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Rojo Escarlata por Demon Witch

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Notas del capitulo:

Aquí está el capítulo; me disculpo por no subir en dos semanas, he estado muy ocupada; así que les dejo el capítulo de hoy y espero lo disfruten...

Recuerden es 100% mía la novela y los personajes no me pertenecen pertenecen a su respectiva autora.

Demon Witch...

Capítulo 13: “Planeando un engaño con la chica solitaria”.

 

Los jardines del Edén, aquellos boscosos, y enormes prados de belleza, las rosaledas de flores de todas las variedades existentes en la cruda Tierra, más especies florales jamás conocidas por el hombre; era la morada de los seres dignos de la entrada aquel lugar más allá de los cielos terrenales, más allá de los universos conocidos; aquel lugar era solo comparable en magnificencia por su contario…. “el Infierno” , pero no andemos escabullendo el tema; sino refiriéndonos a la más preciosa selva madre jamás conocida; llena de nubes de algodón, un lugar de ríos salvajes y fluidos con la tranquilidad de un monje; sus magníficos jardines de hierba verde de aquel singular esmeralda verdor que nadie jamás ha conocido, además de la flora y fauna que reinaba de forma amigable y sociable sin sus instintos animales de siempre, rodeaban a las almas dignas de los cielos, un nivel entre niveles que eran morada de las almas recibidas en el paraíso; pero aquel lugar más fino, hermoso y lleno de la profundidad del toque de Dios, no solo moraba las almas dignas de él; sino que más allá de ese nivel, estaban los demás cielos donde los ángeles, según su significado, más preciso los mensajeros de Dios habitan; ellos ven todo, sienten todo; y planean todo respecto a ti……… “alma  indigna de Dios”…

Sin perdón de Él, los mensajeros te observan cual ojo del mal; ni su antiguo hermano es como ellos……… “Los ángeles, nos harán caer”.

El paraíso; aquel soñado lugar por todas las almas del mundo, no importa que religión te rijas; siempre buscarás la manera de entrar al lugar sagrado, dónde todas tus virtudes y buenas acciones serán recompensadas…

Un sonido sordo inundo aquel lugar tan anhelado para los humanos; el fuerte golpe de aquella  bofetada, inundo toda la estancia; la piel tersa y nívea del ser alado ardía cual infierno, pero el agresor; un ser de gran  poder  y  malicia, había castigado a su subordinado por la incoherencia con la que había actuado hace dos meses atrás.

-Su eminencia Michael; pero pensé que atacando el hogar de ese maldito demonio, encontraríamos el lugar dónde escondió el sello que puede destruir el infierno; sabemos de buena fuente que después de la primera guerra celestial; Lucifer escondió el sello que puede abrir el infierno a los ángeles; no entiendo cómo, pero creo que tal sello lo oculto, después de la guerra para no permitir nuestra entrada; a menos que sea el alma sacrificada…-dijo el ángel Sariel, cual se encontraba arrodillado en el verde césped del jardín del imponente cielo.

-Oh Sariel-dijo la voz enternecida del mayor; camino hacia  él, con ternura tomo con ambas manos el rostro lastimado y rojizo de Sariel; por las dos bofetadas que recibió de parte de su superior.-No comprendes, que “Sammael” no le interesa su hogar, solo debemos capturarlo a él, claro está que lo conseguiríamos si tuviéramos a su pequeño amante, con eso podríamos llamar su atención; pero increíblemente no encontramos la guarida dónde se esconde ahora, y no es el castillo.-la molestia retumbaba en su voz disgustada.

-Su eminencia….-dijo pero no pudo rechistar, pues fue interrumpido abruptamente.

-Nada de su eminencia; deberás pensar en lo que hiciste Sariel, si no fuese por el hermano Luka, ya te hubiese destruido “Dantalion”, es increíble que el segundo hijo de Lucifer entrara desde el mismo infierno ahí para defender el hogar de su hermano.-dijo asombrado el mayor, mientras se reclinaba sobre el tronco de un imponente roble; en el rosaleda de margaritas, rosas, azucenas; cada una de un dulce aroma.

