Capítulo 8: Cómo funcionan las cosas
Después de que Chanyeol tuvo una vista completa de Baekhyun quejándose en el suelo, le dio un leve empujón con el pie. —Sé que no paro de decirte que te pongas con el suelo, pero lo decía en el sentido de que lo limpiaras.
—¿Fue eso una broma? —Replicó Baekhyun mientras lentamente se alzaba— Porque si lo fue, me fui un poco en seco.
Chanyeol se mofó a la vez que se movía hasta donde Baekhyun dejó la carne. Cogiendo el bol en el que estaban, Chanyeol ojeó a Baekhyun quien estaba usando la encimera para mantenerse de pie. —Al menos no rompiste nada.
—Cierto —Baekhyun le lanzó una mirada a Chanyeol—. No querrás que te demande.
—No, pero lo que quiero es que limpies esto para que el tú descarado no se resbale y caiga de nuevo —Dijo Chanyeol asintiendo hacia la pequeña mancha de vinagre—. Y ve a lavarte cuando acabes. No te quiero oliendo a vinagre.
Baekhyun se frotó la mejilla que enfrentó su dolorosa caída y la amasó. Dijo algo entre dientes pero sin embargo, se movió y dobló sus piernas intentando parar la sangre que estaba cayendo, especialmente en el área de la rodilla.
—Vale —Se quejó mientras comenzaba a contonearse rígidamente a sí mismofuera de la cocina.
Chanyeol caminó hacia la puerta trasera pero giró su cabeza justo antes de que Baekhyun desapareciera por el pasillo. —También cámbiate de ropa.
Baekhyun se paró y se giró para mirarle. —Me he cambiado tres veces hoy —Dijo frunciendo el ceño.
Chanyeol alzó una ceja. —Bueno, ahora tienes vaqueros con vinagre sobre ellos. Cámbiate.
Baekhyun se pausó por un segundo antes de inclinar su cabeza y ofrecer una sonrisa. —¿No sería más eficiente simplemente secarlo con el secador...
—...Baekhyun —Interrumpió Chanyeol—. Cámbiate.
Baekhyun dejó de sonreír e hizo una mueca antes de girarse hacia el pasillo. —¡Sería más eficiente! —Dijo Baekhyun con su voz haciendo eco por el pasillo.
—¡No quiero que huelas en la mesa! —Gritó Chanyeol a la vez que abría la puerta trasera— ¡No quiero sentirme como si estuviera comiendo con un vagabundo!
—¡Era un sin techo, sabes! —Escuchó Chanyeol a Baekhyun gritar a lo lejos.
Chanyeol salió afuera, bufando. —Sin techo —Masculló— Claro.
La próxima vez que Chanyeol vio a Baekhyun, regresó no específicamente como el quiso que se “cambiara”. Tras oír la puerta trasera abrirse, Chanyeol giró la cabeza y se dio cuenta de su error cuando vio con qué se había cambiado Baekhyun.
Los vaqueros se habían ido. La simple camiseta y el amado cárdigan de Baekhyun también se habían ido. A cambio, Baekhyun llevaba pantalones de pijama con rayas rosas verticales y una camiseta con una botella de kétchup diciendo “¡Qué pasa, perro!” a un perrito caliente.
Antes de que Chanyeol pudiera comentar sobre su aspecto, Baekhyun le dedicó una sonrisa engreída y un encogimiento de hombros, haciendo uso del universal “me da igual lo que tengas que decir así que ni te molestes” lenguaje corporal.
Chanyeol frunció el ceño antes de girarse para mantener sus ojos en la carne cocinándose en vez de en el aspecto holgado de Baekhyun. Su atención fue cortada cuando sintió a Baekhyun empujar contra su costado. Mirando hacia abajo, preguntó. —¿Qué estás haciendo?
Abrazando sus brazos por el frío aire nocturno, Baekhyun miró hacia arriba, dándole a Chanyeol una buena vista de sus ojos en los que se establecían una decoloración del atardecer. — Comprobando si estás cocinando mi filete bien.
Chanyeol miró hacia otro lado. —Ve dentro, Baek. No voy a quemarlos...
