Se despertó sintiendo un extraño dolor de cabeza repentino. Una sonrisa permanecía dibujada en su rostro y aunque le costó abrir los ojos, finalmente lo hizo. Se giró aún sonriente pero la cama estaba vacía del otro lado.
Sehun no estaba ahí.
Se enderezó sintiendo la cama fría, seguramente el muchacho se había marchado hacia mucho. Dando un hondo suspiro se puso de pie dispuesto a darse una buena ducha, después de todo era domingo y probablemente no había muchas cosas que hacer; además tendría que hablar con MinSeok para pedirle disculpas por su extraño comportamiento el día anterior. Casi eran las once cuando miró el reloj, demasiado tarde.
Se duchó y se cambió para después dirigirse al primer piso para prepararse el desayuno. Parpadeó confuso cuando vio a Baekhyun sentado en la mesa y aparentemente conversando con alguien. Se acerco lentamente creyendo que probablemente se trataba de Gema, la amiga de ambos muchachos.
Pero no, no era ella la que estaba preparando el desayuno.
— ¿Yixing? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó frunciendo el ceño.
Su amigo se giró hacia él con una sonrisa mientras le servía la comida a Baekhyun en su plato.
—Vinimos a visitarte y cuando llegamos este adorable jovencito —contestó dedicándole una dulce sonrisa a Baekhyun—dijo que tenía hambre y su hermano no estaba, así que he preparado el desayuno. Siéntate.
— ¿Vinimos?
—Sí, vinimos. —contestó una tercera voz a sus espaldas, y vio a JunMyeon acercarse a ellos hasta sentarse a un lado de Baekhyun con una sonrisa. —Queríamos invitarte a comer fuera pero surgió esto. ¿No te molesta, verdad?
Luhan negó con una sonrisa apenas visible. No le molestaba, pero no era su mejor día tampoco.
Sehun no estaba en casa, otra vez había salido sin decir nada, seguramente muy temprano. ¿Cómo debo interpretar eso? ¿Qué ha sido cosa de una noche para él, nada más? Se preguntó Luhan internamente antes de sentarse en la mesa para desayunar con el resto.
Aunque ciertamente tenía demasiadas náuseas como para poder comer algo y no vomitarlo después.
Él sólo quería ver a Sehun.
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Una hora después, Baekhyun pudo escapar de los mayores cuando Chanyeol apareció en su puerta y lo invitó a comer un helado al parque. Park Chanyeol era un compañero más de su hermano mayor, no iban en la misma clase pero estaban en el mismo curso y se conocían desde hacía tiempo. Chanyeol era muy dulce y torpe, a pesar de ser increíblemente alto y parecer intimidante. A Baekhyun le gustaba mucho Chanyeol, le gustaba que lo cuidara y le sonriera de esa manera tan sincera y dulce que el mayor mostraba siempre que estaban juntos.
Movió sus pies en el aire mientras permanecía esperando en una de las tantas bancas del lugar, pues era demasiado pequeño y sus pies aún no alcanzaban a tocar el suelo. Esa mañana Sehun parecía mucho más malhumorado que de costumbre y hasta le había dado un poco de miedo preguntarle a donde iba.
Cuando el mayor se enojaba era mejor no molestarle.
Baekhyun le regaló su mejor sonrisa al mayor cuando volvió con los helados, uno de fresa para él, porque era el favorito del menor. Baekhyun no sabía muy bien porque siempre estaba alegre de ver a Chanyeol, pero disfrutaba cada momento a su lado, por más corto que este fuera.
Una especie de admiración, una clase de amor inocente que ni él mismo podía reconocer.
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Sehun cerró los ojos recargando la cabeza sobre el sofá de JongIn, mientras éste no era capaz de quitarle la mirada de encima. Una vez más, JongIn era el punto de apoyo para el menor; aunque ese día parecía particularmente abatido y no molesto, como solía ocurrir. No sabía si debía decir algo, pues Sehun había estado hablando sin parar los últimos treinta minutos, él no quería decir algo que lo molestara.
Aspiró profundo y se aclaró la garganta. Sehun se volvió para mirarle, con el ceño fruncido.
—He quedado con Kyungsoo… hablamos ayer por la noche. Chanyeol me dijo que era un buen chico así que lo averiguaré por mi cuenta. —murmuró intentando alivianar el ambiente que se había creado momentos antes. Sehun simplemente asintió. —Estuve pensando en que no me vendría mal algo de seriedad en mis relaciones y…
—Dime que hacer, Kai. —le interrumpió el muchacho de cabello multicolor.
Kai parpadeó.
—Tuviste sexo con él, Sehun… ¿Qué quieres que te diga? Tú debes pensar en algo. Él… —Kai le miró atentamente, alzando una ceja. — ¿Te gusta?
Sehun resopló y rápidamente desvió la mirada hacia el suelo, cruzando los brazos alrededor de su pecho.
