Capítulo 11: Situaciones en el exterior (parte 2)
Ambos sonrieron de forma macabra dejando sus colmillos salir, mientras se veían de forma recelosa, pero un extraño deje de confianza los uniría esa noche de luna de sangre; ya que cuando la luna esta así, solo significa que los demonios se unen .Ya que ambos demonios desean tener lo que una vez perdieron, y no dejarían que ni el mismísimo Cielo, se los arrebatará de las manos. Una guerra en proceso se vería; ¿por qué los demonios pueden amar?; pero se supone que los hace débil, pero si encuentran la forma de aceptar aquello que los debilita. Entonces el mundo si será de ellos…….
Aunque sus miradas se encontraban llena de satisfacción y duda, si confiarse en ambos, de las sombras una figura estética y delicada de género femenino surco entre las tinieblas, poniendo en guardia a ambos demonios.
-Sammael Dantalion, mis hermosos hijos-dijo una femenina voz distorsionada en un extraño latín antiguo, pero todo al revés.
-Lucifer-dijeron al unísono ambos demonios no sorprendiéndose de que esa criatura apareciera entre ellos. Y así salió de las sombras la figura de una mujer hermosa, de mirada bicolor, un dorado en un ojo y el escarlata en el otro. Su figura femenina de gran voluptuosidad, y esos enormes pechos que sobresalían en su entallado vestido negro, de varias aberturas, en las piernas y parte del ombligo, ese corte imperio en el pecho y la riquísima tela negra de satén brillante, que relucía mejor en aquella piel nívea.
-Mmmm, niños no les he dicho mil veces que me llamen “madre”, jajajajajaja-dijo de forma espeluznante la mujer que se reía a carcajadas limpias y se acercó abruptamente saliendo de las sombras, y con una mano tomo del cuello de Sebastián y su otra mano a Claude, levantándolos en el aire, con extrema rudeza y esa fuerza inimaginable.-Les he dicho que no sean tan groseros o no es así “Claudec”-dijo con burla la demonio, mientras miraba con su mirada felina a Claude.
-Te he dicho “madre” no me llames así-dijo en un bufido molesto el demonio de mirada dorada, mientras sus patas se retorcían de dolor.
-Tranquilízate Fausto, deja que nuestra “madre” hable, primero antes de que hables madre, dinos ¿qué haces aquí?-dijo Sebastián con burla y su peculiar forma de hablar con las criaturas sobrenaturales.
-Sammael, Sammael, Sammael, shhhhuuu siempre fuiste un burlista y tan directo de forma educada, no es así cariño- dijo la rey de todos los demonios con una ancha sonrisa, mientras su mirada se tornó escarlata.
-Pero sí así fue como me criaste, querida madre-dijo despreciativo y sarcástico el demonio de mirada escarlata, con esa sonrisa de burla.
-Ya veo, no has cambiado nada, no es así mi querido “Damian” –dijo ella con sorna la última palabra, que molesto al demonio de mirada carmesí.
-Anda Lucifer que quieres aquí en la Tierra, acaso no deberías ver el caso de los ángeles que están atacando el Infierno-dijo Sebastián seriamente y su terrorífica mirada demoníaca.
-¡Oh vaya! Se enojó el niñito de mamá-dijo con una gran sonrisa la demonio que los empujaba con rudeza en la pared del edificio de la Corte donde espiaban a las madres de sus amantes; y apretaba con más fuerza sus cuellos.-Tranquilízate Sammael, he venido a ver un viejo amigo nada más, de paso vi el lugar de vuestros amantes, son unos niños muy hermosos; me sorprende los inteligentes que sois hijos míos, crear un campo de fuerza en los hogares de ambos para que ningún ser sobrenatural se acerque, es digno de los hijos de Lucifer, aunque……… Dantalion, tú has perdido al tuyo no es así, parece que la hija de ese “Dibbuk” encontró antes a tu pequeño rubio, y no solo eso lo ha criado, será difícil para ti romper ese lazo, si deseas llevarte a esa alma dorada-dijo con una sonrisa de burla, mientras le mira fijamente, incomodando de gran manera a Claude.
