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Munr por BB Asmodeus

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III.

 

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"Cuando sueño contigo.

No hay ni miedo, ni dudas

sobre mi destino."

-Lila Downs (Zapata se Queda).

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La esperanza de Hiccup era que Ragna permaneciera todavía en casa de Gothi.

No fue decepcionado.

Desde el momento que aterrizaron en la isla privada de la anciana, la puerta de la choza se abrió, revelando a ambas hermanas. Una luciendo menos entusiasta, que la otra.

Ragna permanecía a las espaldas de Gothi. Resultaba chistoso, puesto que la hermana menor le aventajaba en altura.

"Después de aquel espectáculo con tu dragón, ya no temo tanto por mi vida. ¿Estoy en lo correcto?"

Hiccup desmontó a Toothless, haciendo todo lo posible por mantener su expresión en indiferencia. "Tal vez. Demasiado temprano para cantar victoria." Para su sorpresa, un trompazo de Toothless lo empujó, ante su respuesta poco educada. Hiccup le regresó el ataque, con un codazo. "Erm. No se preocupen, vengo en son de paz." Levantó sus manos para señalarlo, más claramente. "Solamente quiero platicar."

Gothi intercambió una mirada con su hermana. Aunque la vieja Ragna no lucía muy convencida, se apartó del umbral para dejar entrar al nuevo invitado.

Hiccup sonrió. "Afuera está bien. Toothless no puede entrar, y él también quiere escuchar el tema a tratar." Se acercó a Gothi con más confianza, llegando a hincarse frente a la mujer que había conocido toda su vida. "Podrán imaginarse de qué quiero hablar: Necesito respuestas sobre lo que nos hicieron."

Ragna batió sus manos arrugas, con exasperación. "No hice nada. Solamente mostré lo que ya está hecho."

"Eso no es verdad." Hiccup le aventó una mirada asesina. "Desde que hiciste este tonto ritual, todo ha cambiado entre Toothless y mi persona. Y no me refiero al hecho de que destruiste mi compromiso—Por lo cual, gracias—Hablo de algo más sobrenatural."

Ragna se cruzó de brazos, intercambiando más miradas misteriosas con su hermana. "De los dos parados aquí, yo no soy la experta en dragones, chico."

"Pero, sí la experta en almas." Hiccup se levantó, rompiendo con la distancia entre la bruja y su frustración. "Mire, anciana, acaba de despertar algo entre la Sál de mi dragón y la mía, y necesito su ayuda para controlarlo."

Los ojos violetas de la anciana se engrandecieron, al escuchar la última parte, su boca abriéndose unos centímetros más de lo normal. "¿Sus… Sál despertaron?"

Hiccup miró a Toothless a la distancia. "Sí. Eso creo." Después, con una nueva hambre por respuestas, el jinete inyectó más vulnerabilidad a su petición. "No sé cómo explicarlo—Es como si tuviera una lupa sobre… mis sentimientos. Todo se ha magnificado…" Las ancianas intercalaron más miradas. Hiccup gruñó. "¡Dejen de hacer eso!"

"Nunca pensé que sería posible entre un dragón y un humano." Fue lo que, posteriormente, salió de los labios de la responsable de todo este enredo. "Mmmm."

Tallando sus ojos, Hiccup respiró hondo. Había tantas cosas que un dragón y un humano no debían de hacer posible… "Por favor. Necesito ayuda. Necesitamos ayuda."

Gothi gruñó algo únicamente comprensible para su hermana. Ragna asintió, contemplando las noticias con sumo interés. "Se suponía que este fenómeno debía de suceder entre tu prometida y tu persona. Sus Sál se juntarían de por vida, de la misma forma que sus cuerpos, y sus sentimientos, ya lo estaban." Una pausa. Luego Ragna suspiró. "Se suponía que debía de ser un regalo. Son pocas las parejas vikingas que verdaderamente encuentras compatibilidad entre sus Sál—Estaba segura que ustedes dos serían otra de aquellas ocasiones especiales. Pero, estaba equivocada. Nunca fue mi intención causar problemas. Solemnemente, me disculpo."

