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Rojo Escarlata por Demon Witch

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Notas del capitulo:

Hola he traido el segundo capítulo de mi nuevo proyecto, este cpítulo va para Etsuko, espero lo disfrutes...

Ya saben los personajes no me pertenecen y la historia es cien por ciento mía.

 

 

Capítulo 2: Una nueva amiga y una decisión.

Voltee mi mirada y todo cambio……………

Al girar mi cabeza y posar mi vista al bosque que se encontraba cerca de la escuela, lo que vi me hizo pensar que estaba equivocado, o tal vez estaba dormido y soñaba; pero en fin lo que observo es una mujer una anciana, con harapos de vestido, se nota que es muy desgatado y viejo, su cabello es blanco y lo usa en una trenza pero un flequillo demasiado largo tapa su ojo izquierdo. Ella está arrastrándose en el barro, donde hay mucha maleza y árboles con sus raíces sobresalientes del suelo, ¿pero qué es lo que busca?. Cuando agudizo la vista noto que perdió su bastón y unas gafas, debe ser eso lo que busca con prisa como para arrastrarse en el fango.

No sé por qué pero algo me hace levantarme e ir a donde esta esa vieja moribunda y eso hago; me levante, con libro en mano camino en su dirección, apartándome de los otros chicos que juegan en los charcos.

Llegue a donde ella y tome su bastón y lentes, que peculiares eran ambos, sus lentes eran de color rojo con plateado muy brillante y su bastón en la parte superior tenía la cabeza de un cabro cornudo, el resto de su cuerpo era negro, pero la cabeza llama mucho tu atención ya que es de plata.

-¿Señora se encuentra bien?-dije de manera dudosa si debía acercarme más.

-Ah no, no sé dónde están mis cosas-dijo confusa y un tono de voz aguda.

-Aquí están señora-dije con mi tono normal y dándoselos en las manos, ya que me incline un poco.

-Ah que jovencito tan bueno-dijo con un tono de voz que me pareció siniestro.

Entonces sentí como algo se sujetaba de mis pies, al bajar mi mirada al suelo note que las raíces de los árboles capturaban mis piernas y se enredaban más y más……..

-¿QUÉ DIABLOS?-grite desesperado.

Y note como la anciana se ponía de pie con su bastón y reía de manera tétrica. Al final caí en la oscuridad profunda y no recuerdo más.

 

 

 

Desperté acostado en una cama, al abrir mis ojos note que estaba en una habitación, las paredes eran de madera y se sentía la húmeda en el ambiente, la madera era muy desgastada y vieja, al igual que la cama que tenía sábanas de color marrón claro con olor a viejo. Entonces la puerta de enfrente se abrió y entro por ella, la anciana.

-Dime anciana, ¿dónde estoy?-dije con mi tono de voz frío e inhóspito de empatía hacia la vieja.

-Vaya eres un nene altanero, pequeño niñito-dijo la vieja con su tono de burla.

-No soy un niño-dije molesto, sin importar donde esté jamás le mostrare debilidad a alguien.

No me contesto la vieja, note que de su delantal con muchos remiendos; saco un abanico color negro se tapó el rostro y se abanicó varias veces, cuando de pronto un humo espeso color negro inundo la habitación, y no pude ver a mi captora, hasta que se desvaneció el humo y note que la anciana desapareció, y lo que estaba era una bella mujer de caderas voluptuosas, senos grandes y un largo cabello blanco liso y suelto que se deslizaba al vaivén de su caminata hacia mí.

Mis ojos se abrieron como platos y quede con la boca abierta, la vieja se transformó en una bella mujer.

-Te gusta lo que ves Ciel Phantomhive-dijo la mujer ahora.

-No, dime quién eres y por qué me tienes aquí-dije enojado y con mi semblante frío.

-Verás, yo soy una Bruja Demoníaca, soy la sierva de la gran “Lilith”, mi maestra me encomendó recolectar almas para su festín,  y tú eres el nuevo bocadillo de mi ama-dijo con burla la mujer de mirada carmesí, sus ojos eran del mismo color que un vino tinto.

-Y si me niego a qué tu ama me coma-dije altanero y sin ningún miedo de esa bruja.