-No le será difícil, sé perfectamente que cuando Dantalion quiere algo hará hasta lo imposible por tenerlo madre-dijo Sebastián desafiante, mirando con burla al rey demonio.
-Sammael, eso es muy tierno de tu parte defendiendo a tu hermano, me conmueves mucho querido-dijo con sarcasmo la demonio que apretaba con más fuerza a ambos, y estos les costaba respirar.-Pero aunque así sea Sammael, como su madre quiero su bienestar, es solo eso. Por cierto tienes el contrato aún vigente en tu palma, pude notar el sello en la mirada de ese niño, está inactivo, debe ser cuando Gabriel lo convirtió en humano-dijo ella recordando el pasado del que Sebastián quiere recuperar. -Aunque me encuentro muy decepcionada de ambos, no les he dicho mil veces que no sean demonios desesperados de amor, que eso es peor que un demonio enamorado que es débil-dijo ella con un fuerte golpe que les propino a ambos al soltar el agarre, los abofeteo, ninguno de los demonios se levantó de donde estaba arrodillados, la miraron con seriedad.-No se preocupen por ser aceptados por esas damas, solo asesínenlas, láveles el cerebro a los niños, ya saben cómo es-dijo ella como si fuera lo más normal.
-Claro madre, solo así arreglas las cosas ¡tú!-dijeron unísono ambos mirándola mal.
-Está bien niños ya entendí, quieren ser unos caballeros antes de todo, muy bien eso sí estecen alerta, se de buena fuente que Michael no te quiere ni en pintura o en un retrato Sammael y mucho menos tu Dantalion, Sariel trabaja con Michael, recuerden que no importa que hagamos los demonios unos a otros, no dejen que ninguna criatura les quite lo que es suyo……-dijo ella seriamente, los miraba con frialdad y al final desapareció en un torbellino de murciélagos dejando solo la mirada bicolor señalando a ambos demonios.
Ya desaparecida la demonio, ambos se miraron con firmeza, y ese color demoníaco en sus ventanas sobresalían con destreza, después de mirarse ambos desaparecieron de ese techo…………
Pero lo que no sabían era que una figura angelical los miraba desde las oscuras y siniestras sombras, y con una sonrisa de verdad lunática salió con el primer rayo de luna.
-¡Bah! Eres una aburrida Lucifer, ¿qué tipos de consejos les diste con esa charla?, demonios criaturas tan espantosas, y desagradables, verás como el plan de Ash y Angela se dará de nuevo, y cambiaran la visón de los humanos-dijo una voz masculina muy escandalosa, y bastante bizarra, y la figura de un hombre de pequeña estatura sobresalía de las sombras, y unas hermosas, delicadas y enormes alas blancas se sacudían con fiereza dejando un camino de plumas al desaparecer, siguiendo la pista del rey de las tinieblas.
El inicio de un enorme problema se avecina…………
***************En la casa de los Durless*****************
Me desperté, me encontraba en mi cama; sentía mi cuerpo más pesado que cualquier cosa en el mundo, todo mi cuerpo estaba completamente desecho, y al ver entre la luz de unos rayos lunares divise la entrada de la luna por la ventana de mi habitación, observe mi cuarto sumergido en la oscuridad, me rodee por la cama hasta la mesita de noche con la pequeña lámpara, e encendí con extrema pereza y pesadez, para el final notar que me encontraba completamente desnudo, me sonroje abruptamente y recordé que había tenido una noche bastante movida con Sebastián; mis mejillas ardían tal como si fueran llamas, y sabía perfectamente porque mi cuerpo estaba entumecido y agotado.
-¡Maldito Sebastián!-dije en un suspiro lastimero en voz alta, y baje con cuidado la mirada para no encontrarme con algunos de sus comentarios sarcásticos y esos que no me eran de buena parte del demonio.
Pero al ver en el suelo donde está el colchón inflable donde duerme Sebastián, no lo encontré, estaba vacío, ¿por qué esta vacío? ¿Dónde demonios te metiste maldito?, pensé algo asombrado; recordé que madre volvería hasta mañana, esta madrugada y parte de la noche anterior me la había pasado con el demonio en una sección para adultos; como me avergüenzo de lo que pienso.
