Después de un par de horas platicando sobre lo que pasó en ese tiempo que estuvieron separados y las constantes muestras de afecto que tanto necesitaban darse se despidieron.
-Te llamaré en cuanto llegue ¿Sí?-David le dio un suave beso sobre los labios-¡Juro que no quiero dejarte!-lo abrazó por enésima ocasión-Tenía tantas ganas de pasar este fin de semana juntos y esto tuvo que pasar…
-No dramatices-Gabriel lo atrajo con más fuerza para tranquilizarlo-Con lo que dices haces que esto sea más difícil…-pensó sin querer soltarlo-Dijiste que en una o dos semanas esto acabará y entonces seguiremos con nuestros planes.
-Pero eso no quita que en este preciso momento podríamos estar en tu casa sin tener de que preocuparnos ¿O sí? Pero está bien, soportemos otra semana...
-Será mejor que nos vayamos-lo rodeó por los hombros y lo besó en la frente.
Todo el camino a casa fue pensando en el más bajo, sabía que en todo ese caos era el más afectado y le molestaba porque nunca había sido su intención causarle algún problema, en realidad tras conocerlo cierto sentido protector surgió en él y por eso procuraba que estuviera bien.
Cuando el más bajo llegó a casa se llevó una gran sorpresa pues apenas entró su mamá comenzó a regañarlo por llegar a esa hora y ni siquiera avisar que tendría visitas. Él no entendía de qué le hablaba pero tras ir a la sala y encontrarse a Fernanda comprendió la situación.
-Perdón por venir sin avisar pero me sentía mal por salir sin esperarte ni decir nada. Sólo quería disculparme pero como aún no llegabas tu mamá me invitó a pasar y…-se sonrojó antes de poder continuar-Será mejor que me vaya, te veo el lunes en la escuela-se levantó de su asiento y estaba por salir cuando la madre del chico la detuvo.
-¡Ni lo menciones! Siempre serás bien recibida aquí-le sonrió e invitó a volverse a sentar-Nada más esperaba a David para que sirviera la comida, acompáñanos y que después que te acompañe a tu casa.
-No se moleste, de verdad. Sólo quería decirle esto, no necesito más.
-Para nada, eres novia de mi hijo y quiero conocerte mejor… Ve a dejar tus cosas y regresas-continuó dirigiéndose a su hijo-No tardes o la comida se enfría, nosotras te esperamos allá-tomó a la chica del hombro y la llevó consigo a la cocina.
Subió rápidamente hasta su recámara y le escribió un pequeño mensaje a su pareja “Te llamo en un rato para platicar con calma” fue lo único que dijo pues la situación no le daba mucho tiempo para actuar.
Cuando el más alto leyó el mensaje se sorprendió por lo corto e inexpresivo que era, tanto que por un momento pensó en marcar su número y pedirle una explicación por ese mensaje pero lo descartó al analizar el contenido del texto.
-Que problemático eres…-suspiró profundamente-Pudiendo simplemente decir “Ya estoy en casa, estoy bien, no te preocupes, te quiero” prefieres decirme eso…-tomó el celular y redactó una respuesta, una que sabía no podría ignorar.
Estaba por llegar al comedor cuando sintió su celular vibrar, lo sacó sin detener su camino y no pudo ocultar su sonrisa tras leerlo, era la primera vez que su pareja se mostraba tan dulce, en su muy peculiar estilo, en un mensaje.
-¿Y esa sonrisa?-preguntó su madre al verlo-¿Tan enamorado estás que nada más con verla sonríes así?-miró a la chica con una gran sonrisa y ella simplemente ocultó su rostro.
-No digas eso…-rio ligeramente pensando en lo ingenua que era-Mira nada más como pones a Fer, no hagas comentarios así, no quieres que esté incómoda ¿Verdad?
La realidad es que quien no quería ser molestado por aquello era él, no tenía intenciones de fingir más por el momento ni de explicar lo que provocaba su felicidad.
Y no era para menos pues la respuesta que recibió fue un “También te quiero y espero haya una buena razón para que no me llames en este momento, no creas que voy a dejar que algo o alguien además de mi acapare tu atención” que simplemente no lo dejaba concentrarse.
Tras terminar la comida y acompañar a la chica a casa, a petición de su madre y a pesar de que ella insistió que no era necesario, regresó a casa y fue directo a su recámara sin importarle nada más.