Hiccup tragó saliva. Había estado tan enojada con la espiritista días pasados, que le fue difícil despegarse del coraje en este momento. Sin embargo, trató de convencerse de que el enojo ya no tenía sentido. "Sólo ayúdanos y estaremos a mano. Sin rencores." Sintiendo un soplido aire despeinar sus cabellos, Hiccup giró para acariciar la trompa del recién-llegado dragón. "No es como si me arrepintiera de mis elecciones."

Ragna observó la interacción entre los dos con embeleso. Tal vez sus dotes sobrenaturales miraban algo más allá de la comprensión mortal. "Si están decididos… Hay un par de rituales más que faltaron por realizar, debido a las circunstancias. No sé si funcionarán para ustedes con la misma eficacia—Pero, supongo que eso no te frenará, ¿o sí?"

Hiccup rascó su mentón, algo de vacilación regresando. "¿Más rituales?"

"No te preocupes, tú y tu dragón podrán llevarlos a cabo en la privacidad de su hogar. Ya no será necesaria tanta humillación pública." Al ver otra mirada poco contenta formarse en el vikingo, Ragna se carcajeó, ya no temiendo por su vida. "Uno de los rituales tiene que ser puesto en acción, inmediatamente después del ritual de Exposición. Sirve para apaciguar aquellas extra-sensibilidades de la conexión de Sál. Aquella 'magnificación' que me describiste, es debido a esto. Sus Sál se han conocido por primera vez, están extasiadas e hiperactivas—Necesitan ser tranquilizadas. Necesitan ser concentradas en un estado de completa serenidad. Necesitan…"

"Comunión." Hiccup completó, no necesitando escuchar más. "Créame, anciana, sabemos lo que nuestras Sál están pidiéndonos." Mordió su labio inferior, calor alojándose en sus mejillas por millonésima ocasión. "Ahí está el problema. ¿Cómo… podría eso funcionar?"

Hasta Ragna y Gothi lucieron incómodas con el rumbo de la conversación. "Esa parte solamente ustedes podrán averiguarlo. Lo lamento, sé cómo debería funcionar con humanos pero, áh-áh, con dragones, no tengo idea." Una mueca torció aún más dimensiones de las arrugas de la mujer. "Ni quisiera tenerla."

"Perfecto." El vikingo renegó entre dientes. Su vida-sexual estaba volviéndose tan surreal como todas las demás facetas de su vida diaria. A su lado, Toothless gorgojó preocupado, agachando su cabeza al piso. Hiccup posó una mano en su oreja, disimuladamente. "¿Qué hay del otro ritual?"

"Ah." Ragna levantó un dedo, más segura de sí misma. "Es una ritual que tendrás que realizar cada luna llena. No es tan obligatorio como el otro, meramente, para, ejem… Avivar la chispa, ¿sabes?"

Hiccup roló sus ojos. -No, no sé. No tengo idea de qué necesitaremos avivar, anciana. ¡Es toda la razón por la que estamos aquí! "¿Qué necesitaremos hacer?"

Inesperadamente, fue Gothi la que regresó a su hogar, para minutos después, salir con una colección de manuscritos en sus manos, hilados juntos en forma de guía. Se lo presentó a Hiccup con delicadeza, una ligera sonrisa dibujando su rostro. Hiccup unió sus miradas inseguro, buscando por alguna señal que le dijera que continuar con más peligrosos rituales, era una buena idea. Gothi asintió su cabeza, estirando los papeles viejos con más énfasis.

Fue Toothless quien los tomó.

Hiccup tragó saliva, observando la manera cuidadosa con la que el dragón manejó la ofrenda, sin ningún diente a la vista. Cuando su Munr rugió suavemente, y le presentó los documentos con insistencia, Hiccup no tuvo otra alternativa más que aceptarlos. De recompensa, recibió una caricia de la trompa de Tooth' sobre su hombro.

"Increíble." Salió de los labios de Ragna, presenciando la íntima escena con una nueva luz de curiosidad. "Había escuchado los rumores, las fantásticas historias del hijo de Stoick con su dragón, pero nunca… Tu dragón es más listo de lo que deja ver a todos los demás."

