Del cielo al infierno
Pov de Joey
-Joey… Joey…Joey…- la voz de una mujer me llamaba –Joey despierta- la voz parece estar cada vez más cerca- Despierta- No puedo ver nada todo es oscuro
-¿Dónde estoy?-
-Joey despierta… abre los ojos-
-No puedo abrirlos-
-Joey… tranquilo… abre tus ojos con calma…-
Comienzo a abrir lentamente mis ojos parece como si una tonelada de rocas los estuviera cubriendo, una luz cegadora me desconcierta, suelto un leve gruñido.
-Joey que bueno que has despertado-
Un hermoso ventanal alumbraba por completo la habitación blanca, era tan fresco como una mañana de abril, podía sentir un leve aroma a orquídeas y… humo de cigarrillo… aunque no era molesto era más bien re confortable.
Frente a mí se encontraba un sillón color esmeralda y sentada había una mujer con un sombrero turquesa y un vestido blanco con puntos negros, entre sus dedos había un delicado cigarrillo, sus manos parecían haber sido esculpidas por los mismos ángeles, sobre su dedo anular un hermoso anillo con un diamante.
-Acércate Joey- dijo la mujer con la que cruce mirada unos segundos, sus ojos son azules, son tan azules como el mar, tan hermosos como el pero, a la vez me causan tanto miedo.
-¿Quién es usted?-
-Acércate Joey- me hace una señal de que me siente junto a ella- Joey debo pedirte un favor-
-Claro señora-
-Debes ser fuerte, debes siempre de luchar por lo que quieres-
-Yo siempre lo hago-
-Eso es lo que he visto y lo que me han contado-
-¿Quién fue?-
-Una muy buena amiga mía, te manda muchos saludos y espera que vivas tu vida lo más feliz que puedas, me dijo que siempre te cuida a ti y a tu papá…- la mujer comienza a jugar con su anillo dándole vueltas sobre su dedo- Me dijo además que la perdonaras por dejarte tan pequeño a cargo de tu papá…-
-¿Mamá?- mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas- ¿Dónde está ella? Quiero verla-
-Ella no pudo estar aquí-
-La extraño, te extraño- dijo al viento- te extraño tanto mamá-
-Ella lo escuchara- me toma el rostro y limpia las lágrimas de mis ojos
-¿Quién es usted?-
-Otra mamá- sonríe
-¿La mamá de quién?-
La mujer comienza a reírse- ya sé porque mi hijo esta tan enamorado de ti-
-¿Señora Kaiba?-
-La misma-
-Es más linda de lo que me la imagine, es igual de elegante que Seto y sus ojos son idénticos-
-Gracias, escucha bien las cosas se van a poner difíciles, tú debes de ser fuerte ¿entendido?-
-Si señora-
-Muy bien, toma esto- me entrega su anillo- sé que Seto quiera que tú lo tuvieras…- acerca sus labios a mi mejilla y me da un beso- cuídate mucho- y es lo último que escucho antes de que todo se vuelva blanco nuevamente.
Pasan algunos minutos y no siento nada, de pronto una sensación de humedad recorre mi cuello, no sé qué es lo que pasa, esa cosa recorre desde mi pecho hasta mi barbilla una y otra vez.
-¿Te gusta?- esa voz, suelto un leve gemido- lo sabía- y nuevamente esa sensación extraña, pero ahora en mi oído, hace movimientos circulares dentro de ella, trato de moverme y parece que lo estoy logrando- deja de moverte o tendré que amarrarte-
-No- logro decir
-Has sido malo Joey- al parecer tengo una vendrá sobre mis ojos
-Quítame esto por favor-
-No Joey-
-Gritare-
-Se un buen chico y guarda silencio- nuevamente esa sensación en mi cuello
-No por favor basta…. ¡Auxilio!-
-Cállate-
-No lo hare hasta que me quites la venda-
-Está bien-
-¿Duke a que estás jugando? Déjame ir- mis manos están amarradas al igual que mis pies, me encuentro en roba interior y sobre una cama, Duke está sobre mi
-¿Dejarte ir? Pero si apenas estamos empezando a jugar- pasa su lengua por mi cuello- ¿Te gusta verdad?-
-No, lo odio… me da asco-
-¿Eso también se lo dices a Kaiba?- su lengua recorre todo mi pecho hasta encontrar a uno de mis pezones, al que comienza a morder
-No….-
-¿Te gusta verdad?-
-Me das asco-
-¿darte asco? – Sonríe- tú no puedes mentir, puedo sentir lo duro que te encuentras después de recibir mis caricias-
-Déjame ir cerdo-
-¿Qué más te hare? – su mirada recorría mi cuerpo semidesnudo de arriba abajo, entonces una sonrisa cubrió su rostro- ya sé que más te hare… - me puso boca abajo y me despojo de lo que quedaba de mi ropa- esto va a ser divertido- con su dedo índice recorrió desde mi nuca hasta mis glúteos, comenzó a jugar de una manera muy asquerosa con ellos, yo suplicaba que me dejara tranquilo, pero no se detenía, era como si se hubiera vuelto loco- ahora vas a sentir toda mi fuerza pequeña perrita- y comenzó lo peor sentí como me desgarraba por dentro algo recorría mis piernas… era sangre…