-Robarle un suicidad a Lucifer fue lo mejor, no es así su eminencia Michael-dijo en forma maliciosa mientras se arrastraba cual víbora a los pies del ángel superior; de gran imponente mirada.

-Tienes razón-contesto dudoso.-Pero en sí, sé muy bien que la reina debe estar de mal humor; pues desde los grandes volcanes de todo el mundo han empezado a hacer que el aroma azufre sobre salga mucho-dijo entre risillas satisfactorias el mayor. Pues bien es conocido por los mensajeros de Dios, que los volcanes no son más que portales al Inframundo, y de ahí los malignos demonios salen; no es de extrañar en aquellos seres alados que el mundo sufra desastres naturales con ellos; pues bien es sabido que una erupción es nada menos que la ira del ángel caído.

En eso que ambos ángeles se miraban; uno maravillado por el mayor; y aquel ser superior miraba la nada del hermoso paraíso, lleno de un césped  más  verde, donde riachuelos que serpenteaban en sus aguas cristalinas del más profundo azul cristal, lleno de rosaledas de flores de miles de hermosos colores primaverales; donde las almas humanas jugueteaban por los lugares; aquellos dignos del Cielo, disfrutaban del banquete de aquella enorme mesa arreglada la cual la más exquisita de variedad de platillos eran tomados por humanos que se paseaban por ahí, jugando con los Serafines y  Querubines que hacían sentir especial a cada una de esas almas; mientras los ángeles veían sobre las nubes de niveles superiores aquel jardín del Edén, donde los humanos dignos pasaban una eternidad perfecta de alegría, paz, bondad y tranquilidad.

Pero su mirada aquel lugar fue interrumpida, cuando los pasos sigiloso de una presencia pequeña; con aquella tonalidad infantil en la voz interrumpió la vaga mirada de aquellos seres alados.

-Su eminencia Michael, y  hermano Sariel; he encontrado como atrapar al amante de “Sammael” y poder atraer al demonio a vuestros menester; que tanto ocupáis desaparecer de vuestra vista aquellos seres impuros lleno de maldad-hablo el infante con voz perdida en la nada; como si no fuese él, él que hablará.

-Oh vaya jamás lo creí posible-dijo el ángel Sariel, sin importancia alguna.

-Vaya, vaya, vaya, vaya…..Al fin alguien sabe cumplir; con mis  deseos, y no comete errores-dijo el superior de aquellos dos, con burda ironía; que sonrojo a Sariel abruptamente, con disgusto miro a otro lado.

-Hermano Luka; cuando nos hagamos desecho de aquel demonio, podrás destruir con tus propias manos a “Dantalion y Abrhael” los demonios que en vidas anteriores y está, te han robado a tu más grande amor………. “Vuestro hermano…Alois”-dijo aquel ángel con una voz pesada y apesadumbrosa, mientras lo último lo susurro maquiavélicamente con tal despeado en el oído del niño.

-Jim-dijo hipnotizado y con profunda tristeza.

-Exacto pequeño; ahora ven conmigo cerca de Dios encontrarás la purificación de tu alma-dijo mayor con malicia, y una mirada seductora…

Ignorado de todo ambiente quedo Sariel, de  ver como un pequeño niño le robaba a su más grande amor; pues hace siglos había estado impregnado de “Eminencia Michael”; pero su eminencia estaba enloquecido por la venenosa idea de purificación de almas del hermano “Ash” en hacer que los humanos se sacrificarán en el caos y crear de la destrucción un paraíso purificado donde él reinará en nombre de Dios, lo cual no funciono, porque Sammael se había metido en su objetivos.

-No comprendo cómo eminencia; prefiere un mocoso suicidad antes que a mí-disgustado  refunfuño.

