Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cautivado por Kimany

[Reviews - 188]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Nos vemos de nuevo :D ¿Cómo han pasado el resto de sus días? Espero que bien :3

 Me siento muy bien e inspirada así que aquí les traigo el segundo capítulo, espero que les guste.  Decidí cambiar el estilo de narración a primera persona porque así se expresan mejor las acciones y sentimientos.

Todos los personajes tanto Naruto como de Naruto Shippuden no son míos, son pertenencias de Masashi Kishimoto. Yo solo los utilizare para pasar el rato :D

Narrado en primera persona

Total de palabras: 4,366.

Advertencia: Lenguaje vulgar

¡A disfrutar! Nos vemos en las notas finales :3

 

Cuando me giré sobre mis tobillos al sentir mi hombro chocar contra otra persona me sorprendí, no solo por quien era si no porque me miraba también de la misma forma.

 

—Sakura-chan— susurré  en un momento de aclaración mental — ¡Sakura-chan!—grité con emoción.

 

En un instante me lancé a sus brazos proclamando  un abrazo. Ella era quien quería ver desde un principio. A Sakura, mi amiga.

 

— ¡Naruto! — Habló devolviéndome el abrazo escondiendo su cara en mi hombro —Cuanto tiempo sin verte.

 

— ¡Lo mismo digo ‘ttebayo! —Hablé sonriendo —Mira cómo has crecido.

 

Sonreí ya desasiendo el abrazo para poder mirarla mejor. Sakura seguía igual de linda, su cabello rosado que una vez recordé largo lo llevaba corto sobre sus hombros, su piel seguía siendo tan blanca y sus ojos jade igual de grandes y expresivos. Ahora era más pequeña de estatura y su cara se notaba más fina que antes.

 

—Tú también. —me golpeó ligeramente el hombro por lo que sonreí llevándome la mano a la nuca. — Mira que alto estas.

 

—   Sí, —eché una carcajada— eso dicen.

 

Para cuando me había dado cuenta Sakura y yo iniciamos una animosa conversación donde yo le preguntaba y ella contestaba o viceversa. El punto es que nos dijimos todo en menos de diez minutos. Me había contado lo que hizo en sus vacaciones, sus labores y por qué había dejado de escribirme y era como había mencionado: Sakura estaba ocupada todo este tiempo con las responsabilidades de la escuela, el consejo estudiantil y su hogar. Pero entendí claramente, ya no dándole mucha importancia porque era cosa del pasado.

 

Le había comentado también que me habían puesto en el  A-1, lo cual le sorprendió y me sonrió muy dulce.

 

— ¿Sabes qué hay el sábado, verdad?—preguntó mientras iniciábamos la marcha.

 

La miré curioso. A ver…

 

— ¿Entrega de notas? —Sakura me empujó y me tambalee mientras reía.

 

—Eres un idiota, ¡Acabamos de iniciar!

 

—Ya, ya ¿San Valentín?— Sakura me miró molesta esta vez y la abrasé de lado— Sé que es tu cumpleaños, ¿Qué harás?

 

—Haré una fiesta, así que ya sabes. No puedes faltar.

 

— ¡No faltaré, lo prometo!

 

Caminamos por el pasillo hasta llegar al salón. Y grata fue mi sorpresa ¡Que tremendo salón! Ya decía yo que por algo estaban los mejores aquí. Entré detrás de Sakura observando todo a mí alrededor.

 

Era un sitio esplendido y muy bien cuidado.

 

Las paredes pintadas de blanco cubrían el entorno donde habían varios cuadros de arte colgando de ellas, el piso se mostraba recién pulido, mencionando también el gran par de ventanas ubicadas al final del pasillo adornadas con cortinas de un crema pálido y sobre todas las cosas: Las personas, ¿esos eran estudiantes normales de secundaria?

 

Se sentía la finura en el aire por así decirlo, todos estaban divididos en grupos ubicados a cada lado del aula, todos con un lenguaje sofisticado, bien peinados y sus uniformes impecables mientras que yo apenas llevaban bien la camisa.

 

Sakura me dio frente cuando intenté como pude meterme la camisa por dentro, algunas chicas ya me estaban miraban raro.

 

—Bienvenido al A-1—me habló Sakura y me erguí sobre mi mismo cuando vi su intención de hablar con una mano puesta a un lado de su boca —Sé que son algo raros pero tranquilo, son buenas personas.

