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La familia Kim por Nanaa

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Capitulo 7: Pasteles/segunda parte.

 

Con el corazón revoloteando, la respiración matándolo, asfixiándolo, Kibum exhaló sintiéndose perdido.

 

Estaba perdido.

 

-Jonggie~…

 

Definitivamente, estaba completamente perdido. Tan perdido como para olvidar su delicada condición; el regalo de poder concebir.

 

Su camiseta cayó al suelo. JongHyun depositó besos en el cuello níveo y consecutivamente otros no tan inocentes que dejaban marcas pintadas de morado en la superficie lechosa. Llegó al pecho, blanco y adornado con dos pequeños botones, estos subían y bajaban repentinas al compas de la respiración de Kibum. Suaves, pequeños, rosados, los mordió y acarició, en respuesta Kibum jadeó. Disfrutó de ellos todo el tiempo que deseó, después los abandonó, ya lo suficientemente duritos y húmedos. Llegó al vientre plano, con sus manos lo recorrió, disfrutándolo, sintiéndolo estremecer con cada una de sus yemas hasta llegar al ombligo. Se detuvo.

 

Y sonrió.

 

Lentamente, sus manos rodearon la cadera exquisita. La palma grande se plantó allí y acarició muy lentamente, haciendo retorcer al rubio tiernamente.

 

-Eres precioso, mi amor-Kibum volvió a jadear, su bonita boca se abrió y luego se cerró automáticamente. Sus manos temblorosas recorrieron la espalda ancha de JongHyun al mismo tiempo que se encogía más, ocultándose tímidamente en el pecho fuerte, no podía observarlo lo suficiente sin avergonzarse.-Eres realmente tierno- JongHyun lanzó una risita y acarició su cabeza- podría decirte que me sentiría culpable de hacerte esto ahora mismo pues eres demasiado inocente y lindo, pero realmente no creo sentirme culpable, ni ahora ni nunca- Un paso, y entonces sus manos dejaron de acariciar a las caderas huesudas- Te voy a hacer mío.

 

Entonces una de sus manos se envolvió en un muslo, lo subió y logró que Kibum lo enrollara en su cintura. En un parpadeo hizo un movimiento repentino: sus caderas se movieron hacia adelante. Simuló una embestida.

 

-Ngh!…- Kibum volvió abrir la boca y a partir de aquí, no volvió a cerrarla-¡Ah!

 

Una de las manos de JongHyun se enterró alrededor del cuerpo menudo de Kibum, sobre la cama, la otra se encargó de seguir acariciando el muslo de Kibum, una pierna, de arriba y abajo, disfrutando del delicioso tacto. Una de las tantas cosas que siempre le gustó de su chico, eran sus piernas. Eran tan largas, proporcionadas, aunque Kibum era delgado, sus piernas eran levemente gorditas, lo suficiente para verse perfectas. Nunca antes las había tocado sin pantalón de por medio. Hoy lo haría y estaba ansioso por eso.

 

-Mírame, quiero verte.

 

Kibum, aun con las manos temblando, bajó el rostro, recargando la cabeza rubia en el colchón. Tierno, con las mejillas sonrojadas, lo miró. JongHyun no lo resistió. Lo besó como pocas veces lo hacía. No fue suave esta vez, se comió su boca entera, dejándolo sin aire, con baba resbalando por su barbilla, con sus labios brillantes.

 

-J-Jo…JongHu…- Lo volvió a besar, apenas le dio un respiro. Mordió sus labios, dejándolos tan rojos, como si aquellos labios estuviesen sufriendo mucho frio, no era así, estaban ardiendo. Estaban quemándose. Pronto quedarían cenizas.-¡Mggh!- Un embestida más, el gemido se ahogó entre sus bocas.

 

Era todo.

 

JongHyun se alejó, no podía más.

 

Quería que esos pantalones entubados desaparecieran del precioso cuerpo de su chico.