"Es el dragón más increíble de todos." Hiccup reiteró con arrebato, reemplazando el previo "loco" de sus descripciones, con lo que verdaderamente sentía en lo profundo de su corazón. "Necesito agradecerle algo más: Puede que haya causado problemas, que seres queridos míos hayan salido lastimados debido a lo sucedido… Pero, sin su interferencia, probablemente seguiría mintiéndome a mí mismo. Así que, gracias por abrirme los ojos."

Ragna aceptó el discurso con gracia, inclinándose tenuemente, ante él. "Necesitarás más que esas hojas, chico. ¿Tienes algo que hacer hoy?"

-Ya sabía que esto estaba resultando demasiado fácil. "No, hasta ahora. ¿Qué quieres que haga?"

Ragna le apuntó a los manuscritos. "Necesitarás algo de entrenamiento si no quieres terminar convertido en sapo, por equivocación. Y por lo que veo, tú tendrás que hacerte cargo del trabajo delicado."

"Fantástico." Hiccup declaró, con su mejor amigo El Sarcasmo, siempre a su alcance. "Bien. Afortunadamente, tuve un grandioso desayuno para alimentar mi entusiasmo."

Toothless cacheteó su trasero con la punta de su cola. Hiccup se lo sobó, automáticamente. Gothi se cubrió su rostro; Ragna se limitó a levantar sus cejas. "¡Oye! Sé más agradecido, ¿quieres? -Las cosas que hago para que puedas tener un Final Feliz después de cada desayuno, lagartija gigante. "¿Es estrictamente necesario darme tus lecciones especiales aquí?"

Ragna negó con su cabeza.

Hiccup sonrió. "Excelente, tengo un plan."

 

 


[+][+][+]


 

 

Su plan involucraba los bosques Raven Point cercanos a la ensenada, el primer lugar donde Hiccup había empezado sus lecciones sobre cierto dragón.

Al aterrizar, Hiccup ayudó a ambas ancianas a bajar caballerosamente, así como a cargar algunos objetos e ingredientes, que Ragna había calificado como necesitados. Mientras las hermanas estiraban sus extremidades entumecidas, Hiccup se dirigió a Toothless. "Esta parte probablemente será aburrida para ti. ¿Por qué no haces algo útil, mientras tanto? Tienes una cama por encontrar, ¿recuerdas?"

Para la mala fortuna de su amigo, las escamas de Toothless comenzaron a brillar en cuento la palabra "cama" fue procesada. "Uups. Creo que necesitarás ese baño frío, después de todo, Tooth'."

Un gruñido fue escupido en su cara—Una advertencia para cerrar su bocota—Pero Hiccup suavizó el asunto con tan sólo una caricia. "Lo siento. Pero, en verdad necesitas hacer esa cama, ¿está bien? Me encargaré de este lío, no te preocupes."

Más gorgojos semi-molestos. Después, una lambida en una mejilla de su jinete, fue su despedida. A enormes saltos, el dragón se perdió entre las profundidades del bosque. Hiccup tenía curiosidad por saber con qué resultaría Toothless. Había leído sobre los ciclos de reproducción de otros dragones, pero, con eso que no había información sobre los Night Fury, cualquier otra divergencia con la raza de Toothless podría ser posible. -Sólo espero que no traiga bichos muertos como los Terrible Terrors. Eso sería completamente mortificante.

"¿Estás completamente seguro de que quieres dar el siguiente paso?"

Hiccup pausó, todavía mirando el horizonte.

Ragna continuó. "Aunque no lo parezca, todavía puedes echarte para atrás. Su conexión no está cementada. Todavía puede anularse."

"Eso sería asesinato." ¿Rechazar a Toothless a un nivel tan vital? El alma del dragón se apagaría. Sin olvidarse del mismo Hiccup.

"Serán dos mundos colapsando, cuando el ritual se lleve a cabo. No habrá secretos entre ustedes. Sus pensamientos, sus recuerdos, sus sentimientos—Y mucho más—se desnudarán ante sus Sál. ¿Estás seguro que… tu ser podrá soportar la mente de un dragón?"

Buena cuestión. "¿Piensa que sea posible que no?"

"Puede existir un peligro de que ambos Sál, en pleno estado de comunión, queden atoradas—espiritualmente hablando. O de que la intensidad de una Sál, consume a la otra."