 

Asentí no muy convencido mirando otra vez  a mí alrededor. No había chicos sentados sobre los pupitres, papeles volando, gente riendo con tonos más alto de lo normal o chicas subiéndose las faldas a más no poder. No había nada de lo que era mi curso anterior solo chicos ricos luciendo sus neuronas.

 

 Será difícil aguantar tanta niñería.

 

—Creo que ya es hora de que te busquemos un asiento, Naruto. — me recomendó Sakura mientras otra chica se acercaba a susurrarle ignorado totalmente mi existencia. Miré hacia otro lado ¿Es que esta chica no sabe que es mala educación eso?  — ¡No puede ser! Discúlpame Naruto. —Me miró con una libreta en mano y la frustración en su rostro —.Ya me tengo que ir.

 

— ¿Pero no me ibas a ayudar con mi asiento? —le pregunté pero cuando me vine a dar cuenta ya se había ido.

 

Genial.

 

Con resignación y a paso lento pase por el pasillo dejando a atrás varios pupitres, no me quería sentar ni muy cerca del pizarrón ni muy atrás porque esos eran los puntos donde los profesores más se centraban. Vaya, algo normal, pupitres de dos personas.

 

Encontré un asiento justo al lado de la ventana donde las cortinas se mecían y rozaban el pupitre izquierdo y la mesa. Perfecto.

 

Me senté y pude apreciar que desde ese sitio podía mirar  toda la cancha. Acomodé la mochila sobre la mesa, saqué  mi celular y me puse a escuchar música un rato en lo que iniciaban las clases. No había nada que perder  ya que los chicos de este salón estaban pendientes a sus asuntos y no le dijeron ni hola al nuevo. ¡Qué dulces!

 

Pasó el rato y ya me estaba durmiendo en mis laureles cuando la puerta del aula se abrió causando un fuerte ruido. Levante la cabeza en un segundo y la moví a todos lados hasta dar con el frente donde un grupo de chicos entraron con aires gloriosos. Entre esos Sakura quien no dejaba de hablar por el móvil.

 

Me estiré en mi asiento mientras no dejaba de observar el bullicio cerca de la entrada del aula. Un grupo de chicos rodeaban a una persona en particular, todos hablando al mismo tiempo e incluso empujándose, ¿Qué es lo que pasaba ahí? Me levanté para alcanzar el centro de atención pero fue muy difícil con tantas cabezas juntas.

 

Hasta que di con él, no por mi altura porque no se veía nada con tanta gente sino porque el curioso personaje salió disparado echando de lado a todos.

 

— ¡Quítense de mi camino! — la voz se escuchó por todo el salón haciendo que la multitud se dispersara dejando por fin espacio al ser.

 

Pelo negro peinado de forma curiosa, ojos del mismo color y  piel blanca. No, esperen… es incluso más que la de Sakura – Eso fueron los rasgos muy comunes, ¿Por qué tanto escándalo?

 

 El chico se abrió paso entre la gente hasta situarse detrás del escritorio del profesor y ahí empezar a hablar con Sakura y otras chicas que no paraban de mostrarle cosas de sus celulares y libretas. No pude oír lo que decían ya que estaban muy lejos pero lo que si no pude evitar era alejar mi mirada de él, no sé porque pero este chico se me hacia tan familiar… atractivo y…

 

¡Espera, espera, espera! ¿En estoy pesando? Yo Jamás diría que un chico es lindo. Jamás, Nunca de los jamases. Nunca. ¡No soy gay!

 

—N-Naruto-kun — pude apartar la mirada y al mismo tiempo olvidar mi locura mental cuando escuche mi nombre. Era Hinata.

 

—Hola Hinata— la salude con una sonrisa — ¿Cómo has estado?

 

Me había llamado la atención que estuviera aquí, hasta que recordé que la había dejado con Kiba en la entrada.

 

 

La vi apartar la mirada y en cierta forma me parecio bastante tierna. Hinata era demasiado tímida y algo seca pero era mi amiga y a veces pensaba que me quería  aunque siempre huya mostrándome lo contrario.

 

—No estarás sola, Hinata. ¡Sabes que para cualquier cosa que necesites aquí estoy ’ttebayo!

 

La chica abrió los ojos mostrando clara emoción.

