Sus pies danzaban sobre el suelo mientras se mecía en el columpio del jardín; éste estaba demasiado inclinado y a punto de caerse y por ello era más fácil tocar el suelo sobre él, eso y que Sehun era increíblemente alto para su edad. Acababa de cumplir doce años apenas unas semanas atrás y él ya quería ser un adulto rápido; un adulto para cuidar a su madre y no verla llorar otra vez como cada noche sabiendo que extrañaba a su padre; quería ser un adulto pronto para cuidar a Baekhyun y protegerlo de los chicos más grandes que lo molestaban en la escuela. Sehun realmente deseaba muchas cosas, mucho más cuando recordaba a Luhan, entonces él era quien lloraba y deseaba poder defenderse. No era para nada extraño que una parte de su corazón se hubiese marchitado años atrás estancándole en un recuerdo que no compartía con nadie.
— ¡Hunnie! —escuchó la voz de un Baekhyun de sólo diez años que corriendo se apresuraba para llegar hasta él. Esbozó una sonrisa, de esas que pocas veces hacían presencia en sus rojizos labios, y detuvo el andar del columpio para sentarse rápidamente sobre el césped verde y recién cortado del jardín trasero. El menor se detuvo de golpe blandiendo al aire una hoja de papel que tenía dibujado algo en ella pero no se distinguía; se sentó frente a su hermano y le tendió la hoja arrugada con una sonrisa. —Lo he hecho esta mañana en la escuela, la profesora ha dicho que quedó muy bonito, ¿Te gusta?
Los castaños ojos de Baekhyun brillaron en el momento en que Sehun tomó el papel y le echó un vistazo; un dibujo de lo que pretendía ser su familia en trazos toscos, chuecos y sin mucha fuerza pero sin duda adorable, porque era un dibujo que Baekhyun había hecho con todo el cariño de su corazón, el corazón inocente de un niño, desde luego. Sehun sonrió de manera más amplia y mirando a su hermano asintió, observando un poco más de tiempo el dibujito que tenía encima la inscripción “papá”
—Es muy bonito, Baekkie. —le halagó y se puso de pie seguido por su hermano, que sonreía de oreja a oreja. —Me gusta mucho, de verdad.
—Puedes pegarlo en tu pared, no me importa ¿Sí? —dijo el menor tomando la mano de su hermano y comenzando a caminar hacia el interior de su casa. Su madre seguramente dormía, había estado enferma los últimos días y necesitaba descansar, ellos nunca buscaban molestarla así que le daban su espacio para poder recuperarse.
Una vez que ingresaron a la habitación, Sehun se apresuró a pegar con cinta adhesiva el dibujo en uno de los lados del espejo de su tocador, así lo vería todos los días cuando estuviese arreglándose para ir a la escuela. Baekhyun, por su parte, corrió hasta tumbarse boca arriba sobre la cama mirando al techo. Eran pocas las veces en que ellos simplemente estaban juntos disfrutando de la compañía del otro.
Sehun rápidamente se acomodó a su lado en la cama y ambos se giraron para quedar frente a frente. El castaño más joven llevó una de sus manos hasta el pecho de su hermano, donde se encontraba su corazón.
— ¿Te duele aquí durante las noches, cuando lloras, Sehunnie? —preguntó su hermano tímidamente. El mayor abrió los ojos con sorpresa y se quedó en silencio estrujando la pequeña manita entre la suya. — ¿Es por Luhan hyung? ¿Aún te duele?
— ¿Por qué estás hablando de Luhan? Él no está aquí.
Baekhyun se apegó más a su hermano, enterrando el rostro contra su pecho y abrazando su cintura; su hermano siempre olía a cerezas y menta, era un olor extraño pero no por eso desagradable. A Baekhyun le gustaba todo de Sehun, incluso cuando estaba molesto y su ceño se fruncía haciéndole lucir un poco aterrador.
—Por antes llorabas, cuando él estaba aquí y te obligaba a hacer esas cosas… no me gustaba escucharte llorar, hyung—murmuró aún sin moverse ni soltarlo.
—Creí que no recordabas eso…
—Sólo fingí que no sabía, pero los escuchaba durante las noches. ¿Por qué lo hacías si no te gustaba?