Pero antes de que empezara a quejarse; un dulce pero lastimero sollozo, empezó a escucharse; y concentro su vista  he oído en el riachuelo de una lagunilla; dónde la imagen de una niña de cabellos ensortijados en dos coletas rubias, con mirada esmeralda; con su rostro níveo y melancólico; veía a sus más grandes seres amados irse con aquellos demonios y un humano cualquiera que tenía una espiritualidad bastante alta, para ser de una religión politeísta; cual no era admitida en el jardín del “Edén”.

Los sollozos que arrugaban el morro de la niña; con su mirada perdida en la vista y despedida de sus mejores amigos; todos junto a su más grandes amores de la vida, y ella abandonada, sin amor, sin consuelo; nadie estaba para que le dijera que era una chica especial, un alma querida; nada, absolutamente nadie estaba para ella.

-Eres perfecta-dijo aquel ser embozando una maliciosa sonrisa.

-Me llevarás justamente a donde quiero; así su eminencia Michael me llevara a ver las nubes de la pasión y no a ese mocoso suicida.-dijo celosamente mientras se ponía en marcha a la Tierra con intención de atormentar aquella débil alma en desosiego de amor.

“Había visto en Elizabeth, una oportunidad de robarle a Sammael a su amante y no solo a él; sino a los demonios cuales buscaba desesperado el pequeño Luka; con tal de hacer ver mal antes los ojos de su gran amor y ser de admiración; haría lo que fuese, hasta hacer el tormento de un humano el arma más grande de otros.

Pues Sariel destruiría lo planeado por su eminencia; pero no sabría las consecuencias que produciría en la Tierra…”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era una soleado atardecer; ese era mi parecer, estaba ansiosa por irme junto con “Soma, Ciel y Alois” a mi casa; pues les tenía preparado té y galletas, deseaba más que nada estar con ellos; pues la esgrima que madre me había hecho practicar irremediablemente me estaba matando, no entendía porque los clubes de la escuela, que solían gustarme tanto me estaban robando la poca alma y vitalidad que tenía, pero jamás espere que la respuesta quebrantará mi corazón en mil pedazos como sucedió ahora…

-¡¡¡Soma!!!- grite eufórica al ver a mi amigo hindú, con sus típicas vestimentas en el corredor de la escuela.

-¡¡¡Oh!!!, ¡¡¡AGNI!!!, ¡¡¡ES POR AQUÍ!!!-grito mi amigo a un chico de tez morena y cabello blanco; que vestía un uniforme de trabajo de alguna tienda departamental; deje de saludar a y llamar la atención de mi amigo, para esconderme detrás de un muro cerca de ellos.

-Agni, no tenías que venir a buscarme tonto-dijo con aquel sonrojo evidente en su rostro moreno.

-Pero…… Si yo solo quería ver a mi príncipe antes de tiempo-dijo el gravísimo tono de voz de aquel joven peli-blanco, en un susurro seductor sobre el oído derecho de Soma; estremeciendo a mi amigo de tal forma, que me sonroje al mismo tiempo que el rubor creía en él.

-Cállate………idiota sirviente…-dijo lleno de vergüenza, mientras observaba a otro lugar.-Anda apúrate y vámonos-agrego.

Comprendí que mi amigo era igual que Alois; siempre he creído que debe ser un hombre y una mujer, pues en la biblia se relata así; pero desde que Alois me abrió los ojos a un mundo que desconocía era el mundo de todos aquellos que aman a sus iguales, me he sentido más sola de lo normal. Supe entonces que Soma estaba impregnado de ese chico…… Error estaba enamorado, y no solo eso, también era su novio, aquella dulce forma de hablar me hizo darme cuenta, sino fuera porque todos los chicos y chicas de la escuela siempre huían como alma llevada por los demonios a su hogar, nadie notaría ese momento efímero de amor entre esos dos.