Deje de pensar en eso y tome del suelo mi ropa interior y el camisón; me coloque los pantaloncillos de dormir y el camisón a medio abotonar, y al salir de mi habitación sentí el frío suelo de madera, ya que mi habitación es alfombrada es cómoda para mis pies, pero fuera de esta el congelante piso de madera estremeció mi cuerpo, lo ignore y seguí mi camino recorriendo los pasillos de la casa de dos pisos del estilo victoriano con detalles al barrocos y una mezcla entre la modernidad y el estilo gótico victoriano.
Entre mis recorridos por los corredores del segundo piso, en la oscuridad del pasillo que levemente se iluminaba por el extraño color rojizo que hoy presentaba la luna llena, estaba solo en mi hogar, mis damas y mi demonio no estaban; ¿dónde están todos?
Divise el reloj de péndulo de madera de arce, con su enorme péndulo dorado que se movía lentamente marcando las tres de la madrugada, faltando no más de dos horas para el amanecer. En eso sentí una heleada brisa deslizarse desde mis muslos desnudos y mi pecho al descubierto por los botones de mi camisón; y una leve caricia en mi cuerpo se sintió de forma tortuosa, era la palma más fría que en su piel congelante podías sentir un cálido sentir, reconocería esa mano en cualquier lugar, era nada menos que…………
-Sebastián-dije en un susurro estremecedor, al sentir como era abrazado fuertemente por aquellos brazos poderosos que solo podían ser de mi demonio.
-Ciel, mi Ciel-dijo con un gravísimo tono de voz, aquel terciopelo que me enloquecía sonaba un poco lastimero, como cuando pierdes la voz por tos, ¿te sucede algo, mi gran amor?-Mi precioso Ciel-dijo de nuevo con esa voz sospechosa.
-Sebastián, le sucede algo a tu voz, y por cierto ¿dónde estabas?-dije de forma pausada y sin alterarme, era más como si mi voz le susurra desde del fondo de mi alma con gran preocupación, me encontraba siendo suavemente acariciado en ese abrazo posesivo del demonio en la oscuridad de los pasillos de mi casa, y el brillo carmesí siniestro de la luna.-Sebastián…-le llame de nuevo, ya que sentía más fuerte su abrazo.
-No le sucede nada que deba preocuparte mi amor, solo……… Fue algo complicado con una mujer bastante vieja e impulsiva, que no controla lo que dice-dijo explicativo de forma suave, me susurra en mi oído.
-Ya veo………Espera….. ¿Cómo que una mujer vieja e impulsiva?, ¿acaso me traicionas con una anciana?, MALDITO DEMONIO INFIEL YA VERÁS-dije en un impulso de celos y me di la vuelta; lanzándome a él, que lo hice caer al suelo y quede sentado sobre su vientre con las piernas por los lados, mientras sonrojado como una manzana le pegaba en el pecho y estaba a punto de abofetear su rostro y fue cuando sentí como detuvo mi mano.
-Ciel, mi querido y amado Ciel, no me dejas terminar te estaba diciendo querido que tuve un malentendido con mi madre, ella bueno….-dijo explicándome la situación, mientras note que me había alterado de la nada y ahora estaba en una pose demasiado provocativa sobre su vientre.-Además…..Será que mi Ciel esta celoso, si yo fuera a ir con otro humano ya sea una mujer o un hombre-dijo en forma de burla y coqueto, el muy maldito que me miraba con ese escarlata brillante, al igual que el rojizo rayo lunar del ventanal con las cortinas a medio cerrar de color vino tinto del corredor.
-Bueno…..Yo…..No sé qué de que hablas…..No estoy celos…..-dije asustado en tartamudeos e incómodo de la situación, que al final no pude terminar mi frase porque sentí como sus labios violentaron mis belfos de forma pasional robándome el aliento y dejándome el rubor carmín dominar mis mejillas.
Sus labios se movían de forma delicada sobre los míos, mientras arqueaba la espalda en búsqueda de acomodar su cuerpo con el mío, en un giro inesperado quede debajo de él, en el suelo frío de madera y sentí como su mano izquierda con fuerza se deslizaba en mi rostro para mover mi barbilla en un impulso de abrir mi boca. Con un delicado tironcito abrí mis labios y sentí su impulsiva lengua cálida entrometérseme en toda mi boca, esta extensión se deslizaba, rodaba y me sacaba suspiros lastimeros de mi cuerpo, porque sus escurridizas manos demoniacas acariciaban mis muslos, mientras su lengua danzaba de forma salvaje en mi boca e invitaba a mi tímida lengua a bailar.
