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La familia Kim por Nanaa

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaa! Que tal o/

Bueno, por fin les traigo la conti, aquí en domingo, uh

Como les dije en el cap anterior, los recuerdo aun no terminan, pero ahora volvemos con la familia Kibum, después les mostrare los recuerdos que les comenté c:

Waaah, ahora, algo que quiero comentar sobre este capitulo, es que... xD me siento un poco avergonzada con este (/ n ) ahahaha, hice algo que nunca antes había hecho en mis fics, la verdad había pensado en borrar esa parte porque no sabía si estaba bien y mi parte inocente(?) me decía, "Te pasas Nanaa, quita eso" xDDD  o...cielos, en notas finales les cuento más sobre esto xD

Ay, y muchas gracias por sus comentarios, de verdad, lo aprecio mucho y me siento muy feliz por lo bien que estan aceptando el fic, y que también a veces me digan lo que no les gusta, ahahaha en serio, Gracias! <3

ahora, a leer...

Capítulo 8: Enloqueciendo/arena

                     

-Es una habitación muy grande, JongHyun.

 

El nombrado parpadeó, confundido. Se vio frente una habitación iluminada con luz fuerte y un hermoso rubio parado a su lado. De pronto sintió que tanta iluminación en la habitación le molestaba. Frunció el ceño y entrecerró los ojos. Sus hijos no estaban, suponía que todos estaban en sus respectivas habitaciones. Se había perdido tan bien en sus pensamientos, que realmente sintió que había reencarnado, vuelto a vivir ese día en que poseyó por primera vez a su rubio. Sonrió, y sin esperar un segundo más, lo tomó entre sus brazos.

 

-¡Yah! Yeobo, ¿Qué haces?-Exhaló-Bájame…-JongHyun, tomándolo desprevenido de nueva cuenta, lo recostó sobre la cama. Allí, enorme y él tan pequeño. JongHyun lo observó detenidamente. Kibum era precioso, siempre lo había sido y siempre lo sería para él. Envejecer junto aquel muchacho era algo que lo llenaba de dicha.

 

Se inclinó hacía él, y muy roncó, le susurró en el oído:

 

-¿Por qué ya no me regalas pastelillos?

 

-¿Qué dices? Tonto…-susurró.

 

Kibum sintió que los vellitos de su nuca se enchinaban. Enrojeció los cachetes hinchaditos, un suave colorcito rosado apareció en los pómulos alzados. Kibum, con la voz escondida, se llevó las manos a las mejillas y les dio leves golpecitos, como si con aquello pudiese eliminar el sonrojo. No pudo hablar por un momento. Por supuesto que recordaba a los “Pastelillos”

 

-Cariñito…-volvió a susurrar-Te estoy hablando, respóndeme.

 

El rubio tuvo un escalofrió, cuando JongHyun le llamaba cariñito sentía que volvía a revivir muchas cosas. Muchos recuerdos. Le hacía sentir bien. Sonrió pequeño, y aun con los cachetes rojos enrolló los brazos flacos en el cuello moreno.

 

-Te amo-murmuró simplemente, sintiéndose de un momento a otro totalmente dichoso- Te amo demasiado, Jonggie. Prométeme que envejeceremos juntos.

 

JongHyun lo miró extrañado… “Prométeme que envejeceremos juntos” era justo lo que él había pensado antes, eso que lo llenaba de dicha. Sonrió, mostrando todos sus dientes.

 

-Por supuesto, lo prometo-Simples palabras, que provocaron un gran efecto en el embarazado.

 

JongHyun vio una ligera capa de agua sobre los ojos gatunos, Kibum estaba por echarse a llorar. El embarazado siempre se ponía sentimental y más sensible cuando estaba en su mes cinco. Era una ternura enorme, pero a JongHyun tampoco le agradaba verlo llorar como cascada cada vez que estos momentos llegaban. Tomó el bonito rostro entre sus manos, sintiendo las mejillas muy cálidas y suaves.  

