Nunca antes extrañó tanto a sus padres como ese día. El día de su cumpleaños número veinticinco. Sehun se había marchado muy temprano sin decir nada, pues era sábado, y Baekhyun estaba en la escuela reponiendo una clase de matemáticas que le ayudaría mucho si quería aprobar el examen final y poder pasar de año.
Como de costumbre, Yixing era el más entusiasmado si de meterse en su casa se trataba; había llegado muy temprano con un JunMyeon adormilado y murmurando incoherencias, porque él quería volver a dormir.
— ¿Me puedes explicar qué rayos te ocurre? ¿Por qué estás aquí a las once de la mañana caminado de un lado a otro? ¡Harás un pozo en el suelo, Zhang Yixing! —gritó un exasperado Luhan masajeándose las sienes; no ha tenido una buena semana y saber que Sehun estaba considerando irse a Inglaterra tampoco le sentaba nada bien.
— ¡Pues porque es tu cumpleaños! Estoy pensando en cómo podíamos festejarlo, ahora que estamos los dos viviendo en el mismo sitio debemos retomar las celebraciones importantes y juntos; somos familia ¿Recuerdas?
Familia, Luhan se inquietó bastante al oírlo. Él suele extrañar mucho a sus padres justamente el día de su cumpleaños, porque la pasaba bien sólo con ellos y ahora que es la primera vez que no los tiene a su lado, no siente verdaderas ganas de festejar algo. ¿Por qué festejaría cuando todo está demasiado tenso, a punto de colapsar?
—Es muy considerado de tu parte, Xing—mencionó, lo más adorable que pudo para que no se lo tomase a mal. —. Pero no me apetece festejar nada, las cosas no están en su mejor momento. Sólo déjalo ¿Vale?
El menor negó, aunque Luhan se esperaba algo así. Yixing no era de los que escuchaban mucho las negativas y mucho menos las obedecía. Luhan había comenzado a preguntarse porque el menor arrastraba a JunMyeon siempre con él; el muchacho de menor estatura seguía desparramado en el sofá de la sala ya completamente dormido y luciendo tan apacible y adorable que él sabía que la única forma de lograr eso era si estaba durmiendo.
—Sólo nosotros, quizá Baekhyun y Sehun si es que se presenta ¿Sí? Nada extravagante lo prometo, sólo quiero que te sientas más animado este día. Iré a comprar comida y bebidas y vendré más tarde. No acepto “no” por respuesta, no te estoy preguntando. —informó mientras caminaba hacia al sofá y movía a su novio para despertarlo.
Luhan se preocupaba más por los exámenes finales; no había estado muy sobresaliente como de costumbre en ese tiempo y las quejas de sus profesores le habían hecho sentirse muy avergonzado. Lo único que parecía un alivio era saber que Sehun no le odiaba y al menos sentía algo por él; no quería presionarlo ni obligarlo a decidir que sentía pero estaba completamente ansioso por obtener alguna respuesta de su pequeño dongsaeng.
No importaba si estaba soñando demasiado, él sabía que algo había cambiado entre ellos.
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Sehun abrió la puerta de la casa de JongIn y se adentró en ella como si fuese la propia; sujetaba un Bubble Tea con una mano y con la otra sostenía su móvil. Le pareció algo extraño que la puerta estuviese entreabierta cuando había llegado pero no le dio importancia. JongIn era un completo descuidado, nada nuevo.
Rebuscando primero en el refrigerador y tomando un pedazo de pastel se encaminó hacia las escaleras; dobló en el pasillo hacia la habitación de su amigo y que era tan conocida para él cuando unos extraños sonidos del interior le sobresaltaron cuando giró la manija de la puerta.
—Ahhh, Kai… m-más, más fuerte… —escuchó.
No supo si sorprenderse porque la espalda pálida y desnuda de KyungSoo estaba a su vista o porque el pequeño de ojos enormes estaba montando a su mejor amigo. Soltó una maldición y se la impresión tiró el trozo de pastel al suelo.
— ¿Qué coño están haciendo, depravados? —gritó escandalizado. Después todo sucedió muy rápido; KyungSoo corrió hacia el baño de la habitación avergonzado y JongIn cerró la puerta empujando al recién llegado fuera de la habitación. No era incómodo ni extraño, él ya los había visto desnudos a ambos, el problema era que él estaba disfrutando del pastel antes y aquello terminó por quitarle el apetito.
— ¡Sehun! —el mayor le dio un golpe en la cabeza y gruñó exasperado. — ¿Por qué no avisas que vas a venir o tocas el timbre o la puerta¡ ¿Joder, contigo no se puede!
— ¡Te llamé y me enviaba al buzón, idiota! —reclamó en respuesta—Además la puerta estaba abierta y tenía hambre.
—Aish… eres increíble, Oh Sehun. Acabas de arruinar un precioso momento privado, tonto.
—Es la posición más repetitiva del mundo de todas formas, Kai—rodó los ojos—, la he practicado mucho, no es tan preciosa después de tantas veces.