-¿Por qué debes ser tan lindo?-casi gritó al recibir la respuesta de su pareja.
-No intentas cambiar de tema ¿Qué era tan importante como para no llamarme en cuanto llegaste?-fue su respuesta pues no quería explicar el motivo de su mensaje.
Un largo y profundo suspiro salió de los labios de David, al parecer aquello que lo mantuvo ocupado había sido agotador.
-Vamos, no tienes porqué sentirte mal, estaba… Preocupado por ti-se avergonzaba con sólo decirlo pero esperaba con eso animar a su pareja-Por eso quería saber que ocurrió.
-Fernanda vino a buscarme y le dijo a mi mamá que somos novios. Estaba tan ansiosa de que le contara como empezamos a salir que la invitó a comer y luego me hizo acompañarla hasta su casa… ¿Te imaginas lo cansado que estaba de que preguntara todo tipo de cosas vergonzosas? Como si en verdad tuviera ganas de estar con ella…
Le dolían esas palabras, se sentía culpable por ello por no ser capaz de hablar de lo que sentía y dejar en claro que tenían una relación y no dejaría que alguien se lo quitara, que es él quien ahora ocupa sus pensamientos y que por más que le pesara a cualquiera sólo él podía protegerlo y hacerlo feliz.
Pero ese no era el momento de actuar de manera posesiva, aunque le doliera debería aceptar lo que estaba pasando y apoyarlo en todo lo que decidiera.
Después de un par de horas conversando dieron por terminada la conversación y se despidieron.
-Entonces nos vemos al lunes pero esta vez ni se te ocurra escapar, aunque Fer esté cerca podemos conversar y si Angélica o Brenda están observándonos como de costumbre podemos abrazarnos aunque haya mucha gente cerca. Además, aunque no lo demuestre incluso ella disfruta vernos juntos y debe entender que si eres “mi mejor amigo” el que tenga novia no cambia las cosas y seguiremos haciendo cosas juntos. Todo estará bien, ya verás.
-Te quiero David, de verdad…-fue casi un susurro pero hizo eco en los oídos del receptor-Hablamos mañana, no te pases toda la noche jugando o leyendo.
-Te prometo que no…-respondió con una sonrisa-Hablamos mañana, que descanses-y tras escuchar un “también tú” de parte del más alto ambos cortaron la comunicación.
Eran pocas las ocasiones en que podía ver el lado más tierno de ese chico y simplemente atesoraba cada palabra que escuchaba. Estaba enamorado de él y de eso no había duda, por eso quería que el drama de la novia terminara pronto pues aunque su pareja no se lo dijera sabía que no era grato soportar aquello.
-Sólo hay que tener paciencia, esto va a acabar de un momento a otro y Gabriel y yo podremos estar tranquilos-se repetía para darse ánimos.
Tal como lo había dicho al día siguiente Gabriel le envió un pequeño mensaje preguntando si cumplió su promesa y como iba su día. No era su costumbre preguntar ese tipo de cosas pero con Fernanda tan cerca se sentía inquieto y quería asegurarse de que no estuviera cerca, cuando menos en esos momentos debía poder "estar" con su pareja sin que alguien interfiera.
Como de costumbre se pasaron las horas conversando por mensaje hablando de todo y a la vez de nada, eran tantas las cosas que querían decirse que les faltaban tiempo y palabras.
-¿Ya pensaste que vamos a hacer para el trabajo de ética?-preguntó el más bajo de pronto-No quiero tener que hacerlo un día antes de entregarlo.
-Ya, de hecho iba a proponerte que el lunes nos quedemos después de clases en la biblioteca para sacar información.
No pudo evitar sonreír ante la propuesta, podría parecer extraño pero una reunión en la biblioteca le parecía algo bastante "romántico" por ponerle un nombre, después de todo fue el primer lugar en el que estuvieron solos tras comenzar a salir.
-¿Y entonces?-volvió a preguntar al no recibir respuesta-Si quieres podemos ir en la hora libre o sugiere cuando.
-No es eso, me parece bien que vayamos saliendo, simplemente recordé que fuimos juntos a la biblioteca el mismo día que empezamos a salir. Es tonto pero me trae buenos recuerdos.
-No es tonto, entre los dos han pasado tantas cosas que es normal que alguna resalte. ¿Recuerdas la primera vez que me besaste?