 

-Shh, no vayas a llorar, yeobo. Todo está bien, tranquilo- siguió acariciándole las mejillas y cuando vio que una lagrima cristalina estaba por salir, le besó los parpados, uno a uno, después la naricilla enrojecida, la frente y finalmente llegó a los labios de corazón. Esquicitos, los hizo suyos, los acarició con los propios muy lentamente, haciendo un beso sensual y dulce. Despacio, bajó las manos hacía la camiseta de playa del rubio y delicadamente le acarició el vientre abultado.

 

-JongHyun…-Lo escuchó suspirar mientras bajaba las manos delgadas hacía su espalda ancha. Kibum estaba empezando a rasguñar, aunque no estaban haciendo algo tan íntimo, aun. JongHyun bajó hacía al cuello lechoso, sonriendo muy poco, sólo porque sabía había logrado distraerlo para que olvidara llorar, ahora Kibum estaba comenzando a jadear.

 

-¿Me había dicho que querías que te hiciera el amor, no es así?-Murmuró aun sobre su cuello, donde repartía besos pequeños y otros no tanto- y eso es lo que voy a hacer.

 

-Mggh~- Kibum hecho el cuello hacía atrás, dejándose hacer, dejándose disfrutar.

 

-Pero…- JongHyun dejó de besarlo. Lo miró, sonriendo traviesamente- aun no me respondes-pausa- ¿Por qué no me regalas más pastelillos?- Observó como Kibum desviaba la mirada y sonreía.

 

-Una vez te pregunté porque ya no me regalabas dulces, tú me respondiste que ya no los necesitaba, porque estaba aquí para ti, que era todo tuyo. Así que ahora te respondo lo mismo. Eres mío, Kim JongHyun, no necesitas más pastelillos- se mordió el labio y muy lentamente lo miró. Sus ojos brillantes lo miraban con cierta burla.  

 

-Te falto decir algo más… “Estas aquí para mí”-JongHyun rompió la burbuja de vergüenza del rubio, haciéndolo sentir más cómodo.

 

-Estas aquí para mí-dijo, afianzando aun más fuerte los brazos en el cuello moreno-Te tengo ganado-y sonrió, cerrando los ojos. Sus cachetes tan rojos encendieron a JongHyun más pronto de lo que esperaba. Su rostro sonrojando siempre era una fascinación increíble para el castaño.

 

Mientras que, JongHyun, al ver los ojos cerrados de su esposo, captó una invitación: Kibum quería que lo besara.

 

-¿Sabes que los pastelillos representan aquella primera vez que te hice mío? Y además, muchas veces más…-murmuró entre besos, sabiendo que el rubio estaba muy sonrojado por haberlo recordado, y él, quería ruborizarlo todavía más. Jugó con sus propias manos por todo el cuerpo delgado como un pulpo, acariciando aquí y allá.

 

-Yo… n-no recuerdo, era…-Mintió y calló palabras después, no podía hablar con JongHyun acariciándolo entero. Su cuerpo estaba ardiendo muy rápido. Quizá, realmente era el recuerdo de los pasteles lo que lo hacía enrojecer aun más las mejillas, avergonzarse y calentarse un poquito más.

 

Recordaba que cuando JongHyun regresaba del trabajo, cuando ya vivían juntos, aunque ciertamente con algunos conflictos de terceras personas, él le hacía pasteles cuando podía, cuando quería que JongHyun le hiciera el amor. Porque Kibum descubrió que siempre lo hacía suyo cuando le regalabas pastelillos y JongHyun descubrió que siempre que Kibum le regalaba pastelillos era porque quería que le hiciera el amor. Los pastelillos habían sido una coincidencia muy placentera. Kibum seguía siendo tan tímido que no era capaz de pedirle que lo hiciera suyo, sino que usaba los pasteles como un medio para hacerlo cuando deseaba. El rubio adoraba hacerlo con JongHyun, vamos, que podía ser tímido, pero cuando el cuerpo lo pedía, lo pedía. También deseaba a JongHyun, le gustaba todas esas sensaciones tan placenteras que le provocaba. Pero, con el pasar de los años, dejó de usar los pastelillos como escusa, y, muriendo de vergüenza una vez, le pidió que lo hiciera suyo. Esa vez no había podido preparar pasteles, y tenía muchas ganas de hacerlo, además de que estaba embarazado y sus hormonas estaban alborotadas por ello.