Bueno inconforme espera a ver a Alois que estaba aún en el salón de clases, pues había olvidado algo, así que sería solo ellos dos, al menos no estaría sola, pues mi madre y padre trabajan tarde este día; y mi hermano se quedaría en el club de la universidad a la cual está en el edificio contiguo de la escuela.

-¡¡¡Alois!!!-llame con toda mi voz, pues no lo note al salir del salón que ya estaba en la acera enfrente de la escuela.

Pero él no volteo a verme, sus orbes como el cielo del verano estaban pegadas a un caballero de mirada dorada; que al ver su expresión inexpresiva e inhóspita de empatía; jure que había visto un monstruo que llevaba una motocicleta negra con decoraciones de telarañas doradas y acabados rojizos, en el satinado negro  de la pintura del vehículo.

Mi mejor amigo, confidente, el único que entendería los sentimientos de alguien con el cabello rubio, pues éramos gemelos de cabello; ya que los estereotipos que catalogan a nuestras cabezas, eran lo que más nos unían; él partía abrazado de aquel delgado y bastante protuberante cuerpo de aquel joven azabache de mirada fría; sentía escalofríos y miedo al verlo; más me estremeció que su rostro se volteó a verme con aquella mirada inexpresiva que de pronto a otro sonrió de forma………¿casi dulce?

Me pareció que sus labios decían “Gracias Lizzy”, no sé porque, pero Alois me había enseñado a leer las palabras entre dientes de las personas, y estaba segura que ese hombre me miraba a mí, y se refería a mí; solo la acción de gritar el nombre de Alois se atoró en mi garganta al ver a mi amigo me miro y su mano en gesto de despedida sobre la espalda de aquel sujeto misterioso.

Ya perdí a mi confidente, a mi gemelo de cabellos rubios; solo me quedaba mi pequeño primo el gruñón   y antisocial inexpresivo para hablar, fue cuando al dejar de divagar entre de nuevo en contacto con el mundo real, pues note que choque con mi primo Ciel, que estaba ensoñado con su teléfono móvil.

-¡¡CIEL!!-grite del susto, y él volteó a ver.

-Lizzy, cuántas veces te he dicho qué no tienes  la necesidad de gritarme-expreso aquel gruñoncito de siempre; sonreí de alegría, al menos lo tendría a él está tarde para olvidar la soledad que me estaba acompañando desde hace dos meses, la cual me estaba succionando el alma en una profunda melancolía.

-¡Oh vaya!-expreso una voz bastante misteriosa, la cual no supe de dónde provenía.

Ambos giramos a ver de dónde provenía aquella voz de hombre que hizo que nosotros nos estremeciéramos abruptamente. Observando al caballero de pantalones de mezclilla semi-entubados, la camisa blanca y bien planchada, que iba con el saco marrón y la bufanda monocromática en su cuello.

-Oh vaya mi pequeño Ciel, eso fue muy grosero con las damita presente, querido-dijo aquel hombre peculiar, que al verlo me hicieron ocultarme de forma instintiva detrás en la espalda de Ciel, pues la mirada carmesí de ese hombre me estaba dando un fuerte espasmo y su sonrisa cínica me dejo sin la poca vitalidad que aún inundaba mi cuerpo.

Me había hecho un manojo de nervios, aquel hombre me aterrorizo más que el chico de ojos dorados que llevaba Alois; este hombre joven me daba un sentimiento de rencor tan nostálgico, una ira que me atemorizaba su penetrante mirada rojiza cual infierno; y no solo fue así, pues mi cuerpo me traiciono diciendo sin mi consentimiento aquello.

-Demonio del infierno-dije inconscientemente.

-¡¡¡¡¡LIZZY!!!!!-grito asombrado Ciel al decir aquello.

-¿Le sucede algo my lady?-dijo la voz aterciopelada de aquel sujeto, hizo que su última frase me calará lo más profundo de mi ser, y mis entrañas se retorcieran cual perro a morir.

-¿Eh?-dije al regresar en sí; ya que mis ojos se perdieron en las ventanas de ese hombre.