"Wow. Que discurso tan más alentador." Pero, Hiccup meditó lo dicho. Estaba en una encrucijada. No podía seguir así, sensible a cada respiración, a cada roce, a cada cruce de miradas—compartidas con Toothless. Con tan sólo ejemplificar el vuelo de aquella mañana, Hiccup tenía la certeza de que su cuerpo no podría con la actividad. Sus venas habían hervido, encontrando sensualidad en los movimientos del cuerpo del dragón, que antes había permanecido invisible. Todo lo que hiciera con Toothless, de hoy en adelante, llevaría a una tonelada de frustración para su libido, lo quisieran o no. Hiccup no podría montarlo, sin pensar tópicos inocentes y mundanos. El azul de Toothless, inevitablemente, mandaría su cabeza a los más profundas fosas de pervertidos suscitaciones—Todo, porque, Hiccup estaría negando sus más profundas ansías de unión, entre los dos. ¿Cómo negar el deseo de tu propia alma?

Hiccup se dio la media vuelta. "Si no sobrevivimos… Por lo menos, nos despediremos de este mundo en una nube de gloria."

Ragna rió ante su decisión. "Entonces, empecemos."

La primera advertencia que Ragna tuvo para él fue, que una vez que el ritual comenzara, no podía ser interrumpido. Además, una vez culminado, Hiccup y Toothless no estarías inclinados a salir al mundo exterior por unos días.

"Esto suena a Luna de Miel obligatoria." Hiccup refunfuñó, mientras leía la primera página de los manuscritos. Ahora el ritual inicial tenía más sentido. Astrid y su persona estarían disfrutando de unas vacaciones bien merecidas, si todo hubiera ido de acuerdo a los planes. "Estos escritos son verdaderamente antiguos, ¿cierto? Están hablando de la Diosa Freyja…"

Gothi estaba recolectando flores a su alrededor, mientras Hiccup y Ragna permanecían sentados en el pasto, uno frente al otro.

"Así es. Freyja es la encargada de los líos del amor. Ella será tu guía. Ahora repite conmigo…"

Había unas líneas que Hiccup tenía que pronunciar en perfecto idioma nórdico antiguo, si quería salvarse de convertirse en sapo, o en algo peor. Las practicó y practicó, hasta que su lengua amenazó con entumecerse. Pidió por un ligero descanso para ir a llenar su cantimplora con agua del río, y se le cedió el permiso con una advertencia por apresurarse.

Estos terrenos del bosque de Raven Point eran tan conocidos para Hiccup como las palmas de sus manos, así que encontró el río fácilmente. Se refrescó por unos momentos, disfrutando de los sonidos de la naturaleza. Ya era más de medio día, y el sol era cruel a esta hora. Su armadura se sentía aún más pesada de lo normal. Retiró sus mancuernas para poder recoger agua entre sus manos, lavando su rostro con ella. -Aaaah.

Cuando se creía listo, sacudió su cabeza y sus manos. Por casualidad, sus ojos se levantaron de su actual línea de visión. Se congeló.

Hasta la fecha, esta seguía siendo una de las más grandes fallas de Hiccup: Nunca se percataba cuando estaba siendo cazado.

Hiccup tragó saliva convulsivamente, un abismo abriéndose en sus tripas al divisar la figura de la rubia a pocos metros de distancia, de pie sobre una enorme roca, observándolo detenidamente. El déja vú fue inevitable. Hiccup se puso de pie.

Astrid estaba perturbadora quieta. Parecía estatua.

Porque sus instintos de supervivencia eran mínimos, Hiccup aclaró su garganta, atreviéndose a ser el primer en dirigir la palabra. "Lo siento, no tenía idea de que estarías cerca. Sino me hubiera esfumado, para que no tuvieras que ver mi fea cara."

Astrid tenía una de sus hachas en su puño. Lo apretó, al tan sólo escuchar su voz. Hiccup no esperaba una respuesta, pero la obtuvo.

"Te vi. Felicidades en tu nuevo compromiso."

Hiccup hizo una mueca. "Astrid…"

"Me alegra saber que no tendrás a Toothless siendo tan infeliz con tu indecisión, después de todo."