 

Eran unos recuerdos maravillosos.

 

Kibum dejó escapar una lágrima mientras sonreía. Abrió la boca y gimió, después, frunció el seño.

 

-Jonggie, n-no…-jadeó-Me duele, sabes que…-gritó bajito- ¡JongHyun! Déjalos ya…- apoyo sus manos en los hombres de JongHyun y trató de alejarlo dándole leves empujoncitos- JongHyun…

  

El castaño se alejó en seguida.

 

-Lo siento-murmuró- lo había olvidado.

 

Había estado mordiendo sus pezones, olvidando por completo que estaba sensibles y adoloridos.

 

-S-Sólo no los toques, duelen mucho-pronunció avergonzado mientras se pasaba las manos por el par de botoncitos rosados, masajeándolos lentamente para poder bajar el dolor. JongHyun en su posición, parpadeó. Sus ojos se oscurecieron. Kibum no se estaba dando cuenta de lo que provocada en su marido al tocarse a sí mismo. Inocentemente, se estaba masajeando a sí mismo, pero cuando trató de alejarse, porque incluso sus propios masajes comenzaban a dolerle, JongHyun lo detuvo.

 

-No, sigue, vamos precioso.

 

Kibum exhaló, completamente apenado.

 

-¡No!- Exclamó- Jonggie, que cosas me pides-murmuró, volteando la cara. Se había dado cuenta, ahora sí, de que se había tocado a sí mismo con JongHyun observándolo bobamente.

 

-Vamos…-insistió-sólo un poco.

 

-¡Que no!

 

-Oh-Farfulló con un nene pequeño, berrinchudo con su deseo. Tomó las manos del rubio y trató de llevarlas a los pozones rosados, pero por supuesto Kibum se dio cuenta y no lo permitió-Cariñito, no seas desobediente con tu marido, anda…-murmuró, besándole los labios una vez- y tócate para mí.

 

Kibum hizo un gesto, sin palabras y tan rojo como un tomate. Cielos, JongHyun si que sabía avergonzarlo hasta puntos inimaginables. Aun con años juntos, JongHyun siempre sabía cómo seducirlo y apenarlo.

 

-Eres idiota…- tragó saliva.

 

JongHyun sonrió-Idiota, tonto, y todo lo que quieras, sólo pon tus bonitas manos en ese par de pezones, vamos.

 

Kibum exhaló.

 

Estaba derrotado. JongHyun seguiría insistiendo, lo sabía muy bien.

 

-B-Bueno… pero sólo poquito.

 

JongHyun pudo haber aullado emocionado, pero no lo hizo. Kibum sería capaz de arrepentirse y no correría ese riesgo. Volvió a tomar las manos blancas entre las suyas y muy lentamente las dirigió hacía los botones medio anchitos. Kibum cerró los ojos inmediatamente, no era capaz de mirar a JongHyun estando en esa posición. Finalmente exhaló, estando sus manos sobre sus pezones. Con las yemas, muy despacio, comenzó a masajearlos, tocándoles apenas. Hizo una mueca, era muy incomodo, le dolían con el simple roce. JongHyun por su parte, se deleitaba con semejante espectáculo. Oh, que su esposo era la cosita más precioso que pudiese existir.

 

-Está bien, está bien-murmuró, alejando por fin, para alivio de Kibum, las manos de sus propios pezones. Se había dado cuenta de su dolor- Muy bien, Yeobo-susurró sobre sus labios-ahora abre los ojos.

 

Kibum lo miró con los ojos angustiosos.

 

-No sabes cuánto adoro que sigas sonrójate para mí.

 

-Oh, cállate- susurró. Lo abrazó, escondiendo el rostro en el hueco de su cuello.

