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La familia Kim por Nanaa

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Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores, después de tanto... realmente los extrañe c': 

Capítulo 31: ¿Alarma?

 

La desesperación invadió su sistema a pesar de ser un médico con experiencia. JongHyun corrió tambaleante hacia el cuarto de baño. Su cuerpo recién levantado le ocasionó un repentino mareo. Su vista se nubló por momentáneos segundos. No se detuvo.

Segundos en medio de un mareo y una vista ennegrecida.

No se detuvo, no lo hizo y llegó a él.

Su Kibum.

Sentado sobre el suelo, en medio de retorcidas a su cuerpo; los dedos desnudos de sus pies apretaban con fuerza, estiraban, apretaban, estiraban, apretaban… una y otra vez. La ropa que había usado como pijama parecía hacerle ver más pequeño, más diminuto entre su dolor.

-Mi amor…-Kibum profirió un quejido entre palabras. JongHyun  sintió el pinchazo de angustia; una aguja insertada contra su pecho, ese que le recorría maliciosamente, lastimosamente.

Qué dolía.

Se arrodilló frente él. Kibum no hizo nada más que abandonar las manos sobre su vientre para enrollarlas en el cuello de su esposo. Se aferró a él con tanta fuerza como si estuviese sobre una montaña rusa, de esas a las que temía tanto y sólo podía gritar cuando las abordaba. Pero no estaba gritando, tampoco estaba temiendo porque sabía perfectamente que no estaba sobre una de esas máquinas. No estaba en una montaña rusa. Sólo ejercía fuerza para no caerse, para poder soportar la terrible contracción.

-Tranquilo, precioso, pasará. Todo estará bien-murmuró sobre su oído. Se aferró como Kibum también lo hacía.

En medio del baño, sobre el suelo, ellos sentados frente el otro; nada más que tocar los cuerpos con sus brazos.

JongHyun sobó su espalda de arriba y abajo. Siguió susurrando palabras, de vez en cuando pasando las manos por el gran vientre abultado.

-Jonggie…

-Shh~ Tranquilo, está bien. No hables, sólo aférrate-. Tomó al rubio por la cintura, pero éste se mantenía rígido-. Respira, cariño. Inhala y exhala.

Kibum intentó. Había olvidado hacerlo a pesar de sus embarazos anteriores. Inhalar y exhalar. 

Aprovechando el repentino momento de calma, JongHyun tomó las piernas de su esposo con un brazo, lo volteó de lado, usando la otra mano para pasarla por su espalda. Lo cargó hasta lograr sentarlo sobre sus piernas. Alejó sus manos de las piernas hinchadas para colocarlas tras su cabeza y darle apoyo en aquella zona. Lo envolvió con sus brazos.

Kibum entrecerró los ojos cansadamente y suspiró. A pesar de que su posición cambio, no soltó el cuello de JongHyun. Sus manos seguían enrollándolo. JongHyun se inclinó sobre él y logró tocar su piel con los labios. Un beso en cada mejilla, en cada parpado logrando que los cerrara al compás de sus caricias, en la frente, pero no terminando en sus labios. JongHyun no los omitió, pero decidió dejar el beso largo para más tarde. Kibum lucía cansado. Sus ojos permanecían cerrados, pero la fuerza de sus brazos parecía ceder. La rigidez de su cuerpo también. Las líneas de su bonito rostro lograron sensibilizarse. El dolor estaba terminando.

JongHyun esperó un momento antes de ponerse de pie con el rubio sobre sus brazos.

Lo recostó sobre la cama. Antes de alejarse observó su rostro. Las mejillas pintadas mostraban lo acalorado que se encontraba. Retiró los mechones rubios sobre la frente amplia, removiéndolos hacia atrás.

-Descansa. Me encargaré de los niños, no te preocupes.

Kibum no emitió ningún sonido, tampoco corporal. No se movió, se mantuvo quieto, con los ojos cerrados y la respiración acompasada. ¿Dormía? JongHyun supo que era completamente obvio, sin embargo las manos de su esposo seguían enrollando su cuello. Comenzó a alejarlas para dejarlas descansar sobre el colchón, pero éstas se cernieron repentinamente.

Error.

Kibum no dormía.

-Yeobo…

A Kibum le hubiera gustado pedirle que se quedara, le hubiera gustado decirle que se recostara con él otra vez, le hubiera encantado pasar todo el día con su esposo en casa. Le hubiera gustado… entre otras cosas.

No podía ser. Sus niños esperaban por ellos, al menos lo hacían por JongHyun, porque él no se sentía con la suficiente energía para levantase de la cama.

-¿Qué sucede? ¿Estás bien? ¿Sigue doliendo?

Kibum asintió.

