Sehun se dejó caer sobre el sofá de la pequeña habitación de Gema, desde que su madre se había ido a casa, ella tenía ese departamento en un total desastre. Suspiró y miró fijamente a la chica ahora pelirroja frente a él. No sabía con quien hablar y con JongIn pegado a Kyungsoo no tenía la atención suficiente de su mejor amigo.
—No vayas si no quieres—fue lo primero que dijo la chica cuando cerró la puerta detrás de sí. Sehun frunció. —, has estado muy raro estos últimos días y cada vez que menciono la universidad te pones muy tenso, Hunnie.
—Es sólo que jamás… he viajado fuera de Corea, mucho menos otro continente —se excusó.
— ¿Es por Luhan? —inquirió ella. Sehun puso los ojos blanco.
— ¿Qué tiene que ver él con el asunto de la universidad? En serio, Gema…
—Sólo dije algo al azar y por tu expresión creo que acerté —comentó con una sonrisa. Mantenía el móvil en su regazo y lo miraba con insistencia. —, está bien si te gusta Luhan, creo que tú también le gustas.
—Él dijo que me ama…
Gema profirió un chillido de emoción que lo hizo tambalearse sobre el sofá donde se encontraba. Se tapó los oídos y rodó los ojos; había estado evitando a Luhan durante unos días porque no soportaba ver esos enormes ojos de ciervo apaleado mirándole con dolor. ¿Por qué Luhan lo amaba a él y no a otro? Sehun probablemente sólo le causaría dolor, igual que había hecho con JongIn, aunque por supuesto ambas sin intención. Quizá Luhan podría encontrar a alguien más, ser feliz, disfrutar del amor que él nunca pudo darle y que probablemente no pudiese darle en el futuro debido a sus inseguridades.
— ¡Sehun! Si él dijo que te ama ¿Por qué rayos quieres irte a Inglaterra? ¡Son una pareja preciosa!
—Sabía que serías un problema cuando me dijiste que eras Fujoshi, sólo cállate. —farfulló con fastidio, no hacia Gema si no hacia sus palabras. —No es simple, últimamente… no sé qué hacer cada vez que tengo a Luhan en frente. Quiero salir corriendo a Inglaterra pero cuando lo pienso… sé que vendría a buscarle de todas formas. Es confuso.
—Cuando vine a Corea…—habló ella, y aunque Sehun quiso protestar, permitió que siguiese hablando pues lucía seria y eso era algo que pocas veces sucedía. —yo realmente estaba asustada, temía no ser buena con mi coreano o no poder hacer amigos por tener una cultura distinta. Al principio sólo quería volver con mi madre; fui muy cobarde cuando todos comenzaron a mirarme diferente… ¿Lo sabes, como se siente? Como si me estuviesen diciendo que me largara a donde pertenecía. Y un día de esos apareció ese chico llamado Oh Sehun, al principio tenía mucho miedo de él, porque lucía muy serio y no quería que me tratase mal, y entonces le derramé jugo encima y él dijo “Ten cuidado la próxima vez” porque tuve algunas heridas en mis rodillas al caer; creí que me gritaría y me echaría la culpa, pero no, fue la primera persona amable desde mi llegada. He admirado a Sehun durante el tiempo en que me ha permitido estar a su lado y sé que él no es una persona que tenga miedo o siente que algo es imposible. De él aprendí que si quiero algo, voy a por ello. Ahora, ¿No debería seguir Sehun sus propios consejos? ¿Hacer lo que te aconseja a todos con el corazón incluso si se esmera por pretender ser un chico frío y sin emociones? Está bien si no vas conmigo a Inglaterra o si decides hacerlo, pero no quiero que salgas huyendo sólo porque temes por Luhan. Él es un adulto, sus caminos pueden separarse pero si su destino es estar juntos, volverán a verse. ¿Por qué habrías de tener miedo de lo que pueda ocurrir? Yo no sé lo que sientas o la relación que tengas con Luhan; pero sé que si quieres algo vas por ello, o si quieres decir algo lo dices, no temas tampoco ahora porque es el peor momento para hacerlo.
Sehun se quedó en silencio recordando vagamente el primer día, hacía un año atrás, que había visto a Gema por primera vez en el instituto con el uniforme mal puesto, el cabello azabache completamente desarreglado y una torpeza que daba lástima. Pero incluso así… era especial, una chica que no le juzgaba por ser como era y a pesar de no conocer su pasado, lo apoyaba.
— ¿Alguna vez te he dicho que eres mi mejor amiga? —preguntó finalmente. Gema se encogió de hombros.
—No, nunca has dicho eso antes.
—Pues lo digo ahora, de verdad lo eres. Y en serio creo que Lee Jinki está enamorado de ti también; ve a por ello ¿Vale? —le sonrió con naturalidad.
—Sólo si vas a por Luhan, señorito Oh.
—Luhan y yo somos como el día y la noche; y aún así… siento que ha logrado enterrarse en lo profundo de mi corazón. Le quiero, realmente le quiero.
Gema sonrió.