 

-De verdad que eres precioso, mi vida-pronunció acariciándole el cabello rubio y dándole un beso al mismo tiempo-pero prepárate, que esta noche no te me escapas; no sabes la fascinación que es verte así, tocándote para mí- Y lo besó, feroz y rápido, dejándole sin aire en tan solo segundos.

 

JongHyun no lo dejó respirar ni por un momento. No se detuvo en su pecho porque sabía no podía tocarle los pezones, así que pronto vio un adorable bultito. Lo acarició a través de los shorts, masajeándolo sólo por un minuto y para la desesperación de Kibum, JongHyun lo hacía muy lento.  Jadeante y gimiendo, rasguñándolo por supuesto, sintió como después lo acariciaba debajo de sus bóxers. Lento, otra vez.

 

Lo estaba volviendo loco, JongHyun quería que llegara a su límite y Kibum también sabía que eso era exactamente lo que JongHyun quería de él. Sabía que JongHyun quería que le pidiera más.

 

Ciertamente, había estado varios meses sin sexo, ambos lo necesitaban y JongHyun quería aprovechar este momento para hacer enloquecer a su esposo. No iba a perder el tiempo para nada.

 

Kibum tragó grueso, llevando las manos blancas hacía el borde la camiseta de JongHyun para distraerse un poquito, resintiendo un poco más porque realmente quería que JongHyun lo acariciara más rápido. Llevó las manos hacía dentro de la camiseta, acariciando el duro abdomen, cada cuadro, cada espacio, sintiendo una pequeña capa de sudor. Con las yemas, llegó hasta su pecho, después volvió a bajar hacía el abdomen, luego la cintura, después la espalda y usó las uñas una vez más en esa porción de piel.

 

Jadeó, estirando el cuello.

 

-Jonggie…- No resistía más. ¿Por qué JongHyun lo torturaba así?

 

Sin pensar, sin razonar, sin nada, absolutamente nada de pensamientos en su cabeza. Llevó las manos hacía su propio bultito, acariciándose por arriba de las manos de JongHyun. Trató de llevar un ritmo más rápido, pero JongHyun insistía tercamente en llevarlo despacio.

 

-Yeobo, n-no me hagas esto-murmuró entre gemidos.

 

-Dime, cariño-dijo simplemente.

 

Kibum sabía perfectamente cuales eran las palabras que JongHyun deseaba escuchar.

 

Se relamió los labios y cerró los ojos. No quería decirlo, siempre era muy vergonzoso. Pero sentía que explotaría. Necesita, necesitaba que…

 

-P-Por favor-pronunció torpemente-ve… ve más rápido, Jong…-Las palabras coherentes terminaron allí, enseguida JongHyun dejó de torturar a su lindo esposo- ¡Mggh! Ah, ah…-se retorció y dejó de tocarse, de tocar las manos de JongHyun. Llevó las suyas hacía el cabello castaño y jaló, retorció los cabellos hasta la nuca y el flequillo.

 

Entonces, explotó. Se liberó y arqueó la espalda tiernamente, aun así, con la barriguita alzadita, no pudo arquearse completamente.

 

-Hmm-ronroneó, recuperándose. Poco a poco abrió los ojos, sin darse cuenta del momento en que los cerró, sintiendo nuevamente más besos sobre su cuello níveo. De pronto, JongHyun se alejó, entonces se quitó la camiseta ante sus ojos de gato. Cuando se volvió a acercar, Kibum enseguida volvió a poner las manos sobre la espalda morena, ahora acariciándola con más comodidad.

 

Un beso más, tranquilo sobre sus labios. Ya se sentía muy cansado, su embarazo lo había dejado agotado muy pronto, pero aun así no quería detenerse, y tampoco quería dejar a JongHyun así. Podía ver sus ojos deseosos y brillantes.

 

Cuando JongHyun terminó el beso, sus manos bajaron, recorriendo todo aquel cuerpo hermoso. Las caderas que seguían siendo el punto débil del embarazado, los muslos, las piernas hinchadas donde se detuvo por un momento para acariciar por más tiempo, con todas sus palmas, bajando en el proceso el short y el bóxer por completo. Bonito, completamente desnudo, miró su entradita. Cierta parte de su anatomía pulsó. Pero entonces, un grito, que no era de Kibum, retumbó tras de la puerta, luego pasos, después murmullos y por último, varios toques sobre la puerta.