 

—Gracias, Naruto.kun... Yo...

 

El viento habia entrado por la ventana moviendo la cortina y al mismo tiempo el pelo de la chica.

 

—Oh, Hinata —lleve mi mano a su cabello quitando con cuidado una pequeña flor de cerezo pero me sorprendí cuando la vi tan roja como un tomate. — ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

 

Intente acercar mi mano a su frente pero rápidamente la evito echándose hacia atrás y empezando a correr dejándome en blanco.

 

Eso fue raro. No duró ni un minuto...

 

Volví la vista al frente y por segunda vez la posé sobre ese chico.

 

Sin duda alguna, soy masoquista pero es que… No sé. Era tan peculiar como sus rasgos me hacían querer mirarlo más y más, tenía algo que me llamaba la atención. Algo familiar.

 

 

Seguí con mi vista clavada en él hasta que de la nada me la correspondió.

 

Y me estremecí de pies a cabeza en menos de un segundo al ser descubierto. Nos miramos por un rato que fue eterno para mí. Su mirada era profunda y al mismo tiempo muy atrayente. Y ese color negro que traía en los ojos no hacía más que complicar las cosas. Moví mi mano hasta mi cuello y lo acaricie brevemente, notando como su mirada siguió mis movimientos antes de volver a mis ojos.

 

Sin saber por qué sonreí de medio lado haciendo que me miraba con una ceja alzada, ese chico tenía la atención clavada en mí y eso me ponía además de nervioso no querer apartarla pero en ese instante una de las chicas le habló por lo que tuvo ser él quien corto el poco y raro contacto visual que tuvimos.

 

— ¡Atención!— gritó un chico alto desde la puerta. Todos miramos para allá — ¡Aquí viene el maestro!

 

Y todos los chicos que estaban amontonados caminaron a sus respetivos asientos con calma, algo que me desconcertó. Si fuera el B-2 todos estarían volando por los aires y trepando las paredes sin faltar el típico desorden, en pocas palabras: todo menos pasar desapercibidos.

 

Entre la multitud mi mirada se posó en el moreno, pude notar que se sentaba dos filas de mi. Bastante lejos y para colmo solo.

 

La puerta se abrió de tope dando la entrada al maestro, portaba el cabello gris peinado hacia un lado, una máscara que le cubría casi el rostro completo y traía un libro entre sus dedos. Su nombre es: Hatake Kakashi. Maestro de literatura y por lo que veo el guía.

 

El hombre entro sin despegar la vista de su libro, puso su maletín sobre el escritorio, corrió la silla y se sentó. Mi primera reacción fue de una total confusión porque cuando me gire todos los chicos estaban mirándolo como si nada pasara y con una tranquilidad ya acostumbrada. En cuanto a mí, yo era el único moviendo la cabeza a todos lados buscando una explicación.

 

Esto es muy raro…

 

Ya habían pasado más de cinco minutos y el profesor ni una miserable mirada había lanzado hacia nosotros desde que entró, yo aún seguía medio ido de la situación y volví a buscar alguna cara que me ayudará a saber que sucedía, ¿Es que los chicos inteligentes no tomaban clases? ¿Es así de sencillo?

 

Desplacé la mirada por todo salón, viendo la cara de los chicos pero ninguno se giraba a verme la cara aunque estuviera haciendo señas con las manos, ¡Que mal educados! Parecían robots configurados para estar quietos, a veces pensaba que no estaban respirando.

 

Lleve las manos a mi cabello, me había cansado de tanto silencio, era algo agonizante. Estas personas eran demasiadas perfectas para alguien como yo.  Subí la vista y en ese mismo instante me encontré con otra.

 

¡Era el chico pálido del contacto visual!

 

Sin duda me sorprendió era el único ser quien había por lo menos girado la cabeza a prestarme atención o eso pensé.

 

Le hice una seña con la mano para ver si era a mí a quien miraba pero no respondió por lo que dudé y me moví de derecha a izquierda para ver si seguía mis movimientos y así fue. Noté como me miraba atentamente desde su asiento poniéndome algo nervioso, lo curioso era que estaba solo siendo así tan popular.

 

Volví a hacer una seña con la mano en forma de saludo sin olvidar mi sonrisa,  y seguido trate de decirle con los labios ‘’Hola’’ pero antes de terminara el muy capullo se había girado cortándome los ojos y dejándome con la palabra en la boca y con la mano aun agitándose en el aire.