Hiccup mordió sus labios por un segundo. "No planeaba—"

"Oh, sí, nunca planeas—"

"—que mi relación con Toothless avanzara tan precipitadamente. Pretendía tomar el asunto con calma—"

"—¿Tú? ¿Calma? ¿Estás hablando en serio?"

"—Pero este estúpido ritual necesita ser finalizado, antes de que perdamos la cabeza. No podemos esperar."

Astrid rió sarcásticamente, mirando las altas ramas de los árboles, como si no soportara ver a Hiccup directamente. "Sorpresa, sorpresa. Hiccup y su dragón necesitan hacer un espectáculo, por cada pequeñísimo evento que cruza por sus vidas. No lo hubiera creído, hasta ahora que me lo dices."

Wow. Hiccup no había visto esta faceta de su ex-novia en mucho tiempo. Era como regresar en el tiempo, cuando Astrid había sido más áspera y cruel. El jinete suspiró. "Sé que no importa cuantas veces me disculpe—"

"No necesito tus disculpas." Metal frío, lo interrumpió por milésima ocasión. "Lo hecho, está hecho."

Hiccup batió sus brazos, víctima de sus propias emociones de tormento. "¿En serio? Porque no se siente así. ¿Por cuánto tiempo más estaremos con estos incómodos enfrentamientos? Todavía necesitaremos vernos diario, durante las clases en la Academia. No podemos seguir evadiéndonos, Berk no es tan pequeño."

La chica dejó caer su hacha al suelo, gruñendo con enorme cólera. "¿Crees que no lo sé? Por Thor, Hiccup, yo también odio estar así, y créeme, pensé que verte de nuevo no sería tan difícil. Pensé que acercarme, en este preciso momento, serviría para superar este desastre, más rápidamente. Pero, ¿adivina qué? Te veo y todavía quiero encajar esta hacha entre medio de tus piernas." Levantando sus puños al cielo, la mujer comenzó a hablarle al sol. "Estoy… furiosa. Estoy repleta de rabia. Y es tan frustrante, porque sé que ni siquiera tú eres el verdadero culpable. Nunca has escondido que Toothless es más importante para ti, que el resto del mundo. Aun casándome contigo, dejaste claro que yo siempre sería el segundo lugar. Nunca mentiste. Sin embargo… estoy más enojada que veinte Nightmares juntos, y tú eres el blanco perfecto para desquitarme."

Cabizbajo, Hiccup aceptó su sentencia. "Comprendo."

"¡No! ¡No lo comprendes!" Con otro grito vikingo, que representó todos los sentimientos revueltos en la joven, Astrid pateó el hacha y un montón de pasto. Ambos guardaron silencio ante la intensa escena. Astrid jadeando, Hiccup deseando reconfortarla, inútilmente.

"¿Lo peor de todo? Te… extraño, idiota."

"Yo también." Hiccup susurró con algo de terror, inmovilizándolo. Más que ser su novia, Astrid primeramente había sido su más atesorada aliada. La primera vikinga con la que había compartido su vínculo secreto con el enemigo, y su segunda en comando, durante toda clase de situaciones problemáticas. Era su mano derecha. Su ausencia le dolía tanto como la pierna fantasma que había perdido. Astrid siempre lo apoyaba. "Puedes golpearme todo lo que quieres, si crees que te hará sentir mejor."

Astrid pareció considerar la idea, achicando su mirada seriamente. Sus hombros estaban temblando con adrenalina, y unos cuantos mechones platinados se deshicieron de su trenza. Azul celeste chocó contra verde silvestre, ninguno de los dos retrocediendo.

Al mero desenlace del duelo silencioso, una exhalación tejida con tristeza salió de Astrid. "Siempre estuviste… yéndote. ¿Cuantas veces estuviste a punto de dejar Berk, para mantener a Toothless a salvo? Estuve perdiéndote desde hace años."

Auch. Hiccup abrió su boca. Pero, ¿qué podía decir?

Astrid se agachó sobre el suelo para recuperar su arma. "La culpa es mía por haber rehusado a ver lo obvio, desde un principio. Quise ser egoísta y tenerte para mí, porque me decía: Ser humana es una gran ventaja. Ningún dragón podrá llenar este requisito."

