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La familia Kim por Nanaa

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Notas del capitulo:

Holaaa o/

¿Cómo están? Bueno, de nuevo volví a tardarme con la actu T.T Perdonar, pero tuve un tiempo dificil, avise que tardaría una semana más en dejarles actu, en facebook, pero como no soy muy popular por allí(?) ahahha xD pues poquitas personas lo vieron, aun así, aquí por fin les dejó el capi 10, se vienen capitulos de recuerdos algo interesantes, sabremos poco a poco, como fue que Kibum abandonó su extrema timidez c: aunque no del todo, porque su timidez es algo así como su escencia(?) xDD O al menos, como abandonó muchas de sus verguenzas y se volvió alguien fuerte con seguridad en sí mismo T.T <3

No diré más, y los dejaré leer ahora si xD

Capítulo 10: Niño bien.

 

El cuerpecillo delgado, bien abrigado y lleno de cobijas, despertó cuando su celular comenzó a sonar. A tientas, lo buscó sobre el buro. Tiró un par de cosas, sintiendo fuertes sonidos chocar contra el suelo, pero ni se inmutó. Cuando tuvo el aparatito entre sus dedos entreabrió un ojo. Miró la pantallita, rota por la mitad porque hace días había tenido una pequeña pelea con JongHyun. No había sido nada fuerte. Le había llegado un mensaje de Remi y era bastante personal y no quería que JongHyun lo viera. Remi preguntaba… “¿Vómitos otra vez? Ve al hospital, si no llevaré ese cuerpecito flacucho que te cargas a la fuerza”

 

Desde hace varias semanas su salud estaba comenzando a ser alarmante.

 

Había forcejeado con JongHyun por el celular, este muy anonado trataba de arrebatárselo. Siempre que atendían una llamada o un mensaje ninguno de los dos se iba lejos para tener más privacidad sino que contestaban allí mismo en frente del otro. Se tenían bastante confianza, por eso a JongHyun le extraño que Kibum se fuese lejos de él para poder contestar. Y fue tras su chico, entonces Kibum no le dejó ver el mensaje  y eso desató una pequeña pelea por el celular. JongHyun simplemente estaba curioso. Pero en uno de los tantos forcejeos, terminaron por aventar el celular por el aire, cayendo estrepitosamente sobre el pavimento. Allí, la pantalla rota del rubio. JongHyun no insistió más sobre el mensaje y todo terminó ahí.

 

Remi, era un chico bajito, padecía enanismo. Media 1, 36. Era bastante delgado, pero con un físico que denotaba mucha ternura. Era el mejor amigo de Kibum. JongHyun solía molestarlo, y Kibum lo defendía a capa y espada. A JongHyun no le agradaba el chico, no le gustaba que Kibum fuese tan atentó con Remi. Eran celos de parte del castaño, exclusivos y posesivos celos. No le gustaba que nadie, absolutamente nadie se le acercara más de lo debido al rubio, ni siquiera aunque fuesen sus amigos.

 

Mientras tanto, Kibum trataba de contestar el celular, su vista estaba nublada pues acababa de despertar. Pestañeó varias veces y cuando estaba por presionar el botón de “acepar llamada” un extraño síntoma le revolvió el estomago. Se tapó la boca con una mano mientras que con la otra se quitó la nube de cobijas de encima y corrió apresurado hacía el baño, tirando el celular sobre la cama en el proceso.

 

Vomitó, como cada mañana desde hace más de dos meses. Bastante tiempo. Él sabía perfectamente que era lo que podía tener, pero le aterraba esa suposición. También sabía que no podía seguir así. Tenía que hacerse una prueba de embarazo lo más pronto posible. Hablaría con Remi para que se la comprase, a él le apenaba ir a una farmacia y pedirla.

 

Se duchó rápido, escuchando cuando salió del baño que su celular seguía sonando. Lo había olvidado. Corrió hacía él, buscándolo en la montaña de cobijas. Era JongHyun. Contestó rápido mientras se recostaba en la cama y volvía a cubrirse con las cobijas. Todo tembloroso, suspiró aliviado cuando se vio calientito. Estaban por el mes de noviembre, el frio estaba empezando a cobrar factura.

 

-¿H-Hola? Jonggie-susurró. Cerró los ojos, somnoliento,  sintiendo nuevamente sueño.

 

-¡Kibum! ¿Por qué no me contestabas?

 

-Ah…-contestó medio perdido, ido; medio dormido sería la suposición correcta- estaba duchándome-musitó.