Sentí esas manos deslizarse en mi cabeza, ajustándola para profundizar su beso seductor, sentía que me roba el alma con la fuerza de succión que imponía en ese beso. Cuando por fin sentí que libero mis labios lentamente y sutilmente note esa sonrisa pícara de felicidad; me sonroje, mientras seguían nuestros labios semi-unidos por el hilo de saliva que se encontraba como un puente entre nosotros, después de que él me haya succionado demoníacamente mi alma.
Me miro de forma seductora, hace poco que estaba en mi casa, pero sentía que parecían años que no hubiese visto esa mirada gatuna que ruega por más de mi cuerpo, sabía que quería, podía sentir como escrudiñaba con su mirada escarlata mi cuerpo, y sus manos traviesas se paseaban por mi pecho semi-desnudo acariciando mis pezones, en lo que me estremecía con deliciosos espasmos en cada fibra de mi ser.
-Mi precioso Ciel, mi hermoso y precioso Ciel-dijo en un susurro, mientras su mirada pervertida me mira de forma sensual, como si él me desnudara con solo verme.-Mi Ciel, solo mío…-dijo en un susurro lleno de lujuria dentro de mi oído y sentí el cálido aliento frescor que salió de sus labios inundando mi oreja, y con un desliz mordió con fuerza sacando de mis labios traicioneros un gemidito de placer.
-Sebastián…..mmm….maldito…..me tienes agotado de tanto que me lo haces…..déjame descansar sobre ti nada más….-dije en unos suspiros lastimeros, olvidando todo orgullo, este maldito me había robado parte de la fuerza de mi cuerpo con lo que me hizo al irse mi madre de la casa a sus asuntos.
-Mmmm, lo haría si no fuera mi Ciel tan endemoniadamente bello, y no tuviera tantas ganas de meterse…..-dijo lujurioso pero le interrumpí.-NO LO DIGAS ASÍ MALDITO-exclamé sonrojado y apenado de su forma de hablar tan descaradamente.
-Está bien mi precioso Ciel, hare silencio-dijo cansinamente en un suspiro, mientras me veía fijamente a los ojos y no decía nada en un laxo de unos quince minutos. Me desespere y le llame con un poco de pesadez.
-Tampoco dije que fueras una tumba, idiota anda habla-dije molesto mirando a otro lado, ya que seguía debajo de su cuerpo ahí en el suelo.
-Muy bien……porque no decide que es lo que quiere Bocchan, no estoy para juegos o lo violaré…-dijo con burla, molestándome. Me sonroje a no más a poder.
-SEBASTIÁN-dije asombrado de lo que dijo.
-Mi Ciel es tan bello sonrojado, mmm me dan ganas de hacerles algunas travesuras solo para adultos….-dijo el muy maldito de forma pervertida y un deje de superioridad.
-¡Eres un maldito demonio lo sabías!-exclame molesto.-ESTUPIDO DEJAME……¿QUÉ DEMONIOS ME HACES?-dije enojado, mientras era elevado del suelo y me llevaba entre sus brazos a mi habitación como si fuera una princesa.
-Nada Bocchan, solo quiero que descanse un poco; quiere saber que hice, porque noto que estuvo buscándome en la casa-dijo burlón y una sonrisa con sorna.
-Si quieres….-dije sin darle importancia, no le daría satisfacción a este diablo.
Llegamos mi habitación, me recostó con cuidado sobre la cama y se acurruco a mi lado; me abrace a su pecho como solía hacer; sabía perfectamente que él no dormía; Sebastián me lo dijo, aunque sea así dijo que podía disfrutar de ese placer solo si de verdad gustaría de ello.