-¡Ni me lo recuerdes! Ese día estaba tan nervioso que apenas y pude tocar tus labios... Y luego tú volviste a besarme...
-Y podría volver a hacerlo como el día que estuviste en mi casa-y no mentía, en ese preciso momento con tantos recuerdos invadiendo su mente deseaba más que nunca tenerlo a su lado sin preocuparse por nada.
David no supo como reaccionar, recordaba la sensación de los labios de su pareja sobre los suyos y sus lenguas frotándose y el calor recorrió su cuerpo. Por más normal que fuera esa reacción se sentía extraño por ello.
-Cuando pasemos el fin de semana juntos podemos repetirlo si quieres, de momento tendrás que conformarte con hablar conmigo... Aunque el lunes vamos a estar juntos...
Y con eso su poca tranquilidad se esfumó, sus ganas de estrecharlo fuertemente y llenarlo de besos incrementaron. Ese chico descontrolada sus sentidos y sus emociones sin siquiera notarlo.
Siguieron conversando hasta tarde, entre bromas, comentarios sin sentido y una que otra disimulada muestra de cariño concentrados únicamente uno en el otro y olvidando lo que aún tenían por resolver.
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El lunes por la mañana, antes de entrar a clase, buscó a Gabriel entre el montón de gente esperando que hubiera llegado temprano.
-¿Buscas a alguien?-le preguntó Fernanda al notarlo-Emilio está por allá...
-No, no es eso...-volvió su vista hacia la chica-Sólo quería ver si venía la profesora, ni siquiera sé que hora es y verla me daría una idea-sonrió ligeramente.
¿Estaba decepcionado? Pues sí, sabía que acordaron actuar con naturalidad y no salir de la rutina pero también pensaba en la posibilidad de que su pareja quisiera verlo tanto como él y llegara desde temprano.
La tercera clase llegó y el chico hizo su aparición, se detuvo primero a conversar con Araceli y Angélica un par de minutos y después siguió caminando hasta encontrarse con su pareja.
-Hola-saludó a ambos sin darle importancia.
-¡Hola Gabriel!-la chica se acercó y lo besó en la mejilla-Se te hizo tarde, te comprendo... Siempre me pasa-le sonrió.
-Oye... ¿Qué vamos a hacer para ética?-preguntó el chico para darle la noticia a su "novia" y no tener que explicar más.
-Necesitamos sacar información y pensé que podíamos ir a la biblioteca cuando terminen las clases para hacer lo que falta el resto de la semana.
-Sí, está bien… ¿No te molesta que hoy no regrese contigo?-preguntó viendo a la chica-Si no puedo dejarlo para otro día-la abrazó y le dio un beso en la mejilla.
-No te preocupes, cuando es por la tarea no hay más que hacer-se sonrojó y desvió la mirada-De todos modos tengo otras cosas por hacer y puedo aprovechar el tiempo.
-Bueno, entonces saliendo vamos-caminó hacia los pasillos-Ya regreso, tengo algo que hacer antes de entrar-ambos lo vieron confundidos y el más bajo se preguntaba que tendría por hacer.
Realmente no había una razón más que tranquilizarse, sabía lo que su pareja hacía con ella y entendía que todo era parte del plan pero verlo con sus propios ojos era algo diferente y lo que menos quería era armar una escena de celos.
Dio un par de vueltas por el edificio antes de regresar y llegó justo antes de que el par entrara.
Se ubicaron en una esquina del salón junto con Emilio quien ya los esperaba. Al centro se sentaron el más bajo y la chica y a su costado el más alto y el otro chico, respectivamente.
De vez en cuando los dos chicos intercambiaban algunas palabras y ligeras caricias que pasaban desapercibidas, aunque no todo podía ser tan perfecto pues durante más de la mitad de la clase David estuvo abrazado a la chica y besándola provocando por una parte que la chica quisiera ocultarse de la vista de todos y que su pareja se sintiera más ansioso cada vez.
Y así pasaron tres horas más con una pequeña escena que casi provoca el desmayo de Brenda y Angélica; todo empezó cuando Fernanda fue a hablar con unas amigas y la pareja sólo se encontraba con ellas y Valentina y Araceli.