 

-¿Estás bien? Te escucho cansado.

 

-Hmm…-murmuró, dejándose llevar hacía el mundo de los sueños. Muy rápido, se quedó dormido nuevamente. JongHyun al otro lado, lo llamó una y otra vez. Terminó por colgar y llamar de nuevo.

 

El rubio, asustado, miró a su alrededor confundido. Y aun en estado somnoliento volvió a contestar.

 

-¿Eh? ¿Q-Que? ¿Amor?

 

-¿Qué sucede contigo? ¿Te quedaste dormido?

 

-Lo siento, creo que sí- Se llevó una de sus manos a los ojos, sobándolos perezosamente a la par que bostezaba silenciosamente.

 

JongHyun suspiró. Desde hace semanas lo veía más cansado. El rostro gatuno denotaba preocupación, lo podía ver en sus expresiones, no sonreía hermosamente como otras veces que salían a pasear. Algo le estaba pasando y quería saber que era. Estaba bastante preocupado, y Kibum no le decía nada, sólo le ponía excusas; le mentía. Incluso lo veía más demacrado y pálido. Cuando le preguntaba sobre su estado, Kibum le contestaba con algo simple: Escuela, muchos exámenes, trabajos, exposiciones. Pero JongHyun no terminaba de creérsela. Sabía que le estaba mintiendo y no podía evitar sentirse dolido. ¿Habían perdido la confianza? ¿Ya no confiaba en él? Volvería a hablar con Kibum, esto no le estaba gustando para nada.

 

-Te estoy esperando, Kibum. Estoy afuera de tu casa.

 

El rubio abrió los ojos de golpe.

 

-¿En mi casa?-se sentó en la cama y como pudo se levantó. Buscó su reloj sobre el buro, encontrándolo tirado sobre el suelo. Marcaba las 8:10 am.

 

-¡La prepa!

 

-Sí, cariño, y yo tengo que ir a la universidad. Ya es bastante tarde. Apresúrate, ¿De acuerdo?

 

-¡Lo siento! Es que no se qué paso, mi alarma no sonó y tenía mucho sueño, que… -se calló, caminado rápidamente a su closet. Sacó el uniforme un poco arrugado, pero era tarde para planchar.- Espera diez minutos más ¿Si? Enseguida bajo.

 

Kibum se vistió a la velocidad de la luz. No usó maquillaje para tapar sus ojeras, y no es que fuese muy fan de los cosméticos, pero a veces eran necesarios. Su estado demacrado lo delataba. Pálido, ojeroso, cansado. Su ropa: arrugada, descuidada. Se veía apagado. Con un gran suéter gris, una bufanda roja y un gorro de lana del mismo color, salió de su casa.

 

 

*

 

 

Su madre le insistió para que desayunara algo, pero Kibum se negó. Terminó por tomar sólo dos manzanas y se fue. Era demasiado tarde, pero si estaba embarazado, sabía que tenía que alimentarse como debía. Pensaría después en eso.   

 

Kibum caminaba ciertamente desganado. Sus ojos insistían en cerrarse, pero cuando vio a JongHyun parado contra su auto, se avergonzó mucho. Había estado esperándolo tanto tiempo y ahora por su descuidó ambos llegarían tarde a clases.

 

-Sólo ven aquí- JongHyun extendió ambos brazos, recibiendo a un Kibum algo acolchonadito debido al gran suéter, entre sus brazos. No se veía bien, y para rematarla, se había puesto aquel suéter gris que le quedaba enorme, que era viejo y por tal se veía ciertamente desgastado. Lo hacía verse más indefenso y débil. JongHyun lo apretó contra sí, sintiendo ahora más que nunca que algo no estaba bien. 

 

-Ahora dime, ¿Qué es?-preguntó JongHyun. No se iría con rodeos.

 

Kibum sabía perfectamente a lo que JongHyun se refería, pero prefirió hacerse el tonto. Lentamente, su cabecilla rubio se alzó, tratando de mostrar una expresión tranquila, pero al mismo tiempo de confusión. Era una total farsa, trataba de mostrar ánimos, pero no le salía nada bien. Kibum no era de las personas que pudiesen ocultar sus emociones, ciertamente era bastante transparente.

 

-¿A qué te refieres?-Terminó por contestar con otra pregunta.

 

JongHyun lo soltó. Su rostro estaba serio, y eso alarmó a Kibum. El castaño raramente era frio con él.