No sé por qué pero esos dos me miraban extraños;  pero no los miraba yo; sino observaba las ventanas infernales de aquel hombre de cabello revuelto color negro como la oscuridad que te carcome en alma; no estaba segura pero era sumamente atractivo como diabólico, tenía algo que no sabía descifrar, la inescrutable mirada demoníaca, de un ser salido del mismo infierno; así que lo único que me traiciono fue a verle dicho:

-Sus ojos son como el infierno-dije perdida en las lagunas escarlatas que nublaban mi mente, y además me perdían en un vago lugar que decía yo misma era el infierno, ya que esos ojos, a no más poder me confirmaban ese hecho. Y como si no fuera poco sonrío de forma maquiavélica en lo que parecía ser una sonrisa amable.

-Oh vaya señorita, ¿me pregunto qué vio en mí?-dijo esa profunda voz cínica en lo que me pareció solo hablaba para mí; pues Ciel estaba abstracto de lo que dijo el joven.

No podía moverme de la espalda de Ciel, así que la sujete como un felino a su ratón; pues ese caballero me daba mala espina, y sentía el mismo frío que con el otro hombre con quién iba Alois; pero aquel al menos fue solamente una muralla de inexpresión; este joven apuesto era maldad con piernas y fue cuando conocí que Lucifer tiene nombre y apellidos.

-¡Lizzy!- me llamo- Él es……… Sebastián Michaelis…… Vive con nosotros en mi casa ahora, es un estudiante de medicina en la universidad-dijo con aquel tono de vergüenza que me hizo extrañarme mucho de parte de él.

-Un gusto en conocerla señorita Elizabeth, supongo por el diminutivo, no es así my lady-dijo la seducción aquellas palabras demoniales; pues fueron perversas como seductoras, que me estremecí con solo escucharlo, y mis ojos se abrían cual platos, por la voz de aquel hombre de cínica mirada.

-Un nombre como Elizabeth me parece muy bello señorita; me recuerda al de una marquesa o……………Mejor dicho una  “reina”, fue una perfecta escogencia la de sus padres, ya que la dama presente es igual a la cortesana de la realeza-expreso de forma dramática y amable aquel misterioso caballero; cual sus palabras me avergonzaron mucho; nadie me había dicho eso jamás, así que mi corazón se estremeció, y no sabía si eran verdaderas o solo era una falacia sarcástica y llena de ironía que venía de él; pues me pareció la hipocresía de un demonio.

-Lizzy es mi prima Sebastián, su nombre es correcto ella es: Elizabeth  Middleford-me presento educadamente, y me miraba como si fuese mi responsabilidad aceptar aquel caballero

-Un placer-dije tartamudeando.

-El placer es mío, my lady-dijo de forma seductora, mientras tomaba mi temblorosa mano y depositaba un ósculo de frialdad en ella; pues sus labios eran peores que el hielo, y veía el rojo carmesí mirarme con detenimiento, como sí  buscase  en mi interior mi alma; sentía que podía leerme el pensamiento.

-Tanto así no….My lady-susurro al despegar sus labios de mi mano.

Ciel nos miraba con un rubor leve en sus mejillas, su cara de desagrado fue disparada como la bala de un rifle a mi rostro; pues parecía estar celoso de la atención del caballero a mí.

-Ciel-le llame asustada-Tú seguramente te vas con él….verdad…-exprese con timidez y con deseo que solo Ciel me escuchase; pues aquel hombre me escrudiña con su mirada atemorizante y bastante preciosa que me daba muchas ganas de salir corriendo; no sé por qué pero sentía que Mefistófeles charlaba con mi primo.

