Capítulo 3: En busca de pistas de un amante.
Los rayos negligentes del sol tocaron mi rostro, que molestia de parte del sol esta mañana que empezaba a salir.
Abrí perezosamente mis ojos, y sentí un terrible dolor de cabeza y mi cintura me estaba quebrando en dos piezas. Pero todo fue por ayer por la noche del viernes. Ayer no pude dormir en toda la noche, todo por ese mensaje en tinta roja en la primera hoja de mi libro.
Ese hombre, o lo que sea que es; averiguare una vez por todas quién es, no lo dejare jugar conmigo, sé que quiere algo de mí, pero por qué me acosa en mis sueños y qué significo lo de ayer; no puedo estar tranquilo, jamás he amado a nadie, por qué hay algo en él que me lo hace imposible de olvidar en mis sueños aunque no lo haya visto; no sé si yo lo amo…..Pero sí sé que nunca he podido sentir atracción por otra persona, es cómo si no pudiera amar……
Al abrir mis ojos me di cuenta que estaba en el suelo de mi habitación o mejor dicho estaba de cabeza; mis piernas están sobre el colchón de la cama y yo estoy en el suelo. Me levanto y empiezo a recordar que fue lo que me paso.
Flash Back:
-Te encontraré misterioso hombre de ojos escarlatas, no te dejaré jugar conmigo entendiste si me escuchas, ¡NO SOY TUYO!-dije decidido y firme jamás me arrepentía de nada y me prometí a mí mismo encontrar al caballero de mirada escarlata.
Después de prometerme encontrar a ese hombre; no puedo dormir ya que estoy inquieto, ¿no sé por qué? ¿Será posible qué me él me he esté observando? Jamás me había sentido lleno de tanta incertidumbre, no sé por qué pero no podré conciliar el sueño de imaginar que entre a mi habitación y quiera…….Bueno supongo qué no podría hacer nada si él me atacará, pero al menos sabría quién es, es lo único que me gustaría saber aparte de conocer cuáles son sus planes conmigo.
Estoy deambulando por mi habitación como un alma en pena y siento que me observan, no puedo dejar de leer el mensaje, no es que me importe la parte que dice “Quiero poseerte”, pero me tiene muy inquieto desde hace un buen rato. Cada vez que veo la ventana, observo el movimiento del árbol que esta frente a mi ventana y siento que hay algo misterioso en ese árbol.
Sigo muy intranquilo, qué haría si entrará y quisiera tocarme, además cómo es él, seré yo capaz de defenderme o me dejare caer en sus garras y si me toca de manera sensual como en mis sueños y si en realidad es horrible, no sé por qué me siento como si mi acosador entrará por la ventana y me fuera a violar…. ¿Violar?, pero si ya lo he hecho con él en mis sueños, al principio eran pesadillas, pero con el tiempo se volvieron placenteros…..Y tengo miedo de qué en el momento qué aparezca ya no lo sea……
Me he acostado en la cama cerré con llave la ventana, la puerta y me he subido la sábana hasta el cuello, parezco un niño pequeño ajustado. Bueno no estoy asustado, solo intranquilo.
-No me lo puedo imaginar, ¿cómo eres caballero de mirada escarlata?-dije en un bostezo mientras cerraba mis ojos.
En eso que el chico azulino se durmió en su cama, lentamente la ventana se abría con delicadeza y suavidad. Y una figura felina se deslizo en la habitación.
La sombra se encaminó a la cama del niño y una tenue luz de una farola de luz que pobremente iluminaba la alcoba del niño; se pudo notar la figura de un hombre que observaba en las tinieblas al niño que dormía.
-Pequeño amante-dijo la voz del hombre con tono aterciopelado y sensualidad.
-Eres tan divertido mi niño-dijo con lentitud, mientras acariciaba el rostro del joven y este se retorció de la caricia en sus sueños.
Las manos del hombre se deslizaron con suavidad por encima de la sábana que cubría el cuerpo del niño. Este dormido se estremeció de la caricia que subía y descendía por su cuerpo entero.
-Eres un pequeño tan dulce, eres tan delicioso Ciel, ven y diviérteme-dijo el hombre que rozaba sus labios y paraba su mano en la entrepierna del niño.