 

-De esta no te escapas-terminó por advertirle.

 

JongHyun le abrió la puerta del carro. Kibum ingresó con ciertos aires de pereza (aunque trató de hacerlo rápidamente para que no se notara su cansancio). El auto arrancó enseguida, y Kibum pensó que JongHyun estaba molesto con él pues le veía muy serio. Siempre lo recibía con un beso; si, era bastante cursi, pero así era su relación. ¿Tanto se había enojado sólo porque había tardado? No, Kibum sabía perfectamente que no era por ese motivo.

 

Con el corazón en la boca, el rubio comenzó a hablar.

 

-Jonggie, lo siento, no pensé que me fuera a atrasar tanto. No me di cuenta- La vocecilla apenada invadió los oídos de JongHyun. Este, negando con la cabeza, suspiró.

 

-Quiero que me digas ahora mismo, que es lo que tienes, porque no creo que tantos trabajos en la preparatoria te tengan tan cansado como para dormirte mientras hablamos por celular. Quiero la verdad, Kibum-Quizá sonó frio, pero estaba comenzando a desesperarse. Quería saber que le pasaba a su novio.

 

El rubio tragó saliva. Sé dio cuenta que, en realidad, JongHyun no estaba molesto sino que estaba preocupado. Su seriedad se debía a un alboroto en sus pensamientos; ¿Qué tenía Kibum, porque estaba tan cansado, porque dormía tanto? Pero, el rubio aun no quería comentarle nada sobre sus sospechas de embarazo, sería una gran sorpresa y no sabía cómo lo tomaría; si bien o mal. Quería esperar para hacerse la prueba de embarazo antes de darle tal noticia.

 

-Estoy bien, Jonggie, sólo me ah dado mucho sueño-Decidió comentar.

 

JongHyun lo miró por un momento, enarcando una ceja. Su expresión no era agradable.

 

-¿Debería creerte? Porque ahora mismo puedo ver que me estas mintiendo. Hay algo más y no entiendo porque no me lo quieres decir.

 

Kibum comenzó a sentirse nervioso. No podía decirle, no quería decirle, aun no. Acomodando ideas en su cabeza decidió comentar algunos de sus malestares, pero no mencionar ni insinuar por ningún motivo la posibilidad de embarazo.

 

Exhaló.

 

-Bueno…-calló por un par de segundos- Eh estado sintiéndome un poco mal. Me ah dado mucho sueño y a veces me siento muy cansado-Jugó con sus dedos, sin mirar a JongHyun. Terminó por decir:- Por las mañanas, suelo vomitar un poco.

 

El auto, en una curva improvisada buscó un desvió. Deteniéndose segundos después en un lugar apropiado.

 

-¿Cuándo pensabas decírmelo?-Preguntó de golpe. Kibum se sintió ciertamente intimidado. 

 

-N-No te enojes, sólo no quería preocuparte por algo tonto. No es nada-intentó restarle importancia, pero JongHyun no se detendría.

 

-¿Algo tonto? Lo que te pase no es algo tonto, deja de menospreciarte de esa manera, porque no es la primera vez que haces este tipo de cosas, Kibum. Ya basta.

 

El rubio siguió jugando con sus dedos. De repente, sus ojos se sintieron aguados. No le gustaba que JongHyun le hablara duramente, le dolía, pero sabía tenía razón. Kibum no era una persona confiada ni segura de sí misma. Lo sabía, pero no era fácil tratar de quererte a ti mismo, no era fácil ganar confianza. No lo era. Y le molestaba cuando la gente le decía que cambiara, que hablara más, que no se avergonzara tanto por cualquier cosa; que no pasaba nada. Claro que si pasaba, su corazón latía tan fuerte sólo con el simple hecho de pararse frente a sus compañeros de clase para presentar una simple exposición. Pero para le gente era fácil decir: “Habla más” “Que no te de vergüenza” Cosas tan simples le avergonzaban mucho, y todo era tan difícil cuando sus compañeros de clase le molestaban por ello. Algunos le decían palabras tan crueles: “Siendo de aquella manera tan seria no lograras hacer nada importante en tu vida” “No lograras sobresalir nunca” “No muestras emociones y eso es raro, da un poco de miedo” No lo conocían, no sabían cómo era realmente Kim Kibum, sólo era buenos para juzgar y criticar. Y Kibum, siendo tan inseguro, les creía. Pensaba que no lograría nada importante, por eso trataba y quería cambiar. Pero por otra parte, se sentía cómodo con su forma de ser. Todo era tan confuso en su cabeza. Él no quería ser una persona escandalosa, gritona, como sus compañeros que usaban groserías demasiado fuertes en su vocabulario, que no eran honestas, que eran hipócritas. No. Él prefería ser como era.  A veces llegaba a la conclusión de que intentaba cambiar por otras personas y no por sí mismo, porque la gente le decía que cambiara, que hablara más, que no fuese serio ni callado, y él lo intentaba sólo porque se lo decían. Se sentía mal porque las personas lo señalaban y trataban de cambiarlo. No lo dejaban ser, no lo dejaban disfrutar. Sólo sus amigos, sus tres y únicos amigos lo conocían realmente, sabían de lo hermosa persona que era, y no querían que su amigo cambiara sólo porque personas idiotas se lo pedían.