"No se trata de reemplazos." Hiccup decidió acercarse. Lentamente. "Tú y Toothless tienen sus lugares y no son intercambiables. Nunca dudes del aprecio que guardo por ti, Astrid. Siempre serás especial para mí. Toothless…" El vikingo se encogió de hombros, decidiendo ser crudamente honesto. Astrid odiaba las mentiras. "Toothless es mi destino. No puedo luchar contra ese hecho. Y lo he intentado. Pasé tres días haciéndolo. Fueron un infierno."

Inesperadamente, Astrid inclinó su mentón en signo de aceptación. Todo en ella, recitaba resignación. Observó el cuerpo de Hiccup acercársele, y afortunadamente, no decidió pegar fuga.

Hiccup retiró el anillo de cuero que había vestido en su mano izquierda, desde ya hacía un tiempo. "Esto es tuyo."

"Quémalo." Astrid gruñó. "Por favor, solamente… quémalo."

"De acuerdo." Hiccup lo guardó en uno de sus bolsillos, no sabiendo qué más decir. "La oferta todavía sigue: puedes patear mi trasero."

Astrid resopló por su nariz. "Por favor, ¿para que después tu novio me rostice como brocheta de puerco? No, gracias."

Una tensa risa quiso aligerar la atmosfera. Hiccup rascó su nuca. "Tengo que irme. Gothi y su hermana están esperándome."

El ceño de la vikinga se arrugó, ligeramente. "Cierto. Rituales. Será mejor que regreses."

Aunque, dejarla no era tan fácil. No quería dejar este lío sin resolver. "Astrid, escucha." Hiccup titubeó. Pero, tomando el coraje de Astrid para desafiarlo como inspiración, prosiguió con la frente en alto. "Estaré indispuesto por unos días. No sé exactamente cuántos. La Academia quedará a tu mando. Además, aunque no tengo derecho a pedirte nada, este favor no es para mí beneficio… ¿Podrías ayudar a mi madre en mi ausencia?"

Astrid asintió, neutralidad regresando a sus facciones de porcelana.

"Gracias."

Otro pauta de silencio. Luego, Hiccup comenzó a retroceder.

"Hiccup, ¿qué pasará con el gobierno de Berk? ¿Tomarás tu lugar como Jefe, a pesar de todo?"

Con un suspiro, el jinete le envió una conmocionada sonrisa a la rubia, por sobre su hombro. "Todavía no he tomado una decisión. No quiero imponerme sobre el pueblo si ellos no lo desean. Ahora, con esta nueva sorpresa con Toothless, no sé qué tan receptivos se sentirán…"

"Bueno. Tal vez tú no quieras abusar tu poder. Pero, Toothless no comparte el mismo punto de vista. Está aprovechando su título de Alfa bastante bien, en estos momentos."

Saltando sobre unas rocas para regresar a su punto inicial. Hiccup volteó a sus espaldas, algo distraído. "¿A qué te refieres?"

Astrid apuntó a sus alrededores. "¿Dónde crees que está Stormfly? Toothless lo llamó para pedirle ayuda, así como a otros compañeros suyos, para acarrear ciertos… elementos de la naturaleza a tu casa. Ya que, no puede volar hasta allá, él solo."

Por Odín. Hiccup sintió la temperatura de su cuerpo montarse. "Ah. ¿En serio?"

"Sí. Ramas. Madera. Otras cosa raras. ¿Qué demonios planea hacer con todo eso?"

Sería humillante, y aún más incómodo, compartir las razones del comportamiento extraño del dragón. Hiccup prefería un hacha en sus partes íntimas. "No tengo idea."

La cara de su ex decía que tan poco creíble se había escuchado. "Seguro."

"Em." Cuando la distancia fue bastante entre la pareja, Hiccup esperó un momento, absorbiendo la imagen de la mujer que había representado su primer amor. Astrid siempre había sido algo tan imposible y remoto, una fantasía, un pedestal que nunca debió de haber sido alcanzado. Sin embargo, Hiccup la había bajado de las alturas, la había moldeado a sus necesidades—a alguien más dulce, suave y menos salvaje—y Astrid se lo había permitido, pensando que su recompensa sería el mismo Hiccup, todo para ella.