 

Un pequeño botón plateado se alumbró como diamantina dentro de sus ojos; el botón plateado del pantalón de Kibum brilló en sus pupilas. Se agachó, con ambas manos recorrió las piernas largas, dos veces de arriba y abajo, deteniéndose en la cintura, de allí, todo pasó rápido.

 

Tocó el botón gris. Bajó el cierre. Su sonrisa se agrando.

 

El pantalón cayó al suelo.

 

El pequeño bultito del rubio se mostraba a través de la tela elástica, negra, ajustada. JongHyun miró su rostro enseguida. Tan bonito, con los labios entre sus dientes, nervioso, apenado, sonrojado como nunca antes.

 

Sus ojos chocaron.

 

-N-No me veas-murmuró con la voz rota, bajita, avergonzada.

 

JongHyun realmente pudo morir en ese momento.

 

Por supuesto no lo obedeció. Por supuesto que no, ni en un millón de años. Lo atacó, lo tocó, lo besó. Y Kibum gimió.

 

-Ah, ah, n-no…

 

JongHyun movió su mano, llegando dentro de la ropa interior. El tierno pedacito de carne fue enrollado por su mano. Era como algodón, suave y estaba durito. Le gustaba ese tacto, realmente le gustaba.

 

Lo tocó un momento, después lo abandonó y bajó la ropa interior.

 

Kibum era precioso y desnudo… desnudo era una perdición. La perdición de JongHyun. Si a JongHyun le pidieran describir esta escena, no podría hacerlo, por los cielos que no podría hacerlo.

 

Se quitó la camiseta con rapidez, siendo observado por los tiernos ojos rojos de Kibum debido al llanto pasado, aunque seguramente volvería a llorar. Se quitó los pantalones y lentamente, abrió las piernas de Kibum. El rubio enseguida trató de cerrarlas, JongHyun no se lo permitió. Lo tomó por las rodillas, doblándolas, abriéndolo más.

 

Kibum quedó totalmente expuesto.

 

Se cubrió su tímido sexo rosadito con las manos. Apenado hasta las orejas, volteó el rostro y entrecerró los ojos.

 

-Jonggie~…n-no-La voz suave, casi un susurró.

 

¿Acaso había alguna otra cosita más adorable que ese muchacho desnudo sobre su cama?

 

No, no lo había, para JongHyun no lo había.

 

-Dime-pronunció grave, besándole una mejilla para tranquilizarlo.

 

-Es que…-Calló. JongHyun lo miró.

 

-Puedes decirme todo lo que quieras-pronunció suavemente, dándole esa confianza que necesitaba para continuar.

 

Kibum cerró los ojos justo antes de hablar.

 

-Tu… ¿Vas a meterlo allí?

 

“¿Meterlo?”

 

JongHyun comprendió enseguida. Si, Kibum era realmente inocente, pero seguramente sabía cómo es que iba a pasar, lo que conllevaba hacer el amor.

 

-Por supuesto… ¿Acaso no quieres?-vio notoriamente como Kibum tragaba saliva. JongHyun sonrió, pero enormemente, su boca mostró los dientes blancos y brillantes.

 

-S-Si…-su voz suavecita apenas fue audible, pero JongHyun lo escuchó perfectamente. Kibum quiso preguntar si dolería, su entrada era muy pequeña, no podía imaginar que fuese invadido solamente así.

 

El castaño, sin saber lo que el rubio pensaba, tomó el rostro bonito entres sus manos, las mejillas rojitas adornándole, sus pómulos, sus pestañas batiéndose. Lo miró un largo rato, Kibum fue capaz de sostenerle la mirada, se sintió muy relajado.

 

-¿JongHyun?-Preguntó, sólo por tener que decir algo, las palabras desde hace mucho se le habían acabado.

 

-Te amo, ¿Lo sabes, verdad?

 

Kibum no respondió por varios segundos.

 

Sonrió chiquito, los labios de corazón curvándose, sus ojos gatunos mirándolo.