JongHyun pensó que el parto estaba por llegar. Pensó que era momento. ¿Las contracciones aún no terminaban?

-¿Las contracciones….? ¿Aún sigue? Dime que tanto…

-¿Qué…?

Kibum abrió los parpados. Su mirada gatuna le recibió brillosa, con rastros de lágrimas que nunca salieron de sus ojos.

-No, no, no…-murmuró repentinas veces-. Quiero decir, estoy bien, lo estoy, JongHyun. Sólo fueron demasiadas preguntas que no supe cual responder.

JongHyun suspiró.

Estuvo a punto de tomar la pañalera y salir rumbo al hospital, aunque antes molestaría a Remi nuevamente para que cuidase de sus hijos mientras tanto. JongHyun pensó que aquel hombre era un gran apoyo para su familia, y pensar que antes le odiaba y lo quería lejos de su esposo. La vida podía dar tantas vueltas, tantas que podía llegar a sorprender una enorme maravilla.

-Bum…-JongHyun volvió a suspirar por segunda vez.

Recostó su cabeza sobre el enorme vientre, sintiendo al mismo tiempo las caricias de Kibum sobre su nuca; las manos delgadas tocando aquella zona con los dedos largos. Aunque la tela del pijama seguía cubriendo sus dedos y lo hizo todo el tiempo, JongHyun sentía perfectamente los delicados dedos sobre él. Le gustaba que su esposo usara ropa suya como pijama, pero solía usar solo camisetas suyas.

Respiró ruidosamente sobre el vientre abultado, disfrutando de esas pequeñas caricias. Su Kibum se sentía tan cálido.  

-Yeobo, ¿crees que pueda visitar a Taemin?

-Puedes, pero no irás, no quiero que vayas solo, y yo tengo que irme a trabajar y los niños a la escuela.

JongHyun escuchó claramente un refunfuño de parte de su esposo. Sonrió. Levantó la vista, captando una imagen preciosa ante sus ojos. Kibum torcía los labios, ensalivados porque no paraba de lamerlos y morderlos. JongHyun observó cómo se llevaba las manos a la boca, un solo dedo era mordido por sus dientes, una uña.

-No.

Fue una advertencia. La voz profunda hizo que el rubio detuviera su acción. Observó el dedo en su boca, luego a JongHyun. Sonrió. Siguió mordiendo.

-Yeobo, no juegues conmigo. Ese es un mal hábito.

-Es mi hábito, no el tuyo, así que déjame en paz.

JongHyun abrió la boca, fingiendo una terrible sorpresa. Kibum sonreía, era una clara señal de que sólo estaba bromeando. En realidad no mordía su uña, sólo la mantenía en sus labios para provocar a JongHyun y él lo sabía. Y, aunque lo sabía, cayó rendido a ella.

Actuaría bruscamente, pero sabía no le causaría daño con la acción que estaba por realizar.

Tomó la mano de Kibum, la apretó con una fuerza medida, pero logró sacar un respingo de parte del rubio debido a la sorpresa. Tomó esa pequeña mano a comparación de la suya, fuerte y rápida, logrando atraer al cuerpo contrario hasta su pecho. Lo besó aun cuando Kibum seguía sorprendido. La boca abierta de su esposo le dio lugar a un beso profundo, de esos que le hacían perder la respiración y quizá toda la cordura.

-Mi amor… mi precioso rubio-susurró sobre sus labios, entre decenas de besos húmedos. Lo eran, eran húmedos; el sonido de sus bocas al chocar, al moverse, era tan claro, audible y sin interrupción alguna más que sus palabras. Lo escuchaban a pesar de estar enfrascados en un beso que hacía olvidar cualquier cosa-. Cariñito.

-Ay… amor~-Kibum posó las manos en los hombros de su esposo. Se dejó llevar. No supo en que momento pasó, pero tampoco le importó, JongHyun estaba sentado en la cama con él. Sintió que tomaba sus muslos, una en cada mano y las coloca alrededor de su cintura. Los labios de JongHyun bajaron hacia su cuello mientras aún sentía las manos morenas sobre sus muslos produciendo movimiento, produciendo caricias.

Apretó los dedos en los hombros ajenos, dejando escapar un sonido suspiroso, de esos que no eran palabras como tal, que no decían nada, pero mostraban mucho.

-Mphh~

-Te amo, cariño… ahora no podemos hacer mucho, pero eso no significa que no pueda tocarte.

Las manos morenas no se detuvieron, ni los puños de Kibum, pero tuvieron su momento. Esta vez sin interrupciones.

El rubio terminó sin pantalones y ropa interior, terminó dormido una vez más, pero esta vez terminó el acto con JongHyun. Después de un dolor terrible, tuvo un momento agradable y más…

 

*

 

Los días transcurrieron con relativa normalidad.  Kibum tuvo una contracción durante aquellos días, por suerte no estuvo solo, JongHyun se mantuvo a su lado.