-No hay problema con eso-fue la respuesta que dio ante la decepción de la más baja porque ya no estarían juntos-Fer es mi novia pero Gabriel es mi esposo...-lo rodeó por los hombros con una gran sonrisa-¿Verdad que está bien mientras "esas cosas" sólo las haga contigo?-lo miró fijamente.
-¿A qué te refieres con "esas cosas"?-preguntó no muy convencido de lo que fuera a contestar.
-No me hagas decirlo frente a tanta gente… Sería muy vergonzoso hablar de ello aquí-hundió su rostro en su brazo evitando la mirada de las chicas.
-¡Me voy!-la chica más alta caminó lejos al ver la reacción de su amiga-No puedo contigo, cuando te controles regresas…
-¡Espera, Araceli!-su amiga corrió tras ella-Juro que lo intento pero es que son tan lindos juntos…
-No te pongas así Brenda…-dijo entre risas Valentina al ver su gran sonrojo-Ya sabes que es broma… ¡Ay niños! Vean lo que provocan…
La última clase terminó y ya estaban preparados para ir a la biblioteca así que se despidieron de Fernanda y los demás.
-Te veo mañana ¿Sí?-preguntó el más bajo tomándola de las manos-Y en serio perdón por esto… Regresa con cuidado y avísame cuando llegues, por favor-la besó tiernamente.
-Sí, no te preocupes... Te veo mañana-ocultó su mirada y se alejó del lugar.
Los chicos caminaron en silencio y una vez en su destino, el mismo piso que la primera vez que estuvieron solos ahí, Gabriel lo miró de frente con los brazos cruzados.
-¿Pasa algo?-preguntó con curiosidad al verlo así.
-¿Qué significa todo ese teatro del "llámame cuando estés en tu casa" y dejar la tarea para después porque ella lo pide?-lo cuestionó mostrando seriedad aunque estaba divertido por lo que tenía en mente.
-Sabes que no era en serio... No quería explicar nada ni que piense que tomo decisiones sin considerarla-se defendió caminando tras él hasta el fondo del pasillo-Es desconsiderado de mi parte y lo sé pero debo hacerla sentir especial el poco tiempo que esto dure. Ya te dije que no quiero lastimarla...
-Eso dices pero el abrazo y el beso se vieron muy reales, algo parecido a esto...-se acercó a él y lo rodeo por la cintura para después besarlo en la mejilla tal como lo había hecho con la chica-Y la despedida algo así...-tomó sus muñecas y lo besó dulcemente en los labios.
-¿Por qué me haces esto?-lo abrazó con fuerza-Sólo quieres molestarme aunque digas que no-le dio un corto beso en los labios-Vamos a apurarnos y quizá quede un poco de tiempo libre y podemos aprovecharlo para vagar por ahí ¿No crees?
Y sin decir más tomaron algunos libros que pudieran utilizar y leyeron la información para obtener lo que necesitaban. Hora y media pasó y ya habían terminado pero el más alto se concentró tanto leyendo que llevaba casi quince minutos sin despegar su mirada del texto.
Su pareja lo observaba recostado sobre la mesa sin decir nada; su concentración en lo que hacía es una de las cosas que más le gustaba ver, no se cansaba de esa expresión de felicidad que pocas veces mostraba.
-Si quieres podemos irnos, esto ya está terminado y al parecer ya te aburriste...-bajó el libro y lo miró.
-No es eso-respondió con una sonrisa-Me gusta verte así de concentrado y desde esta perspectiva es mejor.
-¿En serio?-se acercó a su rostro y le sonrió-Aún así debemos irnos, vamos-lo beso suavemente y le extendió la mano para ayudarlo a levantarse.
Salieron y fueron al parque, esta vez Gabriel se sentó apoyado en un árbol y su pareja a su lado descansando sobre su hombro mientras lo abrazaba. Ninguno tenía palabras ni algo pensado para hacer pero sentían la necesidad de estar solos aunque fuera unos minutos.
Sólo algunas conversaciones cortas respecto a lo tranquilo que era ese lugar, lo bien que lo habían pasado en la biblioteca y algunas cosas sobre la tarea surgieron en casi dos horas; habían llegado a ese punto en que un gesto, una caricia o una mirada, que habían tenido de sobra, expresaban su sentir y así llegaban al otro.
La cercana llegada del atardecer fue lo que los obligó a terminar con ese momento y seguir cada quien su camino no sin antes despedirse de manera cariñosa con su acostumbrada petición de informar cuando llegaran a casa entre besos variados, algunos profundos y otros más tiernos, sin querer separarse.