Él chico se retorció en la cama y abrió los ojos de sorpresa al sentir como apretaban su miembro y entonces al momento de abrirlos, ahí estaba unos centellantes ojos escarlatas.
-ESTÁS AQUÍ-dijo Ciel en un grito ahogado. Ya que unos labios lo sellaron de sorpresa.
Y entonces se levantó de la cama lanzándose en la oscuridad a donde estaban esos ojos que se podían ver nada más en la noche.
Pero fue en vano y cayó al suelo donde se golpeó la cabeza y quedó su cintura en una mala posición con sus piernas sobre el colchón de la cama y el resto del cuerpo en el suelo.
El hombre desapareció y solo una risilla de burla resonó en el lugar.
Fin del Flash Back:
Eso fue lo que paso, o eso creo que fue; en fin me he levantado muy adolorido y mareado, ya que no dormí bien y estuve en vela toda la noche. Me dirigí al cuarto de baño y me di una ducha de agua caliente. Hoy era sábado así que lo aprovecharía al máximo mis amigos están en sus campamentos y ocupados de sus clases. Pero yo no así que iré a buscar pistas de ese misterioso hombre.
Mi madre se fue temprano al momento de bajar de las escaleras, hoy vestía unos pantaloncillos cortos de color marrón oscuro, una camiseta color azul turquesa, con un chaleco color caramelo y en mi cabeza un sombrero de vestir color caramelo con una cinta negra alrededor. Era un día bastante soleado así que no vi la necesidad de andar abrigado, note en el espejo del pasillo en la planta baja de la casa que mi extraño mordisco estaba de verdad muy morado azulado, vaya lo que sea que me mordió esa noche era un ser posesivo, ni los insectos te hacen esto.
La tía Ann estaba dormida en su cuarto, había llegado no más desde hace una hora, y son las siete de la mañana eso quiere decir que debe estar durmiendo en su habitación. Note que el desayuno estaba listo, mi madre me había dejado hecho para la tía y a mí unos panqueques con miel de maple.
Me senté en una de las sillas del desayunador y desayune con tranquilidad, encendí la televisión y lo que observe me dejo asombrado.
El noticiero decía que en lo profundo del bosque hubo un incendio y se descubrió el cadáver de una mujer joven….No lo podía creer será que esto fue obra del caballero de mirada escarlata.
No será posible que él la a mato, seguramente fue alguien más, pero siento que lo que se incendió fue la cabaña de esa bruja tan extraña. No sé por qué siento qué él tiene que ver, pero siento mi corazón ser estrujado por la conmoción.
Después de desayunar, lave el plato y tome un poco de dinero del frasco que mi madre usaba para guardar monedas y algunos billetes; tome lo suficiente y salí de la casa en camino al pueblo.
En otra parte del pueblo:
En una cafetería al estilo irlandés se encontraba un joven que parecía ser un simple universitario; este joven llevaba puesto unos pantalones de mezclilla azul, con una camiseta blanca de manga corta y una sudadera negra. Este joven tenía el cabello revuelto de color negro azabache y una sonrisa muy peculiar; se encontraba bebiendo una taza de té nada más, en las mesas que estaban en la calle y veía con ojos inquisidores a todas las personas que caminaban; y entonces la figura azulina de Ciel apareció en el lugar. Ciel caminaba por la acera del frente de la calle, sin notar una mirada granate sobre él.
-Mmmm…..Parece que pequeño amante me busca-dijo con voz pícara el joven.
-¿Me pregunto sí se encontrará bien?, creo que me pase con lo de asustarlo ayer en la noche-dijo preocupado y una risilla maliciosa, surco sus labios.
En cambio Ciel caminaba con tranquilidad por la acera; se dirigía a la librería, ya que algo le decía que no volvería a ver una bruja.
Mientras se dirigía en dirección a la librería un joven de tez marmórea y cabello azabache se encaminaba por las calles que se encontraban concurridas de gente.
-Qué molestia qué es la gente-dijo Ciel irritado, mientras cruzaba la calle.