-Eres valiente, tranquilízate no te daré a mi ama, ella no come niños, no les satisface sus almas son muy pequeñas e inmaduras-dijo burlona.

-Entonces ¿qué quieres de mí?-dije molesto por su comentario.

-Me ayudaste, verás Ciel perdí este lindo bastón, mientras peleaba con unos leñadores y tú lo recuperaste para mí sin mis lentes en mi transformación de anciana no podría ver criaturas sobrenaturales y mi bastón es donde guardo mi poder-dijo la bruja como si yo llegara entender eso, como si fuera lo más normal del mundo para entablar una conversación.

-Deberías ser más cuidadosa-dije mirando a otro lado.

-Que niño tan lindo-dijo con voz mimosa.

-No soy un niño y no soy lindo-dije molesto y ruborizado.

-Por cierto cómo es qué sabes mi nombre-pregunte ya que me dio curiosidad.

-Ah es fácil las brujas sabemos eso viendo el alma de los demás, lo supe al omento de ponerme estos lentes-dijo colocándose aquellos lentes rojos.

-Puedes ver un alma con eso-dije dudoso.

-Sí, se los robe a un shinigami-dijo como si no fuera gran cosa.

-Aja un dios de la muerte-dije con sarcasmo.

-Estás hablando con una bruja al servicio de una “Diablesa de Lucifer” y te atreves a ser sarcástico, vaya niño-dijo burlona, pero con seriedad.

-Ya te dije que no soy un niño, bruja sorda-dije molesto.

-Está bien-dijo con tranquilidad.-Mira señora Bruja debo volver a la escuela-dije con tranquilidad y frialdad.

-Ah no soy señora Bruja ni…digo Ciel, soy Abbygail pero me dicen “Madame Gail” a tu servicio.-dijo la bruja con orgullo y una reverencia chistosa.

-Verás Ciel, yo solo quiero agradecerte el pasarme mis lentes, en mi transformación de anciana soy muy torpe-dijo despreocupada y sonrojada.

-Entonces debes cuidar mejor tus cosas-dije observando a otro lado.

-Si querías agradecerme, por qué me trajiste a tu casa, supongo es tu casa-dije mirando a todo lados.

-Ah, fue por qué, hay algo en tu alma que note con los lentes qué atrajo mi atención-dijo preocupada.

-¿Qué quieres decir?-dije algo interesado.

No contesto y se acercó a mí me tomo de manera brusca, y jalo mi cabeza hacia atrás, forcejee pero parecía ser mucho más fuerte que yo; solo la tela negra del vestido rozaba mis brazos.

Con sus dedos abrió mi ojo derecho y hablo.

-Lo sabía en tu ojo derecho está la marca de la bestia-dijo en euforia.

-NO ES ÉL-grito histérica después de soltarme y empezó a saltar asustada.

-ÉL-dije asombrado.

-Mira niño, estás de verás mal, ¿dime has soñado con el rojo escarlata? Has vistos cosas de ese color-dijo asustada mientras apretaba fuerte su bastón.

-Bueno…..Verá…..Yo he soñado con unos ojos-dije sonrojado ya que esos ojos eran los del amante de mis sueños.

-No puede ser te gusta la bestia, eres su amante-dijo asombrada.

-Cállate no sé de qué hablas-dije sonrojado como una manzana.

-Mira Ciel, tú estás sellado, tienes dueño…..y….-dijo asustada pero fue interrumpida cuando una puerta se abrió; y  resonó en el lugar.

-No puede ser está aquí-dijo asustada mientras con su bastón en mano; y se levantaba el vestido sacando una daga.

-¿Quién?-dije asustado por primera vez.

Se acercó y me susurro en el oído.-Tú amante, ese con él que sueñas-dijo con voz asustada. Me sonroje ella, dijo que el caballero de mirada escarlata es mi dueño.

Entonces el bombillo de la habitación  explotó;  se sintió una pesada neblina surcar la habitación;  y miles de pedacitos de vidrio cayeron al suelo y la oscuridad sumergió toda la alcoba.

-Ciel, no te muevas-dijo Abbygail.

-¿Por qué?-dije algo asustado.