 

-Sí, yo también te amo, Jonggie, mucho mucho-susurró con los cachetes encendidos.

 

Entonces, JongHyun se alejó, volvió a sus piernas e hizo que Kibum alejara las manos de su intimidad. Fue allí, cuando vio por primera vez la pequeña entrada. Rosadita, estrecha, virgen.

 

“¿Listo?” estaba por preguntarle, pero al verlo, tan pequeño allí tendido, sonrojado, apenado, totalmente expuesto para él, Kibum ni siquiera lo veía. Entonces metió lentamente un dedo, Kibum se estremeció y jadeó, sorprendido, con el cuerpo temblando. Era la primera vez que esa parte de su cuerpo era tocado, JongHyun lo estaba haciendo, tan íntimamente, lo estaba observando. Se sentía extraño.

 

Suspiró, abrió la boca en una gran “o” perfecta. Exhaló, tratando de respirar regularmente. Echó la cabeza hacia tras cuando JongHyun metió un segundo dedo. Sus ojos aguaron, mostrando una pared de agua cristalina, limpia, una nueva cascada de agua estaba por invadir sus mejillas. JongHyun, con su mano libre, acarició su vientre, haciéndolo estremecer una vez más.

 

-Tranquilo-pronunció- respira, llora si quieres, grita si es necesario, relájate.

 

Kibum sollozó y exhaló fuertemente al mismo tiempo que un tercer dedo ingresó en él.

 

-Jo-Jonggie… duele, ah, duele mucho… por favor- su voz bajó la intensidad mientras iba hablando, convirtiéndose en algo poco audible. Sus manos, tratando de encontrar algún tranquilizante, recorrieron los brazos morenos, rasguñando, buscando calma.

 

JongHyun lo besó, pero no detuvo sus dedos, en su  lugar fue más lento, mucho más lento, pero en un movimiento brusco, adentró los dedos hasta el fondo y Kibum gimió sobre su oreja, rasguñándolo más fuerte.

 

-¡JongHyun!- Y eso no había sonado como un grito doloroso. Había sonado como un grito dentro de un gemido placentero. JongHyun lo escuchó perfectamente. Así, movió sus dedos libremente, disfrutando de los hermoso canticos de su lindo chico, adueñándose de cada mueca, de cada lágrima derramada. Adueñándose de todo él.

 

Pronto se perfiló, entrando más que lento mientras lo besaba, mientras tocaba sus piernas; las acariciaba, las disfrutaba empezando por la cadera hasta los tobillos. Kibum chilló entre sus bocas, mordiéndolo sin esperarlo. Hubo una pelea de mordidas, JongHyun aprovechó ese momento para morderle los labios, estirarlos, besarlos y todo al mismo tiempo. Todo hasta que Kibum se quejó.

 

-M-Más despacio…me duele…- murmuró rasposamente refiriéndose a la penetración. JongHyun entonces lo distrajo con un beso más suave, de esos románticos, sin dientes ni lengua. Uno dulce, de esos primeros besos que le dio al rubio. De esos días en que lo enseñó a besar.

 

Y después, volvió a apoderarse del pedacito rosado, enrollándolo nuevamente en su mano e iniciando un vaivén, despacio. Todo despacio, calmadamente.

 

Kibum logró sentir placer.

 

Con JongHyun totalmente dentro de él, ahora era suyo, totalmente suyo. Eran uno.

 

-Ah, ah, a-amor…- gimió, apretando los brazos fuertes en sus delicadas manos. Sus uñas enterrándose en la piel morena al no alcanzar a enrollar toda la palma en los brazos de su novio.

 

-Sí, cariñito, así es, déjame escucharte más fuerte, vamos… no te reprimas.

 

JongHyun, entonces, tomó ambas piernas, lechosas y sudorosas fueron enrolladas en sus caderas. Un golpe más certero. Kibum no podía mantener los ojos abiertos aunque quisiera, aun así, la cascada de lágrimas salían libremente por sus ojos. Esta vez no era dolor, era placer, mucho placer, como nunca antes lo sintió en su vida. Esto le estaba gustando mucho, demasiado. Era un placer que nunca imaginó.