 

-¡Appas!

 

Kibum se sobresaltó enseguida, se sentó rápidamente, llegando así un repentino mareo.

 

-Cariño- JongHyun le sostuvo las mejillas, alarmado-¿Estás bien?

 

-Si… es sólo-pausa-me senté muy rápido.

 

JongHyun sonrió, pero la deshizo enseguida.

 

-¡Appas!- Más gritos, más pasos, más murmullos- ¡Me están molestando! ¡Ya, Akemi, detente!-luego risas.

 

-Ve a cambiarte al baño, yo me encargó- JongHyun se paró de la cama, caminó un poco hasta llegar hacía donde sus maletas. Sacó un pijama azul cielo y se lo entregó a su esposo. Kibum la tomó todo presuroso-Dúchate-susurró y le besó la frente antes de verlo desaparecer tras la puerta del baño. Todo muy rápido, se puso su camiseta y, para tapar su notable bulto, tomó una tolla del closet y se la colocó sobre la cintura, después fue a abrir la puerta

 

Amaba a sus hijos, pero realmente necesitaba un momento a solas con Kibum, ahora si se sentía urgido. Pero, acostumbrado a este tipo de situaciones, donde sus hijos los interrumpían, habló:

 

-¿Qué sucede aquí?-dijo ceñudo, mirando a cuatro de sus niños.

 

-¡Son ellos tres! No paran de molestar- Exclamó Hiromi, empujando a sus tres hermanos; Akemi, Grace y Onew.

 

JongHyun quedó con los ojos muy abiertos por un momento y no fue capaz de decir nada más. Sus hijos estaban llenos de arena. Las ropas sucias y mojadas, el cabello repleto. ¿Pero qué había pasado con ellos?

 

-Me van a decir ahora mismo porque están llenos de arena-pronunció muy autoritario.

 

-¡Fue Hiromi, él empezó!- Exclamó Onew, señalándolo.

 

-¡Eso no es cierto! Ustedes no dejaban de aventarme arena y mojarme- reprochó ya con los ojillos húmedos.

 

-¿Pero quien trajo la arena? ¿Quién la hecho en un bote y la trajo consigo hasta el hotel?-Preguntó Grace, acusándolo.

 

-¡Sólo quería hacer más castillos de arena!- Explotó, con las lagrimas saliendo de sus ojos de cachorro. El niño, entonces, miró a su padre, buscando en él, ayuda- Appa…

 

JongHyun evitó sonreír, su hijo sólo quería seguir jugando con la arena, aunque no era lo correcto hacerlo en sus habitaciones, no quería ni imaginar el desorden de estas. Los niños estaban mojados, así que seguro la alfombra de las habitaciones era un desastre. Sacó un poco la cabeza hacía el pasillo. Efectivamente, había arena y agua por los pisos. Suspiró y negó con la cabeza.

 

-Van a limpiar todo eso…

 

-¡Pero appa, si Hiromi…

 

-No. No me importa quien empezó, saben que esta no es su casa, y aunque estuviéramos en nuestra casa esto no se hace. Compórtese y vayan cada uno a sus habitaciones y no se sienten por ningún lado, enseguida voy con ustedes.

 

JongHyun observó como los niños hacían sus muecas y, muy lento y desganados le daban la espalda para ir a sus cuartos.

 

-Y no me hagan esas caras-dijo, pero se detuvo cuando vio que uno de sus pequeños seguían allí bien plantadito frente él.

 

-Hiromi, a tu habitación- murmuró duramente.

 

El niño lo miró con un tierno pucherito, los ojillos aguados volvieron a sacar lágrimas saladas.

