que estaba no podía ver el árbol de donde Ikky colgaba o a Ryuho tendido en el pasto claramente muerto por lo que estaba relativamente tranquilo, y por eso cuando acabaron de hablar se dejó poner nuevamente la mordaza
- Muy bien, ahora Alone vas a ser valiente y vas a tratar de dormir, eso es… cierra los ojos, eso es… cuando despiertes vas a ver a tu mamá a tu lado y a tu papá también, recuerda lo que hablamos y además les vas a decir a tus padres de mi parte que la vida les ha dado una segunda oportunidad, que la sepan aprovechar, ok?
Alone asintió una vez más, el muchacho tenía los ojos cerrados y no opuso resistencia cuando sintió un piquetito en su cuello, Shun le había inyectado un tranquilizante que lo noqueó en cuestión de segundos, Shun le acarició el rostro una vez más y dando una última mirada a su obra de arte, se dio la media vuelta y con las manos en los bolsillos empezó a caminar a la luz de la luna, el hombre de cabellos verdes tarareaba una de sus canciones favoritas y sonreía, al fin estaba libre otra vez, libre al fin…