 

Besos, caricias, mordidas, jadeos, gemidos, suspiros, marcas, sudor, rasguños. Sueño, cansancio, somnolencia, satisfacción al terminar. También había felicidad, esa no podía olvidarse de ninguna manera.

 

Con el cuerpecito adolorido, Kibum fue apoyado por los brazos de JongHyun, en su pecho fuerte. La cabeza húmeda descansaba cómodamente. Ya no te temblaba, pero sus mejillas aun seguían coloreadas. Aun estaba cálido, sus mejillas seguían rojas como el amanecer, aunque ahora la noche los cubría. La luz amarillenta, débil, de la calle entraba a través de las cortinas cerradas. La ventana seguía cerrada por supuesto, la puerta igual. Sólo ellos dos en medio de la cama.

 

-¿Cómo te sientes?-Preguntó JongHyun, apretando a su tesoro más preciado entre sus brazos.

 

Kibum apoyó las manos en el pecho sudoroso y las mantuvo allí, sin moverlas. Sus mejillas ruborizadas le recordaban todo lo que acababa de pasar.

 

-Bien-murmuró simplemente. Se sentía muy contentó, lleno de vida como JongHyun, pero también estaba adolorido y cansado.

 

-¿Sólo bien?

 

-Muy bien-respondió entonces con la voz suave.

 

-¿Tienes sueño?-preguntó nuevamente mientras acariciaba sus cabellos dorados. Se sentía tan bien así, tan cómodo, tan a gusto, podría quedarse recostado con su chico por el resto de sus días. Tenerlo allí, aun desnudo junto a él era una maravilla. Cielos que lo había hecho suyo, suyo, no cabía en su propia felicidad. Su pequeño muchacho tímido había dejado que lo tocara hasta terminar. No podía esperar para volver a hacerlo una vez, no una, no, mil veces más, mucho más que eso, toda las veces que pudiera. Lo estrechó aun más fuerte y Kibum lanzó un pequeño quejido-¿Qué sucede?

 

-E-Estoy un poco adolorido-musitó.

 

-Es normal, ya pasara, cariño.

 

Kibum asintió sobre su pecho. Cansado, no resistió más, durmió sobre un pecho que a partir de ese momento se convirtió en su almohada favorita. Con una sonrisita sin fuerzas pero satisfecha, se rindió al sueño. JongHyun pronto lo hizo también, no podía perder la oportunidad de ver a su novio dormir entre sus brazos y, además, desnudo, de ninguna manera.

 

Pero, pronto el celular de Kibum sonó, era su madre. Ya era tarde y tenía que regresar a casa. Con ayuda de JongHyun se vistió. Su entrada dolía, pero aun así podía cambiarse solo, JongHyun sólo estaba aprovechándose. Cariñoso y llenó de sonrisas, lo llevó a su casa. Y, como era de esperarse, Kibum con los cachetes rojitos, entró a su hogar. Se despidieron con un largo beso. Una brisa fresca envolvió las calles esa noche. Lo que no sabían, era que a partir de ese momento su vida cambiaría por completo. Sólo porque una nueva vida estaba por crecer en el vientre de Kibum.

 

 

*

Holaaa! :3

¿Qué les pareció? Lo sé, lo sé, lo cursi invade en cada poro con este capi xD

Pero este recuerdo no termina aquí, los pastelillos aun tienen otro significado importante además de formar parte como la primera vez de JongHyun y Key <3 Y, además quiero mostrarles como fueron sus reacciones al enterarse de que serían padres, así mismo también como fue que lo tomaron los padres de JongHyun D:

Eso~

Ahora, mis personas, por supuesto que agradecerles por sus Rew <3 Todos hermosos que tenía que subirles capi pronto, ustedes son mi inspireichon T.T Gracias, nos leemos y cuídense mucho!

 

Bye :33

 


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