 

Había sido cruelmente ignorado.      

 

Y eso ya eran los límites. Cerré la mano alzada hasta forman un puño y la bajé lentamente hasta reposarla sobre la mesa, Ganas no me faltaba de gritarle a todo ese maldito curso lo desagradables que eran.

 

 Y cuando lo estaba a punto de hacer; el maestro cerró el librito y se irguió en la silla.

 

—Buenos días, estudiantes— Saludó el profesor, ya totalmente pendiente y todos respondieron al saludo menos yo. —Soy Hatake Kakashi para quienes son nuevos en este salón. Y soy el maestro de literatura.

 

El profesor se había parado y escribió su nombre a lo largo del pizarrón.  Para ese entonces respiré profundo y me enderecé en mi asiento ya calmando mi mal humor. Soy demasiado joven para preocuparme tanto.

 

—Yo estaré con ustedes este año escolar como su profesor guía, así que pueden acercarse a mí para cualquier problema o duda. Sin juegos ni bromas que ya somos todos grandes aquí.

 

Kakashi había empezado a hablar sobre las normas del curso, los valores y otras cosas causándome un gran aburrimiento, jugué con el cable de mis audífonos mientras miraba por la ventana, estaba loco por irme a mi casa y acostarme en mi cómoda cama.

 

—Disculpe.

 

Y arroparme de pies a cabeza con la suave manta de mi madre.

 

—Naruto.

 

O tomar un baño caliente. Sí, eso sería lo mejor.

 

— ¡Señor Uzumaki!

 

— ¡Ahhh!— para cuando me había dado cuenta el maestro me había lanzado el borrador que cayó directo en mi frente. — ¡¿Pero qué fue eso?!

 

—   Tengo un largo tiempo llamándolo. Venga al frente. —el profesor habló calmado como si no hubiera pasado nada.

 

Me paré despacio de la silla y caminé hasta el escritorio. Sentí todas las miradas encima de mí, algunas risas tímidas y comentarios que no alcancé a entender. Me coloque frente a la pizarra al lado de Hinata. No me había dado cuenta cuando había regresado del baño.

 

—Bien. —Habló Hatake —Ya que estamos todos aquí, ¿Por qué no empiezan por sus nombres y su edad?

 

Y así se hizo los cinco chicos de la fila empezaron a decir sus nombres y edad. Yo era el último.

 

Minutos.

 

—M-Mi nombre es Hinata Hyuga. — la chica se presentó muy bien, sin sonrojos ni nada. A lo mejor ya se había mejorado de la fiebre que no llegué a comprobar — y tengo dieciséis.

 

—Mi nombre es Naruto Uzumaki  — mis dientes hicieron aparición entre mis labios —y tengo diecisiete. Espero que nos llevemos bien’ttebayo.

 

Los chicos se me quedaron mirando extraño y comenzaron a reírse.

 

— ¿Qué, qué pasa?

 

—N-Naruto-kun— miré a Hinata y ella disimuladamente se señalo la frente, claro mensaje de que estaba sucio. Sucio por el borrador de la pizarra. Me restregué la mancha empezando a reír también.

 

—Muy bien, Naruto. — Mencionó Kakashi —Pueden sentarse.

 

Los chicos nuevos y yo iniciamos caminos a nuestros respectivos asientos cuando la puerta se abrió de golpe mostrando a un chico sudoroso, con gafas y libros por todos lados.

 

— ¡Buenos días! — Su voz claramente sofocada se hizo presencia. — ¡Con permiso, Kakashi-sensei!

 

— ¿Tu quien eres?

 

—Y-yo soy el asistente…—estaba muy sofocado y me dio pena por la corbata que llevaba puesta demasiado ajustada a su cuello, parecía que lo ahorcaría en cualquier momento y ni hablar de ese saco y mangas. Me daba calor con solo verlo. —Soy… soy…

 

—Permiso, Buenos días. —Sakura hizo por fin presencia en el curso, echando de lado al pobre y sofocado muchacho. —Con su permiso Kakashi-sensei. Le venimos a informar que la dirección ha otorgado el permiso de que los miembros del consejo estudiantil puedan retirarse las primeras horas de clase. Vinimos por el presidente.

 

¿Presidente?

 

La chica sacó un papel con el sello del instituto. Kakashi asintió.