—Has entendido mal. Puedes quemar el tuyo con tal de que el mío esté perfectamente hecho.
Chanyeol paró y miró hacia el mar con una cara en blanco preguntándose si podía cometer un asesinato ahogando a Baekhyun en la perfectamente fría y sin compasión agua y todavía poder cubrir su muerte para cuando Sehun y Kyungsoo volvieran a casa.
¿Al cabrón no le importaba si quemaba el suyo con tal de que el filete del cabrón se hiciera perfectamente? Chanyeol miró hacia abajo para lanzarle dagas al más bajo. La acción habría sido más efectiva si Chanyeol no hubiera visto a Baekhyun temblando agarrado de sus brazos.
Fue entonces cuando Chanyeol se dio cuenta de lo cerca que Baekhyun estaba de él. De hecho, el chico estaba presionándose a sí mismo contra el cuerpo del gigante como si estuviera intentando transferirse calor. Chanyeol gimió y frotó su frente con una mano.
—Baekhyun, ve adentro —Ordenó.
Baekhyun bufó. — No voy a dejar mi filete entre tus grandes manos.
—Baekhyun —Repitió Chanyeol—. Ve adentro si tienes jodidamente frío.
—Estoy bien —Insistió—. El humo de la parrilla me mantiene caliente.
Chanyeol quiso pegarle. —¡Aléjate del humo! Vas a acabar oliendo a carne y gas, idiota.
A pesar de la enfadada advertencia, Baekhyun sólo sonrió y se encogió de hombros, manteniendo sus ojos sobre la carne. Harto, Chanyeol se separó cuidadosamente de Baekhyun. Para joderle, Baekhyun se colocó rápidamente de nuevo a su lado.
—¡Por la puta, Baekhyun! —Chanyeol dejó la espátula— ¡Vete adentro joder!
—¿Sabes que comer carne quemada no es bueno para ti? —Informó Baekhyun con una voz algo tartamudeante, evadiendo la petición— Tampoco sabe bien.
—Uh huh.
—He oído que la carne quemada te da más papeletas para tener cáncer de colon —Dijo Baekhyun sin pensar, manteniendo cualquier silencio incómodo apartado—. Cualquier cosa quemada es un peligro para la salud. De hecho, es...
—Baekhyun, por favor cállate y ve jodidamente adentro —Gimió Chanyeol—. Estás temblando ahora mismo...
—Soy como un vibrador tamaño humano contra ti, ¿verdad?
De nuevo, Chanyeol pensó en ahogarlo y matarlo. Ignorando el hecho, Chanyeol volvió a intentarlo. —Baekhyun...
—Si yo soy un vibrador, tú eres un consolador —Baekhyun se rió de sí mismo— ¿Lo pillas?
Que le follen a quien sea del Cielo que le dio esa boca a Baekhyun. Si Chanyeol no podía matar a Baekhyun, el suicidio también estaba sobre la mesa. Podía simple y fácilmente poner su cara sobre la parrilla y alejarse de cualquiera de las estúpidas palabras de Baekhyun.
Dejándole a Baekhyun saber cómo de frustrado estaba, Chanyeol gruñó a la vez que se quitaba su chaqueta y la extendía ante los brazos cruzados de Baekhyun. Baekhyun fue tomado por sorpresa por la forzada extensión de la chaqueta, pero entonces miró a su dueño.
—Póntelo y cállate.
Baekhyun miró la chaqueta por un segundo antes de encogerse de hombros. Se lo puso con su mayor habilidad pero los brazos acabaron siendo demasiado largos y Baekhyun supo que lucía estúpido. En su mente, la chaqueta arruinó la perfección de su look pijamero.
Como pidió Chanyeol, Baekhyun dejó de hablar. Se quedó ahí de pie, mirando a Chanyeol voltear y presionar los filetes unas cuantas veces. Vio que Chanyeol había guardado su mano dentro del bolsillo, lo que significaba mantener la mano caliente frente al frío aire nocturno. Baekhyun casi se sintió mal por coger la chaqueta.
Casi.
Tres minutos pasaron antes de que Baekhyun bostezara. —Me aburro.