 

-¡Appa! ¡Es que no fue mi culpa!-Gritó lleno de sollozos y lagrimas- sólo estaba haciendo mi castillo en el piso y ellos llegaron a estropearlo porque decían que no podía hacer eso aquí ¡No es justo!- El niño estampó uno de sus pies contra el piso, entonces cerró los ojos y se llevó las manos hacía su rostro para quitarse las lágrimas.

 

-Hiromi- El hombre tocó la espaldita de su hijo e hizo que se adentrara en su habitación. El niño estaba por sentarse en la cama, pero su padre lo detuvo- No, estas mojado y sucio, aquí paradito te quiero- Hiromi lo miró con reproche, pero no dijo nada, sabía que su papá tenía razón.

 

-Se que sólo querías seguir jugando, pero la arena es para jugarla afuera, no aquí. Tuviste un error, está bien- pronunció comprensivo mientras seguía sobándole la espaldita, calmándolo así, poco a poco- Para la siguiente ocasión, ya sabrás que esto no se hace, ahora deja de llorar. Flash es un hombrecito muy fuerte como para que sólo llore por arena.

 

Hiromi alzó la vista enseguida y miró a su padre. Su rostro se iluminó como magia.

 

-¡Es cierto! ¡Yo soy flash! Llorar sólo por arena…-murmuró, frunciendo un poquito el entrecejo-¿Quién llora por arena? Yo no- y se cruzó de brazos, haciéndose el muy valiente.

 

JongHyun sonrió y subió las manos hacía el cabello del chiquillo, enseguida un pequeña masa de arena inundó la alfombra de la habitación.

 

Hiromi lo miró con los ojos bien abiertitos; con la carita de… “Oh, me descubrieron” Aunque hacía mucho que su padre había descubierto la arena sobre su cabello.

 

-Anda, ahora, ve a tu habitación.

 

El niño asintió sin chistar, salió corriendo del cuarto.

 

Casi de inmediato, Kibum salió de la ducha. Se le veía cansado y un poquito ojeroso.

 

JongHyun lo miró desde la cama, ahora sentado. Alzó los brazos hacía él.

 

-Ven aquí- Kibum caminó lentamente mientras se restregaba las manos por los ojos- ¿Cuántas veces te eh dicho sobre sobarte de esa manera los ojos?

 

Kibum bufó y quitó las manos de sus ojos perezosos. JongHyun rió.

 

-Muchas veces-respondió Kibum- pero se me olvida-dijo- da comezón, ¿Qué hago entonces? Tengo sueño…- susurró, posicionándose entre las piernas de su esposo. JongHyun lo tomó por la cintura, miró la pancita alzada, entonces pasó las manos por allí, subiendo la camiseta azul para poder tocar la piel de su vientre hinchado.

 

-Aguantarte-dijo- los ojos son como cristales, recuérdalo.

 

Kibum suspiró-Lo sé, lo sé.

 

JongHyun entonces, dejó de acariciarle la panza y lo hizo sentarse sobre sus piernas. Kibum se arrulló allí como un nene pequeño, aprovechando y recostando la cabeza rubia en el pecho fuerte.

 

-¿Qué pasó con los niños?-Preguntó.

 

-Te dije que yo me encargo, sólo necesitó hacer una llamada-JongHyun estiró el brazo, alcanzando de la mesita de noche el teléfono del hotel. A partir de ese momento, JongHyun no volvió a escuchar la voz su esposo sólo por esa noche. Se quedó dormido al instante. Y aunque Kibum deseó preguntar más sobre sus hijos, simplemente no pudo hacerlo. JongHyun por su parte, le acarició la espalda mientras el teléfono sonaba.

 

-Buenas noches-dijo cuando le contestaron- hubo un pequeño accidente, necesitaré a alguien de la limpieza. Pero, por favor, podría traer cuatro escobas más, trapeadores y todo lo que se necesite por cuatro-extrañada, la persona al otro lado de la línea, le dijo que sí.

 

Cuando JongHyun colgó, recostó a su tesoro en la cama, lo arropó y le besó los labios pequeñamente. Salió de la habitación segundos después.