 

Pero, las cosas se resumían a simples palabras. Porque para la gente era tan fácil decir, cuando no sabían lo difícil que era.

 

Sólo había algo que Kibum sabía tenía que lograr por sí mismo: tenía que desenvolverse más, quitarse sus vergüenzas, eso sí tenía que hacerlo, pero siempre conservando su esencia. Intentaba hacerlo, pero a veces las críticas de las personas dolían y lo desanimaban.

 

Ahora, JongHyun le decía que dejase de menospreciarse, que no era la primera vez que lo hacía. Era verdad, muchas veces se hacía sentir menos, él solo, cuando veía como otras personas hablaban con tanta seguridad y él… tan bajito, tan tímido. Se sentía “Menos” se sentía torpe. No se sentía importante.

 

A veces realmente deseaba cambiar, porque pensaba que la timidez le estaba arruinando la vida. Pero no era así, y lo sabía, él mismo se estaba arruinando. No hacía muchas cosas que le gustaban por vergüenza. Le gustaba mucho bailar, y, por las tardes, cuando podía, él solito se ponía a bailar en su habitación, tratando torpemente de aprenderse algunas coreografías, aunque algunas eran muy difíciles.

 

Era consciente de que JongHyun no le había dicho aquello para herirlo, sino quizá como un simple consejo, pero no pudo evitar ponerse mal. Tal vez estaba dramatizando, pero no podía evitarlo. Era tan sensible cuando las personas se metían con su forma de ser.

 

Sin quererlo, una delgada línea cristalina bajó por su mejilla. JongHyun lo vio, allí, sentado, encogido en su lugar. Se veía tan pequeño como un pequeño niño lloroso. Sus puños apretados sobre los muslos, la cabeza gacha y las lágrimas bajando por sus mejillas sonrosadas. El gorrito de lana, la bufanda roja, el gran suéter gris arrugado junto con los pantalones escolares en el mismo estado descuidado.

 

Suspiró. Lo había hecho llorar y sabía muy bien porque. Kibum le había comentado tiempo atrás sobre sus inseguridades. Y si, adoraba la forma de ser de su rubio, adoraba su timidez, sus sonrojos, su vocecilla bajita, tan hermoso, tan cálido, tan bueno. Pero lo que le molestaba era que se menospreciara y quería hacerle ver que era una persona importante, que valía mucho. Pero no era fácil, y tenía mucho camino que recorrer con el rubiecillo.   

 

Se quitó el cinturón de seguridad, terminando por acercarse a Kibum. Lo abrazó, atrayéndolo hacía su pecho. El rubio, viéndose protegido, comenzó a llorar con más ganas sacando todo lo que tenía adentro. Pero, sintiendo mal al mismo tiempo por estar llorando por algo tan simple. Así lo veía él. Personas que sufrían por la pérdida de un ser querido, por una enfermedad difícil, por problemas familiares graves. Y él, allí, llorando porque no podía consigo mismo. Porque no tenía confianza, porque no podía cambiar. No le gustaba llorar por algo tan tonto, sentía que no merecía llorar por algo tan simple. No debía. Por eso muchas veces guardaba su llanto, su sentir y sus tristezas.

 

-L-Lo siento, lo siento- Ahí estaba nuevamente, tratando de calmar su llanto. Guardándose de nuevo todo el dolor.

 

-No, yo lo siento-dijo, sin agregar nada más al respecto- ¿Todo está bien, si?- JongHyun le sonrió. Besó su frente amplia y llena de cabellos rubios.