—Porqué no quería que Baekhyun sufriera ¿Está bien? No debemos hablar de eso nunca más, ahora que él no está podemos ser felices con mamá. —murmuró.
El rostro del menor se alzó dejando ver pequeñas lagrimitas que caían por sus pálidas mejillas; aunque rápidamente asintió a las palabras del otro. Ellos iban a ser una familia feliz ahora, Sehun lo había dicho, él nunca mentía.
— ¿Lo prometes, Sehunnie?
—Lo prometo, Baekkie. —habló él, inclinándose para dejar un suave beso en la frente del menor, quien se removió y alzando el cuello lo más que pudo dejó un casto beso en los labios de Sehun.
— ¿Por… por qué hiciste eso? ¡No me beses de ese modo! —exclamó con sorpresa sintiendo un vago cosquilleo sobre sus labios. Baekhyun bajó la cabeza avergonzado y se mordió el labio inferior antes de hablar.
—Lo siento… y-yo recuerdo q-que mamá besaba a papá de ese m-modo cuando estaba triste… y Sehunnie está triste ahora. —mencionó con ojos llorosos.
—Yah, Baekhyun, pero nosotros somos hombres y somos hermanos, no podemos besarnos de ese modo. —le reprendió más asustado que enojado. Incluso a los doce años, Sehun sabía que eso no era correcto, probablemente si su madre lo veía, se meterían en problemas.
— ¿Entonces porqué Luhan si te besaba y yo no puedo hacerlo? ¡Él también era un hombre! —le reclamó limpiándose las lágrimas rápidamente con las mangas de su camisa.
Sehun suspiró.
—Porqué… Luhan hyung era malo, Baekhyun tú no eres así, tú no eres como él.
Pero yo también quiero besar a hyung, se había quejado el menor en ese momento, Sehun no era una mala persona, no quería ver llorar a Baekhyun por su culpa así que simplemente le pidió disculpas y le dijo que estaría bien si sólo era un roce de labios mientras nadie los mirara.
Aunque incluso en la inocencia de dos niños existe el cambio cuando crecen; los pequeños y cortos roces ocasionales entre ambos se convirtieron en besos más largos e intensos para calmar las tristezas del otro, los abrazos y las palabras de amor se volvieron normales entre ellos, eran más unidos que los otros hermanos; incluso cuando Sehun conoció a JongIn y le dijo “Él parece tu novio, no tu hermano”, incluso aunque muchos pensaran que era raro, para ellos sólo era una muestra de cariño, de apoyo, nunca lo han visto como algo más que eso, a pesar de lo que otras personas podrían pensar.
Sehun sería incapaz de tocarle de esa forma; no significa que nunca lo haya pensado, pero existían los límites, unos que él conocía muy bien. Alguna que otra vez llegaron las caricias más allá de lo debido, los gemidos y los besos que sólo compartían los amantes, pero Sehun estaba consciente de que se trataba de su hermano, y nunca se habría atrevido a llegar más allá, nunca le pasó por la mente permitirlo. Lo suyo era especial, pero moderado. Cuando ambos crecieron, comprendieron que llegar más lejos estaba prohibido, por eso se limitaban a cuidar cada aspecto de aquello que entre ambos habían provocado.
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Luhan se quedó quieto sobre la cama una vez que Sehun terminó de hablar, había estado cerca de veinte minutos escuchándole dar su explicación cuando el mayor cuestionó “¿Porqué Baekhyun y tú se besan de esa manera?” Y aún así no podían dejar de pensar que aquello era gracias a él. Si él no hubiese hecho lo que hizo, Sehun nunca se habría envuelto en esa situación.
—Supongo que muchos piensan que somos raros, incluso yo lo pensé en su momento, pero Baekhyun es mi hermano, es la única familia que tengo y lo voy a proteger, incluso de mí mismo. —finalizó Sehun, recostándose sobre la cama de nuevo y estirándose como un pequeño gatito; sólo la lámpara de noche alumbraba la habitación y del exterior no se alcanzaba a vislumbrar ni un haz de luz.
El repentino cambio en la actitud de Sehun le ponía los cabellos de punta pero a la vez le hacía flotar en una nube de felicidad que parecía no poder romperse, aún cuando él mismo considerara que quizá después terminaría sufriendo, quería disfrutar de ello porque ver al menor en esa faceta hacía que su corazón se revolviera en su pecho.