 

Y se topó con una habitación mojada, llena de arena y el baño con las luces prendidas. En una esquina, había un bultito de arena y unas palitas de plástico en miniatura, seguramente el lugar donde Hiromi había estado haciendo los catillos. Los niños estaban parados en medio, esperando por él, pero también jugando y platicando entre ellos, Hiromi ya parecía feliz, conviviendo muy amenamente con sus hermanos. Aun así, el cuarto seguía siendo un desastre. Miró más allá, en dos camas. Taemin e Isabelle dormían muy tranquilos. Pero a JongHyun no lo engañaban. Él sabía muy bien cuando fingían dormir.

 

-Taemin, Isabelle- pronunció muy alto y grave. Los demás niños dejaron de hablar instantáneamente-Quiero sus celulares ya mismo.

 

El par rápidamente bufó, habían sido descubiertos.

 

-Pero, papá-rezongó Isabelle-estoy en una plática muy importante por chat, de verdad, es sobre una tarea.

 

-Claro, entonces la ves mañana. Ahora los dos, denme esos celulares-Estiró una palma, e Isabelle, medio enojada, le entregó el celular.

 

-Appa…-volvió a hablar, Isabelle. Miró extrañada a su padre-¿Por qué tienes una toalla sobre el pantalón?

 

JongHyun miró la toalla aun enrollada sobre su cintura, por supuesto no podía quitársela.

 

-Tengo frio-respondió simplemente. Había sido lo primero que se le ocurrió.

 

-Pero…

 

-Taemin, tu celular-cortó las palabras de su niña, era lo mejor ¿Qué más podía decir? ¿Qué otra  excusa podía poner?

 

-Appa, no seas exagerado, sólo estaba escuchando música- se defendió, pero entonces, un pitido desde su celular indicó que le había llegando un nuevo mensaje.

 

JongHyun le dedicó una mirada y Taemin derrotado se lo tuvo que entregar.

 

-Diablos…-susurró.

 

Así, mientras los minutos pasaban y JongHyun les indicaba a los niños que se metieras a bañar, la señora del aseo ingresó a la habitación con cuatro veces más materiales de limpieza.

 

Los trillizos, en otra habitación, también navegaban con sus celulares, lo que no sabían era que su padre muy pronto ingresaría a su habitación y se los quitaría. No eran horas para estar en los aparatos, no era muy temprano, debían dormir. A JongHyun no les gustaba que sus hijos se desvelaran en los aparatos, así de simple. Onew, que también debía dormir junto a los trillizos, ya que estaban en la misma habitación, se había escabullido en medio de la noche hacía aquella otra habitación al escuchar las voces de sus hermanos. Entonces, poco después, la guerra de arena y agua empezó, entraban y salían del baño, mojándose a sí mismos. Taemin e Isabelle los ignoraban, tenían cosas más importantes que hacer con sus celulares.

 

Mientras muy tranquilamente, KyuHyun y Seungri, dormían como bebés en otra habitación.

 

Cuando todo terminó y la habitación quedó limpia como debía de ser, JongHyun regresó a la suya. Miró a su esposo, ya tendría el tiempo necesario para hacerle el amor.

 

 

Notas finales:

Okay, les gustó? Por favor, diganme que si xDD

Bueno, pues ya ven que Kibum sigue siendo medio timido, aunque como no serlo con JongHyun y sus palabras provocativas (/n) pero ahora Bummie tambien le dice palabrotas a su esposo cuando se lo merece. Espero entiendan un poco mejor, como es que ahora tienen tantos hijos, los pastelillos ayudaron mucho >u< Algo tan tierno de parte de su gato que a JongHyun le derretía el corazón, los pasteles cuando querían intimidad.

Bueno, ahora si no se si manejé bien o mal la timidez de Kibum... pero ya que, así hice el capi u.u

Ahora, la parte que estuve a punto de borrar, fue cuando JongHyn le pidió a Kibum que se tocara sus pezones asadasadasada xDDDDDDDD es fue tan... tan, eso (?) tan, bueno, mejor la dejó aquí, uff

Cuídense mucho! Y nos vemos en otro domingo, adiosin <3


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