+
Luhan cortó la llamada y dejó su móvil sobre la mesa para terminar de apilar los papeles de proyectos y trabajos finales que había estado preparando, tenía que entregarlos en unos días y por fin iba a poder terminar su último año de carrera en la universidad. Minseok le había dicho momentos antes que había una editorial en busca de escritores jóvenes con ideas frescas y mucha imaginación así que lo había recomendado a él. Estaba feliz, por supuesto, su pasión era la literatura pero… de cierto modo era un paso tan extraño para él. Ahora tendría un empleo real y un certificado de egresado, cosas suficientes para hacerse cargo de Baekhyun en el futuro mientras Sehun estudiaba lejos.
Soltó un bufido y golpeó la mesa con la palma de su mano sintiendo una suave punzada de dolor por su acción. La puerta se abrió y escuchó la voz de Sehun despidiéndose de una chica, seguramente Gema. Al entrar le miró con el ceño fruncido y dejó su mochila sobre el sillón olvidándose completamente de ella.
— ¿La guerra de miradas cada vez que entre a casa será cosa de todos los días? —cuestionó el menor.
—No, por supuesto que no. Tú te vas pronto a otro país, Sehun—mencionó un tanto seco.
Sehun se sorprendió y por un momento no supo cómo reaccionar ante la respuesta. Se acercó hasta la mesa y se recargó en ésta, observándole; los cabellos rubios despeinados alrededor de su cabello y el rostro cansado, seguramente por trabajar con sus cosas.
— ¿Por eso estás usando ese tono? ¿Por qué me iré? Qué infantil, Luhan… —bufó.
—Si te vas a ir, vete ya. No hablemos más, no va a servir de nada. No voy a estar listo para verte partir; hazlo sin decirme, Sehun. Es tu vida, elegiste tu camino. —mencionó intentando ser fuerte pero su voz se quebró al final de la frase y sintiéndose patético se cubrió el rostro con ambas manos, mordiéndose fuertemente el labio para no llorar. Estaba harto de ser tan niñita frente a él cuando Sehun ni pestañeaba.
—Aún falta una semana para el fin de año escolar; además el verano… —puntualizó él.
Luhan gimió. Sintió los cálidos brazos del menor rodearle el cuerpo y alzó la cabeza para mirarle; ahí estaba Sehun, ese Sehun que conocía pero se miraba distinto. Parecía afligido y aunque ahora tampoco definía que expresaban sus ojos, la sensación era diferente, más angustiosa.
—Sehun… ¿Tú de verdad te quieres ir? —preguntó.
—No. —murmuró con absoluta sinceridad, Luhan se sorprendió no esperando esa respuesta. — ¿Por qué querría irme tan lejos? Todo lo que me importa está aquí, todos los que me importan… tú. Hoy… estuve hablando con Gema, ella me hizo entender que huir no es la solución porque no soy un cobarde, pero pensé que era lo correcto. Necesito pensar pero quiero que tú lo comprendas y cuando me marches no me odies ni tampoco llores por mí ¿De acuerdo?
—No sé si no lloraré… tú sabes lo que siento por ti, estás siendo injusto. —se quejó el mayor.
—No, estoy siendo realista. ¿Podrías intentar actuar como un adulto al menos esta vez, Luhan? —pidió un tanto exasperado Sehun—Te estoy diciendo que quiero estar contigo a pesar del dolor que me causaste, a pesar de lo que me hiciste; porque jamás quise hacerte lo mismo a ti, sólo tenía mucha rabia y me sentía sucio, y creí que cuando volviese a verte serías el mismo de antes y no fue así… yo… yo te perdono, pero necesito que me des tiempo.
El mayor apretó los labios y le acarició el rostro con ambas manos; las pálidas mejillas y los rosados y abultados labios que le habían besado antes como nadie le había besado ni le besaría. ¿Sehun le está diciendo… que le quiere?
—No puedo esperar cuando me estás abandonando—admitió con voz firme.
— ¿Por qué quieres verlo como un abandono? ¡Escucha lo que te digo, Xiao Luhan, no sólo pienses en ti y en lo que sientes, yo también estoy sufriendo! —gritó el muchacho separándose de él y apretó los ojos reteniendo ahí las lágrimas que nunca había dejado salir, cautivas alimentadas por el rencor y el miedo; Sehun era un niño, ¿Qué tanto puedes saber a los dieciocho años? Nadie le había enseñado, estaba tratando de aprender y no sabía cómo hacer.
Luhan sollozó mientras se abrazaba a su cintura casi de inmediato negando con la cabeza; Sehun estaba tan tenso que temió que se pudiese romper en ese instante.
—No puedo, no puedo pensar en ti cuando me siento de este modo. Soy egoísta porque quiero que te quedes aquí conmigo y me ames. —balbuceó entre lágrimas, pero esa vez fue Luhan él que limpió las lágrimas de Sehun. Llorando, desamparados una vez más, haciéndose daño sin saber cómo evitarlo, intentando encontrar maneras, desesperados por dejar de sentir.