Nos envolvió en mis sábanas blancas y después me miró fijamente con una cálida y hermosa sonrisa; de verdad me encontraba con un demonio muy raro, él era como el caballero que toda chica desea tener como su amante, el sueño de cualquier escritora desesperada de amor; enamorada del hombre idealizado en su mente. Y yo Ciel Phantomhive lo tenía en mis manos o mejor dicho él me tenía a mí…
-Verás mi Ciel, te deje descansar y recibí el llamado de mi hermano, él está de visita por el pueblo pero no te preocupes por él ya no está cerca al menos de ti no se acercará…… y la mujer de la que te hablaba era mi “madre”, por llamarlo de alguna forma cariño, pero ella solo quería aconsejarme y por ella es que escuchaste mi voz mal eso fue todo, cuando termine de hablar regrese inmediatamente a donde ti, jamás me iré de tu lado aunque mi cuerpo no esté presente yo estaré ahí……-dijo seriamente y esa penetrante mirada rojo escarlata que estaba despedazando mi alma; todo mi cuerpo se estremeció, o era estúpido pero le creí cada palabra no sabía por qué.
Escuche todo con atención aunque era la primera vez que este demonio me cuenta algo de él, y saberlo hizo mi corazón dar un vuelco y sonrojarme; Sebastián me había dejado saber más de él, de su mundo de demonios y ahora sabía que tenía algo así como una familia; me alegré demasiado y decidí ser comprensivo y no atacarle con miles de preguntas que sabía que no respondería.
-Sebastián y…… Bueno como te fue con ese asunto…-dije algo nervioso no sabía que decirle o responder para no incomodarle.
-Querido mío, puede que antes no te digiera quién soy o qué es lo que escondo, si es lo que piensas, pero verás que te diré todo lo que quieras, por ahora te diré que soy un importante demonio exiliado por amor…-dijo de forma explicativa, era como si leyese mis pensamientos. Sentía como sus brazos rodearon mi cintura y me abrazo fuertemente, y deslizo sus labios a mi nuca escondiéndose en mis hombros y continuo: -Yo te necesito solo a ti, las vivencias de mi pasado o mi vida anterior no necesito recordarlas, o buscar de ellas, solo deseo y anhelo con fuerza más que nada estar a tu lado….Mi Ciel…-dijo en ese perfecto tono aterciopelado, su voz verdadera que detonaba una tristeza y un deje de profundidad, jamás me habían dicho algo tan hermoso y me sonroje demasiado era todo mi rostro de color carmín; llevándome a corresponder con desesperación ese abrazo, y embriagante aroma venenoso que sacaba mis más oscuros deseos carnales y amorosos que sería correspondidos de forma inmediata, si yo quisiese u ordenase; cuando era él con un solo movimiento de sus labios que me hacía entregarme de forma desesperada por amor.
-Sebastián, hazme tuyo….por favor y ahora…-dije con deje de desesperación por sentir amor, por su cuerpo, su entrega, que me haga sentir que me ama, solo a mí, que solo a mí me necesita como fueron dichas sus palabras.
Y me miro con una enorme sonrisa triunfante y llena de ternura; su rostro es un poema; un código del cual sería difícil de descifrar, y al final bese de primero con desesperación…
Nuestros labios se unieron de forma desesperada por mí, no le deje decir palabra alguna y sabía perfectamente que me diría algo, pero no le deje hablar si no que empecé a abrir mi boca para sentir de nuevo ser inundado por esa lengua ardiente. Sus caricias se deslizaban en mi cuerpo de forma abrupta.
Sentí como desabotonaba lo que quedaba de mi camisón y al abrir mis orbes note que él ya estaba desnudo; no sabía en qué momento, pero creo que el demonio estaba más desesperado por sentir amor por mí que yo por él. A lo que le correspondería con gusto y se lo haría saber.
Me deje hacerme y sin tal acto estaba inundado por el aroma carnal de su cuerpo, y con un poco de rubor en mis mejillas al separar nuestro labios deslice mi pierna por su desnuda hombría sintiendo en eses frío contacto como se encontraba ya duro. Así que me rodee hasta el final de la cama con solo mis pantaloncillos puestos, y él me miro extrañado y de un pronto a otro salí al pie de la cama empujándolo a él al respaldar de las mullidas almohadas.
Me coloque entre sus piernas y las abrí sin permiso alguno aunque sentía una tremenda vergüenza y deseaba ser tragado por la tierra; deje todo orgullo y temor atrás; le satisfaría con lo que pudiese, para demostrarle que estoy tan desesperado por él como él por mí.
