Capítulo 37: ¿Más qué amigos?
-Perdón… no quería…
-Azai. No importa.
Taemin negó en cuanto tuvo oportunidad. Tomó la cabecita cobriza con sus manos, siguió acariciando el cabellito color rojizo como el cobre. No dijo nada, realmente no tenía pensado hacerlo. No tenía pensado preguntar nada al respecto. Azai necesitaba desahogarse, estaba bien, él no interferiría en su llanto. Sólo cuidaría de él.
-Taemin…
-Dime.
-Gracias.
Si Azai sólo necesitaba agradecérselo, él lo aceptaría aunque no tendría por qué hacerlo, al menos Taemin así lo pensaba. Eso hacían los amigos.
Cerró los ojos.
-Lindo-susurró.- Estoy para ti, a partir de ahora estoy para ti, sólo si me lo permites.
El niño alzó el rostro después de permanecer como un pequeño imán entre los brazos y pecho de Taemin; alzó la tierna carita sonrojada. Los ojitos cobrizos le observaron brillosos, cristalinos y llenos de agua salada. La cascada de sus ojos soltó una gota más antes de asentir con la cabeza.
-Por favor, dime que es lo que está pasando.
Taemin captó el mensaje inmediatamente. No hacía falta preguntar. Aunque otra pregunta surgió de su mente. ¿Esa será la razón de sus lágrimas? , pero realmente lo dudaba. Las lágrimas de Azai eran tan amargas, tan dolorosas, parecían calar enormemente en su alma. No parecía algo pasajero o la causa de algo que haya ocurrido hace poco tiempo.
Sostuvo la tierna carita entre sus manos, le parecieron enormes sobre las pequeñas mejillas ruborizadas. Sonrió minúsculamente, sus labios fueron capaces de mostrar una mueca que desapareció demasiado pronto.
Rostro contra rostro, y los ojos dolorosos de Azai, le recibieron cerrándose lentamente cuando un nuevo beso comenzó. Fue corto a comparación del anterior. Quizá demasiado, pero aquella fue la respuesta que Azai necesitó.
-Azai, puedes decirme lo que tú quieras. Voy a estar aquí-murmuró sobre sus labios, demasiado cerca, tanto… pero no importaba-. Esta es la respuesta que necesitaba decirte. Tal vez sea rápido, quizá no. Pero ahora mismo no puedo esperar.
El muchachito notó que Taemin tomaba aire. La mirada que le dedicaba podría ponerlo nervioso, pero por alguna razón en esta ocasión no lo hacía. No podía sentir nervios cuando sentía algo tan agradable recorrer su cuerpo.
-¿Te gustaría que fuésemos más que amigos?
Oh.
*
-Cariño… cariño.
-¿Hmm?
-Mañana te darán de alta.
El cuerpo de Kibum pareció reaccionar como un resorte. Su mirada cansada recobró vida en tan sólo segundos.
-¡¿Qué?! ¡Dios mío! ¡JongHyun, mis niños!-Kibum intentó sentarse en la camilla, pero lo único que logró fue provocarse dolor sobre su reciente herida-Agh.
JongHyun tenía en brazos a su bebé, pero, sin embargo, se acercó inmediatamente a su esposo e intentó nuevamente recostarlo.
-Cosita, tranquilízate por favor. Remi está con ellos, incluso Azai, que…-pausa- estará con Taemin.
Kibum sonrió al escuchar la mención de Azai.
-Es verdad-musitó roncamente. Su voz parecía igual de cansada que su aspecto-. Siempre que tengo a mis bebés es lo mismo. Se quedan en casa con Remi, ahora incluso está Azai.
El rubio cerró los ojos al emitir la última palabra. JongHyun negó mientras reía. Su esposo era el consejero principal de sus hijos, aunque JongHyun sabía que tenía que cambiar algunas cosas, no podía evitar los celos con sus hijos.
Aún recordaba las palabras de Dana, que inocente pronunció que a él no le contaban muchas cosas por temor a que les prohibiera tener novios.
“Pero si algo he aprendido de omma, es que si tú sigues de esta forma, lo único que ocasionaras será que te ocultemos nuestras cosas o a nuestros futuros novios sólo para mantenerte contento y que no nos regañes o prohíbas. ¡Te pareces tanto a appa! ¿Por qué crees que casi nadie le cuenta nada?”
¿Por qué sus trillizos hablaban sobre aquello? ¿Por qué de los novios? ¿Por qué exactamente Dana le hablaba de aquella forma a Dan?
Un momento.
¿Daniel o Dana? ¿Quién de los dos…?
No.
No, no, no. Recordaba que Dana tuvo novio, pero habían terminado. ¿A caso tenía otro? ¿Y… Daniel?
¡No!
Negó rotundamente.
Podía imaginar las mejillas sonrojadas de su hijo, esa carita de gatito, ese cabello negro, tan largo que le cubría hasta los ojos, con un... ¿Novio?
-¡Jesucristo!
JongHyun observó a su pequeño Minho, dormido entre sus brazos. Esperaba que ese pequeñito fuese más tranquilo que sus demás hijos, tan tranquilo y hermoso como ahora mismo se veía. Lo depositó en su cunita antes de volver con el rubio durmiente. Lo movió delicadamente, un poco, hasta lograr despertarlo.
-Kibum, creo que Daniel tiene novio.
*
-¿Qué pasa, tío Remi?
-Nada, niños. Pero saben que, como siempre, su omma quizá llegue hasta mañana con su nuevo hermanito.
-¡Es cierto! Mami siempre llega un día después- Onew exclamó con la vocecita ronca. El sueño estaba haciendo mella en él, y en casi todos los niños, pero ellos se mantenían firmes en esperar a sus appas.
Remi no había insistido en que se fueran a dormir a sus habitaciones, los niños nunca lo hacían y siempre terminaban durmiendo en la sala. Remi sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Buscaba sabanas, cobijas y almohadas, y las acomodaba sobre el piso. El hombre sabía que lo niños lo hacían a propósito, era un simple plan con maña para dormir más tarde, todos juntos y jugar más tiempo. Remi los consentía, al menos así olvidaban el mal sabor de boca que les causaba ver a su omma sufrir por las contracciones antes de verlo desaparecer con sus appa hacia el hospital.
Remi recordó a KyuHyun. Aquel muchacho… pasaría toda la noche en una celda. En estos momentos nadie podía ir a verle. Se preguntó porque razón no había llamado a sus padres y optó por llamar a Taemin. Tal vez era el temor al regaño que seguramente sus padres le darían. Suspiró y negó con la cabeza. Sin embargo, sólo eran suposiciones y no conocía la verdadera razón. Dejó de indagar y se concentró en los hijos Kim.
-¡Muy bien niños! ¡¿Quién quiere jugar a las escondidas?!
Bueno, quizá los consentía de más.
-Yo no, que pereza.
-¡Ay! Daaaan- regañó su hermana, Isabelle.