Chanyeol rodó los ojos, maldiciendo mentalmente a Baekhyun. —¿Y qué vas a hacer con ello?
Baekhyun pensó por un momento. Se echó hacia atrás y se giró, dirigiéndose hacia la casa. —Vuelve cuando hayas acabado. Si no haces el mío a la perfección, no voy a comer.
—¿¡Vas a dejar de ser tan pijo en cuanto a cómo se va a hacer tu carne!? —Estalló Chanyeol girando su cabeza.
Justo antes de que Baekhyun cerrara la puerta corrediza tras él, respondió. —¡No quiero tener cáncer de colon! —Chilló a la vez que cerraba la puerta.
Enfurruñándose, Chanyeol se giró para continuar cocinando y esperar lo que le quedaba. Necesitó un minuto y medio tiritando para darse cuenta de que Baekhyun se había llevado la chaqueta dentro de la casa. Quejándose, Chanyeol volvió para recuperar su chaqueta pero cuando intentó abrir la puerta, no pudo. Sus ojos se fijaron en el pomo del otro lado y empezó a decidir cómo acabaría con la vida de Baekhyun.
El hijo de puta había bloqueado la puerta.
Baekhyun decidió dejar a Chanyeol hacer sus cosas dejándole solo. Entró adentro y se quitó la chaqueta, dejándola dentro de un armario cercano. No se dio cuenta de que accidentalmente bloqueó la puerta hasta que caminó de vuelta a la cocina y oyó a Chanyeol golpeando el cristal, frunciéndole el ceño.
Pese a que tenía que haber corrido rápidamente a abrir la puerta, Baekhyun se tomó su tiempo caminando y desbloqueándola. Cuando Baekhyun levantó el cerrojo, Chanyeol inmediatamente abrió la puerta.
—¡No bloquees la puta puerta!
—Fue un accidente. —Respondió honestamente Baekhyun.
—Uh huh —Respondió Chanyeol sin creerle—. De todas formas, devuélveme mi chaqueta.
Baekhyun se tomó una pausa. Luego se quejó. —La he puesto en otro lado.
—Entonces ve a por ella.
Baekhyun frunció el ceño pero se dirigió a recuperar la chaqueta, gimiendo y quejándose por el camino. Cuando estaba lo suficiente cerca, la tiró. Chanyeol la atrapó, le dio una mirada de desaprobación antes de girarse, pensando en cómo de difíciles le estaba poniendo las cosas Baekhyun.
Una vez que todo estaba cocinado, perfectamente cocinado, Baekhyun puso la mesa. Puso una gran cantidad de arroz en cada plato y colocó dos vasos para cada uno de ellos. Después de poner los cubiertos, Baekhyun se sentó y miró a Chanyeol colocar un filete para cada uno. Una vez que Chanyeol puso todos sus instrumentos de la parrillada en el fregadero, caminó hacia el pasillo.
—Voy a cambiarme de camiseta. No empieces a comer.
—De acuerdo —Dijo Baekhyun con rechazo. Mirando hacia abajo a la carne, inclinó su cabeza. No estaba mal, pero tampoco estaba exactamente libre de cáncer de colon.
Cuando Chanyeol regresó, Baekhyun esperó que se sentara pero en cambio abrió la puerta de la despensa y fue escaleras abajo. A Baekhyun no le hizo gracia. Tenía hambre. Pero, decidiendo que los modales eran modales, esperó hasta que Chanyeol volvió con cuatro botellas de vino, cada uno de una marca distinta.
Los ojos de Baekhyun se abrieron mientras miraba a Chanyeol colocarlos frente a él. —¿Es hoy algún tipo de día festivo que requiera cuatro botellas de vino...? —Murmuró.
Chanyeol sacudió su cabeza y agarró los básicos vasos que Baekhyun colocó para cambiarlas por finas copas de vino. —Sólo estamos cenando.
—Con cuatro botellas de vino para gente rica.
La cara de Chanyeol estaba estática. —Ayudará a bajar la cena —Colocando una copa delante de Baekhyun, Chanyeol cogió una mano y le alzó la cabeza hacia arriba, apartando la atención de Baekhyun del vino—. Además, ¿sabías que — Comenzó Chanyeol, fingiendo la voz sabías-qué de Baekhyun— el vino es bueno para el corazón?