Entonces sentí unas manos frías tocar mis hombros, eran pesadas como las de un hombre. Y una de ellas me acarició el rostro de manera dulce, esa caricia de esa mano tan fría como hielo, esa caricia es exactamente igual a la de él.

Y entonces una voz tétrica y espeluznante resonó en la habitación.

-Ciel- me llamo esa voz, era una voz horripilante pero conocida para mí, era como el terciopelo, como la del caballero de mirada escarlata.

-No lo toques-dijo la bruja enojada.

-Es mío bruja,  ni tú ni tu ama me lo quitará-dijo la voz tenebrosa con ese fino toque de burla y maldad.

-¿Para qué quieres a ese niño?-dijo Abbygail preocupada.

-No le diré a una simple bruja nada sobre mis planes-dijo la voz masculina espeluznante que cada vez que hablaba sentía una caricia en mi rostro. Me sonroje mucho pero la oscuridad lo ocultaba, pero podía sentir un pecho amplio en mi espalda, y un bulto cerca de mi trasero que me empezaba a inquietar la posición.

De pensar en eso me sonroje e intente alejarme pero me sujeto un fuerte brazo.-No creas qué escaparás siempre de mí Ciel-dijo la voz masculina.-¿Qué es lo que quieres de mí?-dije algo avergonzado ya que su brazo me había hecho girar y ahora mi rostro estaba sumergido en lo que era su pecho.

-Mi precioso Ciel-dijo esa voz que en vez de sonar aterradora, estaba sonando cariñosa. Esa frase es igual a la de mi amante misterioso, esperen será qué este ser que me tiene en su pecho es él.

-Abbygail más te vale regresarlo a su escuela, sino te mataré bruja de pacotilla, no lo vuelvas a ver y no te atrevas a hacerle algo, te vigilare entendiste-dijo la voz masculina, que hablaba amenazante y no me soltaba con su brazo rodeaba mi cintura en un abrazo.

Me sentía protegido pero a la vez, sentía curiosidad, miedo de saber quién es.

-Él me ayudo solo le agradecía su ayuda, no creerás que le iba hacer daño, y por qué debería devolverlo, tal vez pueda hacerme compañía por algún tiempo-dijo nerviosa la bruja Abbygail.

-¿A quién crees qué engañas mujer?-dijo con burla y sarcasmo.

Entonces sentí como su mano se deslizo a una de mis nalgas y la apretó, gemí de sorpresa y eleve mi mirada; y ahí estaban esos ojos escarlatas de nuevo.

-Mi lindo Ciel, cuídate querido nos veremos pronto mi pequeño amante-dijo eso susurrante y seductor sobre mis labios, para al final tomarlos en un apasionado beso, mientras con fuerza apretaba mis nalgas. Me sonroje y no pude más que corresponder, era tan familiar, tan conocido, era tan él.

No pude protestar nada, sentía esa familiar lengua rondar toda mi boca, y al momento que me soltó, pude decirle algo.-¿Quién eres?-dije con dificultad.-Eso tendrás que averiguarlo tú-dijo con sensualidad, me sonroje ya que aún tenía su mano en mi trasero e intente moverla pero me no me dejo, su otra mano era más fuerte que las dos mías.

-¿Por qué no nos dice quién eres?-dijo Abbygail con curiosidad.

-No quiero, tú sabes quién soy y él  quiere saber de mí debe buscarme-dijo el caballero de mirada escarlata con arrogancia, eso me ofendió.

-Por qué debo buscarte, tú eres él que se aparece idiota y me molesta los días de luna llena en mis sueños-dije enojado a gritos por la ofensa, que criatura tan arrogante y soberbio.

Entonces sorpresivamente sentí un golpe en mi cabeza y la oscuridad en la que estaba volvió aparecer.

 

 

Me desperté, estaba en la escuela qué fue lo que me paso, por qué estoy aquí, ¿esperen está es la escuela?.

Me levante y me encontraba en la enfermería de la escuela pude notarlo mejor a mirar la habitación blanca con unas camillas y muchos estantes llenos de frascos con medicina.

-Hay Ciel te encuentras bien-dijo la voz de la enfermera, si no mal recordaba ella se llama Paula.