-Detesto estar en lugares tan concurridos de personas-dijo el niño con su semblante de enojo, mientras entraba a la tienda de libros.
En la tienda un chico de origen hindú, con un corto cabello blanco pero una trenza larga sobresalía de un lado, se encontraba detrás del mostrador de la caja en la librería. Llevaba puesto una camisa blanca de manga larga a botones, que eran parte de su atuendo de trabajo con un delantal azul y sus pantalones de vestir color negro.
-En qué puedo ayudarte jovencito-dijo una voz profundad llena de gentileza.
-Bueno….Verá ¿Agni?, ¿dónde están los libros de mitologías?-dijo Ciel dudoso, al leer la tablilla con el nombre del chico.
-Están el último pasillo de la librería, al fondo a la derecha; podrás reconocerlo es la parte más oscura de la tienda-dijo con amabilidad Agni y una sonrisa cordial.
Y así Ciel se encamino con esa dirección, en cambio entraba en la tienda el joven universitario de mirada escarlata, ya deberán suponer quién es……
Este joven de mirada curiosa como la de un felino al acecho, se dirigió con sigilo de un gato, donde estaba Ciel leyendo en uno de los estantes; oculto entre las sombras como si están fuera gran parte de él.
Y pensaba: “¿Qué investigas mi niño?”, y espiaba a Ciel; este había encontrado un libro muy interesante y leía sentado en el suelo alfombrado de la tienda de libros.
-Veamos, aquí dice qué hay criaturas malignas, entes espirituales que desean el consumo de almas, buscan cualquier manera de conseguirlo- dijo Ciel sumergido en la lectura.
-Aquí menciona hombres lobos, almas en pena, grifos, duendes, troll, gárgolas, vampiros…… ¿Vampiros?, será que él es un vampiro, puede ser qué este viviendo una historia cómo la de “Martina”, la protagonista de mi libro “Vampyr”….-dijo Ciel imaginándose a un chico apuesto con colmillos, algo así como ese actor “Robert Pattison”.
-Un ¿VAMPIRO?, enserio Ciel me ofendes que consideres a tú amo un vampiro, esos son almas en penas mi niño, seres que convertimos por disfrute personal o errores a la hora de comer, jajajaja-dijo la voz aterciopelada del joven entre las sombras con una risilla siniestra que hizo a Ciel, voltear la vista al lado oscuro del pasillo pero no vio nada así que siguió en lo que estaba.
-Vaya si no fuera un demonio con enormes habilidades me hubiese descubierto, pero que gracioso, yo un ¿vampiro? Ja me muero de la risa, bueno tal vez morir no jajá-dijo el moreno que se quería carcajear de lo que su pequeño amante decía en soledad.
-No creo que él sea un vampiro, es mucho más malévolo que eso-dijo Ciel pensando en la bruja que murió en el incendió, ya que él sentía que ella tuvo que haber muerto.
-Vaya te has dado cuenta… ¿Yo malévolo?, ¿enserio soy así Ciel?-dijo sarcásticamente el demonio.
-Demonio…..querido, busca demonio-dijo el demonio de mirada escarlata y movió su mano delante de su rostro. Con esa acción en el estante donde Ciel estaba leyendo cayó al suelo un libro de tapa negra y pesada.
-AAAUUCHH…..Eso me dolió-dijo Ciel adolorido del peso del libro que cayó en su cabeza.
-Lo siento cariño-decía entre la oscuridad de la tienda, el demonio ¿enternecido?, por los gestos del niño.
-¿Qué es este libro?-dijo Ciel curioso, mientras abría la tapa del libro y leyó el título.
-Demonios….escrito por el padre Michaelis.-dijo Ciel sorprendido por el nombre del escritor y el título.
-Vaya pequeño amante creo que esa pista es suficiente por hoy mi amor, debes regresar a casa y yo debo explicarle a mi hermana la muerte de su estúpida bruja, aunque creo que me da tiempo de tenerte en mis brazos antes.-dijo el demonio con una ancha sonrisa y sus ojos se tornaban rosa felinos.
-¿Eres un demonio? Lo sabía debes serlo, eres demasiado malvado, pero ¿qué diablos le hice a un demonio para qué me acosará en mis sueños?-dijo Ciel trastornado de la idea de su amante un demonio.