 

Kibum suspiró, sintiéndose mejor con el pequeño beso de JongHyun. Quería calmarse lo más pronto posible. Entonces recordó que tenían que ir a la escuela.

 

-Jonggie…-susurró-se hace tarde- murmuró, tratando de cambiar de tema, de desviar todo.

 

-No importa- dijo. Sobó su espalda de arriba y abajo, frotándola con ambas palmas.

 

Kibum, con los ojos gatunos medio rojos, los dejó cerrarse por un momento, acomodarse más tranquilamente sobre el pecho fuerte y estirar los brazos para enrollar a JongHyun.

 

Un abrazo, era lo que Kibum necesitaba para calmarse. Sentir la serenidad que sólo JongHyun le brindaba, aunque le había hecho llorar hace poco, él también podía calmarlo.

 

Estando en aquella posición tan cálida, JongHyun no pudo mantenerse quieto. El pequeño cuerpo estaba titiritando, hipando mientras se recuperaba del llanto. Se le antojaba tan tierno como un pastelito de esos que le regalaba, y quería comérselo. Tranquilamente lo tomó de la barbilla. La cara sonrosada sorbía la nariz mientras lo miraba curioso. Sonrió, y lo besó. Lento, sus labios se amoldaron lentamente, muy despacio, entonces comenzaron a moverse. Los brazos de Kibum se envolvieron en el cuello moreno. Se encogió, haciendo que JongHyun se acercara más a su persona. Lo tenía totalmente acorralado contra la puerta del auto, casi recostado y con el rostro preciosamente ruborizado.

 

Las ventanas del auto eran polarizadas.

 

Kibum jadeó entre besos, emitiendo un sonido agudo y bajito, casi suspiroso. Entrecerró los ojos cuando JongHyun se alejó, pero sólo un poco. Abandonó sus labios de corazón y se concentró en su cuello blanquecino.

 

-Mph, J-Jonggie…~-Gimió, apretando los dientes. Fue consciente de que seguían en el auto y cualquier persona podía escuchar sus gemidos. Enrojeció, sintiendo que explotaría- Jong… detente, pueden escucharme, JongHyun…- pero JongHyun no se detuvo. En su lugar succionó más porción de piel, moviendo la bufanda roja lo suficiente para apoderarse del cuello largo a total libertad. Kibum tuvo que cubrir su boca con una mano. Sabía que era demasiado escandaloso, su voz era realmente potente cuando gemía. No podía estar tranquilo cuando su boca lanzaba aquellos sonidos fuertes. Ciertamente, le era casi imposible contenerse. Aun con una mano cubriéndose, logró gemir alto cuando JongHyun comenzó a acariciar sus costados, su perdición: sus caderas.     

 

-Ngh… Ah!- Dejó escapar uno más. Demasiado alto.

 

JongHyun gruño.

 

Observó por las ventanas de la parte trasera, que un par de personas se detuvieron y observaron hacía su auto. Suspiró y cerró los ojos por un momento, intentó tranquilizarse porque cierta parte de su cuerpo ahora estaba tremendamente cálida y necesitada. Idiota, se dijo. Tener a Kibum tan indefenso a su total disposición siempre era algo que lo ponía mucho. Kibum era la cosita más precioso y tierna, era casi imposible para él no desearlo.

 

Gruñó una vez más.

 

Esperó porque aquellas personas se alejaran, y cuando lo hicieron miró finalmente a su novio. Kibum estaba mirando hacía la ventana, también se había percatado de las personas que habían escuchado sus gemidos.

 

-Cariñito- JongHyun se acercó y le susurró en el oído. Su voz melodiosa cargada, a propósito, de sensualidad-Tres meses sin hacerte el amor, sólo lo hemos hecho una vez. No puedo estar así toda la vida, te necesito ya mismo- Lo miró, Kibum exhaló, totalmente encogido. También lo quería, pero no allí, allí nunca podría. Moriría de vergüenza por el resto de su vida, ya tenía suficiente con las personas que lo habían escuchado.

 

-Jonggie… no-susurró titubeante, casi si voz-aquí no, por favor, no aquí…-murmuró, aferrándose con tanta pena a los hombros de JongHyun.

 

JongHyun sonrió, porque aunque lo había rechazado, sólo había sido por el lugar, no porque realmente no quisiera hacerlo. Para él, era muy excitante imaginarse hacer el amor en el auto con aquel muchacho escandaloso, pero precisamente por su adorable escándalo, era que no podían hacerlo ahí, cualquiera pudiera escuchar los hermosos gemidos de su lindo novio, y sólo él era dueño de esos provocativos sonidos. Sólo él y nadie más.