Si era Paula, pude divisar su rostro blanco y sus marrones ojos al igual que su cabello.

-Sí, ¿qué me ha pasado?-dije un poco confundido.

-Un joven universitario te vio desmayado cerca del límite de la escuela y el bosque-dijo ella preocupada.

-¿Un joven universitario?-pregunte dudoso.

-Si era un chico muy guapo, blanco, alto y de una hermosa sonrisa-dijo ella ilusionada y muy sonrojada.

-¿Qué hacía un universitario en la escuela?-dije inconscientemente.

-Las aulas de los cursos de ciencias naturales aún no están listas, así que les prestamos una de las aulas de secundaria-dijo ella respondiendo mi inconsciente pregunta.

-Ya veo…-dije algo intranquilo.

-Tu madre viene a recogerte, solo perdiste las tres últimas clases; y recuerda no jugar cerca del bosque, tienes suerte que ese chico tan apuesto te haya rescatado antes-dijo ella a modo de regaño.

-Si claro-dije con sarcasmo.

En eso la puerta de la enfermería se abrió, y entro mi madre; ella venía con su traje blanco de enfermera y una gabardina color marrón oscuro que solía usar siempre.

-¿Cariño estás bien?-dijo preocupada mientras me llenaba de besos el rostro y me asfixiaba con rudeza por su abrazo.

-Sí, madre por favor suéltame me asfixias -dije ahogado en su abrazo.

-Oh claro, disculpa querido-dijo avergonzada y me libero.

-Vamos, querido te llevare a casa-dijo mi madre mientras me levantaba y me despedía de Paula.

Pero recordé que ella menciono un chico que me ayudo, pero yo estoy seguro de haber conocido a una bruja que me dijo que tengo un dueño, y ese dueño es el caballero de mirada escarlata, o será que me desmaye y me soñé eso de una bruja y aún sigo soñando tonterías con ese que digo que es mi amante misterioso.

Mientras subía el auto de mi madre, un “mini-cooper” color azul oscuro con unas franjas blancas en su capo; pensé en todo lo que me sucedió; será que me imagine lo de la anciana y eso de transformarse en bruja y esa conversación extraña,  lo de que en realidad estuve a así de cerca de averiguar del misterioso caballero de mirada escarlata, y de su conocimiento sobre mí.

-Mi libro-dije bajito, ya que lo recordé.

-¿Qué sucede querido?-dijo mi madre preocupada.

-Nada madre olvide un libro, bueno olvide “Vampyr”-dije tristemente.

-Te compraré otro querido, no te preocupes-dijo ella a manera de animarme.

-No es nada mamá, sabes solo era un libro viejo-dije amargamente. Pero era mi libro favorito después de todo.

De ahí no hable en todo el camino, hasta llegar a casa y me encerré en mi habitación con la excusa de cansancio por mi desmayo. Ella jamás me molestaba, sabía darme mi privacidad y no preguntar nada que yo aún no estuviera listo a responder.

Entre en mi habitación me di una ducha caliente y me puse el camisón de dormir, abotone los botones, mientras buscaba en mi mochila mi libro pero recordé que lo perdí en la banca cuando leía, y vi entonces esa mujer anciana que se convierte en jovencita y los sucesos que al final, que catalogue como producto de mi imaginación.

Seguía caminando por mi cuarto y sentí mi estómago rugir, seguramente mamá debe estar haciendo la cena, iré a ver que preparó y volveré para escuchar música.

 

 

 

En otro lugar:

En un bosque verdoso y lleno de oscuridad que traía la noche de lluvia de ese día, en una pequeña y humilde cabaña de madera vieja y desgastada, que podías sentir la húmeda del ambiente en su paredes.

En una pequeña sala de estar, sentados frente a frente con una mesa circular con un mantel rojo tinto y una vela sobre está que iluminaba tenuemente la habitación de esa cabaña. Habían dos seres uno poderoso y temido desde que el mundo se originó y una simple alma en pena que alguna vez fue humana.

-Dime Lord Tinieblas, ¿qué haces en el mundo humano?-dijo la voz femenina de una mujer joven.