JongIn le dio otro golpe y le dijo que bajase a la sala y le esperara ahí. Después KyungSoo hizo el almuerzo para los tres; ninguno habló de lo ocurrido, tampoco era necesario.
Después de unas horas, Sehun recibió una llamada de Gema. Lo habían aceptado en la universidad de Inglaterra.
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Baekhyun y Chanyeol estaban terminando de ordenar las cosas y servir la comida; Yixing se paseaba de un lado a otro dando órdenes y JunMyeon enviaba mensajes de texto sentado en el sofá.
— ¿Él se pone así de histérico cuando organiza algo? —cuestionó Chanyeol bajito.
—Como su novio, no tengo permitido hablar mal de él, así que diré que tiene su lado adorable. —le contestó JunMyeon encogiéndose de hombros.
La cena no estuvo tan mal; algunos compañeros de la universidad se habían presentado, incluyendo a Minseok que obviamente se presentó ahí con un Jongdae dispuesto a hacerle bromas a todos. Yixing y JunMyeon fueron los últimos en marcharse una vez que pudieron sacar a Chanyeol de ahí que seguía insistiendo en que quería un poco más de tiempo para estar con Baekhyun.
Luhan fue a su habitación a cambiarse de ropa, no era muy tarde pero prefería ponerse el pijama con anticipación por si le ganaba el sueño, así evitaba molestias.
Baekhyun se quedó recogiendo unas cosas y sacó un poco de jugo del refrigerador ya adormilado, cuando escuchó que la puerta se abría y asomó la cabeza parándose de puntitas para ver a su hermano caminar por el pasillo hacia la salita.
— ¿Por qué no contestaste el móvil? ¡Te llamé muchas veces, Hunnie! —fue la bienvenida que su hermano le dedicó haciendo un adorable puchero. Su hermano mayor se acercó y le dio un beso en la mejilla antes de despeinarle el cabello.
—Me reuní con los chicos y se nos fue el tiempo, ¿Por qué me llamaste tanto? ¿Y por qué hay tanto desorden?
Baekhyun se abrazó a su cintura y enterró la cara contra su pecho; sonriendo vagamente.
—Yixing le organizó una pequeña fiesta a Luhan hyung—murmuró—, te estuve llamando para que vinieras. Fue agradable, pero debiste estar aquí.
— ¿Por qué hicieron una fiesta para Luhan? —inquirió confundido.
—Porque es su cumpleaños, tonto—se rió su hermano y se separó encogiéndose de hombros. —Me iré a dormir, buenas noches, hyung.
El castaño subió las escaleras haciendo un gesto de despedida con su mano hasta que se perdió de vista. Sehun se encargó de meter al refrigerador el bote de jugo que su hermano había sacado antes.
—Baekhyun ya ve a dormir, yo me encargo de guardar las… —Luhan se detuvo al pie de la escalera cuando vio a Sehun en la cocina. — ¿Dónde está…?
—Ya se ha ido a dormir. —le interrumpió el más joven. Caminó hasta llegar a donde se encontraba Luhan y soltó un suspiro hondo. —Me dijo que te han hecho una fiesta, lamento no haber estado aquí…
—No te preocupes, de todas formas no quería una fiesta—murmuró un tanto cohibido. Estaban tan cerca que cualquier movimiento que ejecutaran, podría ser demasiado arriesgado. — ¿Dónde estuviste todo el día?
—En casa de JongIn, nos reunimos. Cuando vayamos a la universidad es probable que todos nos separemos, queremos disfrutar este último tiempo. —indicó; rápidamente alzó una de sus manos y le acarició la mejilla al mayor, que cerró los ojos ante el contacto. —Feliz cumpleaños, hyung.
—Gracias, Sehun—murmuró.
Incluso si Sehun se repetía muy veces que no debía hacerlo porque aquello sólo estropearía un poquito más todo lo que ya había ocurrido, se dejó llevar por sus instintos que lograron dominarle muy a pesar suyo, y tomó los labios de su hyung entre los suyos en un beso. Se estrujaron con fuerza mientras subían las escaleras y atravesaban el pasillo; Luhan no estuvo seguro de sí era su habitación o la de Sehun pero no protestó cuando el menor lo lanzó sobre la cama y comenzó a besarle el cuello acariciando sus costados lentamente. El chino le quitó la camisa apresuradamente y pasó sus manos por toda la piel expuesta del otro. Sentía que se iba a derretir. Estaba tratando de luchar contra sus sentimientos, mantenerse al margen pero tan sólo recordar la conversación que habían tenido antes y sobre todo recordar que cuando él lloró, Sehun se unió a su llanto… aquello lo descolocó por completo, tanto que ahora era incapaz de frenar al rubio más alto. Gimió cuando Sehun le quitó la parte de abajo del pijama y él alzó los brazos para ser despojado de la camisa. Se acomodó entre las piernas del más joven cuando éste comenzó a atacar sus pezones sin dejar de besar su pecho a la vez, tocando su cuerpo con gentileza, cosa que aunque le extrañaba muchísimo no le desagradaba.