 

-Está bien, pero quiero que después de clases, te vengas a mi casa. Pasaré a recogerte- JongHyun no espero por una respuesta de Kibum. No lo haría, iba a hacerle el amor esa misma tarde. El rubio por su parte sintió el clásico cosquilleó en su estomago, pero no se negó. No dijo nada.

 

JongHyun terminó por darle un corto beso en los labios, consecutivamente le acomodó la bufanda roja.

 

-Sera mejor que no te quites esto-dijo, señalando la bufanda.

 

-¿Dejaste marcas?-Preguntó lo obvio, JongHyun sólo sonrió. Era tan inocente, tan lindo, que si no lo dejaba ya mismo en la preparatoria, no podría aguantar más y se lo comería allí mismo sin ningún tipo de miramientos. Arrancó el auto enseguida.

 

El tema de salud del rubio, se quedó allí como un tema inconcluso. JongHyun no le volvió a preguntar nada al respecto, pero lo volvería a hacer en cualquier otro momento.

 

 

*

 

 

Kibum llegó a la preparatoria a las 8:40 am. Bastante tarde, pero lo dejaron pasar. El chico en ese momento se veía tan frágil y enfermo, que no tuvieron el corazón para dejarlo fuera.

 

Las clases, por parte de Kibum, fueron bastante tediosas. Quería irse a casa, descansar lo más pronto posible. Se sentía desganado. Necesitaba estar con JongHyun para sentirse mejor, pero sabía no debía. Seguramente volvería a insistirle sobre su estado tan enfermo. No quería responder sus posibles preguntas.

 

En el receso, Remi volvió a comentarle sobre su salud. Este, muy indeciso, le contó sobre sus posibilidades de poder concebir. Remi no se la creyó a la primera, pero la preocupación y seriedad del rubio le estaban haciendo dudar.

 

-¿Estas, realmente, hablando en serio?-Su voz estaba tallada de incredulidad.

 

-Lo estoy, por favor, créeme. Necesito una prueba de embarazo- Kibum por su parte, sonaba con un tinte de desesperación.

 

Remi lo miró con el ceño fruncido. Eso era increíble. Su amigo era tan tímido, como él mismo lo era. Tan “Niño bien” Como para quedar embarazado siendo tan joven. No podía creerlo, simplemente no.

 

-¿Cuándo…-Preguntó a medias. Kibum, sin embargo, comprendió perfectamente lo que Remi quería preguntar.

 

-Hace casi tres meses.

 

-¡Tres meses! ¿Y hasta ahorita se te ocurre hacerte la prueba de embarazo? ¡Estás loco!-Dramatizó, moviendo las manos de un lado a otro mientras le reprendía.

 

-¡Lo sé! Pero habla más despacio, por favor…-musitó, mirando disimuladamente de reojo a sus lados. Estaban en su salón de clases, sentados en sus bancas. Había algunos compañeros más adelante, por suerte parecieron no haber escuchado nada.

 

-¿Y ahora? ¿La compraras en cuanto salgamos de aquí?-Remi siguió hablando.

 

-No, tú me la compraras.

 

Remi no tuvo oportunidad de refutar, dos de sus amigos ingresaron al salón. Teo y Allie. Teo era un muchacho bastante bonito, bromista cuando entraba en confianza y con el detalle de su grupito de amigos: timidez. Mientras que Allie era el más alocada, (y la única mujer entre ellos) pero no dejaba de ser un poco insegura en algunos aspectos, porque en cuanto a su físico, ella se sentía la más hermosa del mundo entero.

 

-Jovencitos, les hemos traído lo que nos pidieron. Un sándwich de jamón y un jugo para Remi-Allie, con toda su clase y una voz combinada en tonos graves y agudos, le entregó una bolsa de cartón a Remi. Siguió hablando:- Fruta picada, pan con crema de fresa, una paleta de cereza, papas fritas y una botella de agua para Bumsito- dijo, meneando la cabeza- ¡Pero si casi no come!- exclamó, llamando la atención de algunos cuantos, al darse cuenta, se sentó rápidamente en su lugar frente los chicos- A la gente le gusta mucho mirarme-les susurró. Pero realmente se había sentando porque le avergonzó que todos le vieran.