Baekhyun no picó el cebo. —Por supuesto que lo sé.
—Bien entonces —Dijo Chanyeol sentándose—. Comencemos.
Hicieron falta tres botellas de vino, unas cuantas latas de cerveza, dos horas de charla sin pensar y media hora de gritos borrachos a través de la mesa antes de que Chanyeol tuviera a Baekhyun hablando sobre datos sin sentido sobre gatos, cáncer de colon, tarta de queso y otras mierdas en las que Chanyeol no estaba interesado.
Baekhyun estaba ebrio al igual que Chanyeol, pero éste todavía era medio consciente de todo. Mirando a Baekhyun, Chanyeol vio que el Baekhyun borracho era un millón de veces más hablador y propicio a reír que el Baekhyun sobrio. Era raro, pero Chanyeol no sabía qué Baekhyun era más listo. El borracho, que escupía hechos sabías-qué, o el Byun Baekhyun que era un genio en cuanto a máquinas.
Cuando la consciencia mental de Baekhyun se deslizó, dejando que palabras malsonantes y secretos salieran a la luz, el ebrio Chanyeol decidió que era hora de apartar todo y hacer unas cuantas preguntas. Alcanzó su bolsillo y sacó su móvil, poniéndolo en el asiento de al lado. Una vez que abrió una aplicación de grabación y comenzó a grabar para no olvidar la conversación la mañana siguiente, los engranajes comenzaron a moverse.
Apoyándose en el respaldo de la silla, los ojos de Chanyeol vagamente fueron hacia Baekhyun quien estaba pasando sus manos sobre el pelo, despeinándolo. —Baekhyun...
Baekhyun se rió cuando Chanyeol dijo su nombre. —Sí —Canturreó en respuesta, lentamente, y de una bonita y ebria manera, abrió los ojos y miró directamente a Chanyeol—. ¿Sí, profesor esclavo Chanyeol?
—¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó Chanyeol mientras sus dedos tanteaban con el borde de una lata de cerveza medio vacía— ¿Trabajar para mí?
Baekhyun sonrió ampliamente pero le dio a Chanyeol un encogimiento inseguro de hombros. —No lo sé...Ni siquiera me gusta limpiar —Murmuró. Cuando los ojos de Baekhyun se movieron hacia las botellas de vino vacías, su atención se fue del tema—. ¿Sabías que el vino de Nueva York sabe horrible? Es horrible, Chanyeol. Es muy malo. Amargo. Para nada bueno.
Chanyeol alzó sus cejas sin gustarle el hecho de que estuviera perdiendo a Baekhyun. Pero entonces supo cómo manipular el hecho de Baekhyun. —Cómo...ah, ¿cómo sabes eso, Baek? —Preguntó Chanyeol— ¿Has estado en Nueva York?
Sin pensar, Baekhyun asintió a la vez que colocaba un codo sobre la mesa y apoyaba la cabeza contra una mano. —Mi padre decidió que necesitaba sentir cómo era el verdadero trabajo... —Baekhyun paró debido a un hipo—. Me cogió y me forzó a dejar el instituto por unos días el cabrón. Acabé teniendo una pila de deberes esperando a que volviera —Se quejó, rememorando la frustración que sintió en el instituto— Lo odié.
Estoy seguro de ello, pensó Chanyeol mirando al chico. —¿Qué quieres decir con “verdadero trabajo”, Baekhyun?
Encogiéndose vagamente de hombros, Baekhyun respondió. —Negocios. Negocios familiares. Negocios relacionados con cosas estúpidas.
Chanyeol frunció el ceño. ¿Cosas estúpidas? Crear e innovar inventos para la nueva era tecnológica era, de ninguna manera, “cosas estúpidas”. Inventar parches que podrían ser implantados en el cerebro y utilizarse para hacer funcionar un brazo robótico para aquellos que no tuvieran ciertos miembros no eran “cosas estúpidas”. De hecho, todo eran cosas complicadas, pero cuando Chanyeol analizó la respuesta de Baekhyun, tuvo la sensación de que Baekhyun no estaba interesado en ninguna de esas cosas. Se preguntaba por qué.