—No. Yo lo odio, JongIn—declaró con firmeza. El moreno no dudaría de sus palabras si usaba ese tono. —Yo… realmente no sé qué fue lo que me pasó. Sólo… estaba enfadado por ese amigo suyo, MinSeok, y la forma tan amable con la que se trataban… me provocó náuseas. Luhan no tiene derecho a ser feliz… no se lo merece. No pude quedarme… en cuanto se quedó dormido salí corriendo a mi habitación. Incluso fui a ver a Baekhyun pero él estaba dormido de todas formas. Me sentí asfixiado, no sé porque hice eso… no sé porque lo toqué.
Kai no sabía que decir, él conocía a Sehun y sabía perfectamente que no era una persona fácil de doblegar, y verlo tan vulnerable le estremecía. Se acercó al muchacho y lo envolvió en sus brazos dejando un rápido beso en sus cabellos arcoíris. Sehun se aferró a él como un niño pequeño, dejando escapar lágrima tras lágrima que él no comprendía; Sehun nunca había llorado, al menos no frente a él desde que lo conocía. Él siempre había creído que Sehun era más duro que una piedra…
—Oh, cielo… no llores, por favor —murmuró cariñosamente llenándole la cara de besos, pero sus mejillas estaban empapadas en lágrimas saladas y su cuerpo parecía tan frágil entre sus brazos que sentía que estaba soñando. —Sal conmigo esta noche, acompáñame a conocer a Kyungsoo ¿Vale?
—Pero JongIn…
—No acepto un no por respuesta, Sehunnie. —advirtió, y cuando el menor asintió ya resignado y más calmado le sujetó el rostro entre sus manos obligándole a mirarle. —Dime… ¿Porqué odias tanto a Luhan?
Sehun aspiró profundo y tardó mucho en poder responder a esa pregunta.
Porque no mintió. Le contó a JongIn aquello que Luhan le había hecho ocho años atrás; le contó todo entre lágrimas una vez más, con la voz impregnada de veneno hacia el mayor, impotente e indefenso mientras se aferraba a los brazos de su amigo que no daba crédito a lo que escuchaba.
Luhan era el culpable de esa herida profunda que Sehun cargaba todos los días.
Y a JongIn escucharlo le dolió el doble.
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Luhan se sentía agotado mentalmente. El día había sido bastante agitado, yendo de allá para acá con Yixing y Junmyeon pero no dejaban de darse cariños y besos en público como la feliz pareja que eran. Luhan estaba feliz por su amigo, pero le dolía verlos. Él no aspiraba a algo así junto a Sehun, quizá nunca iba a estar listo para relacionarse con otra persona, le asustaba.
No había visto a Sehun en todo el día por lo que se sentía más ansioso. ¿Qué haría él cuando se encontraran? ¿Tenía que reclamarle algo? “Oye, Sehun. Te acabo de entregar mi virginidad, por favor, ahora ámame” no podía hacer algo como eso, lo sabía.
Cuando finalmente pudo escapar de la parejita feliz se subió a un taxi con todas las bolas de artículos que había comprado y rogó por que el resto del día fuese tranquilo y prometedor. Aunque tan pronto como cruzó la puerta soltó un gritito de sorpresa ante lo que veía. Baekhyun estaba recostado sobre el sofá y encima de él y acomodado entre sus piernas se encontraba el amigo de Sehun; Chanyeol comiéndole la boca como si el mundo se acabara mañana. Al notar que no estaban solos, saltaron a la velocidad de la luz y se miraron nerviosamente; antes de que Luhan pudiese decir algo, el menor corrió hasta él y le sujetó del brazo.
— ¡No le digas a Sehun, por favor! —exclamó con su carita llena de preocupación mientras el muchacho alto se encaminaba hacia ellos con el semblante nervioso y ligeramente colorado. —Él se va a enojar muchísimo conmigo, Luhan. Por favor…
—No te preocupes, no le diré nada si me explicas que está pasando—mencionó aún sorprendido ante la situación.
Chanyeol se fue poco después de eso, mientras se despedía de Baekhyun en la entrada con un rápido beso que lo dejó completamente sonrojado y atontado durante unos momentos, para después poder explicarle todo a Luhan. No había mucho que decir; ambos habían ido a comer helados y cuando regresaron a casa Chanyeol se confesó y le besó. El resto Luhan ya lo conocía así que no hizo más preguntas. Prometió guardar el secreto hasta que Baekhyun cumpliese los dieciséis años y la diferencia entre ellos fuese un poco menos que en ese momento. Al parecer las cosas iban a ponerse más tensa ahora.
Él se sentía mal por callar algo así, cuando se suponía que Baekhyun era su responsabilidad, pero por supuesto que Chanyeol no parecía ser una mala persona ¿cierto? Luhan simplemente optó por callar, no era su obligación decirle a Sehun sobre eso, él era el tutor de ambos muchachos y si él lo aprobaba, estaba bien.