-Mmmm, mi Ciel quiere un dulce a esta hora-dijo con una mirada de por más pervertida. ¿Alguna vez has visto la sonrisa de la verdadera lujuria con tus ojos? Nos has visto la perversión de la mirada de un demonio, es algo que jamás olvidaré…
-Acaso tienes alguno Se-bas-tián-dije deletreando su nombre de la forma más sensual que pude, mientras le miraba de forma coqueta y de reojo veía ese imponente miembro deseoso de ser atendido.
Sonrío con sorna el maldito y me acerque a su miembro, bese la punta de ese majestuoso pedazo de carne que se encontraba erecto. Y empecé a besar toda su extensión dejando caminos de besos ensalivados alrededor de él.
Así como iba di las primeras lamidas de forma tortuosa, tan lentas y miraba de vez en cuando esa mirada perdida; que con solo las primeras partes de mis lamidas le dejaban la mirada demoníaca a flote. Sentí como sus manos fuertes con esas uñas negras como la noche se enterraban con delicadeza en mi cabeza en búsqueda de que buscara como engullirlo, pero no le di ese gusto, seguí lamiendo con lentitud la extensión de este, hasta que vi como sudaba en seco el demonio y sentía su estremecimiento corporal; y claramente esos gruñidos bestiales al estar en desacuerdo de no engullir aquel bestial miembro.
Lo mire con superioridad y empecé a besar la base y sus alrededores para después tomarlo entre mis manos y abrir mi boca y meterlo completamente; sentía ahogarme con lo enorme que era y sus manos presionando mi cabeza para que empezara. Con todo la fuerza que pude empecé una felación lenta y tortuosa que hacía los ojos de Sebastián tornarse tanto como escarlata y demoníaco. Así seguí hasta que sus manos empezaron a tornar un ritmo que seguí, y aunque me estaba ahogando con cada sube y baja; mete y saca, le complacería hasta el final.
Escuchaba sus gemiditos rudos, suspiros lastimeros y esos gruñidos demoníacos de placer que asustarían a cualquiera, que a mí me excitaba, seguí lamiendo su succionando y mirando su rostro sudoso, sus mechones de cabello que se pegaban a su rostro, con la mirada perdida y ese espectacular y delirante cambio de color de sus ojos que seguían incesantemente cambiando su tonalidad; hasta que me sentía agotado y ahogado, con lo cual mordí fuertemente su miembro sacado un grito sordo con mi nombre, antes de venirse e inundarme de su esencia ardiente en toda mi boca, la cual tragaba con dificulta y me ahogaba de tragar eso.-CIEL-dijo en un grito, que resonó en toda la casa al venirse en mi boca e hizo temblar los vidrios de mi ventana.
Para después sentir como su cuerpo se estremecía de los espasmos en su cuerpo y mirarme con sus ojos felinos fluorescentes de ese rosa demoníaco; para darme una ancha sonrisa pervertida y tomarme de la cintura, cambiando de papel. Sentía como fuertemente me acariciaba y dejaba sus besos en mi cuerpo con tal ferocidad, esas malditas mordidas posesivas; que me dejarían muchos moretones al siguiente día. Y después se posicionó en mi ombligo y con su mano se deslizaba por mi miembro masturbándolo rudamente.
-Te devolveré el placer que me has dado mi pequeño amante-dijo con sorna y sensualidad en cada palabra; resaltado la forma en como me llamo; eso no era bueno, de lo poco que me había aprendido del demonio, el que me llamará “pequeño amante” era la forma que me advertía que sería un completo demonio al hacerme el amor…
Su mano estrujaba con fuerza mi miembro, mientras le gritaba en el oído a él con toda mi voz su nombre, y el mordía con extrema rudeza mis pezones; arqueaba la espalda de manera placentera, sentía su brutalidad en cada caricia, y su mano en ese vaivén de arriba abajo, hasta más no poder.
Escuchaba sus risas y suspiros de placer; mientras yo apretaba fuertemente los ojos y mis manos le jalaban con la misma rudeza su cabello como él me masturbaba; no podía resistirlo cuando su dedo tapaba la punta y esos sensuales movimientos circulares me mataban hasta caer desfallecido.