Ladeando su cabeza, Chanyeol preguntó. —¿Qué negocios hace tu familia? ¿Puedo preguntarlo?
Baekhyun se rió, pero la risa era pura.—Máquinas. Robots. Chips...ese tipo de cosas... —Entonces gimió mientras se frotaba los ojos -probablemente debido al gran consumo de alcohol. —Justo como lo que tú haces, ¿verdad Chanyeol? —Dijo dedicándole a Chanyeol una ebria amplia sonrisa.
Chanyeol no respondió. Incluso en su estado ebrio, sabía que tenía que ser el que estaba por encima. —Baek, ¿por qué no vuelves a casa?
Baekhyun se tomó una pausa antes de darle a Chanyeol una triste sonrisa. —¿Me odias tanto como para querer que me vaya, Chanyeol?
La mirada en sus ojos hizo a Chanyeol sentirse mal, pero de nuevo, Chanyeol tuvo que poner esos sentimientos a un lado. Tenía que hacer esa pregunta porque su móvil estaba grabando. —Respóndeme, Baek. ¿Por qué no vuelves a casa?
Baekhyun sacudió la cabeza antes de apoyarla sobre la mesa. —No quiero casarme...
Chanyeol se dio cuenta de cómo la voz de Baekhyun sonaba depresiva. —¿Por qué no? —Tuvo que preguntar. Fue por curiosidad. Quería saber qué pensaba Baekhyun de casarse con él.
—Los matrimonios arreglados son sistemáticos —Baekhyun levantó su cabeza de la mesa y se retorció alrededorde la silla—. Es arreglado. No hay...sabes, la incertidumbre de ello. Es sólo un plan que tienes que seguir. Sistemático. Organizado. Mecánico...Robótico, casi.
Un corto silencio transcurrió. —Baekhyun...
Antes de que Chanyeol pudiera finalizar, Baekhyun continuó hablando. —Y es algo que odio, Chanyeol. De verdad lo odio. Odio cómo funciona.
—¿Cómo funciona el qué?
—Todo —Murmuró Baekhyun mirando hacia abajo— Novelas románticas...Me gustan las novelas románticas.
De nuevo, Chanyeol sintió que estaban dejando el tema. —Baekhyun, ¿el qué funciona? ¿El qué...?
Ondeando una mano borracho, Baekhyun le cortó. —Me gustan las novelas románticas por la incertidumbre que los personajes sienten. Todos saben que se enamoran, pero es como...Tienen que preocuparse de si sus padres los descubrirán, a pesar de que en la mayoría de los casos acaban haciendo el amor, pero es un extra.
Chanyeol tuvo que mantener su boca callada para dejar que Baekhyun continuara hablando.
—En estúpidos matrimonios arreglados —Comenzó Baekhyun—, es todo un proceso. Tengo que dejar que una tercera parte escoja mi compañero. Tengo que conocerlos. Me tienen que gustar, casarme con ellos, follar con ellos, tener que engendrar con ellos y tener esta imagen con ellos. En las novelas románticas, nada se siente obligado. No se sienten obligados a enamorarse con quien sea que se enamoran. Simplemente pasa, Chanyeol...
Baekhyun suspiró. —En otras palabras, los matrimonios arreglados son fríos, sistemas mecánicos. Son sin amor...
Chanyeol tragó. Viendo a Baekhyun siendo completamente sincero era nuevo y Chanyeol no sabía cómo se sentía. Sintió que ese era el lado vulnerable de Baekhyun, pero por otro lado, ganó una vista interior de cómo funciona Baekhyun. Cuando Chanyeol intentó hacer otra pregunta, Baekhyun le cortó de nuevo. Esta vez, Chanyeol cedió intencionadamente. Decidió que dejar a Baekhyun divagar era más sencillo.
—Mecánico...Robótico...Sistemático... —Murmuró Baekhyun—. Odio esas cosas porque suenan muy frías, muy rígidas y como montajes. Sé que he dicho que mi familia trabaja con tecnología, pero no tengo interés en ello...
—¿Por qué no?