Era horrible, pero ahora Hiccup se dada cuenta de la verdad: Una vez domada, Astrid ya no había sido un reto para él. Por ello, Hiccup nunca había podido divorciarse de sus épicas aventuras en el lomo de su dragón, para sentar cabeza y encargarse de Berk, como todo vikingo tradicional.

A un lado de Toothless, nadie podía ser un reto digno.

-Bien por ti, que estás encontrando aquel fuego de nuevo, Astrid. Si tienes que odiarme para regresar a lo que siempre debiste ser, bien por ti. Mereces mucho más que ser la esposa de un Haddock. De alguna forma, en algún punto de su relación, Hiccup había comenzado a limitar el potencial de la chica. No era justo. Para nada.

"Adiós, Astrid Hofferson."

Astrid parpadeó, posiblemente percibiendo el adiós como el cierre que ambos tanto necesitaban, para seguir cada quien por su camino.

La despedida fue copiada en forma magistral. "Adiós, Hiccup Haddock III." Sin embargo, quitándole algo de depresión al asunto, Astrid sonrió con cierto brillo maléfico. "Primera Esposa de los Dragones."

El titulo se podía interpretar como los principios del Perdón, así que, Hiccup decidió vestir su consigna con orgullo, levantando su pecho pomposamente mientras continúo con su caminata de regreso. "Siempre soy la esposa, de todas maneras…"

 

 


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"No necesitaremos ensayar más." Fue con lo que llegó, al punto de estudio que estaba compartiendo con las ancianas.

Ragna lo miró como si le hubiera crecido otra cabeza. "Necesitas memorizar—"

"Nop." Hiccup se sentó frente a ella, recolectando los manuscritos todavía extendidos sobre la manta. "Toothless y yo no trabajamos bien con las instrucciones y los planes. Nos la arriesgaremos así. Lo que tenga que suceder, sucederá." -Aunque, espero que Toothless no me coma por equivocación, si termino como sapo.

Suspirando juntas, las hermanas se comunicaron a su singular manera ocular, antes de resignarse a los caprichos del chico. "Allá tú. Es tu pellejo."

"Aprecio toda su ayuda. Me llevaré los ingredientes y los textos, de todas maneras—No me crean tan idiota. ¿Qué tal si almorzamos?"

Gothi sacó frambuesas de lugares secretos, y al mirarla fijamente para agradecerle, Hiccup sonrió de oreja a oreja. "¿Para eso estaba recolectando tantas flores?" En su cabeza, Gothi vestía una corona hecha de ramas firmes y margaritas. "Es muy bonita, anciana Gothi. ¿Me enseñaría a hacer una?"

La anciana se sonrojó, pero asintió ante la petición. Así fue como, después de compartir pescado frito que las hermanas habían traído para la ocasión, Hiccup terminó su tarde recolectando ramas y diferentes tipos de flores, guiado por los significados que Ragna conocía muy bien. ¿Quién diría lo que un simple girasol podría decirle a otra persona? El lenguaje de las flores resultó ser de lo más fascinante. Hiccup quería dar un mensaje muy específico, sin embargo. Cuando lo compartió con la espiritista, la mujer mayor sonrió sabiondamente, y simplemente apuntó hacia los girasoles.

"Asegúrate que sean solamente amarillos, chico. No naranjas."

Construyó una corona para su madre, y otra para colgar en la puerta de su hogar, en memoria de Stoick el Vasto. Magnolias de acero, para las feroces rosas de los Alpes, que Hiccup encontró de mero milagro.

"Llegas algo tarde para el almuerzo, amigo." Fue como recibió a su Munr, cuando éste retornó de sus propias aventuras, aterrizando justo a sus espaldas, después de un salto de las altas rocas. Estaban al filo de los inicios del atardecer. Lo primero que Toothless hizo, cuando se echó a su lado, fue ofrecerle algunos frutos de cereza. "Escuché que andabas muy ocupado."

Toothless estaba observando sus dedos, intercalados en la última corona de su manufacturación, el doble de grande que las anteriores. Tocó un brazo de Hiccup con su trompa, gimiendo con hambre de investigación.