Él solamente lamía todo mi pecho blanco, mientras mordisqueaba a su antojo toda mi piel; pero di un fuerte grito con su nombre y me he venido en su mano sin decir palabra de aviso alguna.-¡¡¡SEBASTIÁN!!!-grite con fuerza en toda la casa, casi quedándome sin voz, mientras le miraba completamente ruborizado y mi mirada perdida con el sudor en mi cuerpo empapándome, sentía esa placentera y poderosa corriente eléctrica recorrerme el cuerpo de forma tortuosa y deliciosa.
Pero no quedo nada así, ya que sentí como sus dedos los lamias con mi esencia aún en ellos enfrente de mí; como si saboreará algo delicioso.-NO…..ha…gas….no…hagas…e…e…eso-le decía entrecortado. Sonrió de forma macabra y con un deje de perversión.
-Eres delicioso, en todos los sentidos; pero aún no puedes ahogarte de placer cariño, déjame hacerlo bien, verás cómo es caer en el mismo infierno de la lujuria-dijo con mucha perversión en cada palabra; mientras sentí que lamia mi entrada de forma descarada.
Su lengua se entremetía tal cual como una serpiente escurridiza por la entrada de mi trasero, y con ella la expandía haciendo círculos en mi interior, mientras yo gemía incontables veces, y le jalaba el cabello con mucha fuerza, como si le quisiese arrancar.
Empezó ensanchándolo con la lengua, y después metió un dedo; grite un poco incómodo, pero empezó a pellizcar uno de mis pezones; y seguía confundido en el placer; metió el siguiente he hizo figuras de tijeras en mi interior; ya me encontraba inundado de placer estaba desubicado. Se movían de forma cruel en mi interior, pero ya estaba anhelando algo más que solo esos finos dedos; así que con el tercero empezó a simular embestidas y en cada una de ellas gritaba su nombre.
-Sebastián…Sebastián…ya…muévete y hazme tuyo de una buena vez...¡AH!-le gemía entre palabras que deseaba ser más suyo que antes; y el muy bastardo solo jugaba y reía discretamente.
Se colocó sobre mí y levanto mis piernas a los lados, con su miembro lo posicionó en mi entrada y de una sola estocada entro; grite de dolor y placer; estaba lleno hasta la médula. Se quedó estático, mientras me besaba con lujuria en los labios y mis manos recorrían ese perfecto y delgado cuerpo bien marcado.
Y yo mismo empecé a mover las caderas con tal de hacerle entender de qué ya tenía permiso para que continuará y así lo hizo empezó con unas embestidas suaves y delicadas, sacando suspiros de mis labios con cada estocada.
-Sebastián…..más…..miau…miau….miau…-le maúlle cual felino, sabía de buena fuente, y no sé por qué pero en mi mente recorrió un recuerdo pasajero; como si supiera que con eso lo haría encenderse como una llama en la hoguera.
-Mmmm, parece que recuerda muy bien cuanto me gusta los gatos; mi gatito Ciel-dijo completamente lujurioso el demonio; que me arremetió fuertemente contra la cama.
Sus estocadas eran feroces y rápidas; y ahora no le maullaba le ronroneaba de más y más; y con gusto el demonio siguió ahora con esas salvajes y demoníacas embestidas que llevaban su nombre con cada acierto a ese punto que me hacía delirar.
Así siguió mientras con rudeza volvía a masturbar mi miembro; y yo le jalaba con más fuerza ese cabello negro azabache. Pero en un punto específico me hizo arquear la espalda de forma salvaje y venirme sin avisarle, lo cual él también sintió, mientras nos besábamos fogosamente, nos venimos ambos en un grito que separaron nuestros labios.-CIEL/SEBASTIÁN-gritamos al unísono cayendo rendidos en la mullida cama de mi habitación.
Salió de mí unos minutos después que nuestras respiraciones, y jadeos de placer que estaba siendo respuesta a la deliciosa corriente eléctrica que inundo nuestros cuerpos por los espasmos estremecedores del apetito sexual. Se recostó a mi lado, y me abrazo con mucha ternura; seguía agitado y perdido en el placer; pero sentí que susurro algo en mis labios que no llegue a escuchar, estaba inundado y desorientado de aquella entrega pasionaria, así que solamente le sonreía de forma cariñosa, mientras le cerraba los ojos y me unía en un ósculo lleno de todo mi amor; el cual fue correspondido de igual forma inundando mi felicidad.