—No me gustan las máquinas —Dijo simplemente Baekhyun mientras cogía una lata cercana y la abría—. No tienen sentimientos. Son genéricos. No tienen mentes propias. Los únicos pensamientos que tienen reflejan información imputada por alguien más.
Un largo silencio siguió por un momento. —No nada espontáneo en las máquinas, Chanyeol. Sólo siguen órdenes... — Entonces, Baekhyun alzó sus ojos enseñándole a Chanyeol sus oscuras órbitas—. Y no soy un robot...
El ambiente se había oscurecido así que Chanyeol decidió esbozar una de esas sonrisas que Baekhyun repetidamente le decía que era repugnante, grande, larga e innecesaria. —Sé que no lo eres, Baek.
Bebiendo de la lata, Baekhyun le devolvió un satisfecha y amplia sonrisa junto a un ánimo más alto. —¿Hice un buen trabajo, huh?
Chanyeol ladeó su cabeza y dejó caer un hombro. —Puede.
—Yah —Dijo Baekhyun insatisfecho—. Admítelo.
Chanyeol asintió, concediendo que podía admitirlo y luego decir que fue una tontería en estado ebrio. —Lo hiciste bien.
Baekhyun dejó escapar una risa, que se sintió como música para los oídos de Chanyeol después de que Baekhyun vociferase sobre robots depresivos y cómo odiaba las cosas que funcionaban de forma fría y sistemática. Segundos y minutos pasaron sin ni una palabra dicha. La sonrisa de la cara de Baekhyun lentamente se desvanecía y los ojos de Chanyeol vagamente bajaron a todo lo que había en la mesa.
Baekhyun fue el primero en moverse, sacando su silla y arrastrándola en el proceso. Tomó un agarre de la mesa para estabilizarse. Mirando en blanco hacia la mesa, Baekhyun (más que borracho en ese punto) dio lo mejor de sí para recomponerse.
Mirar a Baekhyun era gracioso para Chanyeol pero todo era debido al alcohol. Ambos tenían una baja tolerancia a la seriedad en esos momentos.
Apartando sus ojos de la mesa, Baekhyun cogió su plato y dobló sus dedos, indicándole a Chanyeol que quería el suyo también. —Dame tu sucio plato, comensal desordenado.
Chanyeol bufó. —Bien. Pero si te tambaleas y lo rompes, saldrá de tu sueldo —Advirtió.
Cogiendo el plato de Chanyeol y poniéndolo sobre el suyo, Baekhyun hizo una mueca. —Puedo andar bien.
—Por la forma en la que estás tambaleándote, ¿puedes al menos ver bien?
Baekhyun dejó escapar una fuerte risa. —¡Levanta un dedo y pregúntame cuántos hay!
¿Un dedo? Chanyeol falló al comprender y levantó un solo dedo. Luego preguntó. —¿Cuántos hay? —Justo como Baekhyun lo quiso.
Baekhyun se mofó. —¡Uno! —Sonrió ampliamente— ¿Ves? Puedo ver bien. Puedo ver que sólo tienes...ah, tienes un dedo alzado.
La estupidez de la situación hizo a Chanyeol romper en una amplia sonrisa. —Cierto. Uno.
Baekhyun se giró y caminó hacia el fregadero. A pesar de que la distancia no era mucha, Baekhyun continuaba parándose para recobrar el equilibrio y asegurarse de que no iba a dejarse caery tirar los platos porque si lo hiciera, estaría dándole a Chanyeol la satisfacción. Pese a estar borracho por fuera de sus límites, Baekhyun todavía sabía que no debía dejar que Chanyeol tuviera nada contra él.
Una vez que Baekhyun fue al fregadero, se agitó intentando abrir el agua. Casi se apoyó demasiado pero se las arregló para mantener su posición. Baekhyun agarró la esponja (tras golpetear unas cuantas baratijascerca del fregadero durante el proceso) y cogió uno de los platos con su otra mano.
Caminar recto era una tarea difícil. Lavar los platos ebrio era otro caso. Para Baekhyun, era como tener que hacer varias cosas a la vez. Tenía que asegurarse de que sus piernas le soportaban. Tenía que asegurarse de que no se le volvieran los ojos bizcos y tener visión borrosa, lo que le llevaría a fregar su propio brazo. Otra cosa era que Baekhyun tenía que fregar con una mano mientras sujetaba un plato con la otra.