-Cariño, ya te lo dije si quieres saber de mí deberás buscarme-dijo el demonio de apariencia de joven.
El joven moreno empezó a mover ambas manos y un extraño humo hizo qué Ciel estornudará de un pronto a otro.
-¿De dónde salió esté humo?-dijo Ciel tapándose la nariz.
Pero el humo es mucho más fuerte que él y entro en su sistema respiratorio, haciéndolo quedarse dormido en el suelo alfombrado.
Sueño de Ciel:
-¿Dónde estoy?-dije mientras despertaba, me sentía mareado.
-Vaya pequeño amante nos vemos de nuevo-dijo una voz varonil, tan profunda y suave a la vez, tan familiar.
-ERES TÚ DE NUEVO-dije en un grito al abrir mejor mis ojos, no podía ver nada estaba envuelto en la oscuridad, de no sé dónde.
Una tenue luz ilumino el lugar, era una habitación de paredes de mármol, una alfombra carmesí y en el fondo cerca de lo que parecía una ventana estaba un sillón de cuero negro acolchado y sentado en el la figura de un hombre; lo único que pude divisar bien del hombre eran unas botas negras altas de tacón tan puntiagudo como un picahielos.
-¿Quién eres?, ¿tú eres él que sale en mis sueños qué quieres de mí?-dije frío y lleno de molestia.
-Vaya eres una fiera, ah cómo me gustas pequeña fiera-dijo el hombre en la silla.
Me sonroje por lo dicho pero tome valor y muy suavemente dije:-¿Por qué dices qué te gusto?, no nos conocemos-respondí tímido y sonrojado en un susurro.
-Ah eres tan lindo cuando te sonrojas, acércate-dijo con voz suave y autoritaria.
-Cállate-dije avergonzado.
Pero no me acerque me ruborice más mientras sentí como si me jalará una extraña energía a la silla negra de cuero, y me acercaba más y más hasta que quedé enfrente de la figura del hombre.
-Vaya debo usar la fuerza contigo travieso-dijo con un tono de burla.
-No soy ningún travieso, ¿ahora dime quién eres y qué quieres de mí?-dije enojado y muy apenado.
-No quiero-dijo en tono infantil, me sentía peleando con un niño.
No respondí pero si sentí unos brazos fuertes tomarme de la cintura y quedé sentado en sus piernas que dejaron de estar cruzadas para poder quedar sentado yo de piernas abiertas a ambos lados. Me ruborice al máximo, era una pose sensual y bastante extraña.
-Vaya que eres lindo Ciel-dijo susurrante en mis labios.
-Eres mi lindo Ciel, mi precioso Ciel, mi precioso, mi precioso-dijo con suavidad y sensualidad posesiva sobre mis labios. Me tense y no pude moverme, me sentía aprisionado por una energía magnética que emanaba de su cuerpo. Pero la forma que me llamaba sonaba exactamente como la criatura “Gollum” del señor de los anillos la película y empecé a reír sobre sus labios.
-¿De qué te ríes pequeño?-dijo sorprendido el hombre a pesar de no ver su rostro, solo el escarlata de sus ojos eran mi guía para saber de él.-Nada, nada, ¿quiero qué enserio me digas quién eres y por qué me persigues qué te hice?-dije con mi tono normal de frialdad.
-No te lo diré, prefiero que nos divirtamos poco Ciel-dijo sensual, mientras me acariciaba las piernas, me estremecí y de mi boca traicionera salió un gemido.
-Ah…-dije inconsciente de su caricia.
-Vaya que hermoso suenas, quiero verte derretido mi Ciel-dijo pícaro y malicioso.
-No libérame-dije enojado y sonrojado.
-No quiero-dijo molesto mientras pasaba sus labios por mi cuello lo sujete de su camisa, era tan suave como la seda y sentí un poco del sudor de su pecho ya que encontré tres botones sueltos que me permitían sentir su piel. Ah no podía resistir me acostumbre a sus caricias y al igual que él ya quería hacerlo, no podía creerlo me iba dejar caer en sus garras de nuevo…..