No quería perderlo, solo mío era ese demonio, y no le dejaría escapar….
Prepárate Sebastián Michaelis; Ciel Phantomhive está enloquecidamente enamorado de ti y jamás escaparás de mí, ¡ENTENDISTE DEMONIO!; pensé decidido después de besar sus apetitosos labios y caer rendido en un hermoso sueño, donde mi protagonista siempre será él.
*******Un lugar entre el Cielo y la Tierra**********
Mientras uno de esos amantes había decidido algo que el demonio, tenía desde hace más de dos siglos como objetivo.
En un lugar en lo más alto de las nubes, sin llegar al hermoso Cielo o paraíso de Dios que anhelan los humanos al llegar; en un hermoso jardín de flores todas blancas y florecientes de un suculento aroma delicioso en un bosque lleno de árboles frutales, que se encontraba unas hermosas mesas del mármol más fino y riquísimo que jamás existiría, compartiendo una copa de un vino exquisito. Entre la espesa y soleada rosaleda se encontraban dos figuras imponentes que bebían el vino de aquellas copas doradas con mucho respecto.
-Lord Michael, está seguro que aún no es momento de atacar-pregunto aquella bizarra vos masculina ocultando la mirada entre sus cabellos blancos platinados como el oro blanco, de orbes purpuras y maliciosas.
-Sariel, mi querido hermano recordad que la paciencia es una virtud hermano, nosotros los ángeles somos seres pacientes, tranquilízate no dejaremos que esas criaturas se roben y proclamen algo que se les ha negado-dijo un hermoso hombre con facciones andróginas, tenía una mirada femenina y un cuerpo de hombre griego, su rostro era precioso, con un aire celestial, al igual que sus hermosas alas blancas que brillaban de gran magnitud y miraba con dulzura al otro ángel de menor estatura y rango.
-Si después de todo los demonios, puede que si puedan amar por orden celestial como castigo por su búsqueda y alimentación de almas humanas; pero si descubren que también los hace fuerte será una perdición en el equilibro Lord Michael que debemos hacer esperar; ¿no sabemos qué exactamente le dijo “Lucifer” a sus hijos?-dijo Sariel con una mirada confundida; mientras el otro ángel se oculta su sonrisa en ese hermoso cabello blanco platinado que brillaba con más esplendor; su largo cabello con reflejos dorados ocultaban una mirada siniestra; peor que la de un demonio.
-Me siento muy ansioso Sariel, volveré a ver a ese cuervo, mi viejo a amigo; hijo de Lord Satán, el señor Satanás como vuestro padre y engendrador, y vuestra madre el Rey de los demonios; y antigua y poderosa ángel, la vieja mano derecha de Dios, y creadora de todos los demonios. No os preocupéis mi hermano, que cuando menos se espere el momento ellos caerán y desaparecerán para siempre…..-dijo el ángel de gran poderío batiendo con poder sus alas blancas y dejaba ver esos ojos plateados como el oro blanco que denotaban un extraño sentir de rencor y odio; muy raro en un ser celestial. Mientras el subordinado alado se unía con una risa bastante escalofriante, como si te riera en tu nuca, colocando te la piel de gallina.
-Sammael, el nombre de mi amigo; murió por tu creación hijo del rojo escarlata; y lleváis su nombre de serpiente, cuando sois un despreciable cuervo, un ser que parecéis un ángel y sois nada menos que un demonio: Sebastián Michaelis el nuevo Rey y Lord de los demonios, caerás cual juego de ajedrez, ya que seremos nosotros que le daremos el jaque mate a todo lo que conoces….-dijo lord Michael con una ancha sonrisa siniestra mientras acaricia el rostro de Sariel y juntos parten al siguiente nivel de los Cielos, el último donde solo los ángeles de gran pureza habitan.
¿Qué traman los ángeles con nuestro demonio, que secretos de un pasado saldrán en una guerra infernal y celestial?