—Pero no puedo amarte cuando tengo miedo del daño que pueda causarme eso… Voy a tomar el tiempo que sea necesario y voy a mirarte a la cara cuando ya no sea tan cobarde, Luhan. Sólo entonces.
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La semana pasó tan rápido; Luhan se sentía cada vez más estúpido, ahora Sehun era quien estaba todo el tiempo cohibido y distante, asustado de las palabras hirientes del otro. Luhan reconocía que no había pensado en cómo se sentía Sehun, pero no le servía de nada el arrepentimiento. Sehun se había mostrado comprensivo durante las últimas semanas del verano, cuando Baekhyun le dijo que estaba saliendo con Chanyeol. El rubio no les había gritado y le había pedido al alto que cuidase a su hermano en su ausencia, pero que nada de sexo hasta los dieciocho. La casa de los Oh estaba en un constante silencio y tensión. No hablaban, Baekhyun intentaba animarlos a ambos con comentarios sarcásticos o haciendo travesuras pero no funcionaba del todo, parecían abatidos.
La última semana del verano Luhan intentó ser más fuerte, porque Sehun comenzó a hacer sus maletas y a practicar mejor su inglés- aunque fuese bastante bueno-, pasaba mucho tiempo con Gema quien estaría en su mismo dormitorio y clases sólo que con las chicas; había escuchado muchas veces sus conversaciones y otras se las había contado Baekhyun sin notar cuánto dolor le causaba al mayor.
El sábado por la noche habían comprando comida china y se habían puesto a mirar películas, aunque Baekhyun se quedó dormido no muy tarde y decidieron recoger las cosas para irse a la cama. A mitad de la noche, Luhan se puso de pie y salió al jardín donde pocas veces se detenía a descansar, el cielo se alzaba lleno de estrellas encima de él y el frío apenas y se colaba por su pijama ya que no era un clima particularmente frío de todos modos. Dejó el vaso de agua que había buscado en la cocina sobre el escalón y colocó sus antebrazos sobre sus rodillas contemplando el cielo, suspirando de tanto en tanto.
Se sobresaltó al escuchar un ruido a sus espaldas y casi salta sobre su sitio hasta que vio a Sehun caminando hacia él con el pijama mal puesto y el rostro adormilado, tallándose los ojos como un niño pequeño que ha tenido una pesadilla y necesita que su madre le lleve un vaso de leche y le cuente un cuento para volver a dormir.
—Lamento si te asusté… sólo quería tomar un poco de aire—murmuró con su voz ronca mientras se sentaba a su lado sobre aquel escalón.
—No importa—le restó importancia volviendo a clavar la vista en las estrellas — ¿Has empacado todo ya?
El menor se mantuvo en silencio durante largo rato, por ello se giró para darse cuenta de que Sehun miraba al suelo con el ceño fruncido y los labios apretados, pensativo.
— ¿Sehun?
—Sí, ya lo he empacado todo. El vuelo sale a las once, ¿Irás? —habló con cierto nerviosismo.
Luhan deseó poder encerrarlo ahí y no dejarle ir nunca, pero sabía que no podía hacer nada. Sehun había tomado una decisión y aunque dijo que le quería, se marcharía porque necesitaba ‘tiempo’, Luhan estaba harto de escucharle decir eso, una frase tan cliché y tonta, pero aún así… no hubo argumento que detuviese a Sehun de irse lejos de él. ¿A caso era el final? ¿A caso ya estaba dicho que sus caminos se separarían? Tenía tanto dolor en el pecho que no podía evitar que su voz saliera tosca y hostil cada vez que hablaba con el muchacho.
—Tengo que reunirme en la editorial por lo del trabajo, ya sabes… —respondió sacudiéndose el cabello sin razón aparente.
Sehun esbozó una especie de sonrisa, apenas curvando la comisura de sus labios pero no le miró.
—Así qué… para variar, cuando te vuelva a ver serás un escritor.
— ¿A caso volverás cuando ya me has dicho que quieres dejarme aquí? —atacó una vez más, con fastidio.
—Volveré, Luhan. Pero si cuando vuelvo ya no me quieres a tu lado, entonces no lo estaré —dictó —, quiero que esto sea útil para los dos, para pensar. Y si después no funciona… entonces ya sabremos qué habría ocurrido si de todas formas me hubiese quedado. —se puso de pie y se sacudió el pantalón del pijama, Luhan alzó la cabeza para mirarle pero éste se encontraba observando el cielo.
—No has apreciado el amor que te tengo…
—Toma del amor que no te di, llévalo a donde salga el sol y sé feliz, Luhan—fue lo único antes de meterse en la casa de nuevo y subir a su habitación. Luhan nunca admitiría que esa noche lloró hasta el amanecer. Sehun tampoco admitiría que hizo lo mismo.
Al día siguiente, Sehun se marchó en el mismo avión que Gema hacia Inglaterra, sus amigos y hermano fueron a despedirlo. Luhan fue a la editorial y no se presentó para decirle adiós. No habría podido, Sehun lo entendió y no preguntó por él. Ese era el final ¿Cierto? Ya se había acabado toda la mierda dolorosa entre ellos, se había acabado ¿Verdad?