 

—Claro. —Concedió— Pueden irse.

 

En ese momento Sakura se giró después de agradecerle al profesor y  él se paró hasta acercarse a la chica donde intercambiaron unas cuantas palabras.

 

Ya entendía todo.

 

El tío era el famoso presidente de toda esta porquería, ya sabía que algo tenía que lucir para ser tan desconsiderado e insensible. No era el único, todo el curso lo era pero él era más por haberme ignorado.

 

Sakura, el bastardo y otros dos chicos salieron del curso.

 

—Bien —comenzó a hablar Kakashi — Ya que todos saben quiénes son los nuevos, hay que darles la bienvenida.

 

¡Por fin!

 

—Por favor, Shikamaru, Temari, Yue y Neji, háganse cargo y vallan a conocer las remodelaciones de este año.

 

Los respectivos chicos se levantaron de sus asientos mientras el maestro salió a no se sabe dónde pero diciéndonos que regresaría.

 

Ya yo conocía a Shikamaru, Temari y a Neji. Nosotros habíamos iniciado el primer año escolar de la secundaria juntos. El de pelo oscuro atado en una coleta alta se giró hacia mí y aproveché el momento de llamarlo para que se sentara conmigo. Hizo una mueca y caminó hacia a mí.

 

— ¡Shikamaru! —Le saludé — Hola, ¿Cómo estás?

 

—Hey —corrió la silla y tomó asiento junto a mi— Creo que bien.

 

—Eso es genial para ti — me miró de reojo y sonrió levemente— No tenía idea de que estabas aquí.

 

—Me han puesto el año pasado.

 

— ¿Cuándo estuve en el B-2? —Asintió— Eso explica todo.

 

Soltó un leve bostezó y yo me arrasqué el cuello.

 

—No sabes el trabajo que pasé aquí —comencé— Toda esta gente es súper extraña y demasiado tranquila, no se mueven o se ríen, bueno de casualidad se rieron conmigo en la presentación pero no hacen ni ruido o desorden cuando el maestro no está. Son súper aburridos.

 

—No lo había notado.

 

— Si, ¿Y sabes qué?

 

—Qué.

 

—Ni Saludan, ni un movimiento de manos, nada. Es como si ninguno de los nuevos existiéramos.

 

—Es algo problemático.

 

— ¡Pues están mal!— encaré al Nara —Están faltos de sazón y aquí estoy yo para ayudarlos.

 

—No...

 

—No, no es necesario que supliques Shikamaru —le interrumpí—Lo haré gratis.

 

El chico rodó los ojos y apoyo su mejilla en su mano.

 

—Como quieras.

 

Sonreí. Era divertido conversar con Shikamaru.

 

Habíamos hablado por unos minutos en lo que el Nara me explicó o mejor dicho trató de explicar lo nuevo del curso, un intento fallido porque antes de llegar al final de cada oración decía que era muy problemático dejándome con la misma duda.

 

—No es por nada, Naruto —volví mi atención a él — ¿Pero qué haces aquí? Es decir, este curso no es para ti, y no me refiero al momento de estudiar si no de convivir. Es tu primer día y ya te estás quejando.

 

—Por la misma razón que estás tú, te vives quejando y mira donde has parado. —Comenté divertido y le vi fruncir el ceño— Ya, ya, Lo siento.

 

Solté un suspiro.

 

—La verdad es que ni yo lo sé. —Guardé el celular en mi bolsillo y vi a Hinata salir con Neji — Creo que la vieja Tsunade se ha equivocado de expediente.

 

—Oh… Aun así, bienvenido.

 

—Gracias. —Sonreí de lado y me correspondió— Eso era lo que estuve esperando desde que entré.

 

—No hay de qué.

 

— ¿Qué tal si salimos al patio?—Levantó su mano y arrascó su nuca, sin duda seguía igual de vago. — ¡Anda, morirás si no te paras!

 

—Moriré en paz entonces.

 

Empezamos a reír.

 

—No seas tonto— se paró después de halarlo un rato y salimos.

 

Caminamos por el pasillo y Shikamaru me enseñó los cursos de ese pabellón vimos el salón de  laboratorio, arte, informática y por último la biblioteca donde hacia un frio terrible, habían como cinco aires condicionados encendidos y juraba que la anciana que atendía se había muerto de hipotermia.