Empezaron a caminar hacia el transporte cuando David, de la nada, rio ligeramente cubriendo su boca para disimularlo.
-¿Qué ocurre?-le preguntó el otro chico al verlo así.
-Estaba imaginando como hubieran sido las cosas si el viernes pasado hubieras sido tú en vez de Fernanda quien me esperara-su risa se hizo más audible-Siempre tienes esa cara seria imperturbable pero estoy casi seguro de que mi mamá entre tanta pregunta hubiera provocado que cambiara aunque sea un poco.
-No creo que eso pueda pasar pero sería divertido ver quién de los dos se avergüenza antes-una sonrisa se dibujó en su rostro pues estaba seguro de que él resistiría más-Quizá en las vacaciones podríamos salir y así conocerla ¿No crees?-su pareja sólo asintió sin decir más.
Y la felicidad que lo invadía era culpable, no olvidaba lo que prometieron al empezar a salir y por eso cada que hacían planes a futuro sentía que el más alto estaba un paso más cerca de llegar a una conclusión sobre sus sentimientos y que quizá en un futuro no muy lejano no tendrían que ocultar su relación.
El resto de la semana pasó de manera muy similar, ya era normal ver a "los novios" y el amigo juntos durante todas las clases y ya fuera en las horas libres o al terminar el día que se separaran y sólo estuvieran la chica y el más bajo o él y Gabriel compartiendo tiempo a solas.
-No parece que tenga muchas intenciones de terminar pronto ¿O sí?-le preguntó en una de sus reuniones-Entiendo que sólo ha pasado una semana pero no se, esperaba que tuvieras razón y no soportara tantas muestras de cariño. Has hecho suficiente, al menos desde mi punto de vista, y algo debería haber cambiado.
-Y no es mi intención que tengas que soportarlo, las cosas van lentas pero no creo que tarde mucho.
-No lo digo para que te preocupes-lo abrazó de manera reconfortante-Ni siquiera sé porque te lo dije, es incómodo ver que la abrazas y la besas como a mí pero lo resisto...-David lo miró sorprendido al analizar sus palabras-Olvida lo que dije-se separó de él y oculto su expresión, de nuevo había hablado de más.
-Los besos que le doy a ella y los que te doy a ti son diferentes-se colocó frente a él y lo miró atentamente-Esto podrá sonar muy cruel pero a quien quiero es a ti, a Fer no puedo verla más que como amiga... Ya deberías saberlo-le dio un beso profundo esperando con eso demostrarle lo que sentía.
-Vámonos-le dijo y le dio un último beso antes de levantarse-Se está haciendo tarde-lo abrazó con fuerza y caminaron en silencio.
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El fin de semana salió en un par de ocasiones con Fernanda y el tiempo que tenía libre lo aprovechaba para hablar con Gabriel, se sentía completo cuando se trataba de él aunque fueran solo unas palabras por mensaje o llamada y no podía ocultarlo tanto que ahora su madre lo había notado.
-Es tu mejor amigo ¿Verdad?-le preguntó al verlo tan divertido hablando de cosas que hicieron juntos.
-Pues sí, es quien más me entiende… Uno de sus favoritos es Verne y hace unos meses hasta me prestó ese libro que llevaba años buscando ¿Lo recuerdas?-ella asintió-¡Pues él sí pudo comprarlo! Nuestro personaje favorito es el mismo y hay varios libros que ambos leímos y que se volvieron nuestros favoritos. Hace varios días estuvimos hasta casi la una platicando y eso que empezamos desde temprano…
-Lo quieres mucho ¿Cierto?-él sólo asintió-Deberías invitarlo uno de estos días, con tanto que me has contado tengo curiosidad de saber cómo es.
-Supongo que en vacaciones está bien, no vive por aquí y con tanta tarea es difícil entre semana y no sé que tan desocupado esté el fin de semana. Pero le diré y algún día podrás conocerlo…
Le causaba emoción que su mamá quisiera conocer a su pareja, quizá no era el momento de sacar conclusiones pero imaginaba que si en algún momento le contaba sobre su relación la aceptaría fácilmente y ellos podrían llevarse bien.
Eran tantas las cosas que pasaban por su mente que deseaba poder hablar abiertamente de lo que sentía por ese chico y no tener más que ocultar.