 

Los chicos estallaron en risa, pero nadie negó nada. Allie contaba con un buen físico, era atractiva y se sabía arreglar magníficamente. Usaba maquillaje de buena calidad, cepillos especiales para arreglar su cabello corto y castaño. Había tenido un par de novios, pero estos no la aguantaban y terminaban por dejarla. Pero no era que fuese una muchacha desagradable, sino que ella veía la vida de una manera distinta a como lo hacían sus inmaduros novios. No buscaba a un novio por un rato, ella quería algo serio, y sus chicos sólo buscaban tener relaciones sexuales. Allie se negaba y entonces la terminaban. Pero a ella no le importaba, dolía, pero podía salir adelante con aquellos rechazos. Pensaba que aun era joven, en cualquier momento podría encontrar a alguien que la quisiera por cómo era realmente. Por otro lado, Allie podía parecer extremadamente femenina, pero sólo lo era en su actuar. Su vestimenta era otra cosa. Solía usar jeans negros, a veces shorts, y blusas de colores. Era una joven sencilla que sabía muy bien cómo arreglar su rostro y cabello.

 

Teo, por su lado, era bastante escandaloso estando sólo con ellos, sus amigos.  

 

Ellos eran el grupito de los raros, los callados, los tímidos, pero los más sinceros de todos, los únicos y verdaderos amigos. Esos que más juzgaban, eran los más buenos.

 

 

*

 

 

Horas después, Remi se encontraba pidiendo una prueba de embarazo. Todo sonrojado, recibió la prueba ante la atenta mirada de la encargada.

 

-Hmm-La mujer profirió un mohín- tan pequeños y tan calientes estos jóvenes- Meneó la cabeza.

 

Remi se sonrojó hasta las orejas. Totalmente nervioso salió corriendo del lugar. Sus cabellos negros brincaban locamente de un lado a otro mientras llegaba hacía Kibum, quien se encontraba parado en una esquina, esperándole.

 

-¡La mujer encargada me dijo caliente! ¡Me dijo caliente!-Repitió, totalmente escandalizado- ¡Y el caliente eres tú!

 

-¡Remi!-Kibum siguió el juego escandaloso de su amigo. Con los ojos bien abiertos siguió exclamando:- ¡Ya! ¡Ya! ¡No digas eso! ¡Fue culpa de JongHyun!

 

-Aaaaay sí, claro-ironizó- Seguramente ese hombre abuso de ti, así como te dejó esos enormes chupetones- señaló el cuello de Kibum.

 

-¡Remi!- Kibum miró su bufanda desacomodada. Un descuido. Se tapó rápidamente.

 

Los dos muchachos, viéndose graciosos en aquella esquinita, sonrojados y gritoneándose entre sí. Por supuesto llamaron la atención de varias personas, pero ellos estaban muy metidos en su mundo para darse cuenta de ello.

 

Cuando Kibum hubo estado en su casa, ambos, Remi y él, subieron a su habitación.

 

-Rápido, ve al baño- Remi se veía nervioso, jugaba con sus dedos y caminaba de un lado a otro. Kibum, en cambio, estaba bien plantadito en su lugar, mirando la prueba con una expresión seria.

 

-¿Y si estoy embarazo?-Preguntó, mirando a su amigo.

 

-¡Deja de preocuparte más y ve a hacértela ya mismo! ¡Rápido!-Repitió, empujándolo hacía el baño. Kibum se dejó hacer sin chistar. Caminaba lentamente, nervioso y preocupado.

 

Kibum no tenía ni idea de cómo usar una prueba de embarazo, así que tuve que detenerse a leer las instrucciones. Tuvo que releer un par de veces porque estaba tan nervioso que no podía poner real atención. Terminó, y espero porque la prueba mostrara negativo o positivo.

 

La espera lo estuvo matando. Podía escuchar los pasos de Remi, desesperados, caminando en su habitación de un lado a otro. Se puso ansioso y terminó por morderse el dedo pulgar.

 

Minutos después, lo vio, ahí entre sus dedos.

 

Positivo.

 

Tembló. No era realmente consciente de su cuerpo. Por escasos segundos todo se volvió blanco. Estaba claramente sorprendido. Y no lo podía creer aun cuando la prueba estuviese entre sus manos. Era tan joven, JongHyun era tan joven. Ambos estudiaban y no tenían dinero para mantener a un bebé. Pero era su bebé, tenían familia que esperaba los apoyaran. 