-¿Qué crees qué hago divertirme y no me llames “Lord Tinieblas”, suena muy vulgar y poco creativo-dijo una voz escalofriante y aterciopelada, al ritmo muy varonil de un hombre.

-Bien, Lord Michaelis qué es lo qué quieres con ese chico-dijo la mujer.

-Abby, eso no es de tu incumbencia, qué seas una fiel seguidora de mi hermana, no significa que te diré-dijo Lord Michaelis.

En eso la tenue luz de la vela se ilumino fuertemente como una llama y se pudo apreciar un hombre sentado en una silla acolchada, a piernas cruzadas, y unas enormes alas negras que sobresalían en su espalda; llevaba unos pantalones de cuero negro muy ajustado que podías apreciar el enorme bulto en su entrepierna, y una camisa negro satinado muy holgada como si fuera la de un pirata, pero que lucía perfectamente en su cuerpo, dejando ver su pecho marmóreo por tres botones sueltos. El rostro de ese hombre era perfecto, sus facciones eran atractivas, su sonrisa llena de sadismo con cinismo era muy peculiar, su cabello negro azabache y algo desordenado lo hacía verse como un hombre joven, pero la más alarmante eran esos ojos rojos escarlatas tan brillantes como la sangre de miles de personas siendo torturadas para así derramarse en un mar de dolor, tan llena del vacío abismal, era como ver el infierno en esa ventanas. Sus orbes escarlatas relucían más que cualquier rubí, más llamativas que cualquier cosa existente, la profundidad de su mirada te calaba cada fibra de tú ser y te pedías en las cuevas del averno.

-No sé qué planees pero no te metas con mi ama, y déjame tranquila, soy una buena bruja; le consigo a mi ama sus almas y vivo para siempre-dijo llena de satisfacción la bruja.

-Eso lo sé pero sé qué intentaste dárselo a mi hermana, ¿crees qué perdonaré que hayas casi intentado dárselo de bocadillo a esa demonio? Él es mío Abbygail, es mío y tú lo tocaste con tus sucias manos de bruja apestosa.-dijo enojado Lord Michaelis, que se levantó de su asiento eufórico y comenzaba agitar sus alas de manera violenta mientras sujetaba con rudeza el cuello de la joven bruja.

-Me matarás por un niño-dijo la bruja con risa nerviosa mientras su risa se detenía por lo fuerte que apretaba su cuello.

-No es un niño, es mi amante, es una hermosura y delicioso, al fin he encontrado en este apestoso mundo un ser que es digno de mí y lo mejor es que sin importar como lo ataque él corresponde de manera estratégica, su alma es inusual, su cuerpo es de la medida perfecta para mi satisfacción personal y es un verdadero encanto de humano-dijo con ilusión mientras sus ojos escarlatas se volvían felinos de un rosa purpureo.

-Pareces qué eres un demonio enamorado, ¿qué pensará de eso Lucifer?-dijo la bruja en sus últimos segundos de vida por la fuerza del agarre.

-No me interesa lo qué piense, esa alma azul, ese cuerpo terso, esa criatura completamente orgullosa y sumisa a la vez es mía; puedes llamarme enamorado aunque sabes que no podemos amar-dijo con burla y orgulloso de lo que era una verdad.

-AH no me mates Lord Michaelis-dijo en las últimas la bruja; ya que sintió como las largas uñas negras se encarnaban en su cuello y el líquido rojo se escurría lentamente por la herida. Mientras la otra mano libre se incrustaba en el pecho donde estaba su corazón

-No, será más divertido verte morir, tú osaste tocarlo y peor querías dárselo a Lilith, jamás perdonare eso-dijo mientras con más fuerza apretaba su cuello.

Hasta que un sonido como “crack” inundo la habitación y un cuerpo desmedrado salpico toda la habitación de sangre, órganos y piel con huesos aún adheridos mancho esa pequeña sala de estar en la cabaña.

-Ah me he ensuciado, bueno hora de irse a ver a mi preciosa gema azul-dijo Lord Michaelis con una sonrisa pícara.

-Ah ya quiero sentirte, quiero sentir tu trasero estrujar mi miembro delicioso amante-dijo de manera sensual mientras cerraba sus ojos y entraba en un éxtasis de imaginarse al niño sucumbido en sus garras.