Todo. Demasiado. Era demasiado para Baekhyun en ese momento.
Incluso la simple tarea de mantenerse en pie era un desafío. Baekhyun se tamboleaba.Nueve veces de diez fue capaz de atraparse a sí mismo a tiempo pero la décima vez sucedió cuando menos se lo esperaba.
Para su suerte, Chanyeol lo vio venir y corrió con su propia borrachera y tambaleante cuerpo en ayuda de Baekhyun. Cogió a Baekhyun por la cintura y estabilizó a ambos. Todo estaría bien si Baekhyun no se hubiera olvidado de mantener el agarre del plato de sus manos, porque acabó tirándolo.
Una vez que el plato golpeó el duro suelo, se rompió en pedazos. Baekhyun se encogió cuando el sonido llegó a sus oídos. Luego miró hacia arriba al gigante que le sujetaba. Sensato,Baekhyun le ofreció una amplia sonrisa. —¿Lo siento?
—Baek...
—¿Sabías que romper platos en la tradición griega es una forma de expresar felicidad —Dijo Baekhyun intentando suavizar la situación.
—Baekhyun, me da igual.
Baekhyun pensó, pero todo lo que pasó por su cabeza eran pensamientos borrachos. Había pensamientos que ni siquiera eran pensamientos. Eran ideas que no habían sido analizadas. Eran sin razón y no ortodoxas, pero el ebrio Baekhyun no quería ser regañado por lo que la lógica fue arrojada por la ventana.
Baekhyun se giró. Se mantuvo de pie sobre la punta de los pies. Y en ese fugaz momento, depositó un beso sobre los inesperados labios de Chanyeol.
—¿Sabías que los besos hacen a la gente más feliz?
Ignorando el hecho “sabías-qué”, Chanyeol preguntó descaradamente. —¿Qué coño ha sido eso?
Baekhyun se encogió de hombros. —¿Un propuesta de paz espontánea?
—¿Espontánea?
Baekhyun miró hacia otro lado antes de asentir. —¿Sí?
Chanyeol miró al chico. El beso todavíapersistía en sus labios y todavía podía sentir cómo se sintieron los de Baekhyun contra los suyos. Chanyeol maldijo. Estaba enfadado. Fue pillado con la guardia baja. Honestamente, ¿qué fue eso? Chanyeol no lo sabía. Ni siquiera sabía cómo responder o qué era ese sentimiento en la punta de su estómago era. No sabía por qué tuvo ese impulso...ese impulso animal.
Todo porque ambos estaban jodidamente demasiado intoxicados.
El mundo dejó de girar y la única cosa que Chanyeol oyó era el silencio y el sonido de su propio corazón latiendo. Su cabeza también estaba llena de pensamientos, pero como Baekhyun, no eran pensamientos. Al final, la situación era la misma para ambos.
“A la mierda con esto” fue la última cosa que Chanyeol pensó para sí mismo antes de alcanzar la nuca de Baekhyun y empujarla para que le mirara claramente.
—¿Llamas a eso espontáneo? —Murmuró Chanyeol. Vio a Baekhyun tragar mientras sus ojos trazaban el cuello del chico— Esto es espontáneo —Declaró antes de hundir su cabeza hacia abajo.
Eran las ocho de la tarde y ambos ya no estaban en un estado cuerdo. Chanyeol estaba llevando una camiseta negra casual con unos vaqueros oscuros. Baekhyun estaba llevando su camiseta animada junto con sus pantalones de pijama a rayas. La cocina tenía tres botellas vacías de vino importado y esparcidaslatas vacías de cerveza. Y cerca del fregadero, había dos personas que estaban disfrutando la felicidad sin precedentes de la palabra “espontáneo” a la vez que Chanyeol se abalanzó, tomando posesivamente los labios de Baekhyun contra los suyos.
No había nada de sistemático en el acto. No estaba planeado. No había obligación de hacerlo. No era una función.
Simplemente pasó.