 

 Cada uno de los cursos estaban súper limpios y ordenados. En cambio en el pabellón B… Mejor ni lo digo de la vergüenza que pasa frente a este.

 

Fuimos al A-2 y estaba lleno de personas. Las paredes y el piso eran idénticos al A-1. Metí la cabeza por la puerta y una chica levantó la cabeza y me vio, soltó una risita y después habló con sus amigas, todas se giraron y me saludaron coquetamente por lo cual les correspondí embobado hasta que un par de piernas se pararon frente a mí, seguido de un par de ojos que mostraron desaprobación y por último el sonido sordo de mi culo contra el piso del pasillo.

 

Las chicas se posaron en las ventanas y Shikamaru me pasó por el lado ignorándome completamente. Yo me paré aun con la risa saliendo de mi garganta y les guiñe el ojo a las chicas para seguir con mi recorrido. El A-2 era mucho más divertido.

 

—Esas chicas son geniales, viste como se reían—carajada—Son adorables.

 

—Sí.

 

—Y al menos tuvieron la amabilidad de saludarme—llevé mi mano a mi pecho dando un toque sofisticado— No como las del A-1, que parecen momias.

 

—Tienes tiempo para cambiarte

 

—Aún no, tengo la misión de ayudarlos.

 

—Por aquí. —Señalo Shikamaru hacia la izquierda a unos metros de la esquina.

 

— ¿A dónde vamos ahora?

 

—Al patio.

 

—Oh, genial —nos acercarnos a la esquina y me puse al lado izquierdo del Nara — ¿Hay cancha de futbol? Porque de verdad me gustaría jugar por… ¡Ay!

 

Había chocado con algo. Y juraba que había sido la esquina del pasillo que llevaba al patio si no hubiera escuchado el quejido proveniente de otra persona.

 

Llevé la mano a mi frente donde habia sido el golpee y la acaricie, abriendo los ojos en el proceso.

 

Había chocado con él.

 

—Joder…

 

— ¡Señor Presidente! — En ese mismo instante el chico sudoroso sacó un pañuelo de su bolsillo. — ¿Se encuentra bien?

 

El nombrado alejó al chico de un empujón y llevó la mano a su frente al igual que yo para acariciarse. En ese mismo instante me mando una mirada fulminante.

 

—Lo siento, yo…—intenté hablar pero fui interrumpido.

 

— ¡¿Qué es lo que te pasa, idiota?!—Me había empezado a gritar e incluso a insultar algo que no tolero. — ¿Acaso no sabes caminar o necesitas lentes?

 

—Oye, oye. — Me acerque lo suficiente para que notara mi creciente malhumor también—Esto ha sido mi error. Hemos chocado sin querer, así que no hay que hacer tanto escándalo.

 

—Pues mira a ver si dejas de cometer errores. —Su tono de voz no hizo más que hacerme molestar— De verdad no sé cómo pueden aceptar a gente tan tonta.

 

Susurró lo último para sí mismo, pero si lo que trababa de conseguir era que nadie le escuchara estaba muy mal porque juraba que hasta Shikamaru a unos pasos de nosotros lo escuchó.

 

—Naruto —oí el llamado de advertencia de Shikamaru pero lo ignoré, él había notado como mi mandíbula se tenso de momento.

 

 El chico sudoroso tampoco dejaba de hablar.

 

— ¿Naruto? ¿Así te llamas? —masculló el bastardo frente mío. — Con solo oír tu nombre se comprueba lo inepto que eres.

 

— ¿Qué acabas de decir?

 

—Genial. Además de ciego, Sordo. —Murmuró mirándome altanero — Lo que acabas de escuchar, Dobe.

 

¿Pero qué coño? Este tipo me estaba tocando los cojones y no iba a salir limpio si seguía así. ¡No, claro que no!

 

Me acerqué más a él hasta que la punta de nuestros zapatos de rozaron pero de forma intimidante dejando de lado al chico dulce que solía  ser.

 

— A ver niño bonito—Entrecerró  los ojo ante el apodo— El porqué seas el presidente de toda esta porquería no te da el derecho de hablarme así. ¡Yo ya te pedí perdón! Y es tu maldito problema aceptarlo o no, pero tú a mi no me ha…

 

—Ya cállate, ¿Quieres? —Se había tomado el atrevimiento de empujarme, alejándome unos pasos de él — No tengo tiempo para esto, y tus malditas disculpas te las tragas porque me valen mierda. Keito, vámonos.