Las contracciones del rubio solían ser más dolorosas, profundas y duraderas por el hecho de ser hombre, sin embargo, Kibum sabía cómo diferenciar cuando era una simple contracción, a la contracción exacta que indicaba: hoy es el momento, ve al hospital.

Taemin estaba por llegar a casa, algunos días en el hospital habían sido suficientes.

 

 

*

 

 

Taemin se movía gracias a las muletas, aunque resultaban incomodas las prefería en lugar de usar una silla de ruedas.

Salió del auto sin recibir ayuda porque no la quería, aunque su padre la ofreció él la negó.

Miró la casa de sus vecinos. Las ventanas permanecían cerradas a excepción de una, en la segunda planta. Taemin sabía que seguramente Azai estaba en casa, lo sabía porque a esta hora solía estar en casa después de la universidad, al igual que él después de la preparatoria, a veces solían toparse.

Miró hacia la única ventana abierta, pero nadie asomó el rostro.

Azai no volvió a visitarlo. Tampoco vio a sus amigos, pues no les dejaban pasar por ser menores de edad. Las únicas personas que había visto contantemente durante aquellos días fueron sus padres, más a su padre, Kibum a veces no podía ir a verle.

Esperó un momento de pie hasta que su appa le llamó para que entrara a casa.

A veces podemos irnos justo cuando pasa lo que tanto habíamos esperado. Nos preguntamos… ¿Por qué no me quedé un momento más, unos minutos… unos segundos? A veces pasa y no tiene una explicación. Sólo sucede, quizá porque así tenía que suceder.

Azai asomó su rostro justo cuando Taemin le dio la espalda para entrar a su hogar.

Taemin no fue consciente de la sonrisita tímida con que el niño adornó su pequeño rostro. Tampoco del lindo rojo sobre sus mejillas. Azai observó hasta el momento que la puerta de sus vecinos cerró. Se quedó allí, observando el lugar donde Taemin había permanecido. Se abrazó a sí mismo y cerró los ojos. Su mente viajó a cierto hospital, a una cama que adornaba un muchacho con una pierna lastimada, pero que lo miraba a él y lo abrazaba; el abrazo que se habían dado en aquel hospital. Al menos ahora podía cerrar los ojos y recordar ese momento, y no aquel donde Taemin sangraba y gritaba de dolor. Ahora otros recuerdos invadían sus pensamientos. Eran mejores, mucho mejores que recodar a esa persona sufrir.

Durante el transcurso de la tarde Taemin salió junto con Dan de camino a la tienda más cercana. Taemin quería observar aquella ventana una vez más. Seguía abierta, lo que significaba que Azai seguía en casa.

Fue este momento, en el que no esperó verlo, pero sucedió.

El niño parecía acalorado, parecía moverse de un lado a otro. Taemin no pudo descifrar que era lo que hacía. Sólo alcanzó a observar que una pequeña pierna voló hacia el cielo, ¿qué estaba haciendo el muchachito? Taemin sólo pudo preguntárselo, pero no obtuvo una respuesta.

El niño vestía ropa holgada y su cabello cobrizo se mostraba desordenado así como el ondulado sobre su frente, humedecidos.

Taemin ladeó el rostro.

Aquel pequeño era, definitivamente, una lindura. Sonrió al pesar que podría ser su lindura. Quería que fuese su lindura.

Sonrió en una mueca torcida, pero no menos amigable, cuando el niño dio media vuelta y se topó de lleno con el paisaje que se mostraba a través de la ventana. Los ojitos cobrizos se abrieron como dos pequeños platos de porcelana. Sus manitas cubrieron una mejilla. Sintió el inevitable sonrojo, pero sus labios se abrieron y pronunciaron el nombre de la persona que permanecía parada en la calle.

Dan, que parecía ser invisible al lado de su hermano, alzó ambas cejas y sonrió maliciosamente. Se alejó sin decir una palabra.

 

 

Notas finales:

¿Qué tal? Yo sé que muchos, casi todos, creo que todos xD creían que ya nacería Minho, pero Nuh, aún tengo algo muy lindo preparado antes de que nazca nuestro Mini Minho n_n

Para quienes no lo sabían, tuve ciertos problemas y por ello no pude actualizar, avise en mi página, pero comprendo que quizá algunos no lo vieron y nunca supieron, pero no se preocupen, jamas dejaría una historia inconclusa, mucho menos mi Familia Kim que le he tomado tanto cariño como a ustedes, mis lectores <3

Les aviso mis niños que el proximo domingo también habrá actualización c:

Gracias por esperar y seguir aquí, leyendo a pesar de la tardanza, son un amorsh enorme <3 


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