Hiccup, por su parte, alejó la corona fuera sus garras. "Todavía no está terminado, Tooth'. Sólo espera un momento más." Tras aceptar unas cerezas, el vikingo miró las frutas, especulando en su cabeza. "Se me ocurre algo…" Agregó unas cuantas a la corona, asegurándolas para que no se cayeran de manera tan sencilla. Aunque, Hiccup dudaba que fuera a durar un vuelo completo. "Mmmm. No está tan mal, ¿tú qué crees?"

Con ojos entrecerrados, Toothless olfateó el objeto, todavía confundido. Lucía cansando. Bastante cansado. Hiccup se levantó del piso. "Agáchate un poco." Cuando fue obedecido, Hiccup colocó la corona de girasoles amarillos en su cabeza, acomodando sus orejas superiores con cuidado. "Listo." Después, tomó la trompa de Toothless y plantó un beso en el espacio entre sus ojos. Al instante, seguramente celoso de tener espectadoras, las alas de Toothless lo cubrieron por completo, guardando el momento de forma exclusiva. "Para decir gracias. Sé qué estuviste trabajando duro hoy."

Y solamente porque estaba protegido de oídos ajenos, Hiccup susurró el significado de los dorados girasoles a su Munr, ganándose una buena dosis de saturación azulada en el abrazo del dragón.

"Vamos a casa, ¿de acuerdo?"

No tenía que pedirlo dos veces. Toothless introdujo su hocico entre sus piernas para ayudarlo a subirse a su lomo, justo como en los viejos tiempos. Entre carcajadas, Hiccup acomodó su cuerpo de la manera correcta. "¡Espera, espera! ¡Tenemos que darles un aventón a estas damiselas, primero, Toothless!"

Hicieron exactamente eso. Y en el vuelo, Ragna no estuvo satisfecha hasta que Hiccup le recitará el antiguo nórdico, una vez más.

"Estaremos bien." Hiccup prometió, durante el descenso de las ancianas a su isla. "Y si no, pues. Fue un gusto conocerlas."

Ragna palideció, al oírlo. "Oh, por Odín. ¿Lo ves, hermana? Es por esto que no me gusta visitarte. ¡Ahora, seré conocida por ser la ejecutora del hijo de Stoick!"

"¡Estaba bromeando!" Pero, las hermanas ya estaban caminando rumbo a la puerta de la residencia, ignorándolo por completo. Hiccup sonrió, respirando hondo. "Estoy listo. Puedo hacerlo. Haremos esto, juntos. ¿Cierto, chico?"

Toothless torció su cabeza lo suficiente para unir sus miradas, girasoles interviniendo en el intento. Luego, contestó una afirmativa con un gruñido de tenor profundo.

"Vamos. Muéstrame esa cama, tigre."

Con una ferocidad que Toothless reservaba para la batalla, el dragón desnudó sus dientes, rugiendo casi a la misma magnitud usada contra aquel Bewilderbeast. Cuando tomó vuelo, Hiccup sintió como si hubiera sido golpeado por los mismos relámpagos de Thor, el nudo invisible entre los, ganando fricción y fricción, demandando—Exigiendo—Por algo más. El Alfa en Toothless estaba poseyéndolo, y Hiccup sintió su pecho arder, la marca dentro de su ser, respondiendo de vuelta.

 

 


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Fin de Parte III.

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Notas finales:

+ Para los curiosos:

  • Girasoles amarillos (Toothless): Eres mi sol. Solo tengo ojos para ti, y como el girasol, yo me giraré siempre hacia ti.
  • Magnolias (Valka): Amor a la naturaleza, simpatía, nobleza, perseverancia y dignidad.
  • Rosas de los Alpes (Stoick): Quiero ser digno de ti. (*sniff-sniff*)
  • Se me había olvidado, pero Munr se pronuncia "Munur." Por si acaso.

NdA: ¡Siento la tardanza! Pero, Astrid me hizo la vida imposible al estar escribiendo. Es difícil escribirla, y mucho más difícil, darle absolución. Espero y no estén muy frustrados con este final. ¡Lo bueno ya viene! Necesitaba darle cierre a Hiccup.

¡Muchas gracias por sus reviews, y por seguir esta historia! También a los que leen esta historia en silencio, no importa, gracias también a ustedes por visitar este fic. Esta historia no es sólo para mí, sino para ustedes.


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