—Vamos, hyung… no hagas que después me arrepienta de esto—gimió Sehun cerrando los ojos con fuerza. Luhan supo lo mucho que le costaba al coreano hacer eso cuando su razón le gritaba que no debía. Pero ni siquiera él mismo podía luchar en contra.
— ¿Por qué te arrepentirías? — logró articular cuando ya ambos estaban desnudos y Sehun comenzaba a prepararle, sacándole jadeos y provocándole escalofríos.
—Por qué en verdad lo deseo, pero mañana diré que te odio Y viviré engañándome a mí mismo, hiriéndonos a ambos incluso si sé que no debería hacerlo—la seriedad de sus palabras le asustó. Más simplemente alzó la cabeza para alcanzar sus labios y envolverlo en un beso cariñoso y sin prisas, porque Luhan sabía que mañana Sehun volvería a ser el mismo de siempre, y aunque él supiese que no lo odiaba, sus palabras iban a seguir doliéndole.
—Ahora no pienses… no pienses en eso, Sehunnie—le pidió con voz entrecortada—, sólo pretende que somos personas distintas y no digas nada.
—Hyung…
—Te amo, Sehun.
La primera embestida fue lenta, Luhan jadeó apretando los ojos ero rápidamente el vaivén de las embestidas fueron seguidos por sus caderas, su cabeza golpeaba contra el respaldo de la cama pero no podía preocuparse por eso, estaba tan concentrado en las sensaciones. En Sehun acariciando y besando su cuerpo, en él y Sehun que mañana seguirían siendo personas heridas que se mienten para no sentir más dolor del que ya sentían.
Sehun lo subió encima de él y lo ayudó a colocarse en una mejor posición para poder entrar más profundo, Luhan clavó sus uñas en la espalda ajena, acariciando la piel, los hombros, su pecho, su cuello, besando su cuello; llegando a las clavículas, bebiéndose a Sehun por primera vez en su vida, mientras éste se lo permitía sin oponer resistencia. Se sentía feliz, como no lo había estado en mucho tiempo, a pesar de las circunstancias.
—Ahh, Sehun…—gimió echando la cabeza hacia atrás debido al placer, el menor seguía golpeando contra su próstata haciéndole ver estrellas—Ahí, joder… justo a-ahí… Dios mío…
—Luhan… n-no, espera… n-no hagas eso—gritó Sehun cuando el mayor comenzó a mecerse contra él creando más fricción entre ambos cuerpos, el muchacho tenía la cara crispada en una cara de placer que no le había visto antes y volvió a besarle, lamiendo su labio inferior, chupando su lengua, sintiendo todo el sabor de Sehun; se movían sincronizados, ignorando en sudor de sus cuerpos o las incómodas posiciones en las que se encontraban.
Sehun se vino en un grito, jadeando por aire mientras seguía meciéndose contra Luhan para hacerlo terminar, masturbándole rápidamente sacándole gemidos y jadeos de gusto; sólo entonces Luhan se dejó caer sobre él apretando los ojos y escuchando el frenético latido del corazón de Sehun, sus respiraciones aceleradas los asfixiaban, ninguno sabía que decir o si debían decir algo.
—Me han dado la beca en Inglaterra—murmuró Sehun entrecortado, pues aún estaba muy agitado, nunca en su vida había durado tanto en el sexo, sentía que no podía ni moverse y el peso de Luhan sobre él no le ayudaba, aunque tampoco podía quitarle, no tenía fuerzas.
El mayor se abrazó a él y apretó aún más fuerte los ojos, sintiéndolos arder por el sudor acumulado.
—No te vayas, Hunnie… no me dejes aquí—pidió, mordiéndose el labio después, intentando no llorar. Sehun suspiró.
— ¿A caso no eres un hombre? No debes llorar, Luhan.
— ¡¿Y por qué no debería llorar si me has dicho eso el día de mi cumpleaños después de lo que hemos hecho?! ¡Tú… imbécil! —masculló apretándolo más fuerte. Sehun no necesitó preguntar para saber que Luhan ya estaba llorando.
—Tenía que decirlo ahora porque así sería menos doloroso—indicó con voz adormilada—, así será menos doloroso cuando tenga que irme porque ya lo sabrás con anticipación, deberías estar feliz. He sido muy considerado, pude haberme marchado sin decirte.
—Eres una persona muy cruel, Sehun… —lloriqueó el mayor; Sehun le tomó el rostro con ambas manos y le obligó a mirarlo; la vista se le nubló debido a las lágrimas que había derramado pero aún así pudo contemplar el semblante afligido del menor.
—Lo qué tú me haces sentir es cruel; has conseguido que te quiera y odio ser tan débil, porque jamás he querido a nadie antes y el hecho de que seas tú me causa mucho dolor. Ya te lo dije antes, debería odiarte y aún así… mis sentimientos son completamente distintos. —cerró los ojos y unió sus labios en un beso. Luhan no quería ver el amanecer. Quería permanecer a su lado, pretendiendo que no había dolor.