Empezó a besarme el cuello y sentía unos colmillos rozar mi clavícula, mientras más bajaba el cuello redondo de la camiseta y dentro de estas unos dedos finos y delgados me pellizcaban los pezones de manera dura, sus manos son tan frías como el invierno y eso me derretía cada vez que me toca en mis sueños…
No lo resistí empecé a besar su rostro desesperadamente, buscaba su boca y él me buscaba; estaba sintiendo arder en llamas infernales y la erección estaba creciendo en mis pantalones como la de él ya que sentía sobre mi trasero un bulto palpitante.
-Mi Ciel-dijo con voz ronca en un gruñido.
-Dime tú nombre para poder gemirlo en tú oído- dije con picardía y un enorme sonrojo, por mis palabras pero si así conseguía su nombre al menos valdría la pena.
-Mmmm, niño manipulador no puedes engañar a un demonio-dijo a gruñidos mientras me mordía el labio inferior con fuerza eso sería otra marca de posesión que duraría mucho tiempo en desaparecer.
-Ah no es justo jamás me dices tú nombre o lo qué eres y lo que quieres de mí-dije en un puchero mientras veía el escarlata de sus ojos y acariciaba su torso.
-Sebastián….Ese es mi nombre-dijo mientras me planto un beso apasionado y sus manos apretaban mi trasero hasta estrujarlo.
No podía responder ya que su lengua jugaba en mi boca e invitaba a la mía a jugar juntas, el calor aumentaba y sus manos escurridizas empezaban a desnudarme, ah quiero sentir a Sebastián; mientras me besaba con fiereza arrancándome gemidos ahogados en el beso; pensaba que se llamaba igual a un perro que tuve de niño antes del divorcio de mis padres.
-Ah….Sebastián-dije agitado del beso que robo el aire de mis pulmones.
-Ciel, mi Ciel-dijo tiernamente.
-Hazme tuyo por favor-dije suplicante, jamás suplicaba o rogaba pero sabía su nombre y eso me lleno de alegría y deseaba que me hiciera suyo, como en todos esos sueños que siempre me lo ha hecho de la manera más feroz y dulce.
-Yes my Little Lord-dijo con sensualidad y sumisión; me sentí como su amo pero no me gusto lo de “Little” -No soy pequeño Sebastián-dije enojado mientras desabotonaba su camisa.
-Lo sé-dijo con dulzura. Mientras eso ocurría, sentía fuera de mi cuerpo mi camiseta y besaba mi torso con ternura; cada paso que daba dejaba besos ensalivados por todo mi pecho mientras lamía mis pezones, el placer de sus labios me enloquecía.
-NIÑO, DESPIERTA YA VAMOS A CERRAR LA TIENDA-una voz por fuera resonaba y yo estaba extrañado en un momento estaba en los brazos de mi amante y ahora estoy, ¿dónde estoy?
Abrí los ojos y me encontraba en el suelo de la librería, ese maldito de Sebastián no estaba, ¿dónde se habrá metido? Ese amante mío…Después de razonar bien sonaba como una colegiala enamorada en mis pensamientos; ignorando las señas del chico de la tienda.
-¿Vaya qué sucedió?-dije confundido, mientras me levantaba.
-Te quedaste dormido, pero no importa eso, vamos debes irte es hora de dormir para los niños-dijo el chico de la tienda Agni.
Le hice mal rostro por eso dicho y me dirigí a la caja y pague el libro que compre, ese libro sobre demonios.
Y me fui de la tienda, era de noche ya mientras caminaba por las aceras y las farolas de luz brillaban tenuemente; pensaba en el sueño que tuve en la tienda de libros, y recordé “Sebastián” un nombre con clase pero sencillo, ese era el nombre de mi dueño…Bueno no es mi dueño y no lo consideró así…. Al menos llevaba una pista en este libro sobre lo qué es y su nombre. Una pista bastante satisfactoria de parte de mi amante.
Me dirigía a mi casa porque seguramente madre debe estar preocupada y debe de estar regañando a madame Red, por no vigilarme; cuando sentí que me seguían y entonces todo a continuación fue de verdad una pesadilla……