 

Lloró, solo en el baño. Y sonrió, porque aunque estaba asustado, estaba esperando un bebé de JongHyun, del hombre que amaba con todo su corazón. Un pedacito de JongHyun y suyo. De los dos.

 

¿JongHyun lo aceptaría? Esperaba que si, realmente lo esperaba.

 

Suspiró, dejando la prueba sobre el lavabo. Sobó su estomago. Era cierto, estaba un poco abultadita, sólo un poco, apenas se notaba, pero era una curva que antes no estaba allí. Era su bebé, cielos que lo era.

 

-Jonggie, estoy esperando un bebé-susurró solo para él y para el hombre ausente.

 

Remi, quien detuvo sus pasos desesperados un momento antes, se posicionó con la oreja pegada en la puerta del baño y comenzó a gritar.

 

-¡Kibum!

 

El nombrado por su parte, aun en un estado de mil emociones, sintió que su celular comenzaba a vibrar en el bolsillo de su pantalón escolar. Lo tomó con las manos temblorosas, cayéndosele de las manos cuando vio el nombre escrito en la pantalla. Jonggie.

 

-¡Kibum! ¿Qué estás haciendo? Ábreme- desesperado, tocó un par de veces la puerta- es positivo ¿Verdad?

 

El rubio no contestó. El celular seguía sonando sobre el suelo, hasta que se detuvo. Pero entonces volvió a sonar.  Kibum se llevó las manos al rostro, sabiendo que debía contestar.

 

Se agachó y lo tomó. Lo hizo, contestó. Tomó el celular y descolgó.

 

-¿Amor?

 

-¿Qué sucede, donde estas? Llevó casi media hora esperándote fuera de la preparatoria, ¿Por qué no sales?

 

Kibum exhaló, había olvidado avisarle que se iría con Remi.

 

-Por dios, JongHyun, lo lamento tanto, perdóname- abrió la puerta del baño y salió, llevándose consigo todo el cuerpo de Remi-¡Ya! ¿Qué hacías? ¿Me estabas espiando?

 

-¡No! Kibum, yo no sería capaz- Remi, totalmente recargado sobre el cuerpo de Kibum, se alejó de inmediato y buscó con la mirada la prueba de embarazo, al no verla ingresó al baño como alma que lleva el diablo.

 

El rubio lo vio correr hacía el baño. No dijo nada, sabía a qué iba. Vería la prueba.

 

-¿Cariño?- La voz de JongHyun le hizo dar un respingó- ¿Estas con Remi? ¿En donde están?- No se escuchaba precisamente feliz.

 

-Si-musitó- estamos en mi casa.

 

-Voy para allá- Cortó.

 

Kibum se tensó. ¿Esto era alguna clase de señal? ¿Tenía que decírselo a JongHyun en cuanto llegara?

 

-¡Si estas embarazado!- Remi salió del baño. Su rostro era una combinación de emoción y preocupación.

 

-Remi-dijo, dejándose caer sobre la cama- JongHyun viene para acá.

 

 

 

Notas finales:

¿Que tal? ¿Les gustó?

Segun yo, este capitulo estuve medio larguito, espero no se me hayan aburrido T.T Y que no se revuelvan por tantos personajes, pues ya agregue tres más.

Teo, es el chico de Lunafly, estuve viendo videos hace poco de ellos, y me topé con que el chico es super bromista e inquieto, y eso que se ve como alguien mega timido, serio y así, las apariencian engañan n_n

Remi, es un personaje inventado por mí,  y la idea de su enanismo me vino a la cabeza tras ver a un señor en la calle, sólo así, iba en un carro, y PAM!! vi al señor, y dije... ¿Y si Kibum tuviera un amigo con enanismo en el fic? Aunque cuando vi al señor, lo dejé de ver inmediatemente. No se, no creo que se agradable para ellos que la gente los este viendo o señalando, aunque sus ojos de toparon con los mios por unos segundos xD Perdón si a alguien le parece incorrecto de mi parte poner esto, pero yo no lo hago con ese motivo.

Y Allie, también es inventada por mí, trate de poner nombres cortos y faciles de aprender o memorizar, para que no se me revolvieran xD

Creo que el fic también debería ir en categoría de originales, Hmm, pero bueno ahaha, esto es todo por hoy, nos vemos en otro domingo. Oh, claro, y muchas gracias por sus comentarios n_n como siempre ya los respondí todos, los quiero! <3 Nos leemos despuesin, cuidense mucho, y felices fiestas! <3

 


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