Se paseó por la cocina y la sala limpiando y comiendo un poco de lo que había en el refrigerador, tendría que ir de compras el día siguiente porque estaba casi vacío para su mala suerte. Al poco rato se dejó caer en el sofá con un montón de frituras y bebidas para mirar la televisión. Baekhyun estaba en su habitación así que él podía relajarse durante un rato mirando la película que estaban dando en uno de sus canales favoritos.
La puerta se abrió más o menos una hora después y el cuerpo entero de Luhan se tensó. Siguió la silueta del menor hasta que éste se detuvo en la cocina y sacó un poco de jugo que se bebió rápidamente. El rubio se sentó sobre sus piernas en el sofá y le miró esperando alguna reacción, pero al no obtener nada, él se sacrificó.
— ¿Dónde estabas, Sehun?
El menor le miró como si recién en ese momento reparara en su presencia y se encogió de hombros.
—No tengo porque decírtelo. ¿Y Baekhyun?
—No tengo porque decírtelo. —le murmuró de igual forma. Sehun puso los ojos en blanco y se acercó hasta estar junto al sofá.
— ¿Dónde está mi hermano? —cuestionó mirándole fijamente.
Luhan sintió escalofríos.
—En su habitación. —contestó casi en un susurro. Sehun se dio la vuelta dispuesto a subir las escaleras, pero Luhan saltó del sofá en tiempo récord y le sujetó del brazo, obligándolo a darse la vuelta para mirarse de frente. —Sehun… esta mañana, no estabas en la cama…
El menor se soltó del agarre bruscamente y volvió a dar un encogimiento de hombros emprendiendo camino hacia las escaleras ahora sin ser detenido.
—No prometí que iba a quedarme.
Sehun desapareció al final de las escaleras y Luhan se dejó caer en el sofá, abatido. ¿Realmente estaba esperando algo diferente de su parte? Sehun nunca va a cambiar, las cosas nunca van a ser diferentes entre nosotros…
Volvió a enfocarse en la película aunque ya no le interesaba tanto como antes.
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No supo que se había quedado dormido esa tarde hasta que el ruido de un móvil sonando a un volumen muy alto le hizo despertarse. Aún seguía desparramado en el sofá con las bolsas de fritura vacías y las bebidas a medio terminar, la televisión también seguía encendida pero ya estaban dando un programa de variedades relacionado con la cocina, así que la apagó. Miró hacia todos lados para descubrir de donde venía aquel sonido, dado que estaba seguro que no era su móvil el que estaba haciendo ese ruido. Miró el reloj, notando que eran casi las ocho de la noche en ese momento, y enseguida vio a Sehun bajar las escaleras a toda velocidad y tomar el móvil de la mesa de la cocina que aparentemente era el que estaba sonando desde hacía rato. Luhan lo observó un momento; estaba espectacularmente vestido. Se veía tan guapo que casi estuvo a punto de babear nada más de verle; con esa camisa azul marino que parecía bastante elegante y esos pantalones negros que se le ajustaban al cuerpo deliciosamente, como si fuese a una fiesta de cumpleaños o a una boda. Se veía elegante, y por ello frunció el ceño al verlo perfectamente peinado probablemente con un montón de gel en el cabello, haciendo relucir su piel pálida y sin imperfecciones. Se puso de pie y caminó hacia él al notar que ya había dado por finalizada su llamada y ahora se encontraba rebuscando nuevamente en el refrigerador.
— ¿A caso piensas salir a estas horas? —cuestionó incrédulo, él sabía que Sehun acostumbraba salir tarde pero el día siguiente tenía que ir al instituto así que no era correcto. El menor se giró al escucharlo y asintió simplemente.
—Sí, saldré.
— ¿Y con el permiso de quien vas a salir, Sehun? Mañana tienes clases, no saldrás. —dictó el mayor.
El de cabello multicolor esbozó una sonrisa ladina y con ese porte imponente e imperturbable que le caracterizaba se acercó hasta Luhan, sujetándole por la cintura. Sin darle tiempo de decirle nada, juntó sus labios en un suave beso. Luhan se sintió en las nubes, sus lenguas tocándose, sus cuerpos tan juntos que podían fundirse en uno, la calidez del cuerpo de Sehun, que le rodeaba cada vez que llegaban a estar tan cerca el uno del otro. Sehun rompió el beso después de unos segundos mordiendo sus labios al separarse, robándole el aliento.
—Así ya no podrás negarme nada ¿Cierto, hyung? —mencionó el menor con una sonrisa burlona y rápidamente desapareció cerrando la puerta, dejándole solo una vez más. Con las rodillas temblando y sus labios ardiendo en deseos de ser tomados por él una vez más. Luhan no sabía que había sido un error dejarlo ir esa noche, pero pronto lo sabría y no le iba a gustar.