 

Estaba molesto. No, estaba más que molesto, estaba furioso. Este tipo me había mandado a callar y se había atrevido de empujarme, ¡Empujarme! Y eso, eso sí que no lo tolero.

 

Cuando noté como me pasaba por el lado lo sujete del brazo y de un solo movimiento lo pegue contra la pared produciendo un sordo sonido al igual que un jadeo proveniente de él.

 

— ¡Señor presidente!—el chillido del chico detrás de nosotros fue el primero en escucharse tras el golpe y de igual modo totalmente ignorado.

 

Llevé mis dos manos a cada lado de su cabeza y me acerqué lentamente sin dejar de  jadear de ira.

 

 — ¡Eres un maldito cabron! — Tenia el ceño fruncido y su mirada se volvió más intimidante al oír mis palabras — Y te lo dije. A mí no me hablaras así si no quieres que te parta esa boquita que tienes, ¿Entendiste bastardo?

 

Arrastre las últimas palabras en su cara, el estaba muy equivocado si tenía pensado tratarme como el saco de papas que tenía como ayudante.

 

Con Naruto Uzumaki nadie se mete.

 

Endurecí más el ceño cuando una sonrisa altanera apareció entre sus labios.

 

 

— ¿En serio? — Susurró al mismo tiempo que entrecerraba aún más sus ojos , su mirada se volvió profunda y serena pero lo que me sacó de mis casillas fue su tonito burlón y al mismo tiempo provocador. Acercó su rostro al mío hasta estar unos centímetros uno del otro. — Pues hazlo.

 

Esa fue la gota que derramó el vaso.

 

Estaba dispuesto a darle un puñetazo pero en ese mismo instante Shikamaru sujeto mi brazo y me alejó de él.

 

— ¡Quieres calmarte, Naruto!, solo conseguirás que te expulsen si peleas — habló aburrido el Nara ya soltándome el brazo— Y además no voy a cargar contigo hasta la enfermería. Pesas demasiado.

 

Ignoré el último cometario de Shikamaru pasándome la mano por mi cabello, iba a perder el control y lo que menos quería era una expulsión porque en primer lugar mi madre me mataría y en segundo el sábado era la fiesta de Sakura y no podía faltar.

 

Miré hasta la pared ya con la respiración más calmada y me encontré con la suya, se enderezó y se separó lentamente de la pared mostrando una sonrisa arrogante.

 

—Vámonos Keito. No hemos retrasado para la reunión.

 

— ¡S-si señor presidente!— y así inició su camino cortándome los ojos al girar en la esquina.

 

Ese maldito bastardo.

 

—Vamos Naruto. — me  arreglé la camiseta y seguí a Shikamaru hasta la salida.

 

Esto no se iba a quedar así. ¡Claro que no ’ttebayo!

Notas finales:

¡Uff! Por fin, la actualización Aunque no me quejo lo escribí súper feliz.   ¿Qué tal ahora? ¿Bien? ¿Mal? ¿Aburrido? Ohhh hice lo que pude pero no quiero adelantarme tan rápido quiero que se emocionen de verdad cuando llegue la acción. Pero hay algo bueno, ¡Apareció Sasuke! Jajaja.

Quiero agradecerles a: Kaoru_himura, Genesis, Konata san, Neokun y Channies_Fan por dejarme un review, alegrarme la vida, decirme donde falté, inspirarme y sobre todo sacarme una sonrisa. ¡Muchas Gracias!

Espero que el cambio de narración no les causara confusión pero es mucho más fácil e intenso leerlo de esa manera… También he mencionado que el sábado era la fiesta de Sakura xD, se que cumple en marzo pero tenía que poner algo convincente. Lol. Cualquier duda o cosa me preguntan.

¡Y algo más! Si gustan también Sasuke puede narrar, solo tienen que decirme.

Bueno cualquier opinión, cumplido, crítica (constructiva), tomatazos, chocolates, Ramen, ¡Cualquier cosa! pueden dejarlo aquí, yo los recibiré gustosa :3

                  Publicaré cuando tenga los captulos listos, dependiendo de mi tiempo libre.

Sin nada más que decir, les mando un beso y un abrazo, ¡Bye-bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).