-¿Ah?, oh sí Lizzy; Sebastián trajo el auto, así que voy directamente a casa con él; sus clases terminan a la misma hora que nosotros en la escuela, así que me iré con él, tengo mucha tarea acumulada por algunas distracciones en mi casa-explico mi primo; pero lo último que dijo lo expreso muy sonrojado mientras de reojo veía al moreno que sonreía amablemente, que tachada más mentirosa de parte de él; esos dos eran muy evidentes que eran amantes, novios o lo que sea son los hombre con hombres; pues en sus rostros el brillo del amor les inundaba, y eso me molesto; ya que perdí a todos mis amigos por hombres.

-Muy bien Ciel; esperó puedas terminarla, así que visítame pronto por favor; ya ha pasado mucho que no vas a mi casa, le diré a los otros que vengan también; y por supuesto estás invitado misterioso amigo de Ciel-dije en un tono perverso, lo que mi primo me miró extrañado por que mi voz dulce sonaba bastante cínica; pero quería conocer a fondo los ladrones de mis más queridos amigos.

-Me encantaría muchísimo señorita, asistir, muchas gracias por invitarme-dijo de forma encantadora con una sonrisa gentil.

- Sé que no le defraudaré en encontrar a esos ladrones que robaron lo que usted cree poseer, my lady será como antes…-susurró en mi oído el mentolado aliento con su voz aterciopelada en mi oreja; aquellas palabras me hicieron estremecer de forma abrupta y mi rostro se tornó trastornado; ¿cómo supo lo que pensaba? No era que no podía…

-Hasta mañana Lizzy, salúdame a mis tíos y Edward, ten cuidado sí-dijo Ciel que caminaba adelantado de aquel hombre que me miraba divertido.

-Qué pase una bonita tarde señorita Elizabeth; fue un placer verle de nuevo, siempre tan hermosa como aquella vez………Pero recuerde que Bocchan siempre será mío, ni en aquel momento y menos en está era será usted su dueña; recuérdelo ya que no me gusta repetírselo a las personas, lo que piensa es lo correcto; del mismo infierno vienen mis ojos-dijo aquello con la mirada siniestra en forma de amenaza hacia mí; estaba aterrorizada de sus palabras, que me paralice de escuchar esa voz malévola.

-Hasta muy pronto……… “Elizabeth  Ethel  Cordelia Middleford”; y recuerde qué el nombre de Mefistófeles es: Sebastián Michaelis, y siempre estará con su Ciel…… Corrección  my lady…MI CIEL- dijo aquel demoníaco joven que se giraba con elegancia y caminaba pausado como una sombra sobre mi amigo y primo.

Estaba anonadada mirando como ese hombre era una sombra de maldad en la espalda de mi primo; y la pregunta qué me mataba eran miles de interrogantes que no me dejaban respirar.

-¿Quién demonios eres?, ¿cómo es qué conoces mi nombre completo?, demonios como sabes tanto de mí; ¿qué fue toda esas palabras y frases sin sentido?, acaso me amenazas “Mefistófeles del Inframundo; no dejaré que le hagas daño a mi Ciel-me exprese de forma seria, mientras escuche una risilla maquiavélica en mis oídos acompañada de un susurro helado.

-Eso veremos; pues no es daño lo que le haré; pero no te dejaré que me robes mocosa-se escuchó su voz en mi cabeza; si no fuese porque ya se habían ido, juraría que tenía a ese chico en mi espalda; me estremecí, y salí de la institución con una pregunta contundente.

¿Quiénes son esos hombres qué enamoraron a mis únicos amigos?, fue lo que pensé al caminar por las calles de la cuidad de Sorry, con la idea de qué sería mensajeros de Satanás o solo es que ellos encontraron el amor y yo no….

 

“Estoy sola…. Y mis amigos al fin tienen alguien especial a diferencia de mí”. Fue lo único que pensé ya que todo se volvió oscuridad de un pronto a otro.

 

 

Notas finales:

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Pronto subiré capítulo y explicaré en la próxima vez mis atrasos con la novela por ahora espero lo hayan disfrutado este capítulo; y si les pareció extraño me gustaría que me lo hagan saber en sus comentarios...

Demon Witch...


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