—Sobre eso… yo nunca pensé en hacerle daño real a Baekhyun, sólo lo dije para asustarte. Fui una persona horrible en el pasado y me arrepiento todos los días desde entonces… —admitió Luhan recostándose a su lado, abrazando su cintura con uno de sus brazos desnudos y repartiendo besos sobre el pecho y hombro del menor, su pielera tan suave y lechosa, demasiado bonita y él tenía ganas de morderla, aunque tampoco se atrevía por miedo a que Sehun se molestara y todo se arruinara una vez más. Él parecía ser una persona a la que le gustaba imponer, Luhan no tenía problemas en ser sometido, de todos modos.
—Aún así… pienso que todo esto e retorcido; no debería estar aquí teniendo sexo contigo, debería estar haciendo cualquier otra cosa que no te involucrara. —dijo Sehun removiéndose en su sitio y dejando un rápido beso en la barbilla del mayor. Se estremecía cada momento en que recordaba que se trataba de Luhan con quien estaba haciendo todo eso. Consideraba que quizá era él quien estaba un poco enfermo.
Te amo… aquellas palabras retumbaban en la cabeza de Sehun, nunca alguien le había dicho aquello, se sentía tan extraño, ¿Por qué Luhan lo amaba? ¿Por qué se lo había dicho, en realidad? Eran demasiadas emociones que no le dejaban pensar con claridad.
—Sin embargo, creo que podemos aprender a llevarnos bien—dijo Luhan con una pequeña sonrisa. —, iré a una fiesta mañana por la noche, así que debes cuidar de Baekhyun.
Sehun frunció el ceño.
—No, yo iré a una fiesta mañana por la noche. Un egresado del instituto cumple años, es un buen hyung, nos ha invitado. —le aclaró Sehun mientras se posicionaba él encima de su hyung de cabellos rubios y se acomodaba entre sus piernas; sintiendo la piel desnuda chocar contra la propia, y se sentía deliciosamente bien que no podía ser algo bueno. Luhan soltó un gemido ante la fricción de sus miembros cuando el menor se inclinó para atacar su cuello y él aferró las manos en la espalda contraria, mordiéndose los labios para no sonar muy desesperado, lo cual si estaba, incluso si ya lo habían hecho una vez como media hora antes.
— ¿El cumpleaños de Kris Wu? —cuestionó casi sin aliento; el de cabello arcoíris se apartó y asintió con cierta sorpresa. —Es amigo de Minseok, de la universidad.
El menor le alzó las piernas de manera repentina y metió un dedo en su entrada haciéndole jadeara ahora a él con sorpresa.
—No menciones el nombre de Minseok cuando estás conmigo, hyung tonto. —gruñó metiendo un segundo dedo, trazando círculos en su interior, era tan jodidamente caliente y estrello que le dolía la polla antes de penetrarlo, era demasiado para él.
— ¿Entonces… nghh, si estabas celoso de él? —cuestionó con cierta burla, pero rápidamente soltó un jadeo cuando Sehun le penetró de golpe, haciéndole temblar las piernas. El menor le sujetó por los muslos, dejando suaves caricias sobre su piel, mientras se inclinaba para besar su pecho, atrapando sus pezones y mordiendo cada uno por dedicación, provocando que más gemidos escaparan de la boca del rubio.
— ¿Quién está celoso, eh? —gruñó mordiendo uno de sus pezones y embistiendo con fuerza dentro de él al mismo tiempo; Luhan abrió la boca en busca de aire sintiendo que su cuerpo entero convulsionaba de placer, no era más que Sehun, él era quien provocaba todo eso en su interior, con tan sólo tocarlo, Luhan se sentía en el paraíso y sin exagerar. —Si soy yo el que te tiene así, hyung, tan ansioso y necesitado. Soy yo la persona que amas ¿no es cierto? Celoso mis pelotas, no sueñes tanto, ciervo creído.
Luhan soltó una leve carcajada que murió en un gemido cuando Sehun comenzó a golpear en su próstata, manándole toques eléctricos en todo el cuerpo; sus cuerpos se movían al mismo ritmo, estrujando la cama debajo de ellos, entregados completamente al placer.
Para Luhan sólo significaba esperanza. Esperanza por Sehun.