-Ah que delici…..Pero qué tenemos aquí es tu libro Ciel, parece que lo olvidaste de tu pequeña aventurita al bosque, mi niño travieso-dijo Lord Michaelis que tomo el libro y lo limpio de la sangre que le había caído.

Lo guardo en una de sus bolsillos de la gabardina negra que se colocó y al salir incendio la cabaña de lo que alguna vez fue el hogar de la bruja Abbygail.

-Parece qué no tendrás qué esperar a la luna llena mi amor-dijo seductor mientras se iba volando de las llamaradas de fuego que inundaban ese bosque negro.

 

 

 

En la casa de Ciel Phantomhive:

Me encontraba en el desayunador de la casa, mi madre me preparo un emparedado ya que se encontraba muy cansada del trabajo solo le pedí eso y se fue acostar a dormir. Madame Red en cambio llegaría hasta las seis de la mañana; y madre estaba muy cansada, ya que tuvo que atender a unos idiotas universitarios que estrellaron una mini van en una pequeña tienda. Pobre mi madre, por eso decidí no molestarla y no preguntar ya que ella es igual que yo, no contestará nada que aún  no se sienta cómoda de responder.

Termine de comer y lave el plato, aunque no haga esto seguido lo hice para ver a mi madre descansar. Me fui a mi habitación está en el segundo piso en la ala oeste ya que el ala este son dos habitaciones juntas donde duermen mi tía y mi madre.

Al entrar a mi alcoba encendí la luz, tome los audífonos del escritorio y camine con dirección a la cama y entonces me sorprendí, en la cama estaba mi libro “Vampyr” está ahí sobre la cama y está bien.

-¿Pero qué demonios haces aquí?-dije asustado y asombrado. Aunque muy feliz, ya que ese libro lo compre con mi propio dinero, fue como si una voz me digiera “debes tenerlo sé qué te gustará” y desde entonces me he enamorado de la historia y jamás me aburro de leerlo.

Lo tome y abrí el libro en la primera hoja; había un mensaje escrito con tinta roja, yo jamás le he escrito algo; y lo que leí me dejo petrificado.

 

Querido Ciel:

Mi hermoso niño has dejado en el olvido unos de tus tesoros, muy pronto nos veremos, aún no puedo dejarte ver mi rostro amor, tú sabrás pronto de mí, ya que si deseas tenerme debes buscarme. No juegues con brujas y con nadie más niño travieso eres mío, solo mío, en cuerpo y alma mío.

Recuérdalo mío, siempre mío, soy tú dueño jamás te escaparás de mí, puedo verte ahora  mismo y no sabrías encontrarme.

Nos veremos en tus sueños, ya quiero poeseerte de nuevo!!!

Tú dueño…..

Cada párrafo me dejo helado y ofendido, yo era el juguete sexual de ese hombre si es que esa criatura era un hombre; entonces lo qué sucedió fue verdad; sentía miedo, ansiedad y enojo, quiero saber quién es ese qué se hace llamar mi dueño. Por qué me ha sellado esa criatura, qué intensiones tiene conmigo, por qué no puedo saber de él.

-Parece qué si deseo saber de ti debo buscarte- dije con frialdad y molestia.

-Te encontraré misterioso hombre de ojos escarlatas, no te dejaré jugar conmigo entendiste si me escuchas, ¡NO SOY TUYO!-dije decidido y firme jamás me arrepentía de nada y me prometí a mí mismo encontrar al caballero de mirada escarlata.

En la ventana del ojiazul, una figura que se posaba en un árbol cerca a la ventana donde observaba al niño azulino mirar el libro con decisión decía:

-Encuéntrame pequeño amante, mi pequeño Ciel Phantomhive, veamos que tanto puedes encontrar a un demonio-dijo Lord Michaelis que estaba de pie en una rama del árbol, espiando al niño, mientras sus ojos se tornaban felinos con un rosa purpureo y su sonrisa de sadismo deslumbro esa noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero le hayan gustado y sino me gustaría saber que no les gusto... Y seguramente el domingo actualizo o mañana en la noche...

Demon W....


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